Una familia

Holiwis, yo de nuevo con otra historia para ustedes :3 aún no decido que tan larga será, pueden ser solo un par de capítulos o tal vez unos 10 o 20, eso el tiempo lo dirá, tampoco creo que será muy largos (No como este) así que ahora que ya dije todo, pues a disfrutar la historia.

Besos!

Asile-chan

"Familia…"

Una palabra que para muchos pasa totalmente desapercibida, todo el mundo tiene una ¿no?, si fuera así todo sería perfecto, pero existen casos que se cuentas en cientos, de niños que no poseen ni siquiera conocimiento de quienes fueron sus padres.

Entre todos esos casos archivados en miles de orfanatos, se encontraba el de Mikasa Ackerman, una chica que quedó huérfana a los 2 años, cuando unos sujetos mataron a sus padres, así, nada más, eso junto a su nombre era la única información que poseía sobre ella y su pasado.

Se crio durante su infancia en el orfanato de la ciudad de María; pues eran tiempos duros, y durante años pocos o ningún niño fueron adoptados; todos los que se iban era porque alcanzaban la edad máxima permitida y se les dejaba a su suerte, cruelmente, sí, pero en una sociedad que pasaba por grandes problemas económicos, eso era todo lo que quedaba.

La chica vio a muchos con cara de terror al tener que salir al mundo exterior, porque si bien en el orfanato la comida no era en abundancia y las habitaciones, además de la educación eran lo más bajo que podía imaginarse, al menos un techo cubría sus cabezas, y el pan duro que muchas veces era su único alimento nunca faltaba.

Pasaban así los años y a ella le tocó también el turno de abandonar el que puede decirse, fue su hogar; así que con 15 años recién cumplidos fue obligada a enfrentar el incierto mundo que se encontraba fuera del orfanato.

Comenzó a vagar de un lado a otro, observando las caras llenas de preocupación y tristeza de los habitantes de la ciudad, todo era gris, aunque poseyera muchos colores diferentes, pues todos se miraban ensombrecidos por las miradas vacías de las personas. Caminó durante días, en los que el agua y migajas de pan fueron su único sustento; llegó a otra ciudad sin siquiera planearlo, "La ciudad subterránea" pero esta era igual o más deprimente que la anterior, además que sus habitantes la miraban recelosos, como si fuese ella una ladrona; decidió que saldría de ese lugar y buscaría refugio en otro lado, pero ya estaba anocheciendo, y su cadavérico cuerpo no soportaría el frío de la noche otro día más. Busco refugio en una caja de cartón un poco más grande que ella, que se encontraba a la par de un puesto de baratijas, intentó meterse dentro para resguardarse, pero el mercader que se encontraba en el puesto de baratijas la tomó por un brazo y empezó a zarandearla, tildándola de ladrona y muchos improperios más.

-Pequeña ladrona, pagarás por intentar robarme—dijo el robusto hombre.

-Yo no quería robarle—fue lo único que articulo ella con voz rasposa, pues desde hace horas que había acabado la ración de agua que había logrado conseguir.

-Todos dicen lo mismo, pero te enseñare a no volver a hacerlo—seguía el hombre—veremos si después de que te venda al burdel y trabajes como mi ramera te arrepientes—decía con una malévola sonrisa.

-No, por favor—dijo ella a duras penas, sin fuerzas para defenderse, y con muchos mareos debido a los bruscos movimientos del hombre sobre su frágil cuerpo.

Pero de repente sintió como el hombre gritaba y alguien la halaba fuera de ahí.

-Maldito mocoso, algún día me las pagaras—gritó el hombre que, debido a la velocidad con la que alguien la llevaba, se encontraba lejos de ella. Volteo curiosa la cabeza para ver quién era él la había sacado de ese lugar, y logró ver aun entre mareos y la rapidez con la que iban, una cabellera azabache y un brazo que la sujetaba fuertemente, podía tratarse de alguien malo, alguien que quizá solo la haya ayudado para hacerle algo igual de cruel o peor que el mercader; Mikasa sabía que no tenía que bajar la guardia en ningún momento, pero esa cabellera y ese fuerte apretón le daban una sensación de seguridad que era incluso tonta hasta para ella.

Se detuvieron después de cruzar unas cuadras más, enfrente a una choza en bastante mal estado.

-Entra—dijo su rescatador volteándose a verla, ella solo lo siguió, sin asentir ni negarse, estaba confundida, y decidió que lo mejor sería seguirle la corriente, y si intentaba hacerle algo, defenderse con todas las fuerzas que su débil cuerpo poseyera.

Ya adentro se recostó en un rincón del pequeño lugar, podía parecer descuidad de afuera pero era otra historia por dentro; estaba totalmente limpio y tenía un agradable olor.

-Toma—dijo el extraño ofreciéndole un vaso de agua, que ella dudo tomar, podía contener alguna sustancia mala, y debía de estar alerta—TSK, No tiene nada malo, toma—dijo acercándose más, permitiéndole ver a la chica su rostro bien, pues cuando volteo a verla la primera vez, ella se encontraba tan mareada y cansada que solo logró ver una mancha borrosa donde se supone iría su rostro; era un chico de ojos azules y cabellos negros y bien recortados, tenía una mirada y gesto neutral, que le impedían saber siquiera si estaría cansado por correr tanto, se miraba bastante delgado, casi tanto como ella, lo que la hizo suponer que debía estar en buena forma para no haber caído rendido después de correr y llevarla a ella casi a tirones. Ella tomó el vaso de agua entre sus manos y tomo varios sorbos, hasta quedar satisfecha, mientras sentía como su garganta estaba menos rasposo.

-Gracias-dijo Mikasa luego de sentirse mejor.

-No te metas en más problemas, este lugar es peligrosos—fue la respuesta del chiquillo.

- No tengo adonde ir—dijo ella, sin tristeza ni remordimiento, solo como un hecho verdadero.

-¿Tus padres?—preguntó el chico.

-Muertos—respondió ella.

-¿Familia?—dijo él sin saber que la pregunta dejaría a la chica que acababa de rescatar meditando, sin saber que palabras usar para contestar esa interrogante.

-No se que sea eso, nunca la he tenido—contestó luego de un rato-¿Y tú?—pregunto ella ahora.

-Tampoco lo sé—respondió el chico que cambio solo un poco su gesto neutral por uno con un deje de tristeza.

-¿Tus padres murieron también?—pregunto Mikasa.

-No, a mi padre nunca lo conocí, y mi madre me dejo a mi suerte desde los 4 años—le confeso el chico.

-¿Por qué te dejo? ella curiosa, era la primera vez que hablaba tanto con alguien, pues en el orfanato era prácticamente invisible para todos.

-Trabajaba en un burdel, y yo fui producto de alguno de sus clientes, vivió cuatro años ocultando mi existencia, pero al final la descubrieron y me dejo para no perder su trabajo—dijo e hizo una pausa como pensando si había sido sensato decir o no eso—solo me dejo con unos papeles con mi nombre y un logo que tenía grabado "Rivaille" en la parte de atrás—dijo y se levantó para ir traer dicho objeto y enseñárselo a la chica, ella se quedó sorprendida al ver algo tan brillante a pesar de lo desgastado y viejo que se miraba en algunos lados.

-¿Te llamas Rivaille?—pregunto ella.

-Levi—respondió—Levi Rivaille—dijo.

-Bonito nombre—contesto la chica.

-¿Cuál es el tuyo?—preguntó directo.

-Mikasa Ackerman—dijo ella.

-¿Cuántos años tienes?—pregunto curioso.

-15, y ¿Tu?—dijo Mikasa.

-18—respondió Levi.

-Un gusto—dijo la chica.

-Un gusto también—respondió él.

-Es noche, puedes quedarte a dormir hoy si quieres—dijo Levi a Mikasa, quien acepto la idea.

Él le preparo una cama improvisada para dormir en la sala mientras ella utilizaba el cuarto de él, fue una buena noche para ambos, pues ella había logrado dormir en un lugar cálido y él había logrado un poco de compañía por primera vez.

A la mañana siguiente ella desayunó junto a Levi y luego partiría, a quien sabe dónde, a buscar de seguro otra ciudad a donde ir.

Todo volvería a la normalidad para ellos, él seguiría robando para sobrevivir, y ella seguiría vagando hasta encontrar a donde ir; así eran las cosas, así debían ser, pero a ambos se les hizo triste separarse, incluso después de tan pocas horas juntos; él temía por su seguridad, y ella porque lo atrapasen y lo hicieran pasar mal, eran iguales después de todo, dos niños solitarios y abandonados.

-Gracias por todo, Levi—dijo ella en la puerta de la choza dándole una pequeña sonrisa.

-No fue nada—fue la corta respuesta de él, quería decirle que se quedara, pero no sabía cómo hacerlo-Cuídate—termino diciendo solamente.

Ella quería quedarse, había encontrado buena compañía en ese chico de cabello azabache—Adiós—fue lo que atinó a decir, pues, no podía quedarse sabiendo que solo le causaría problemas.

Y ahí se separaron, dejando un pedacito de sí mismos en el otro, agradeciendo haberse encontrado, pues por primera vez se sintieron humanos, contaron al otro esos secretos triste que nadie sabía, y liberaron al menos un poco de las tristezas que llevaban en el corazón.

- 10 AÑOS DESPUES-

"Mikasa Ackerman, la mejor periodista de nuestra generación llega a la ciudad María para el encuentro más grande de periodismo del año, la joven prodigio fue elegida para el premio "In honoris" de este año"

Ese era el titular de la gran mayoría de periódicos de las editoriales de todo el país, era una noticia única y esperada por muchos seguidores de la periodista prodigio, Mikasa Ackerman, que con solo 25 años y con un pasado que nadie conocía, se había convertido en la mejor de su clase al estudiar, y luego, en la mejor periodista de la generación, llevando siempre las noticias más recientes y completas a todos los televidentes de "Noticias Titán" la cadena de noticias más importante internacionalmente.

La chica que residía actualmente en Shinganisa, sería la persona más joven en recibir el título "In honoris" que se es entregado a los periodistas con una larga racha de noticias importantes y únicas bajo su nombre. Era para muchos la perfección hecha mujer, pues además de su gran inteligencia y agilidad, se encontraba su belleza inigualable, sus curvas prominentes y su cuerpo bien ejercitado, junto a sus perfectas facciones que siempre tenían una expresión exacta para cada noticia o evento que ella reportara.

Graduada de la mejor universidad de Periodismo, se podía decir que la chica miraba un futuro brillante por cualquier lado al que ella voltease la vista. Lo único que para algunos chismosos que hablaban de ella en sus programas faltaba, era que eligiera por fin a uno de sus tantos pretendientes para una relación; se había rumoreado que salía con el doctor Armin Arlet, director general del hospital de Shinganisa, pero esto fue desmentido por ellos mismos y hasta por la gemela de este, Historia Arlet, dueña de la cadena de cadena de cosméticos "Queen", afirmaron que solo eran buenos amigos desde la universidad. Pero se sabía que habían muchos otros que gritaban a los 4 vientos su interés amoroso por la increíble mujer, entre ellos se encontraba Jean Kirstein, Abogado del bufete más importante de la región, Eren Jeager, reconocido arquitecto heredero de la empresa "Jeager Inc" que tenía entre su interminable lista de trabajos, el haber diseñado los planos del nuevo Aeropuerto de Shinganisa; y la cantante Annie Lionheart, quien quedo encantada con ella (tanto como para revelar su bisexualidad) desde que Mikasa la entrevistó cuando anunciaron su nuevo disco.

Pero aun así Mikasa afirmaba no tener tiempo para asuntos amorosos por el momento. Pero lo que nadie sabía era que la famosa mujer temía involucrarse amorosamente con cualquiera, nunca había conocido de amor, pues nunca lo había vivido, por lo que imaginarse al lado de una persona que en cualquier momento puede irse la hacía pensar dos veces antes de abrir su corazón a alguien; apenas con Armin e Historia había agarrado un poco de confianza como para contarles sobre su oscuro pasado, y esto después de años y años de amistad.