Raphael caminaba por las calles, el cielo se estaba reparado así que tenía algo de tiempo libre por lo cual ¿Por qué no tener una caminata tranquilo fuera del cielo? Pronto tendría que regresar, no podía estar demasiado tiempo fuera.
Miro su reloj cuando un niño pasó corriendo arrebatándole el reloj y corriendo, Raphael miro sorprendido unos momentos pensando si ir detrás del chico o dejarlo pasar, sonrió persiguiendo al chico, después de todo no era tan malo pensar en enseñarle a un humano sobre lo malo que era el robo.
El chico corría con rapidez, sonrió mirando el reloj pensando que había dejado atrás al sujeto, pero en cuanto miro hacia atrás vio que el sujeto le perseguía a gran velocidad, se asustó pensando por qué lugares ir para perderlo.
Esquivo personas y todo lo que se pusiera por su camino pero no lograba perder al tipo que le perseguía, miro hacia la calle por los automóviles que pasaban a gran velocidad, Raphael se dio cuenta de la intención del niño.
—¡No espera no hagas eso!—
El chico le ignoro corriendo entre los automóviles esquivando algunos que venían a gran velocidad, soltó el reloj sin querer haciendo que un automóvil le pasara encima destruyendo el reloj pero continuo corriendo hasta pasar la calle, giro en un callejón y entro en una casa abandonada, quizás con el reloj destruido el sujeto le dejaría en paz.
Soltó un gemido de miedo cuando el mismo sujeto lo tomo por el brazo sacudiéndolo, se veía claramente molesto. Raphael cargo al niño por los brazos y doblo una de sus rodillas dejando caer al niño sobre esta, el niño pataleo intentando soltarse pero Raphael lo retuvo en el lugar donde estaba y sin esperar más comenzó a darle varias nalgadas.
—¡Ay! ¡Au! ¡Oww! ¡No!—
Raphael continuo otro rato hasta que escuchó al niño comenzar a sollozar, allí supo que debía empezar a regañarlo.
—¿Por qué te estoy dando unas nalgadas?—
—¡Ay! ¡Por robar tu puto reloj—respondió molesto
—No fue por eso chico, fue por haber corrido entre los automóviles de esa manera, está mal robar pero es peor que te arriesgues de esa manera, no pensaba hacerte nada pero parece que lo necesitas—
—¡Aiii! ¡Bien si lo tengo! ¡Suéltame ya! ¡Auch!—
—Te dejare cuando prometas no volver a hacerlo—
—¡Si! ¡Ya! ¡Lo prometo pero detente! ¡Ay!—grito por fin llorando—¡No volveré a entrar entre los automóviles así pero déjame!…p-porfavor—
Raphael se detuvo frotando la espalda del niño mientras lloraba intentando tranquilizarlo, el niño noto que se había detenido por lo cual se movió para ponerse de pie, Raphael lo ayudo, en cuanto se puso de pie se froto el trasero adolorido mirando a Raphael molesto.
—No me mires así, te lo merecías, no vuelvas a hacer eso—
—Como si te importara—el chico volteo la mirada hacia otro lado—Me voy—
—Wow espera—Raphael dio un paso sujetando al chico por el hombro.
—¿Qué quieres ahora? No tengo para pagarte tu reloj amigo—resoplo el chico molesto aun limpiándose un par de lágrimas que brillaban en sus ojos cafés.
Era un niño, uno pequeño de unos 13 años alrededor y robaba por alguna razón, además le preocupaba a Raphael dejarlo ir así después de haberle dado unos azotes.
—No me importa el reloj ¿Cómo te llamas?—
—¿Irás con la policía? No me importa, me regresaran al orfanato como siempre y luego me escapare—
¿Orfanato? ¿Eso significaba que no tenía padres o solo lo habían abandonado?
—Chico, no iré con la policía solo quiero llamarte de alguna manera—Raphael suspiro—Me llamó Raphael, un gusto en conocerte—
—No tengo porque decirle mi nombre a un desconocido que me acaba de azotar por una tontería—
—¿Tontería?—pregunto Raphael cruzándose de brazos
—Q-Quiero decir—el chico movió sus manos un poco nervioso—P-Por algo sin sentido—
—¿Sin sentido?—Raphael dio un paso hacia el niño el cual retrocedió
—No yo…quise decir…agh vamos amigo, a ti en realidad no te importaba lo de la calle, solo estabas molesto porque te robe—
—Pues no amigo, aquello si fue porque me asusto lo que hiciste—
—No mientas—el niño se cruzó de brazos molesto
—No miento, así que dime ¿Cómo te llamas?—
—Me dicen demonio—
—¿Por qué te dicen así?—pregunto Raphael sorprendido
El chico levanto los hombros.
—Porque no tengo nombre y me dicen que soy como un demonio—
—No eres como un demonio, te lo puedo asegurar—
—Pero dicen que soy tan malo como uno—
Era un niño, con una vida en ese sentido, haciéndole creer que era peor de lo que podía ser.
—¿Y tus padres?—
—Hmn…—se quedó en silencio mirando alrededor
—Chico ¿Tienes un lugar para quedarte?—
—Sí—contesto pero sin mirar al arcángel a los ojos
—¿Estas mintiendo?—
—No…—
—Chico—Raphael se agachó a la altura del niño levantándole la cabeza por la barbilla para que le mirara a los ojos—¿Tienes un lugar seguro para quedarte?—
—¿Y a ti que te importa? Déjame en paz irme, tengo que conseguir algo para reponer el reloj roto—
—Eso lo tomare como una insolente respuesta de un "no"—Raphael volvió a su posición—¿Por qué tienes que robar algo más?—
—Amigo es mi trabajo, si no robo lo suficiente…—se detuvo cuando vio por donde iba, miro hacia Raphael—No tengo porque contarle estas cosas a un extraño—
Raphael lo sujeto de nuevo por el brazo, ahora menos podía dejar al chico así como si nada.
—¿Crees en los ángeles?—
El chico lo miro confundido por el cambio de tema tan repentino.
—No creo en lo que no es real—
—¿Te gustaría irte conmigo? Vivo en un lugar grande con muchos hermanos, serías feliz sin tener que volver a robar—Raphael le sonrió amablemente
—No existe un lugar así—sonrió sarcásticamente
Raphael suspiro, no tendría mucho sentido convencer a alguien sin demostrar nada.
—Yo soy un ángel, más bien dicho un arcángel—
El chico miro a Raphael de arriba abajo.
—Suéltame lunático—
Raphael materializo sus alas desplegándolas, el niño miro sorprendido el par de alas verde claro e incluso estaba algo asustado.
—T-Tu…—
—El arcángel Raphael—dijo con orgullo
—Dios mío ¿Ya estoy muerto?—
Raphael río un poco por aquella observación.
—No, estas vivo y no metas a mi padre, él está muy ocupado justo ahora—
—N-No puedo ir contigo, suéltame—
—No tienes a donde ir, quiero que vayas a vivir conmigo—
El niño jalo más de su brazo intentando soltarse, ahora sí que parecía luchar.
—¿Qué te sucede? ¿No quieres irte conmigo?—
—¡No!—
—¿Por qué?—
—¡Porque soy un ladrón! ¡Soy un manipulador y un ladrón!—
—No digas eso sobre ti, no creo que seas tan malo—
—No me conoces estúpido arcángel, no finjas conocerme—
—¡Hey!—grito Raphael deteniendo el forcejeo del niño—cuida tu tono—
—¡Soy un demonio! ¡Deberías llevarme al infierno!—
—Que te digan de esa manera no significa que lo seas—
—Por algo es mi nombre—
Raphael miro al niño con algo de lastima, de ninguna manera dejaría que siguiera con ese tipo de vida y comenzaría con un cambio.
—Alexandro—
—¿Qué?—
—Te llamaras así Alexandro, te diré Alex—
Se quedó sin palabras mirando al arcángel por algunos momentos.
—Es un regalo para ti—
—N-No cambia nada, no iré contigo—
Raphael sonrió al ver que el niño se sonrojaba, el nombre le había gustado pero algo en particular le preocupaba, miró fijamente al pequeño.
—Alex ¿Estas enfermo?—
No contesto, volvió a ver al arcángel sorprendido pero no dijo nada.
—¿Alex?—
—¿N-No?—respondió en forma de pregunta sin saber que decir
—Ven, te llevare para una consulta médica—
—¿A dónde me llevaras?—
—A mi hogar—
Cargo al niño en sus brazos desplegando sus alas, llevaría al niño al cielo.
