Notas de la autora: ¡Hola! XD Este fic fue traído a ustedes por la oferta que le hice a Lis Phantomhive porque… No lo sé solo lo hice

Antes de leer dos cosas:

No me hago responsable si se unen al lado oscuro de las parejas crack

Señalamientos;

"" Narrado desde el punto de vista de Byakuya

— Diálogos

Cursivas Pensamientos

Negritas Flashback

Disclaimer: Bleach no me pertenece o los trolearía más XD

La guerra tiene sus complejos

Capítulo 1: ¿Vamos a cenar?

Era oficial odiaba a los Quincys, hollows y lo que sea que lastimara a su hermana. Solo le fue necesario ver a un Ichigo en modo vasto lord acercarse peligrosamente a Rukia.

— Aléjate de ella Kurosaki — dijo secante para avanzar hacia el hollow. Este simplemente soltó un gruñido antes de disponerse a atacarlo.

Su primer ataque fue un cero, el cual cargo velozmente. Pero el Kuchiki lo esquivo sin dificultad, su mirada era más fría que de costumbre denotaba un sadismo oculto, deseoso de salir por su oponente. Con una mano activo su bankai sin la necesidad de palabra alguna. Los cientos de pétalos se acercaron sin demora hacia el hollow, rodeándolo en una especie de danza, Byakuya camino hasta estar junto a su hermana.

— Avisa a la Sociedad de Almas — ordenó, incluso su tono de voz cambio.

— Si nii-sama — respondió la ojivioleta, aunque en el fondo le asustaba su actitud desde el fin de la guerra se comportaba así. Debía llegar a la Sociedad de Almas antes que uno matara al otro.

Mientras Rukia iba lo más pronto posible, la batalla recién empezaba. Ichigo bloqueaba cada ataque de los pétalos, y trataba de atacar al noble cuando preparaba otro ataque, poco a poco la mirada del noble comenzaba a mostrar un odio inconsciente, al recordar la guerra sangrienta hace uno años.

— Kurosaki... — dijo el noble para activar su bankai definitivo.

— Kuchiki ¿Quieres jugar? — respondió burlonamente el hollow al ver como aparecían las espadas a su alrededor.

— Al parecer has perdido el control, es hora de tu muerte — sentenció

-O-

— Capitán Hitsugaya, vaya inmediatente al mundo humano y evite que alguno muera hasta que el capitán Kurotsuchi prepare las drogas — dijo Kyoraku seriamente para que el shinigami asintiera.

— Matsumoto, Rukia andando — respondió para que los tres se marcharan con shumpo.

En la ciudad de Karakura dos personajes luchaban ferozmente, heridas visibles en sus cuerpos eran visibles, las dos zampakuto chocaban a una velocidad impresionante y una extraña sonrisa era visible en los dos, en aquel momento perdieron el poco razonamiento que les quedaba, la locura de la guerra les afecto provocando que sintieran un placer inmenso por la lucha. Pero ambos lo ocultaban por miedo a herir a alguien. Byakuya comenzó a reunir su energía restante, lentamente la zampakuto en sus manos se tornaba blanca y un semicírculo aparecía en su espalda. Ichigo por su parte cargaba el Daku Tensho, técnica adquirida poco después de la guerra, esta envolvía a la zampakuto de una energía roja brillante como si una serpiente trepara por ella, dotándolo de un inmenso poder solo invocable en su forma hollow. Ambas auras estaban en su apogeo, rojo contra un blanco azulado, ambas listas para chocar entre sí.

Los tres shinigamis al llegar observaron en cámara lenta como Ichigo y Byakuya se acercaban para asestar el golpe final al contrario.

— ¡Paren! — gritó Rukia para tratar de detenerles con su bankai. Ambos shinigamis despertaron al escuchar su grito lleno de angustia, el hielo paro un poco de su ataque pero no por completo. Algunos de los fragmentos, atravesaron sus cuerpos y la onda expansiva golpeo a los shinigamis.

"Mi cuerpo duele, de nuevo me he dejado llevar por la batalla ¿Dónde ha quedado mi orgullo? Escucho que me llaman pero no puedo distinguir la voz de quien me habla, pero un aroma a lilas llena mis sentidos, es tan relajante me recuerda a mis primeros días como capitán, el sueño comienza a apoderarse de mí, lo único que puedo sentir es como esa persona coloca mi cabeza en su regazo, siento como quita mi kenseikan y limpia la sangre de mi frente, su olor me embriaga. Quisiera poder quedarme así más tiempo

— Vaya, finalmente despiertas — dijo Rangiku con una sonrisa para acercarse.

— Teniente ¿Qué sucedió? — pregunté antes de observar a mi alrededor. Me encontraba en la cuarta división, odiaba este lugar porque me hacía sentir débil al recordar que fui derrotado.

— Después con tu lucha contra Ichigo los tres quedaron heridos — Un momento, dijo tres si solamente me encontraba luchando contra Kurosaki... No puede ser.

— Rukia — susurre preocupado, intente levantarme pero un dolor en mi abdomen lo evito.

— Hey tranquilo Kuchiki-taicho, ella está bien solo inconsciente — respondió tranquilamente, aparentaba molestarse más por el hecho de que trate de moverme.

— Inconsciente... Eso es mucho más grave que mis heridas — dije bastante molesto usando un tono lo más frío posible.

— Así me tratas aún que me he pasado todo el día cuidándote, se nota que eres un estirado — reclamó antes de sacar su botella de sake. Nunca me imaginé que la sacaría de... Ese lugar, inevitablemente un ligero sonrojo apareció en mí, pero lo desaparecí.

— Me llamaste estirado, si tú eres una ebria sin medida — escupí aún más molesto que antes. ¡Cómo se atrevía a llamarme así!

— Ebria ¿Y? Por lo menos no tengo esa sonrisa sádica — comentó para salir un momento de la habitación. No puedo creerlo ella vio mi sonrisa en ese estado, debo de practicar mi autocontrol. Suelto un largo suspiro y paso mi mano por la cabeza, no siento mi kenseikan, lo busco por la habitación pero no lo veo. Me pregunto como estará Rukia, espero que no la hayamos lastimado demasiado.

— Creo que esto buscabas, por cierto traje un poco de ramen espero que sea de su agrado "alteza" — dijo mi "cuidadora" si es que así la debería de llamar para entregarme con delicadeza una bandeja. La miro extrañado, no es normal esta situación. — Todos están ocupados en arreglar el "pequeño" problema de Ichigo — agregó antes de sentarse en la cama. Disponía a responder cuando ella me callo colocando su mano en mi boca, hizo una señal de silencio. En ese momento escuche el característico rugir del hollow. Inmediatamente ella retiro su mano.

— Comprendo, si no le importa me dispondré a comer — respondí sin darle mucha importancia.

— Bien, esta tarde iremos al mundo humano. Kyoraku taicho ordeno que alguien lograra que se divirtiera para reducir su "zarakismo" y como nadie más se ofreció yo me quede con el cargo — dijo. En ese momento me atragante con el ramen, de todos los jodidos shinigamis ella pasaría los días conmigo hasta que el complejo de Zaraki se pasara... Maldita guerra."

-o-

Aquel día en la tarde, en el mundo humano se podían observar a dos personas caminar. La mirada de él era fría mientras escuchaba atentamente a su compañera. Byakuya vestía de un traje negro, corbata roja y camisa blanca de cuello. Así mismo Matsumoto traía una camisa roja de manga corta, además de una chaqueta de cuero, unos pantalones de mezclilla.

— Antes que nada Kuchiki-san, debemos ir por algo — dijo la shinigami para tomar a su compañero por el brazo y llevarlo hasta una tienda de regalos.

— ¿Qué planeas Rangiku? — preguntó el noble, ligeramente molesto al soltarse de su agarre.

— Ir por mi regalo para Rukia — respondió sin hacer caso a la mirada asesina del capitán para entrar a la tienda.

— Un regalo para Rukia — susurró para sí Byakuya, recordaba que aún no era su cumpleaños.

— Es su aniversario de teniente, es una nueva costumbre. ¿Crees que le guste? — comentó la teniente de ojos grises quien traía en sus brazos un pequeño peluche de un conejo.

— Si —

— En ese caso es hora de regresar — dijo para guardarlo en una bolsa de celofán violeta llena de confeti.

— ¿Solo venimos por eso? — preguntó ligeramente sorprendido el noble, no creía que la teniente usara tanta dedicación en ese tipo de cosas.

— Si, supuse que no querrías hacer otra cosa hoy, además... — respondió para que en su mirada se observara la curiosidad naciente.

— ¿Que sucede? — comentó Byakuya antes de ver como la mano de Matsumoto señalaba a la distancia. Él al ver en esa dirección abrió los ojos ligeramente sorprendido.

— Esa es Momo, pero ¿Quién la acompaña? — dijo Rangiku. A la distancia se observaba a la joven riendo tomada del brazo de alguien, no se podía distinguir ya que su acompañante utilizaba una sudadera blanca con capucha.

— Me gustaría saber quien es — susurro el Kuchiki inconscientemente, sin saber que esas palabras le traerían un sin fin de problemas.

— ¡Pues vamos a espiarlos! — exclamó emocionada la shinigami.

— Eso no es correcto teniente Rangiku — recriminó Byakuya seriamente al tomarla de la muñeca.

— Al igual que no salvar a tu hermana por tu orgullo, usar tu kenseikan como celular porque olvidaste el evento, destrozar la piscina de nuestra asociación y como olvidar el incidente de año nuevo donde tú... —

— ¡Suficiente! No es necesario recordar eso — interrumpió el shinigami con un sonrojo — Iremos, pero ni una palabra del año nuevo...Maldita mujer gato — gruño entre dientes para ver la sonrisa de satisfacción de Matsumoto.

Aunque no era su culpa el tener un complejo del capitán de onceava división, casi todos sus compañeros sufrían un complejo debido a la secuela de la guerra. Uno de los ejemplos más notables era el de Hitsugaya quien a veces repetía las palabras por efecto de la droga que Mayuri le aplico, además entraba en crisis nerviosa al verlo y ni que mencionar de las medicinas. Se negaba rotundamente, simplemente tomaba remedios naturales aunque tuviera que ir al otro lado del mundo.

Los dos shinigamis seguían discretamente a la amable teniente, al parecer el resto de la tarde y noche se pasarían así.

— ¿Es necesario escondernos aquí? — preguntó el noble pues ambos se encontraban detrás de un arbusto el cual estaba a unos metros de la pareja.

— Si, es una regla oficial... Maldita capucha no puedo ver quien es — respondió Matsumoto que tenía unos binoculares que saco de su... Narnia personal.

— Sabes, me retiro no le encuentro sentido a esto — comentó el noble. La shinigami al tratar de jalar su brazo para evitar su huida, provoco que ambos se tropezaran. Mal momento para estar en una pequeña colina y justo al lado de un pequeño barranco...

Un instinto se despertó en el oji azul, al ver que caería encima de la teniente se aferró a ella, observando en cámara lenta la caída, giro su cuerpo para que se invirtieran sus posiciones. El golpe fue ligeramente amortiguado por otros arbustos.

— Kuchiki taicho... — susurro la shinigami al ver su cara tan cerca, incluso podía sentir su respiración.

— ¿Se encuentra bien? — preguntó un poco preocupado, sentía latir ligeramente alterado a su corazón.

— Si... Desde aquí se ve lindo — respondió con una sonrisa burlona antes de besarle su frente. — Ese es mi agradecimiento — agregó para levantarse y sacudirse el polvo.

Byakuya sentía arder sus mejillas, su corazón latía aún más fuerte que antes. Trataba de calmarse, tenía que hacerlo.

— Sera mejor que nos retiremos antes que suceda otra cosa — comentó para desviar la mirada a otro lado y evitar el contacto visual hasta que se calmara.

— Bien, el ultimo que llegue al senkaimon es un caracol — dijo antes de salir corriendo.

— Al parecer olvido la bolsa — bufó el noble para tomarla. En ese instante recordó que la shinigami también era SU responsabilidad.

Ambos corrían a una velocidad considerable pero aún existía una distancia considerable.

"Llego de nuevo a mi ese aroma a lilas tenía que alcanzarlo y ver de quien era. Embriaga mis sentidos y siento un gran placer al respirarlo, cada vez es más poderoso...Debo obtenerlo"

Y como si su complejo le brindara más fuerza su velocidad se incrementó, aquel aroma lo guío hasta ¿Un callejón? Al acercarse escucho como forcejeaban un grupo de personas, no lo dudo mucho tenía que proteger al aroma.

— Ustedes lárguense, no saben de lo que soy capaz — comentó Matsumoto quien se encontraba frente a un grupo de cinco personas

— ¿Acaso crees que nos importa preciosa? — respondió otra voz en un tono burlesco.

— Tsk, los humanos son peores que los hollows — respondió para empezar a atacarlos. Aunque fuera una teniente el usar un gigai la limitaba en muchos aspectos. Uno de los hombres se disponía a golpearla en la cabeza cuando una mano lo detuvo.

— Aléjense de ella — dijo el noble en un tono asesino, ninguna mirada le podría derrotar a su voz.

— Kuchiki... — susurro la shinigami al verlo, con la poca luz que llegaba de la luna se observaba su mirada, igual que la vez que lucho contra Ichigo hace un par de días.

— Vamos ella no se escapara, mejor encarguémonos del riquillo — sugirió otro de los hombres para sacar una navaja.

— Acaso no escucharon, dije que se alejen de ella AHORA — rugió antes de que la batalla empezara.

Tres hombres rodearon al noble mientras que los dos restantes, trataban de someter a Rangiku.

Byakuya esquivaba sin dificultad los puñetazos de sus oponentes mientras que su sonrisa empezaba a formarse.

— Chicos, no creí matar a alguien hoy — dijo el líder del grupo antes de sacar una pistola.

— Juegos sucios, son patéticos. Es hora que caigan — comentó Byakuya antes de moverse tan veloz que parecía usar shumpo para tomar el arma sin dificultad. Los presentes se quedaron atónitos ante la velocidad del noble.

— ¡Corran! — exclamo el líder al saber que morirían si decidían seguir peleando.

— Vaya, son débiles ¿No es así Ran? — comentó en un tono dulce mientras lanzaba el arma al techo y se acercaba a ella. — Mira que rasguños te han hecho, de seguro tienes frio — agregó para quitarse su saco y colocárselo delicadamente.

— Ku...chi...ki — tartamudeó aún sin salir de su asombro, solo para sentir como él tomaba suavemente su barbilla y la miraba a los ojos.

— ¿Quieres ir a cenar? — preguntó con una pequeña sonrisa antes de cerrar sus ojos y caer inconsciente en su hombro.

— ¡Byakuya! —

Cualquier falta de ortografía les pido disculpas aunque lo reviso como tres veces: Mientras lo escribo, edito y agrego esto XD

Así que dejen un rewiew con su comentario