La lluvia golpeaba los cristales con fuerza,haciendo un agradable y reconfortante un viernes por la tarde,un día gris,nublado y aburrido.
Un hombre de mediana edad estaba sentado en su elegante escritorio,enfrascado en sus pensamientos,con la mirada fija en la estilográfica con la que redactaba algún documento que con su elegante caligrafía escribía.
Su pelo,rubio cenizo,estaba muy bien peinado,brillante,sano, rostro,parecía haber sido tallado con precisión,en mármol. Sus ojos,marrones,seguían fijos en la nariz de este gentil hombre,era hermosa,recta,que tenía debajo,unos finos labios,que portaban una extraño ver a este hombre sonreír,debía de estar pensando en algo muy feliz o recordando algo muy especial...De pronto,alguien llama a la hombre se levanta para recibir a la persona que llama a la aproxima vestido de manera muy elegante,con un traje de color verde esmeralda ,oscuro,de aspecto la chaqueta,llevaba una camisa fina blanca,conjuntada con una corbata color burdeos y un distinguido chaleco a juego con su traje.
Abrió la puerta,entonces.
-Buenas tardes,Doctor Lecter.-dijo el hombre que se encontraba tras la susodicha puerta.
-Hola,Will-Contestó con voz pausada el doctor Hannibal Lecter.-¿Todo bien? ¿Sigues teniendo esas horribles pesadillas?
-No,no cesan,es horrible..N-No me dejan dormir bien,no puedo concentrarme bien- suspiró entonces el hombre,que pasa al estudio de su terapeuta.
Will Graham,ese es el nombre de este joven,afectado por un insomnio terrible,atemorizado por pesadillas. Su cara es testigo de la falta de horas de sueño,de la agonía. Su ropa,oscura,algo sucia,llena de pequeños pelos de perro,parece reflejar su estado anímico Lleva una camiseta de cuadros algo descolorida,unos pantalones raídos y una chaqueta azulada algo vieja.
-Siéntate,por favor.-le ofrece Hannibal.
-Por supuesto...-contesta algo exausto Will,sentándose en un sillón.
-Háblame de tus pesadillas.
-Es curioso...La de hoy ha sido algo especial...
-¿Especial?- preguntó el doctor,intrigado.
-Si...Comenzaba en un río,lleno de vida y peces,en un día soleado,pero todo cambién cuando aparece una especie de ciervo,muy oscuro,de grandes cuernos... - Hannibal escucha esta parte con más atención -El día empezó a nublarse,a oscurecerse,a anochecer...Los peces del río dejaban de vivir,el ciervo seguía ahí,mirándome,se acercaba a mí...Era horrible...Pero más horrible fué el ver que el ciervo...- Entonces se paró de una manera muy seca el relato.
-¿Qué le pasaba al ciervo,Will?- preguntó curioso,Hannibal.
-T-Tenía su cara,doctor Lecter.-Dijo entre leves tartamudeos.
Entonces un silbido interrumpe la conversación,la mirada de Will deja de estar fija en la de su terapeuta.
-Oh,disculpa,me había olvidado del té..¿Te gusta el té,Will?
-Sí...Me relaja,pero no me hace dormir del todo...-respondió el joven.
-Espera aquí un momento,por favor.
-Claro.
Hannibal se levanta del cómodo sillón y desaparece por un estaba muy asustado,o parecía estarlo,quizás el té de vainilla le calmaría un poco.
El doctor Lecter vierte el té en una taza de porcelana,deja la tetera y lleva la taza al estudio.
-Aquí tienes.-dijo mientras depositaba la bandeja en la mesilla cercana a Will.
-Muchas gracias..¿Tú no tomas té?
-No,ese sabor ya lo he me gusta mucho..Así que..Hoy has soñado conmigo..Interesante..
Bebió entonces el té,con ó un sabor extraño...Los ojos de Will comienzan a nublarse,su mente y su cuerpo empezaban a dispersarse,balbuceaba cosas inteligibles y su conciencia se perdía.
Hannibal sonríe levemente.El juego comienza.Se acerca a él,lentamente,comprueba las reacciones oculares,está estable...Observa su cansado rostro,su fina barba,sus azulados ojos,perdidos en la lejanía,la pálida y casi amarillenta piel,resplandece.
-Will,¿podrías dibujar un reloj?-preguntó Hannibal.
Le tendió entonces,un bolígrafo y un garabateó un esbozo de se mostró satisfecho al ver el amorfo té ha despejado la mente de Will,sobretodo si el té está cargado de calmantes,que inducen al pobre joven a un estado extraño.
-Estás muy cansado,¿verdad?-pregunta,el doctor,rozando con su mano el semblante de Will,que asiente levemente,sumiso tal vez.
Él balbucea,levemente,parece que está en un estado de trance...No era consciente de la situación,y estaba muy calmado."Seguro que no recordará nada" pensó Hannibal.
Siguió acariciando su rostro,pálido cual ó sus ojos azules,tan vacíos,tan perdidos,tan extrañamente entendía que era lo que más le atraía de aquel joven,¿qué podía ver en su rostro?,en su cuerpo,en su mente...
Él era su amigo,su única posibilidad,su única sigue sentado en el sofá,con la mente en otra el momento. Hannibal agarra levemente la cintura de Will,ayudándole a levantarse y caminan juntos por la vacía casa.
Llegan a una puerta,que lleva al dormitorio del la puerta,una estancia tranquila,adornada con colores azulados y leves contrastes dorados,ornamentales.
Will es depositado por Hannibal,en la cama que había en el centro de la habitació respiración,sonaba doctor se quita la chaqueta y la deja en el mueble de los pies de la cama y mira a como antes.
-Parece que hace algo de calor aquí,¿no?-susurra Hannibal mientras le quita la chaqueta al muchacho.
Después,acaricia su pelo y baja,acariciando su rostro,sientiendo cada facción de é pelo,sedoso,aunque algo descuidado,olía a champú se quitaría ese olor que a Hannibal tanto le ó su rostro y bajó hasta el cuello de esa camisa de cuadros azul oscura algo sucia y ó a desabrocharla por la parte de abajo,lentamente,el tiempo no era un problema.
Se podían admirar las hermosas formas del tórax y el abdomen del ,sonrío de manera algo... perversa.
-¿Continuo bajando?-pregunta de manera retórica.
Le quitó la camisa por completo,admiro su cuerpo,sus brazos,sus cláviculas,las acarició suave y ó de manera leve a Will y tocó su espalda,algo húmeda,pero suave.
Hannibal suspira,algo excitado de tocar la espalda de el encantaba rozarla,tocarla,masajearla a veces...
-Seguiré,si no te quejas -dijo,acompañando sus irónicas palabras con una extraña risa.
Will profirió un gemido,que sonó placentero para Hannibal.
Quitó las manos de la espalda del joven y bajó hasta los pies,donde los zapatos gastados fueron retirados y la palidez y las venas de los pies salieron a la luz.
Él observaba sus pies,curioso,los acariciaba un poco y subió entonces hasta el último obstáculo que separaba a Hannibal,pero antes,echó un vistazo al rostro de Will,ya que parecía reaccionar muy ó de nuevo las reacciones oculares de su paciente,que estaba ó entonces.
Le quitó los pantalones vaqueros,algo sucios,raídos,contaminados por el dobló y los dejó en la cama,volvió a agarrar a su paciente de la cintura y ambos se levantaron,salieron de la habitación el pasillo de la mansión,hasta llegar al cuarto de bañ baño era espacioso,bien decorado con azulejos brillantes,con motivos árabes.
Había una gran bañera,blanca como las metió a Will en ella,le despojó de su ropa interior y abrió el grifo del agua joven cerró los ojos,estaba muy agua le empezaba a cubrir las piernas,los muslos,ascendía suave y observaba,con gusto,como el agua fluía.
El agua ascendía y cuando llegó hasta el pecho de Will,Hannibal cerró el ó un bote con inscripciones en letras chinescas,lo abrió,contenía sales orientales de loto,con sal del Mar ó un puñado de sal en el agua,que se volvió doctor acariciaba el pelo de su paciente,humedecié seguido,aplicó un costoso champú,de olor penetrante y fuerte,lo aclaró y decidió pasar al cuerpo.
Escogió un jabón de lavanda,con fresco olor,suave ,comenzó a aplicarlo por los hombros del cansado hombre,masajeando sus músculos,relajá ó ligeramente al joven y le acarició la parte baja de la espalda,con una sonrisa malévola en sus labios,bajó más y más...
Le volvió a sentar con cuidado en la bañera,y empezó a enjabonar sus clavículas,bajó por su pecho,acarició su tórax,descendía más y más bajó hasta el ó sus muslos,los agarró con un poco de fuerza,bajó por sus piernas y cuando llegó a sus pies,decidió masajearlos con fuerza.
Abrió el grifo y le quitó el jabón,acariciando cada parte,asegurándose de que el jabón había desaparecido.
-Vamos,Will,el baño ha terminado.-le susurró al oído,con voz pausada y tranquila.
Le agarró de la cadera,le puso una suave y esponjosa toalla por el cuerpo,le sacó de la bañ ó lentamente sus hombros,apreció la curvatura de su espalda,la masajeó de manera ás el masaje fué algo fuerte,unas manchas rojizas comenzaban a aparecer en la piel del ó secándole.
Luego secó su cabello con otra toalla,de manera rápida y algo gustaba verle con el pelo despeinado,le gustaba ese estilo tan desganado que tení ó vestirle,le puso nueva ropa interior,una camiseta de manga corta grisácea,unos nuevos pantalones,los que él había traído los tiraría más último,le puso una camisa de tonos marrones y grises y los zapatos.
Había planeado todo,el té,el baño,la ropa nueva que le había comprado a su estaba meticulosamente calculado,no hubo ningún fallo en el és de perfumar a Will,salieron ambos del baño.
-¿Vamos a dar un paseo,perrito?-dijo con malicia el Doctor,mientras caminaban hasta el exterior,juntos.
