Antes de empezar:

1.- Los personajes mencionados y el mundo en el que se desarrolla no me pertenecen, son de J. K Rowling, Warner y otros.

2.- Se aceptan críticas constructivas, ya que siempre busco mejorar, gracias por leer :)

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Ya había pasado más de una hora desde que su hermano se fue, pero George parecía no haberse dado cuenta, llevaba todo ese tiempo pensando en la conversación que tuvo con él, le parecía muy curioso el objeto que le describió, no creyó que algo así pudiera existir, y cada vez se llenaba más de curiosidad, quería ver como funcionaba, pero sabía que no sería fácil, y mientras más lo analizaba, más comprobaba que sólo había una manera de hacerlo, finalmente se levantó y se dispuso a bajar para abrir la tienda, pensando que pronto llevaría a cabo sus planes, era riesgoso, pero era una oportunidad única, y siendo como era, no la podía dejar pasar.

Había pasado una semana y de nuevo su hermano lo visitaba, parecía disfrutar pasar el tiempo ahí, a George no le molestaba, de hecho, le agradaba su compañía.

-¿Hoy no vas a abrir la tienda - le preguntó Ron mientras se comía una tostada.

-No, hoy no, tengo algunas cosas que hacer, y no hay nadie más que se pueda hacer cargo.

-Mm yo podría hacerlo - dijo aún con la tostada en la boca.

-Pero, ¿no tienes que ir a trabajar?

-Nah, están haciendo reparaciones de mantenimiento, y varios departamentos estamos varados, de nuevo.

-Ese lugar se está cayendo a pedazos - dijo George en tono de burla.

-Si, lo se - le respondió Ron burlándose también - ¿Entonces? ¿Quieres que abra la tienda por ti?

-Mm si, ¿Porqué no? - contestó George, aunque se sentía un poco culpable, ya que la razón de su salida era justamente buscar el objeto del que Ron le había hablado, pero no creyo que fuera una buena idea decírselo - Si eso quieres, puedes hacerlo, de todos modos ya sabes como funciona y donde está todo.

-¡Bien!, aunque la verdad no es tan difícil.

-Eso crees porque solo pasas aquí unas horas, pero ya verás como es atenderla todo un día - le dijo con una sonrisa burlona.

-¡Oye! Seguro que me las puedo arreglar igual o mejor que tú, ya verás, cuando regreses no vas a reconocer tu tienda.

-Eso no me tranquiliza en lo más mínimo - dijo George manteniendo su sonrisa - pero creo que ya no tengo de otra, así que, me voy entonces - dijo tomando sus cosas - y más te vale que pueda reconocer mi tienda cuando regrese, no quiero entrar a la de Madame Malkin por error.

-Ja-ja muy gracioso, y a todo esto, ¿a dónde vas?

-Ah mm, no te preocupes por eso - dijo George un poco sorprendido de la pregunta - solo voy por... suministros, para... ya sabes, los productos.

-Mm ok, pues buen viaje entonces.

-Gracias, mm entonces, nos vemos en la noche.

Luego, George salió de la tienda, sin estar aún muy seguro de lo que iba a hacer, ni como, pero convencido de que ya no había vuelta atrás. Unas horas después, se encontraba frente a las puertas de Hogwarts, no había estado ahí en mucho tiempo, se sentía raro, una parte de él no quería entrar, pero otra parte le decía que tenía que hacerlo, no había otra manera, finalmente se decidió, y al estar dentro se dispuso a buscar la ayuda que necesitaba para su primer parte del plan.

-¡Ey! ¡Peeves! - gritó al entrar en un salón vacío - Se que estas aquí Peeves, acabó de ver al Baron Sanguinario, se que te escondes de él, soy yo, George Weasley.

-¡Ah! ¡George Weasley! ¡Pero que sorpresa señor! ¿Qué esta haciendo aquí? - George se dio la vuelta y vio al poltergeist salir de un armario.

-Nada importante, solo... Necesito hacer algo, escucha, quiero pedir tu ayuda.

-¡Claro señor! Lo que necesite.

-Bien, primero que nada, deja de llamarme señor, solo dime George, y segundo... necesito que armes un alboroto, pero uno muy grande, tanto, que la directora tenga que salir de su despacho ¿entendiste?

-Si señ... George, de inmediato.

-¡No! Aún no, tengo que hacer algo antes, espera una media hora y entonces comienzas.

-¡De acuerdo!

-Ah, y otra cosa, nadie debe saber que está conversación sucedió ¿entendido? - Peeves hizo un saludo militar mientas asentia y salió volando de ahí.

Después de esto, George salió corriendo al despacho de McGonagall, y una vez que lo hicieron pasar ella comenzó a interrogarlo.

-Señor Weasley, vaya sorpresa ¿a que debemos su visita?

-Ah, sólo negocios profesora - le respondió con una gran sonrisa.

-¿Negocios? ¿Qué clase de negocios? - le respondió intrigada.

-Verá, no se si este enterada, pero durante la guerra mágica, Sortilegios Weasley vendió algunos de sus productos al Ministerio de Magia, y estos resultaron ser muy útiles.

-Si...

-Bueno, pues creí que sería buena idea vender productos similares a la escuela, y así, ayudar en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras - la profesora se quedó callada, mirándolo escéptica.

-¿Me está hablando enserio señor Weasley? ¿Pretende usted que la escuela adquiera sus productos, y los use en clases?

-Si ¿Porqué no?

-Bueno, primero que nada, si no mal recuerdo, esos productos tienden a ser... algo problemáticos, y en segundo lugar, su fama los precede, no creo que los alumnos vayan a tomar enserio su uso en clases, sabiendo de donde vienen.

-Claro profesora, lo entiendo, pero déjeme explicar porque debería considerarlo, verá... - en eso, llego Filch corriendo, lo mejor que podía.

-¡Directora! - gritó - ¡Tiene que venir! ¡Peeves! ¡PEEVES!

-¡Señor Filch! - le respondió enojada - pero que maneras son esas de interrumpir, ¿y que es lo que pasa con Peeves?

-Lo siento profesora - le contestó agachando la cabeza - pero tiene que venir, Peeves esta fuera de control, inundó el tercer piso, sacó las mesas de los salones, le arrojó desperdicios a los alumnos, fue a la lechuchería y espanto a las lechuzas, ¡y ahora está en el gran comedor rompiendo todo! - no pudo evitar gritar de nuevo.

-¡Por Merlín!, pero ¿qué le pasa? - dijo alarmada - ah disculpe señor Weasley, tengo que atender esto.

-Descuide, yo entiendo, aquí la espero, no se si sea buena idea que Peeves me vea, recuerde que en mis años escolares nos hicimos amigos, y tal vez mi presencia lo altere más.

-Ah, si, creo que tiene razón, bien, espere aquí, ahora vuelvo - respondió titubeando.

Una vez que se quedó solo, se levantó de la silla y empezó a mirar por todos lados, no sabía muy bien como era el objeto que buscaba, pero si que tenía que estar ahí, conforme pasaban los minutos se ponía más nervioso, esa idea empezaba a no parecer tan buena, de pronto, movió la puerta de un armario, y vio salir una pequeña luz, se acercó y se dio cuenta, de algún modo, que eso era lo que buscaba, se apresuró a sacar una pequeña caja del bolsillo de su saco y apuntó al pensadero, le aplicó un hechizo y lo encogió hasta que pudo entrar en la caja, la cerró y volvió a guardarla en su saco, después regresó a su silla y en el momento en que se sentaba entró la directora.

-¿Ya se va señor Weasley? - le preguntó.

-Oh, si profesora, creo que es lo mejor, esto parece un problema grande y creo que... es mejor dejarla trabajar.

-Si, precisamente eso iba a decirle, hay muchos asuntos que debo arreglar, ese poltergeist si que causó desastres...

-No diga más - la interrumpió - entiendo completamente, entonces me voy, gracias por su tiempo, lamento que esto sucedería, pero volveré luego, y hablaremos de esos negocios - George no dejaba de sonreír y McGonagall empezaba a verlo con suspicacia, pero tenía demasiado que hacer, así que solo se despidió y volvió a lo suyo.