Todos los derechos de Harry Potter son de J. K. Rowling

Capítulo 1.- Sin ti.

-Impedimenta-Grito, apuntando con la varita por encima del hombro a los mortifagos que lo perseguían.

Por un grito amortiguado, pensó que había dado al menos a uno de ellos, pero no tenía tiempo de pararse a mirar. Salto sobre la copa y se echó al suelo al oír más maldiciones tras él. Nuevos rayos de luz le pasaron encima de la cabeza mientras, tumbado alargaba la mano para tomar el brazo de Cedricc.

-Apártense él es mío-chillo Voldemort.

La mano de Harry se aferró a Cedricc por la muñeca. Entre él y Voldemort se interponía una lápida, pero Cedricc pesaba demasiado para arrastrarlo, y la copa quedaba fuera de su alcance.

Los ojos rojos de Voldemort destellaron en la oscuridad. Harry lo vio curvar la boca en una sonrisa, y levantar la varita.

-¡Accio!-grito Harry, apuntando la copa de los tres magos con la varita.

La copa voló por el aire hasta él. Harry fue levantado del suelo sintió todo ir en cámara lenta, la mano de Cedricc desprendiéndose de la suya, la copa siguiendo su trayectoria y por ultimo desapareciendo en el aire.

Escucho la risa malévola de Voldemort en el mismo instante que sentía el cuerpo dolerle, no había funcionado, lo vio aquellos ojos color rojo.

-Tienes agallas muchacho-dijo Voldemort causándole un escalofrió.-Me divertiré contigo-

Muy lejos de ahí en un colegio de magia y hechicería el cuerpo de Cedricc Diggory golpeaba el césped, todos celebraban el regreso, la copa rodaba en dirección opuesta a la tribuna. El estrepito ensordeció a todos los presentes, las voces y pisadas se hicieron presentes cuando aquel cuerpo inerte solo permanecía ahí.

Albus Dumbledore se encontraba a lado de Cedricc, las sobras se tornaban alrededor del cuerpo mientras ron salía corriendo en dirección de donde se hallaba el viejo profesor. El grito de Fleur fue suficiente para que la multitud entendiera que Cedricc estaba muerto.

-Prefectos todos los alumnos a sus casas, profesores al laberinto, busquen a Harry ¡ahora!-grito Dumbledore con tono desesperado nunca antes visto en él.

La multitud en cuestión de segundos desapareció en las gradas solo una castaña quedaba sentada con la mirada perdida en aquel laberinto, sintiendo su respiración cortarse, su mente viajaba a otros lugares, lo sabía muy dentro de ella lo sabía, Harry no regresaría. Sus ojos se humedecieron y sin siquiera notarlo sus lágrimas brotaban mojando su rostro mientras sus labios tenían un sabor salado. Pasaron segundos que se convirtieron en minutos, para después horas. La mañana se perfilaba luciendo colores morados en el cielo. La profesora Mcgonagall salió del laberinto junto con otros profesores, en ese segundo se percataron de ella, la profesora se acercó lentamente hasta que termino sentándose a un lado de ella.

-Señorita Granger debería ir a descansar-dijo Mcgonagall luciendo cansada y su voz quebrándose.

-¿Harry?-salió torpemente de su boca de la castaña, su voz sonó apagada y casi sin fuerza.

Mcgonagall espero unos minutos para después negar con la cabeza, mientras gruesas lágrimas también salían de sus ojos.

-¿Voldemort?-dijo Hermione mirando a la profesora la cual gimió de dolor mientras se tapaba la cara con las manos y hacia un gesto aun peor de dolor. Asintió.

-Profesora Mcgonagall, señorita Granger-dijo una voz conocida.-Las llevare a la torre de Gryffindor-

Hermione alzo la vista con las lágrimas que salían de sus ojos apenas reconoció a la persona era El profesor Snape tenía un rostro igual de adolorido y por un segundo quiso borrársela, jamás había intentado tratar a Harry, no tenía derecho a sufrir como ella.

-Es su culpa-grito Hermione sin pensar, el profesor la miro dolido-Usted, lo savia, savia que Voldemort vendría por él, que lo intentaría matar y no dijo nada.

-Yo no savia, yo….-

-Se de la marca tenebrosa, Harry me lo dijo lo vio con Karkarov-Grito nuevamente Hermione levantándose del haciendo sus piernas temblaban apenas y sentía sus dedos-Lo savia estaba regresando y no hiso nada-

-¡¿Hermione?!-Dijo Mcgonagall mirándola sorprendida.

Hermione golpeo con una cachetada al profesor dejando una marca rosa en su mejilla, enseguida el alzo los brazos, pero no para protegerse la tomo entre ellos y la abrazo fuertemente, mientras ella golpeaba el pecho del profesor queriéndose separar sollozaba y gemía mientras lo hacía pero al poco tiempo dejo de desistir dejándose abraza.

-Yo se le dije a Dumbledore-dijo Snape quedamente mientras ella mojaba la túnica del profesor con su llanto.-Intente advertirle, no escucho-

Dentro del corazón de Hermione creció un sentimiento de odio hacia el profesor Dumbledore, pero sobre todo odiaba a Voldemort, aquel que le había arrebatado a Harry, aquel que se llevó a su mejor amigo, aquel que tenía a la persona que amaba.

-Hay que irnos-dijo la profesora Mcgonagall después de un tiempo.-Tenemos que avisar-

Snape asintió con una mueca de dolor y lentamente llevaron a Hermione en dirección del castillo, ella solo escucha el aire corriendo, los arboles moviéndose a la distancia y los pequeños animales del bosque. Cruzaron la explanada y sin siguiera darse cuenta ya habían llegado a torre de Gryffindor. Cruzo el retrato de la señora gorda, pero no había nadie, la chimenea estaba apagada y solo la luz del nuevo día se veía.

-Descansa-dijo Mcgonagall aun con las marcas de haber llorado mientras cerraba el retrato.

-¡¿Sabes de ojoloco?!-pregunto Snape quedamente.

-No, ¿Qué sucedió?-pregunto Mcgonagall aun con su voz dolida.

-Desapareció, nadie lo ha visto o sabido de el-comento Snape antes de que sus voces fueran casi inaudibles.

Subió pesadamente a su habitación, no quería dormir, quería salir a buscar señales de Harry pero dentro de su mente sabía que era imposible. Llego a su cuarto recorrió las cortinas evitando hacer ruido para despertar a lavender, me metió y sollozo nuevamente. Al siguiente día tuvo que soportar nuevamente los llantos con la señora Waesley, Ginny incluso los de Ron, esperaba oír alguna palabra de aliento diciendo que Harry estaba bien pero ninguno llegaba y de alguna forma lo peor era que los gemelos no podían hacer bromas tampoco.

Incluso después de un mes, Hermione se dio cuenta que ellos seguían sin intentar hacer alguna broma o planeando algo contra alguien, incluso pavees el posterguéis estaba cuidándose del Mcgonagall y cualquiera que lo escuchara mofarse de Harry porque enseguida le caían miles de hechizos en su contra. Nadie culpaba a otra persona que fuera Voldemort aunque Hermione también culpaba a Dumbledore y a Snape.

El profesor ojoloco fue encontrado en su despacho dos días después, contando que Barty Crouch Jr era el que había ocupado su puesto todo el año y que de alguna forma también era culpable de que Harry no regresara del laberinto. Hermione notaba como la mayoría de las personas la miraban y cuchicheaban pero no podía evitarlo ya que de noche lloraba desconsoladamente y en el día apenas y tenía energía para estudiar incluso la falta de apetito. Aunque no era la única, Ron, Neville, Ginny, incluso Deán y Seamus estaban muy cerca de las mismas.

La segunda semana en los pasillos Malfoy se burló de Harry por lo cual acabó con tentáculos en la cara los cabellos quemados y colgado de los tobillos, todo echo por su propia mano siendo vista por más de medio colegio y algunos profesores. La profesora Mcgonagall solo le dijo que no pasara de nuevo mientras Malfoy se llevaba todos los regaños y más de mil castigos por todos lados. Ron y ella se dejaron de hablar, Neville era su nueva compañía aunque el chico no fuera tan listo podía tener alguna charla sin mencionar a Harry. Las cartas de sus padres eran diarias dándoles ánimos y sobre todo intentando que no se sintiera sola aunque ella sentía que le faltaba algo muy dentro de ella.

La noche antes de regresar a su casa, preparo su baúl, aunque se había negado un centenar de veces, Ron le había entregado la capa de invisibilidad y el mapa del merodeador diciéndole que eso hubiera querido Harry. También quiso entregarle la saeta de fuego pero ella se negó diciéndole que si Harry hubiera estado en ese momento hubiera querido que su mejor amigo la tuviera. A lo cual ambos asintieron y cada quien se fue a llorar una vez más solos. Al poco entro en el gran comedor, viendo que faltaba la acostumbrara decoración. Aquella noche, sin embargo, había colgaduras negras en la pared de detrás de la mesa de los profesores. Hermione enseguida supo que era por Cedricc y Harry.

El auténtico ojoloco Moody estaba sentado allí entre todos los profesores, la silla de Karkarov se encontraba vacía. Se preguntó si estaría con Voldemort en ese momento. Más allá, estaba la profesora Mcgonagall vestida igual que siempre viéndose completamente bien pero con su cara perdida en la nada, incluso ante los toques de Hagrid no reaccionaba hasta que le paso la mano enfrente de sus ojos y ella solo sonrió un poco.

Hermione se sentó junto a Neville y Ginny, no había murmullos ni mucho menos el escandalo habitual en un banquete de fin de curso.

-El fin de otro curso-dijo Dumbledore, mirándolos a todos, al llegar a Hermione ella le mando una mirada de odio que no pasó desapercibida.

La mesa más silenciosa era la de Gryffindor y después la de Hufflepuff. Todos tenían caras de pena.

-Son muchas las cosas que quisiera decirles esta noche-dijo Dumbledore-pero quiero antes que nada lamentar la perdida de dos grandes personas que deberían estar sentadas entre notros-señalo con un gesto hacia ambas mesas- Ellos deberían disfrutar el banquete con nosotros. Ahora quiero pedirles, por favor, que se levanten y alcen sus copas para brindar por Cedricc Diggory.-

Así lo hicieron. Hubo un estruendo de bancos arrastrados por el suelo cuando se pusieron de pie, levantaron las copas y repitieron, con voz potente, grave y sorda:

-Por Cedricc Diggory-

Hermione vislumbro a Cho a través de la multitud. Le caían por la cara unas lágrimas silenciosas.

-Ahora por Harry Potter el niño que sobrevivió-dijo Dumbledore con mucho más sentimiento que antes.

Hermione miro su copa rellenándose el estruendo de las copas y las personas brindando por él, sin en cambio ella solo miraba como se hacían ondulaciones en el líquido que sostenía sus lágrimas caían pesadamente sobre de la copa.

-¿Hermione?-dijo Ginny a su lado preocupada.

-No-contesto ella sin siquiera saber por qué.

-¿No?-Repitieron varios a su lado llamando la atención de todo el gran comedor.

No podía brindar a la memoria de Harry, no había evidencias que estuviera muerto, no savia si estaba en algún lugar perdido o herido, no podía aceptar que él no regresara, y sobretodo ella no sentía que estuviera muerto.

-No-dijo esta vez mas fuerte atrayendo muchas más mirada.

-Cedricc y Harry ejemplificaban muchas de las cualidades que distinguen a sus casas-prosiguió Dumbledore-Eran amigos buenos y leales, trabajadores, valiente. Sus muertes….-

-No-grito Hermione a todo pulmón callando al profesor.

El silencio reino por unos segundos Dumbledore la vio confundido y se acercó unos pasos.

-Sé que es difícil pero….-

-No está muerto-grito Hermione desde el fondo de su corazón.

-Hermione-dijo Ron un tanto lejos de ella- Harry esta… es ... esta…-

Hermione golpeo su copa en la mesa derramando todo el líquido.

-Yo lo sé, el no pudo morir él es fuerte-dijo Hermione para sí misma.

-Mi niña-dijo Dumbledore que se había acercado demasiado-Lamento la pérdida de Harry pero él no va a volver-

-Por qué usted lo dejo ir directo a su muerte-grito Hermione con un nuevo odio. Seguido de un silencio sepulcral.-Dejo que Voldemort lo atrapara y todo esto es su culpa-

Ron miro al profesor el cual solo bajo la mirada enseguida un murmullo recorrió todo el lugar. El profesor regreso a su lugar continuo su discurso como si ella nunca hubiera intervenido causándole más rabia salió rápidamente mientras cintos de pares de ojos la seguían.

Su baúl estaba listo, pero no le importaba nada de eso, y aunque todos la miraban ella simplemente anotaba en sus pergaminos intentando saber dónde podría estar Harry o que podría haber pasado tachando una y otra vez las posibilidades.

-Hermione-

Miro a su alrededor, Víctor Krum estaba subiendo al escalinata hacia ella. Tras el vio Fleur con su hermana seguramente debatiéndose si decirle algo o no, El caballo de Beaxbatons no tardarían en despegar.

-Yo siento lo de…-

-Ahórrate todo eso Víctor-dijo Hermione regresando a su pergamino-No me interesa que lo sientas-

- Si bueno, quería invitarte a mi casa en estas vacaciones y saber si nos podríamos escribir-dijo Víctor un poco apenado.

-¿Enserio?-dijo Hermione con tono molesto- A pasado todo un mes y lo primero que escucho de tu boca es una invitación-

-Yo no savia como acercarme y con lo de Harry me fue imposible-dijo Víctor sonando consternado.

-Víctor será mejor que te vayas antes de que te pase lo mismo que a Malfoy-dijo Hermione tomando su baúl y largándose del lugar mientras el búlgaro la veía dolido.

El tiempo no pudo ser más diferente en el viaje de regreso, su cubículo era con Neville y Ginny aunque no escuchaba ni una sola palabra solo veía el paisaje de las montañas lagos y pensando que podría estar pasando Harry. No había ni una nube en el cielo, Crookshanks se había hecho un ovillo sobre un asiento libre. Neville intentaba hacer reírle pero solo sonreirá un poco debes en cuando. Llego el carrito de la comida y ella solo compro un ejemplar del profeta. Dolida vio como no mencionaba nada de la muerta de Harry o de cualquier otra cosa relacionada a el así que lo doblo y siguió viendo el cielo azul esperando que donde estuviera Harry también lo pudiera ver. Al llegar a la estación vio a sus padres los cuales les sonreían, ella los abrazo como nunca sintiéndose más contenta pero al mismo tiempo sabiendo que entre más tiempo pasaba más creía posible la muerte de Harry después de todo no había mandado una carta o alguna señal de donde estaba. Se despidió de los Waesley y se subió al auto familiar, intento no pensar por un rato pero al cabo de una hora se percató que no se dirigían a su casa más bien estaban en Privet drive.

-¿Por qué estamos aquí?-pregunto Hermione sintiendo que le faltaba el aire.

-Hay que dar nuestro pésame, hija-dijo su padre intentando sonreír.

-¿Es necesario?-pregunto Hermione sabiendo que era imposible escapar de esa situación.

-Solo estaremos unos minutos-contesto su madre intentando consolarla.

Salieron del auto fueron al número 4 y tocaron el timbre ella iba enfrente esperando que no fuera tan doloroso para sus tíos de Harry, enseguida escucho música. Alguien abrió la puerta un joven algo regordete.

-SI-dijo con tono petulante.

-Soy Hermione Granger y vengo a dar mi más sentido pésame a tus padres-dijo Hermione con la voz entre cortada.

-Ha-dijo el chico como si no fuera de importancia-Mamá, Papá- grito tan fuerte que pensó que tal vez estaba sufriendo de verdad pero enseguida vio una sonrisa que le saco un tanto de quicio.

Por la puerta se perfilaron un hombre mayor con bigote poblado su anchura solo se comparaba con la de su hijo y su esposa era todo lo contrario flaca alta y para muchos parecía que olía huevos podridos.

-Si-dijo el señor, Hermione entendió por que su hijo se comportaba así.

-Hola, somos los Granger y venimos a darle nuestro pésame-

-¿Pésame?-dijo la mujer.

-¿Alguien se murió?, ¿marjory?-dijo el señor espantado.

Las noticias no habían llegado a sus oídos pensó Hermione y esperaba que no se derrumbaran ahí mismo en el pórtico si no ella también lo aria.

-Harry-dijo Hermione con voz en llanto-Esta desaparecido y se cree muerto-

-Haa, si, si ya no los han dicho-dijo el hombre como si nada- Bueno si es solo eso, discúlpenme pero tenemos cosas que hacer-

Hermione sintió su enojo crecer, cavaba de informar que Harry si sobrino y primo estaba desaparecido o muerto y ellos solo decían "si" iba a replicar pero le cerraron la puerta en la cara causándole más enojo.

-Bueno todos reaccionan diferente-dijo su padre también pareciendo enojado-Es mejor que no nos metamos con este tipo de gente-

-Pobre chiquillo aguantando a estas personas y se era tan bueno-dijo su madre mientras la conducían a adentro del auto pues simplemente quería sacar su varita y destrozar media casa.

Se sentó nuevamente intentando calmarse sabiendo que aquellas personas eran lo peor que le pudo pasar a Harry. Suspiro pesadamente y dejo caer nuevas lagrimas enfrente de sus padres ninguno de los dos dijo nada solo su madre se pasó al asiento trasero la abrazo hasta que callo dormida.

En la mansión Riddle en una habitación oscura había una figura colgada con grilletes en las manos y los tobillos, mientras era golpeado por un hechizo de un mortifago aquel sujeto gemía y gritaba de dolor y una nueva tanda de hechizos le daba haciendo que un hilillo de sangre callera desde su pie al piso. Una risa malévola salió de la oscuridad.

-Déjenlo-dijo la vos de lord Voldemort-Mañana seguiremos-

Todos salieron mientras cerraban la puerta, aquel sujeto respiro con fuerza mientras se removía violentamente, alzo la vista tenia golpes en todos lados, moretones y sangre. Lo que llamaba la atención era una cicatriz en forma de rayo que estaba sobre su frente.