Bueno, tuve un fin de semana lleno de inspiración Amuto y por eso logré escribir tres historias nuevas. Aunque es solo esta la que alcancé a terminar, las demás son un poco más largas. Supongo que esta es más corta porque la escribí como una historia adjunta a otra que también comencé a publicar s/8194375/1/Tsukiyo_no_Marionetto_2
Como sea, esta historia es 100% Amuto y consta de tres capítulos cortos. Empieza con el regreso de Ikuto, casi seis años después del final del manga. Ese es un dato importante, porque me basé en el manga para escribir esta historia, aunque hay unos pequeños detalles que saque del anime y que solo lo hice para agregarle ese toque extra de gracia a la historia.
Si la universidad no me deja muerta, mañana subiré el otro capitulo. Claro, también es importante que dejen reviews, ya que me gustaría saber su opinión y si hay algo que les parecería que tendría que cambiar.
La frase de siempre. Shugo Chara no me pertence, sino a Peach Pit. Yo solo me encargo de escribir ese final Amuto que todas queríamos y no esa simple frase que nos dejaron como final.
Advertencia. Al comienzo hay una especie de introducción que solo se entenderá leyendo la otra historia.
Espero que les guste :D
La dama de la voz sanadora y el caballero de brillante armadura. Los héroes de la historia, y los hermanos más unidos. Todos sabemos la historia de su lucha, pero ¿la historia tras su origen? ¿Quién la conoce?
Pues, aquí esta.
Tsukiyo no marionetto 2: El origen de la dama de voz sanadora y el caballero de brillante armadura.
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Amu venía caminando junto a sus compañeras de la escuela de dibujo. Charlaban entretenidas sobre el trabajo que le habían puesto.
- Una imagen que represente lo que hay dentro de nuestro corazón. ¿Cómo se supone que debemos interpretar eso?- dijo una de sus compañeras, Misaki, mientras miraba atentamente a Amu, Karin y Mimi.
- ¿De forma abstracta talvez?- sugirió Karin.
- O de manera filosófica- continuó Mimi- Con tus sueños, ideales y esas cosas.
- Lo que hay dentro de nuestro corazón son sentimientos, son los sentimientos los que llenan el corazón, los que lo hacen brillar- dijo suavemente Amu, mientras posaba una mano sobre donde se encontraba su corazón.
El recuerdo de Ran, Miki, Suu y Dia, que hace tiempo habían desaparecido, era lo que cruzaba por su mente. En eso, la imagen de alguien más apareció y ocupó todo. Era alguien que había partido mucho antes que las chicas y a quien Amu recordaba siempre. Un sentimiento calido comenzó a llenar su corazón.
Y allí estaba. La sonrisa persistente de Amu, creyendo en su regreso.
- Ikuto- murmuró suavemente- Amor- volvió a decir, sabiendo lo que había dentro de su corazón.
- ¿Eh? ¿Amor?- dijo en voz muy alta Karin. Sobresaltando a Amu.
- Amu-chan ¿estás enamorada?- preguntó Mimi, con un brillo en los ojos.
La cara de Amu comenzó a colorearse mientras las tres la miraban fijamente. La vergüenza era notable. Hace tiempo había dejado su actitud Cool & Spicy y ahora era más honesta con sus sentimientos, pero ser descubierta así aun la avergonzaba.
- ¿Y bien? ¿Estas enamorada?- preguntó ansiosa Misaki.
- Claro que lo está. Mira como esta de roja- ella no tenía que mirarse en un espejo para saber que lo que decían era cierto, ella sentía su cara arder.
- ¡Kya! Amu-chan esta enamorada- dijeron las tres al unísono.
- Ahora solo falta saber de quien- dijo Karin con una sonrisa.
- Si lo nombró, solo que lo dijo en voz baja- se quejó Misaki.
- Dinos Amu-chan ¿como se llama aquel del que estas enamorada?- pidió Mimi.
- Eh etto…- fue dando pasos hacía atrás de manera imperceptible, aún no lista para confesar aquello- ¡Ah! Miren la hora, tengo algo que hacer, ¡nos vemos!- y se largó a correr de allí a todo velocidad, sin dar tiempo que la detengan.
Aunque estaba bastante lejos de su casa, llegó rápido y entró, notando como solo estaba levemente cansada. Había corrido más de un kilómetro y estaba bien. Pero cuando se encontraba con Kukai y este la sacaba corriendo como parte de su entrenamiento- a pesar de que ya no eran guardianes- quedaba exhausta. Eso la hacía pensar ¿en que consistían los entrenamientos de Kukai?
Tomó aire antes de abrir la puerta de su casa y apenas la pasó, su padre apareció de la nada. Haciendo drama, para variar.
- ¡Amu-chan!- dijo con lágrimas en los ojos- No estoy listo para dejar ir a mi Amu-chan- y saltó sobre ella, ahogándola en un abrazo.
- Ya, ya, Papa. No me voy a ninguna parte- le consoló suavemente.
- Nunca dejaré que la tenga- dijo separándose de ella y alzando un puño hacia el techo, como para darle fuerza a su declaración.
- ¿Eh? ¿Tenerme?- preguntó confundida- ¿Quién me tendría?
- Ese hom…- su padre se calló porque su madre le había pegado su cámara en la cara.
- Okaerinasai Amu-chan- la saludó su madre, aún sosteniendo la cámara contra la cara de su padre.
- Ah Hi- la saludó- ¿Qué le pasa a Papa?
- Nada, sabes que siempre es así.
- Pero está mas raro que de costumbre- concluyó.
- Debe ser el clima. ¿Por qué no subes a tu cuarto a cambiarte? La cena está casi lista.
- Esta bien- dijo encogiéndose de hombros y subiendo por las escaleras.
Aquella noche, después de haber cenado y darse un baño, acompañado de su usual vaso de leche al final, Amu se dirigió a su escritorio dispuesta a comenzar con la asignación de esta semana. La secundaria había terminado, y mañana era la ceremonia de graduación. Y la escuela de dibujo a la que asistía solo seguiría hasta dentro de unas semanas, después de aquello también se graduaría de allí.
Habían sido tres años muy buenos, que habían acontecido luego de que descubriera su verdadero yo amante del arte, y terminara en la escuela de dibujo. ¿Quién hubiera imaginado que ella hubiera terminado siguiendo a Miki? Todos habían supuesto que sería como Ran, desde que siempre hacia Chara Nari con ella. Pero no, Amu no tenía la energía suficiente como para seguir el camino de Ran y tampoco tenía la paciencia como para seguir a Suu. Por eso era una artista, tal y como le habría gustado a Miki. Y aunque de niña dibujaba horrible, de lastima mejor dicho, había logrado combatir esa condición con mucha practica, además de dedicación, para llegar a ser una de las mejores dibujantes de su clase.
Tomó su cuaderno de bocetos, su lápiz favorito- con un adorno de gato en la punta- y comenzó a realizar un borrador del trabajo que presentaría. Había concentrado su mente en la frase "lo que hay dentro de nuestro corazón" y había dejado a sus manos dibujar inconscientemente, mientras ella seguía reflexionando. En un momento, el sonido de la lluvia fuera de su habitación le llamó la atención y paró con su dibujo. Se levantó y miró a través de la puerta de su balcón, notando lo tarde que se había hecho. La lluvia caía suavemente, pero tenía pinta de esa clase de lluvia que en serio mojaba hasta lo más profundo de los huesos, y no pudo evitar preocuparse por aquellos gatitos en la calle, desamparados en la lluvia. Suspiró, y decidió dejar de seguir mirando, solo captando ligeramente la figura de alguien en la esquina de la calle, mirando en su dirección.
Cuando volvió a su trabajo, vio que la hoja estaba totalmente ocupada. Sonrió, viendo su dibujo. En él había un violín con las notas rodeándolo y mostrando la belleza de aquel baile. La luna en la esquina superior derecha era testigo de aquella belleza, un gato solitario miraba a la luna con una pose de amor, y con un taiyaki cerca de su patita, enamorada de ella. Y por ultimo, la zona que captaría la atención de todo aquel que mirara el dibujo, estaba ocupada por un rostro apacible, que miraba dulcemente. Un rostro de rasgos cincelados, ojos profundos e hipnotizantes y una sonrisa casi imperceptible, pero obviamente allí. Acarició el dibujo, lo presentaría así. Sabía que todos hablarían, pero el profesor había pedido algo que representara lo que hay dentro de su corazón, y eso era lo que había dentro del de ella.
Tomó su pijama, se dirigió al baño a cambiarse y luego se tumbó en su cama a dormirse, ligeramente ansiosa por lo que pasaría al día siguiente.
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Se despertó temprano ese día, y con lágrimas en los ojos. Había soñado con él, con su regreso, y eso no tenía nada de malo. Lo malo es que era solo un sueño, y por eso no podía evitar llorar al despertarse. Este sueño en especial se sentía muy real, ella hubiera jurado que él había estado en su habitación y le había dicho que no estarían más tiempo separados, antes de darle un beso en la frente. Pero eso no había pasado, y dolía.
Limpiándose las lagrimas, se levantó de la cama y fue a darse un baño, para prepararse mejor antes de ir a la ceremonia. Se colocó el uniforme, colgado pulcramente en su armario, y se dispuso a arreglarse el cabello. Solo se hizo una pequeña trenza que dejó colgando al costado de su rostro y luego dejó que su cabello-largo hasta la cadera- se secara al viento, para así obtener ese rizado natural que ella quería.
Bajó corriendo a desayunar. Su padre estaba en una esquina de la cocina, arrodillado y con la cara mirando hacia la pared, mientras un aura negra lo rodeaba. ¿Y ahora que le pasaba?
- Buenos días- saludó mientras se sentaba- ¿Qué le pasa a Papa?
- Nada Amu-chan solo esta haciendo drama por nada.
- Buenos días- grito Ami mientras bajaba la escalera a toda velocidad. Nunca había perdido esa energía que la caracterizaba de niña. Había veces que ella le recordaba a Ran cuando estaba sobrepasada de energía.
- Buenos días Ami-chan- la saludó su madre- ¿Estas preparada?
- ¿Preparada para que? Hola Papa- dijo Ami, sin inmutarse ante la actitud de su padre.
- Hoy es la ceremonia de graduación de Amu-chan. Vamos a ir todos para estar con ella en este gran momento.
- ¿Hoy es?- preguntó sobresaltada Ami, Amu saltó un poco en su asiento ante su reacción. Ami se volvió a verla con ojos brillantes- ¡Kya! Hoy es la graduación de one-chan. Eso significa que hoy será…
- Hoy será cuando veras a Utau-chan que de seguro estará ahí por Amu-chan- la interrumpió su madre- ¿Y vas a ir vestida así? ¿No quieres impresionar a Utau-chan?
- Claro que sí- gritó Ami antes de salir disparada de nuevo hacia las escaleras. Amu pudo ver como su chara, una pequeña chara ardilla, la seguía.
- Bueno, eso si que fue rápido. Pero ¿por qué tengo la sensación de que la razón por la que estaba tan emocionada no tenía nada que ver con Utau?
- Debe ser tu imaginación Amu-chan. Ella siempre se emociona con todo lo que tenga que ver con Utau- le contestó tranquila su madre, sentándose.
- Supongo.
- Te ves muy bonita Amu-chan. Enamoraras chicos hasta tu último día de clases ¿verdad?
- Jaja- se rió mientras comenzaba a comer.
Ya en la secundaria, Amu estaba charlando junto a Rima, Nagi y Tadase. O al menos eso intentaban, ya que cada corto tiempo venía algún alumno de clases inferiores que quería hablar con Amu o Tadase y poder confesarse. Había varías chicas que también querían hablar con Nagi, pero la mirada asesina de Rima y el apretón posesivo sobre el brazo de Nagi las hacía desistir de la idea. Amu miraba aquella escena con una gota resbalándose por su cabeza.
Al fin llegó el momento de entrar al auditorio y los cuatro por fin pudieron estar en paz. Tadase se volvió a mirarla y le sonrió.
- Antes no tuve tiempo de decirlo, pero estás muy bonita Amu-chan- le dijo Tadase, con su típica actitud. La misma que le había ganado el titulo de "príncipe" de la secundaria también. Él era una de las personas que más confesiones recibía, siendo solo superado por Amu ya que…- Te amo, Amu-chan- le dijo dulcemente.
- Gracias Tadase, también te ves bien- le contestó, siendo políticamente correcta. Pero no hubo un te amo de vuelta. Y eso era el porque Amu era la que recibía mas declaraciones de amor. De todos los chicos de secundaria, a excepción de Nagi, y Tadase de todas las chicas, menos de Rima y de Amu.
- Esta bien si no me amas, pero al menos tenía que dar una última pelea- dijo sonriente Tadase. Y Amu se quedó pensando en que se refería con eso de una última pelea.
La ceremonia paso muy rápido y pronto la entrega de diplomas comenzó. Después de Nagi, ella se levantó a recibir el suyo. Miró hacia la gente y vio a sus padres allí, con Ami saltando de la emoción en su silla. A Utau y Kukai entre los primeros asientos, tomados de la mano y sonriéndole dulcemente. A su lado estaban Yaya y Kairi, junto a un pequeño Hikaru con el uniforme de la primaria y la capa real que le correspondía desde que él era la silla del rey desde la partida de Tadase. Le dedicó un guiño a Hikaru, a quien había adoptado como un hermano pequeño, y este se sonrojó, pero le sonrió de vuelta.
Luego de ella, Tadase pasó, y por último Rima. Cuando todo hubo terminado, los cuatro graduados, sus amigos y sus familias, se fueron a almorzar juntos para celebrar. Estuvieron un buen rato allí y luego, poco a poco, las familias se fueron yendo. Dejando a los jóvenes solos para que salieran a festejar como ellos quisieran.
- Vamos a tomar helado- sugirió Yaya, con la energía de siempre.
- Acabamos de almorzar y de tomar helado como postre, Yaya- le contestó Rima.
- Vamos a dar una vuelta por el parque- opinó Utau.
- No- contestó al instante Tadase- Digo, hagamos algo antes de ir al parque.
- Tranquilo Tadase- dijo Kukai, colocando una mano en su cabeza- Pero él tiene razón- le dijo a los demás- Vayamos a otra parte y volvamos al parque después, mas de noche es más romántico- miró en dirección a ella y Utau, a lo que Utau se sonrojó.
- Por mi esta bien.
- Bien, vamos- dijo Yaya guiándolos al centro comercial.
Algo de lo que los chicos se arrepintieron después, cuando fueron arrastrados por todo el centro comercial, y cargando las bolsas de compras de sus novias, como si fueran burros de carga. Él único que no llevaba carga era Tadase, a pesar de que se había ofrecido infinidad de veces a cargar las dos pequeñas bolsas que Amu llevaba. Finalmente, algo cansados, volvieron al parque. Los chicos se desplomaron sobre los bancos de allí, mientras sus novias los veían como pensando en lo débiles que eran. Cualquier ambiente romántico posible, arruinado. Amu dejó sus cosas en el suelo, junto a las bolsas de sus amigas y se estiró un poco. Tadase apareció de la nada con un helado de chocolate que había traído para ella, en su otra mano estaba el helado de vainilla de él.
- Gracias- le dijo, aceptando el helado.
- De nada- le sonrió tristemente, luego miró hacia donde estaba Utau, con su celular en su mano- Te amo Amu-chan, no lo olvides.
Ella no le contestó nada y solo miró su helado. Chocolate, su sabor favorito. El sabor favorito de ambos. Cerró los ojos.
- Tadase…yo- comenzó a decir-lo lamento…pero yo…
Se paró cuando sintió una melodía de violín llegar hasta ella. Se dijo que se calme, que de seguro era como otras veces y solo era una persona diferente tocando el violín. Que no se emocione demasiado.
Pero esta vez era diferente, ella lo sabía. Esta no era una simple melodía de violín, esta parecía estar hablándole, llamándola, y ella no se iba a dar el lujo de ignorarla. Se apresuró a ir en la dirección de esa melodía, tirando su helado e importándole poco, ignorando el hecho de que ninguno de sus amigos se preocupó porque ella salió corriendo.
Corrió, corrió y corrió. Desesperada por llegar al origen de esa melodía. En un momento, aquella melodía llegó a su fin y ella sintió como su corazón se paraba. No, no podía haber terminado, ¡ella aun no lo había encontrado! Siguió moviéndose, ya lejos del parque, y cerca de unos arbustos sintió como resbalaba. Supo que iba a caer.
Pero en vez de encontrarse de golpe con el duro suelo, se encontró rodeada por unos brazos calidos. Unos brazos que la llenaron de paz, que calmaron su corazón y la hicieron sentir segura. Ella atesoró esa sensación, sintiéndose mucho tiempo sin protección.
- Soy yo el que te va a proteger. No olvidaste esa promesa ¿verdad? Amu- susurró una voz grave en su oído, y de sus ojos saltaron un par de lágrimas.
La voz era un poco más grave ahora, pero ella aun podía reconocer la protección y el amor en esa voz. Más lágrimas salieron, alegres, al saber de quien era la voz.
Se volteó a ver a su salvador y su corazón se paralizó al ver aquellos hermosos ojos zafiro, que la miraban desde arriba y ligeramente tapados por un cabello del mismo color que los ojos.
- Ikuto- lloró Amu. Cruzando los brazos alrededor del cuerpo de él y escondiendo su rostro en su pecho.
Sintió que él envolvía sus brazos alrededor de ella, abrazándola y apegándola más a él en el proceso. Amu no podía dejar de llorar. ¡Había vuelto! ¡Ikuto había vuelto! Y ella no podía estar más feliz. Su corazón latía a mil por hora, latía por ella, latía por Ikuto y latía por el amor que ella sentía.
- Ikuto, Ikuto, Ikuto- siguió diciendo contra su pecho- Volviste- susurró.
Kamisama, si esto es un sueño, no me despierten nunca pensó Amu, mientras seguía dentro de los brazos de Ikuto.
- Te dije que volvería Amu. Aquella promesa que sellé con un beso, era cierta.
- Te extrañé. Fueron casi seis años sin ti. Fue muy duro.
- Perdón. Nunca deje de pensar en ti.
- Ikuto- susurró con algo de miedo- Yo…yo perdí.
- ¿Cómo?- preguntó Ikuto separándose de ella y obligándola a mirarlo a los ojos. Algo parecido a la incredulidad se dibujaba en ellos.
- Yo…perdí. Tú ganaste- le aclaró Amu- Te amo, Ikuto- le dijo mirándolo directo a los ojos, y demostrando que era verdad.
Él parpadeó en incredulidad por unos instantes, y luego sus ojos se volvieron alegres, al mismo tiempo que una sonrisa se perfilaba en su rostro.
- Te amo, Amu Hinamori- declaró Ikuto e hizo lo que ambos soñaron durante años.
La besó, y al fin, aquel deseo de años, se cumplía.
Ella cruzó sus brazos detrás de la cabeza de él y enredo sus dedos en su sedoso cabello, extasiada con el beso. Con su primer beso. Porque no había nadie que lo mereciera aparte de él, porque siempre sería de él.
Y ahora se daba cuenta. Cuando Rima le preguntaba si lo esperaría para siempre y Amu le contestaba que para siempre no. Pero era una mentira, ella lo esperaría. Lo esperaría mil vidas si fuera necesario, no, no mil vidas, una infinidad de vidas. Porque no había forma de que fuera feliz con otro aparte de él, ella solo amaba a Ikuto y no había nada que cambiara aquello.
Se separaron por falta de aire y se quedaron mirando, con todo el amor reflejado en sus ojos. Amu estaba roja e incluso Ikuto estaba ligeramente sonrojado.
- Aishiteru, Amu- le susurró Ikuto, besándola en la frente.
- Aishiteru, Ikuto- le dijo en contestación.
Ikuto tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de ella. Ella sonrió ante esa acción, y dejó que él la guíe. Completamente feliz de que Ikuto estuviera de vuelta. Terminaron en un lago cerca del cual se veía un manto de pétalos de cerezo, Ikuto la hizo que se sentara sobre el.
- Tardaste en encontrarme ¿no crees, Amu?- le dijo él burlón.
- ¿Y como se supone que iba a encontrarte siguiendo un sonido?- le contestó, volviendo a una antigua personalidad que creía olvidada. Aquella parte de si misma que solo salía cuando se encontraba en compañía de Ikuto.
- Eso es una excusa- continuó.
- Baka- le gritó- ¿Y que era esa melodía? Nunca antes la había escuchado.
- Esa, es una de las tantas melodías que compuse para ti- le contestó tranquilo Ikuto.
Amu se sonrojó ante aquella confesión y su corazón parecía correr una maratón. ¿Ikuto…la había compuesto para ella? ¿Había compuesto melodías para ella?
- Ikuto…yo…
- ¿Quieres escuchar otra?- ¡Claro que quería! Amaba escucharlo tocar el violín. Ella asintió y él saco el violín del estuche que estaba allí cuando llegaron.
Se colocó en posición y comenzó a tocar. La hermosa melodía inundó el lugar y Amu cerró los ojos, disfrutando de la sensación. Así que esta era la melodía que Ikuto había compuesto para ella, sonaba pura y calma. Casi podía escuchar las palabras y no evitaba sonrojarse cuando notaba que la melodía le susurraba te amo.
La melodía paró y Amu abrió los ojos, buscando con la mirada a Ikuto, solo para encontrarlo parado al frente de ella. Le extendió una mano y la ayudó a levantarse.
- Amu- comenzó Ikuto- Te amo más que a nada y, cumpliendo mi promesa, volví. Volví para quedarme. No quiero separarme nunca más de ti.
- Ikuto, yo también…
- Así que- la interrumpió cuando estaba a punto de decirle que ella también lo amaba- ¿Me harías el hombre más feliz del mundo y te casarías conmigo?
Se arrodilló y le mostró una cajita de terciopelo rosa, con un anillo de zafiro adentro.
Las lágrimas volvieron a salir de los ojos de Amu, mientras ella miraba a Ikuto.
- Si- asintió con fuerza- Claro que sí- soltó mientras se agachaba a abrazarlo.
Él la levantó del suelo en un abrazo y la besó con pasión. Cuando se separaron, colocó el anillo en su mano izquierda y besó el dedo donde se lo puso. Aun enredados en un abrazo, él comenzó a caminar y alejarse de aquel lago. Se acercaron a un camino y allí había un lujoso auto negro esperándolos.
- ¿Pero que?- dijo sorprendida. Ikuto se rió en su oído.
- ¿Es que no sabías que el hombre con el que acabas de aceptar casarte es un violinista internacionalmente reconocido?
- Eso no explica el auto.
- Me gusta mimar a mi prometida- ronroneó contra su cuello. Y a Amu la recorrió un escalofrío.
Se subieron en el auto y el chofer cerró la puerta tras ellos. Amu estaba cohibida ante tanto lujo. Ikuto, por otra parte, lucía acostumbrado a aquello. El auto los dejó frente a un hotel importante y Amu fue llevada por Ikuto a uno de los salones de aquel lujoso lugar. Apenas traspasaron la puerta, las luces del lugar se prendieron, y guirnalda cayó sobre ellos.
- ¡Felicidades por el compromiso!- gritaron todos en el lugar. Todos.
Y todos, estaba formado por su familia, sus amigos, las familias de sus amigos y los padres de Ikuto.
- Amu-chan- llegaron sus padres junto a ella, con Ami detrás y con brillo en los ojos.
- ¡Que felicidad!- exclamó su madre- Mi Amu-chan se va a casar y con Ikuto-kun además. Siempre supe que este día llegaría.
- One-chan. ¿Ikuto-nii al fin será mi verdadero onii-chan?- le preguntó Ami, emocionada a sus diez años.
- ¡Ami-chan!- lloró su padre- No lo llames así. Ese hombre me va a quitar a mi Amu-chan, y yo no pude evitarlo. Porque no pude vencerte Tsukiyomi.
Amu no sabía que la sorprendía más, si que todos estuvieran aquí, que Ami y su padre supieran quien era Ikuto o que Ikuto solo sonriera ante la escena que estaba montando su padre.
- ¡Esperen! ¿Ustedes saben quien es? Digo, Mama lo conoce, pero ¿Papa y Ami?
- No creíste que te propondría matrimonio sin el permiso de tus padres y tu hermana ¿verdad?
- ¿Cómo? ¿Ustedes sabían sobre él y yo? ¿Sobre que me pidió que nos casáramos?
- Todos lo sabíamos Amu-chi- le contestó Yaya- Por algo estamos aquí.
- Amu, para nadie es secreto que estás enamorada de mi hermano- habló Utau, entrando en la conversación- Aparte les pedí cooperación a todos para organizar esto, ya que Ikuto me había pedido que lo hiciera.
- Gracias, Utau- le contestó Ikuto, con el brazo envuelto alrededor de la cintura de ella, como desde que habían entrado al salón.
- Y por eso todos sabíamos que hoy Ikuto te propondría matrimonio- agregó Rima.
- Aunque tratamos de mantenerlo en secreto lo más que pudimos- agregó su madre mientras miraba a Ami y a su padre. Ami le devolvió una mirada avergonzada con la mano detrás de su cabeza, y su padre seguía haciendo drama.
- No son las únicas que tuvieron contratiempos- dijo Kukai, mientras traía a Tadase bajo el brazo- A todos pareció ganarles la emoción mientras el momento se acercaba.
- ¿Cómo no me di cuenta de lo que pasaba?- se preguntó a si misma, mientras se daba cuenta de lo obvio que era que algo pasaba.
- Es que eres muy despistada Amu-chan- concluyó Nagihiko.
- Ese es uno de sus principales rasgos- agregó Kairi, detrás de Nagi.
- Como sea, felicidades por el compromiso hermanito, y Amu- Utau la miró fijamente- bienvenida a la familia- le dijo con una sonrisa dulce.
Se acercó y la abrazó. De repente Yaya gritó "abrazo grupal" y todos se amontonaron sobre ellas.
- ¿Podrían dejar de apretar a mi prometida un momento?- preguntó Ikuto- Como saben, fueron casi seis años que no estuve junto a ella y no quiero que se vuelvan siete mientras espero a que la suelten.
Todos lo obedecieron. Y Amu volvió a quedar encerrada en los brazos de Ikuto, pero aquello no le molestaba para nada.
- Bueno, basta ya- exclamó su padre, dejando el drama. Se acercó decidido hacia ellos- Ikuto, acepto que se casen. Solo cuídala y que nunca vuelva a llorar por tu culpa.
Amu lo miró sorprendida. ¿Es que su padre sabía de las noches que sabía llorar por la ausencia de Ikuto? Ikuto solo lo miró fijamente y asintió solemnemente.
- Es una promesa- le dijo mientras estrechaban las manos.
- Supongo que…bienvenido a la familia hijo- le dijo su padre, con una sonrisa.
- Papa- susurró Amu, sorprendida ante esto. Pero muy feliz. Ikuto le sonrió.
- Bien, bien Papa, has madurado- le felicitó su madre.
- Al menos me queda Ami-chan- declaró su padre.
- Eh etto Papa- comenzó Amu, insegura si decirle o no.
- ¿Que pasa Amu-chan?- le preguntó dulcemente.
- Creo que ella quiere hablar de eso- dijo Ikuto señalando a la mesa donde estaba Ami, junto a Hikaru, los dos tomados de las manos.
- ¡Ami-chan!- exclamó antes de desmayarse. Todos se le quedaron viendo con una gota resbalando por sus cabezas.
- Supongo que fue demasiado para él recibir las dos noticias en una misma semana- declaró Ikuto.
- ¿De que hablas?- le preguntó extrañada.
- De cuando me presente a pedir tu mano.
- ¿Qué pasó?
- Pues…
He aquí el primer capítulo. El que viene esta narrado por Ikuto y habla de, precisamente, cuando él apareció a pedir la mano de Amu a sus padres.
Así que, para todos aquellos que aman los dramas del padre de Amu en relación a ella y los chicos, siéntanse alegres porque el siguiente capítulo habrá un montón de ellos. Tambien habrán muchas cosas que harán poner a Amu roja como un tomate.
Ahora algunas explicaciones, que pueden que necesiten o que les dé igual:
Primero, el puesto de Hikaru en los guardianes. Como sabrán los que leyeron el manga (hasta el Encore), cuando los chicos están a punto de graduarse de la primaria, Kairi vuelve y va a ocupar el puesto que ya tenía, el jack. Hikaru entra a Seiyo y como tendrá un shugo chara, era obvio que también estaría en los guardianes. Por eso lo lógico sería que el tomara el puesto de rey, desde que es el único puesto masculino disponible. Eso y aparte que adoro a Hikaru, simplemente no hay niño que lo supere en lindura (bueno, solo Ikuto le gana, pero no es ni necesario aclarar eso), por lo que me gusta darle el puesto más alto.
Segundo, la chara de Ami. Honestamente, no tengo idea porque la hice así, cuando estaba escribiendo esa parte de la historia fue lo único que se me ocurrió. La verdad es que no soy muy buena creando shugo charas u.u. Pero supongo que la idea me viene de la energía propias de las ardillas y que pueden volar, o planear si hablamos más técnicamente. Y como Ami admira mucho a Amu, de seguro quiere ser guardiana como ella y volar como su hermana(como la vio cuando sucedía la pelea con Utau).
Tercero, la relación de Hikaru y Ami. La agregué solo para torturar al padre de Amu, en realidad. Y porque esos dos se ven adorables juntos. ¿Alguno recuerda el capitulo donde Amu y Ami se encuentran con Hikaru y Amu le da un taiyaki en disculpa porque Ami lo había golpeado al estornudar? De nuevo, tambien encaja si uno se pone a pensar que Ami quiere ser como Amu. Si su hermana sale alguien cinco años mayor, ¿porque no puede ella estar con alguien dos años mayor?
Listo, me fui por la ramas demasiado. Tiendo a hacerlo a menudo ¬¬
Por favor dejen reviews y esperen el capitulo narrado por nuestro neko favorito, Ikuto, que es el que viene.
