Sintió el humo del cigarrillo entrar en su cuerpo, mientras intentaba no pensar demasiado en lo jodidamente que esta su situación, ni si quiera sabía bien donde estaban en realidad en esos momentos, frunció su labios, maniobrando el cigarrillo en el proceso, solo sabía una cosa, llevaban moviéndose durante unas cuantas semanas, sin quedarse mucho más allá de una semana entre cada sitio, una vida nómada entre las sombras, viajando de noche, comiendo cosas precalentadas, compartiendo incluso alguna que otra playera, mientras intentaban no dormir en un lugar donde las cosas podrían terminar terriblemente mal.
- - - No te lo termines – gruño una voz femenina a su lado, lo que lo hizo volver a sonreír un poco, en definitiva, las cosas podrían irse al infierno, pero mientras ella estuviera a su lado, tendría una razón, para vivir.
- - - ¿Qué tan jodidos estamos? – pregunto la chica con una sonrisa sutil, después de algunas caladas al cigarrillo y aburrirse en parte de intentar hacer corazones con el humo.
- - - Creo que tendré que prostituirme de seguir así – respondió el chico intentando no escupir en el piso, maldito guardia de seguridad que no los perdía de vista desde hace veinte minutos, era un puto parque público joder.
- - - Sabes que no está la idiota de Pacifica, por aquí ¿verdad? – reto la chica condescendientemente – dudo que alguien más pagaría por coger contigo-
- - - Hey – gruño el chico – tú te acuestas conmigo –
- - - Si - respondió la chica aventándole un poco de humo en la cara – pero yo te amo tontito-
Unas leves carcajadas salieron de sus bocas, si quizás la cosa estaba terrible pero a un así no podían parar de reír como un par de tontos, a un que la situación era un completo desastre anunciado.
- - - ¿Cuánto nos queda? – pregunto Mabel mirando el cielo oscurecerse.
- - - No lo suficiente – contesto el chico contando su dinero, el cual en esos momentos equivalía a la mísera cantidad de ciento setenta dólares y dos cuartos de dólar.
Llevaban caminando ya algunas horas, incluso llegando a caer la noche por completo, en esa pequeña ciudad en medio de la nada, no podían a volver al motel, especialmente que ya no tenían preservativos o pastillas anticonceptivas, eso explicaba en parte porque ambos iban de mala cara, si compraban alguno de los dos, eso equivaldría gastar más de la mitad de sus magros recursos, había incluso problemas más apremiantes, como por ejemplo, que su última cajetilla estaba a punto de terminarse, a pesar de llevar compartiendo los cigarrillos hace tres días.
- - - Creo que tenemos que entrar – gruño Mabel mirando el edificio delante de ellos.
- - - Pero no somos Pentecostales - respondió Dipper mirando el templo.
- - - Al templo no, mi pequeño genio en demonología – rio su hermana – pero descuida si te incineras espontáneamente, yo te acompañare en el infierno recuerdas – susurro mientras le besaba levemente el cuello, si el sacerdote los hubiera descubierto se vieran tenido de largar de ese lugar ante el acto pecaminoso que estaban realizando ante el edificio.
Dormir en un alberge no era su ida de romanticismo, en realidad ni si quiera estaba en sus planes hace un mes y medio, peor aún la mentira que había dicho Mabel lo había descolocado de la situación completamente.
Flash Back, su plan estaba fallando incluso antes de iniciar, no sabían que tenían que registrarse en el alberge para pasar la noche.
- - - ¿Cuál es su situación? – pregunto la encargada mirándolos interrogante mente.
Dipper sintió su estómago gruñir, ahora tendría que mentir descaradamente, y era terriblemente malo en eso.
- - - Nos asaltaron – respondió su hermana rápidamente – nos quitaron todo – enfatizo, con su movimiento corporal - documentos, dinero, maletas, todo – miro a la encargada - incluso mi anillo de compromiso – parecía que las lágrimas se asomarían en cualquier momento – estábamos en viaje de planificación – respondió una pregunta antes de que se la hicieran – creo que fue porque somos pentacostalistas – no hubo más preguntas después de eso, solamente apoyo incondicional de parte de toda la congregación, que incluso les dio algunas prendas de ropa usada y una mochila vieja, mas unos cuantos dólares, con todo eso, su situación económica no está ni mejor ni peor, simplemente sostenible.
Fin del Flash Back.
Miro el altar, rezar no era su especialidad, con lo que había visto, en realidad la forma en la que habían tenido que salir huyendo de su hogar, todo al final era una completa mierda.
Cerró sus ojos, a un podía observar el miedo de Mabel en sus ojos, ver la mano de su padre arrogándolo fuera de la cama, mientras su madre gritaba escandalizada, ante el horrendo y pecaminoso hecho que se presentaba ante sus ojos.
- - - Si esto es parte de tu plan divino me das asco – maldigo escupiendo en la alfombra.
- - - Sabes que eso nos meterá en problemas hermanito – murmuro una voz bastante juguetona, mientras se sentaba a su lado.
- - - Y el meterme la mano en los pantalones, no es un problema hermanita – su voz sonaba retadora mientras Mabel inicia con la felación.
- - - Si mal no recuerdo estamos comprometidos amor mío – siguió con el juego.
Si quizás se irían al infierno, tal vez el sacerdote, los encontraría haciendo el amor en el conversatorio, pero a la mierda la vida, en lo único que podía pensar era en los pliegues vaginales de Mabel apretando su miembro exprimiendo hasta la última gota de su semilla dentro de su interior, y joder el sexo herético era lo mejor que habían hecho hasta ahora.
