Hola a todo el publico de Pokemon en general. Este es mi primer fic de Pokemon. Ya que uno es errante. Y es la primera vez que hablare del... del... Romance (Perdón, me cuesta trabajo decirlo). Si eres uno de mis seguidores seguro estas WTF por hacer eso. Pero si ven los géneros bien, tal vez no se extrañen tanto. Escoji a este pokemon, aunque sea un poco cliché, por su descripción en el pokedex encaja bien en la historia que voy hacer.

Los que me conocen saben como es mi manera de escribir y que soy capaz de hacer en mi loca cabeza.

Pero me contendré por lo mientras. esto es lo inicial. Espero que sea de su agrado.

1.- Los personajes de Pokemon son propiedad de Nintendo.

2.- Imagen de portada del fic: Moonblast; Artista Bluekomadori.

3.- Segunda imagen aportada por el usuario LinkAnd0606. Te agradezco mi amigo por esta imagen.


Un inicio poco casual

Aun me acuerdo. Como nos conocimos. Era un día soleado. Yo era una pequeña y solitaria Ralts que dormía en la hierba, cuando tú apareciste por ahí, caminando.

¡PERO QUE...- Tu voz no fue lo que me levanto.

Tú tropezaste conmigo al no ver bien. Me dolió mucho porque me habías pateado en la cabeza.

Yo, como todo Pokemon salvaje, me enoje. Pero como fui tan débil solo podía gruñir. Te gruñí, tú te espantaste al verme. Yo lloraba al sentir un dolor en mi cabeza.

-¡Lo-lo-lo siento no fue mi intención!

Tú hablaste para calmarme. Pero no me importaba y seguí gruñéndose. Pero tú a pesar de todo te acercaste a mí, no me temías, yo trataba de huir de ti, pero no pude y me agarraste. Pataleaba para salir y huir, pero no pude y en lugar de sentir lo peor al pensar que me lastimarías. En lugar de ello, me sobaste mi cabecita, hasta tranquilizarme.

-Perdóname. No fue mi intención lastimarte.- Me decías con una voz dulce a lo cual yo me confundía al pensar lo peor.

Después me bajaste y convivimos un rato, me cargabas y jugabas conmigo para tranquilizarme y hacerme feliz. Yo me divertía mientras lo hacíamos, me olvidaba de lo que me habías hecho, me diste unas bayas para que yo comiera. Las acepte algo dudosa y las comí.

-Bueno. Creo que con eso quedamos a mano.- Me dijiste solo para después decirme.- Adiós y cuídate.

Te fuiste y me dejaste ir. Yo pensaba que me atraparías o algo así, como lo que hacían los demás humanos. Los días pasaron, yo te veía ir para ya y para acá en la ruta 103. No comprendía el porqué lo hacías. Diario a diario aparecías, pero tu mirada me llamaba la atención.

Cada vez que iniciaba tu paseo parecías feliz, pero cada vez que terminabas tu cara cambiaba a una triste.

Pero un día que de nuevo pasaste te tropezaste de nuevo y esta vez no conmigo, sino con una piedra, caíste y esta vez te raspaste. Gritaste y te pusiste bajo un árbol. Yo de nuevo te vi ese día y como te quedaste sentado, lastimado.

Yo esta vez me acerque a ti. Tú no eras como los demás, tú no ibas y capturabas Pokemon como los demás con esas extrañas bolas rojas y blancas. Tampoco tenías algún Pokemon. Solo merodeabas por ahí y ya.

Yo me acerque poco a poco.

-¡Ohh!- Hasta que te percataste de mi.- ¡Hola de nuevo!- Me reconociste.

A la vez era tan obvia por mi color y rareza era imposible que no me reconocieras a lo que ustedes los humanos nos llaman shiny, pero a ti al parecer no te importaba.

Tú me dabas una sonrisa, a pesar de tu estado, te lastimaste, tu rodilla derecha sangraba. Pero aun así yo me acerque y me senté a tu lado. Te había traído unas bayas para que comieras. Yo solo pensaba que eras alguien raro, para mí era desconocido que un humano sonriera a pesar de que sentía dolor, no lo comprendía. Pero comprendí que era para fingir estar bien, porque yo estaba ahí.

-No, no tengo hambre. Come tú, después de todo es tu alimento.

Yo tampoco tenía hambre, solo las había capturado para ti. Pero las rechazabas. Paso un rato y no tuviste de otra más que aceptarlas. Eso me alegro, al saber que te gustara lo que traje. Después te intentaste parar, pero no podías.

-Quien diría que te encontraría de nuevo. ¡Jejeje!- Me decías algo sorprendido.

Yo te intentaba ayudar, pero no te aguantaba. ¡Jeje!, aun me acuerdo como te caíste sobre mi por accidente. Solo que esta vez no llore. Pero tú a pesar de todo y tu estado me atendiste y me sobaste mi cabecita, me gustaba mucho esa sensación de cariño y me sonrojaba por algo de incomodidad, pero aun así me gustaba. Y después de al poco tiempo te pusiste poner de pie y me dejaste esta vez.

-Perdona si no puedo jugar contigo esta vez. Pero como vez, esta vez no puedo. Pero Juro que será para la siguiente.

Te fuiste y me dejaste sola de nuevo. Yo la verdad no podía dejar de pensar en ti, me sentía satisfecha y feliz de tener a alguien.

Al día siguiente volviste y te pusiste debajo de aquel árbol, donde te pusiste cuando te lastimaste y te quedaste ahí. Yo te veía como siempre, me seguía preguntando por que siempre venias a ese lugar, solo que esta vez te habías quedado en aquel árbol.

Tenía curiosidad por saber eso y me acerque a ti.

-¡Ahí estas!- Me dijiste, felizmente.- Te estaba esperando, me has mantenido aquí.

¿Enserio me esperabas?, vaya alago. Me sorprendí la verdad que alguien me esperara. Te paraste y vi que cojeabas un poco, también tenias una benda, producto del día anterior. Tú me agarraste y me acariciaste, empezamos de nuevo a jugar. Yo me divertía mucho, tanto que no quería que el día acabase. Yo me sentía tan feliz. Hasta que atardecía.

-Creo que es suficiente por el día de hoy.

Yo no quería escuchar eso, yo empezaba a llorar. Yo estaba tan sola, no tenía a nadie, mis padres y mis hermanos habían sido capturados, mis amigos también, yo estaba sola y me ocultaba de los demás humanos. No quería que te fueras. Quería la compañía de alguien.

-No llores.- Me decías mientras me secabas mis lagrimas, me acariciabas mis mejillas, mientras te entristecías también por mi actitud.- Prometo que vendré diario a jugar contigo. Vale.

Apretaba tu mano para que no me dejaras. Pero a pesar de eso te fuiste y me dejaste de nuevo en mi soledad que combinaba con la oscura noche que se asomo.

Pero tú cumpliste tu promesa y te aparecías diario para jugar conmigo. Pasaron semana tras semana. Y un día no apareciste a la hora habitual, decidí esperarte para poder jugar, en aquel árbol. Pero me había dejado al descubierto. Una bola roja y blanca se acerco a mí y me capturo. Estaba tan aterrada, yo me movía erráticamente hasta salir.

-¡¿Qué?!- Un niño humano que había lanzado, se enojo por qué no me pudo capturar.

Ese niño lanzo otra bola y me atrapo, yo hice lo mismo y me moví hasta salir. El me lanzo otra y esta vez esquive.

-Vaya que si resistes. ¡Seedot sal!

Un Seedot salió de una de esas bolas.

-¡Seedot usa bala semilla!

Muchas semillas salieron y me atacaron, yo me debilite y ya no podía más. Era mi fin.

-¡Hey déjala!

Pero tu apareciste de repente y te interpusiste entre él y yo.

-Yo lo vi primero.- Decía ese mocoso.

-Te equivocas. Yo la encontré primero, ¡Es mi amiga!- Tu me consideraste como tu amiga, y se lo habías dicho.

-Pruébalo. no veo que la atrapes en una Pokebola.- Así me entere como llamaban a esas bolas.

Eso te puso nervioso, pero aun así, eso no te impidió seguir.

-No es necesario que la tenga. Puedo comprobarlo.- Aclaraste con determinación, recuperando ese valor rápidamente.

Después tu me agarraste y me pusiste en medio del ese humano y tu.

-Si viene hacia mí, eso comprueba lo que te he dicho. Y si se escapa... Puedes capturarla.- Explicaste al soltarme.

-Hecho.

Normalmente huiría de aquel lugar. Pero en lugar de eso fui contigo y te abrase la pierna. Porque yo ya te conocía.

-¿Vez como digo la verdad?

Ese mocoso solo gruño al saber que era cierto y no tuvo más que otra que marcharse de ahí. Yo me alegre de que estuvieras aquí. Me cargaste.

-Perdona por no a ver llegado a tiempo.- Te disculpabas, me abrasas mientras lo hacías.- Gracias a Arceus que llegue a tiempo o si no, no se qué hubiera pasado.

Yo solo te seguía abrazando, mientras lloraba. Mientras me acariciabas para tranquilizarme. Lo importante es que habías llegado. Me llevaste al Centro Pokemon de Ciudad Petalia, para atender mis heridas. No entendía el por qué te tratabas de ocultar, te pusiste un suéter y un gorro, hasta camuflaje arte. Te alegraste muchísimo al saber que estaba bien y que no había recibido mucho daño.

Después de eso jugaste conmigo otra vez, en el camino de regreso, me animabas después de lo que había pasado. Yo esta vez y con más razón, quería que no te fueras de mi lado. Pero lo inevitable pasó. Estábamos en la cima de aquel árbol, sentado en sus ramas, tú me cargabas y me abrazabas, yo me recargaba en tu pecho. La noche se venía y la luna que estaba saliendo. Yo de nuevo empezaba a llorar al ver que te separarías de mi otra vez.

Tú me seguías acariciando, mientras me oías como gemía y lloraba de tristeza. Podía sentir una seriedad en ti, como sentía también lo mismo de aquellos días, tu también te entristecías al saber que no estaría más contigo. Pero esta vez era diferente, estabas más serio de lo habitual.

-No llores.- Endulzabas para mi tu voz, mientras te quedaste después en silencio, un poco. Después diste un suspiro y me dijiste algo que cambio mi corta vida.-Te propongo algo… ¿Quieres venir conmigo?

Al escuchar esa proposición, me voltee y te vi, después al poco tiempo, me abalance, te abrace, mientras te agradecía a mi forma. Yo lloraba ahora de felicidad al decirme tu eso.

-¡Jejeje!, Tranquila… Lo tomare como un sí.

Después nos quedamos un poco más de tiempo y vimos juntos el anochecer, la luna que salió y se ponía en su cima.

-Sabes en este tiempo en que he convivido contigo y ahora que me acompañaras y seras mi compañera. Es justo ponerte un nombre. ¿No opinas lo mismo?, Ralts solo es para saber tu especie. Pero… ¿Qué nombre te pondré?

Tú me alzaste al cielo y me viste directamente.

-¿Qué nombre seria el correcto?- Me preguntabas, mientras yo te sonreía y reía de gran felicidad.

En ese tiempo una inspiración de la gran y nocturna noche se puso en medio de mí y se te ocurrió ese hermoso nombre.

-¡Ya se!- Exclamaste al saber la respuesta.- ¡Te llamare Luna!, te queda a la perfección. Eres bonita y única como la luna.

Yo solo me sonrojaba al saber oír esas hermosas palabras, sin saber el porqué. Y me sentía tan feliz al tener un hermoso nombre como ese. También al saber que ya no estaría jamás sola.

-Hablando. Yo me llamo Carlos y desde ahora estarás conmigo mi Luna.

Desde ahi empece a formar una amistad contigo, iniciando y construyendo nuestro lazo. El lazo que nunca quiero dejar. Y espero de todo corazón que tu no me dejes. Por que yo no te dejare a ti.


Esto fue mi primer capitulo de este fic en si tengo mas y mas y realmente hice e iba a publicarlo todo. pero lo separe.

Si te gusto dame un comentario, si no te gusto... Tambien XD. Espero que haya sido de su agrado.

Soy Kaioshin135 y me despido de ustedes.

Adios y hasta la siguiente actualizacion.