"Ni Glee y sus personajes me pertenece, solo los he tomado prestados para darle un giro distinto en una nueva historia"

SOLEDAD


Sentirte solo en esta vida es normal, tan natural como nacer llorando y morir sufriendo... para muchos provocado por el mismo ser humano, para otros las circunstancia junto al momento equivocado, corroborado por el maldito vacío que hoy siento. Yo soy él sujeto experimental de aquellas pruebas.

Desde que ella se fue lo perdí todo... Perdí el ánimo de seguir viviendo, perdí las fuerzas para seguir luchando, sin poder entender, ¿Por qué ya no está?¿Por qué la deje marcharse de esa forma? ¿Por qué hoy estoy en esta habitación recordándole? Cuando no hubiera sido necesario... Yo se que debería estar a su lado, siendo feliz.

Más me duele saber que soy la único culpable de esto, de mi sufrimiento, de la estupida soledad que me impide tenerla a mi lado, ya de nada sirve lamentarse, comprendo lo que paso aquella noche y entiendo que fue apenas el inició de lo que siempre lamentare.

Aún recuerdo lo feliz que éramos juntas cuando nos mudamos a ese espacioso departamento en Nueva York, con vista a la gran ciudad que tanto le gustaba y que en ese tiempo seria nuestro hogar, la ciudad donde apenas se comenzaban a consolidar nuestras carreras. Sabia que ese sería el primer paso para iniciar por completo una vida junto a ella, anhelábamos una vida juntas... pero en un descuido todo se bino abajo por culpa de un estupido e insensible ser que con sus infundados celos herían con crueldad nuestra relación. Como siempre... yo quería tener la razón, yo siempre era la de la última palabra, mientras quien dije amar con todo mi corazón se callaba el sufrimiento provocado por mis estúpidas acciones.

Así que no tardo mucho para que su paciencia se terminara y aquella noche, estallara por completo. Recuerdo con disgusto el inicio de esa discusión, cuando ella por asuntos de su trabajo llego más tarde de lo normal, y yo, sin pensarlo, comencé a reclamarle.

¿Dónde estabas?— Pregunte arrogante apenas cruzo la puerta

Cariño, me asustaste —Exclamo recostando una de sus manos en su pecho después de cerrar la puerta —Pensé que estabas durmiendo.

Pregunte donde estabas.

En el trabajo, ya sabes como es esto —Dijo con cautela dejando las llaves en la mesita antes de acercarse a mí con una sonrisa cansada

¿Y por qué no me avisaste? Te estuve llamando y mandaba a buzón.

Lo siento cariño, mi celular se quedó sin carga y no pude avisarte.

¿Quieres que te crea eso? —Pregunte incrédula.

Es la verdad cielo, no tengo porque mentirte —Dijo con el señor fruncido deteniéndose enfrente de mí.

Esta bien, me voy a dormir —Dije fastidiada caminando hacia la habitación

¿No me crees verdad? —Pregunto dolida

No —susurre en un leve suspiro antes de entrar por completo a la habitación

Y escuché sus pasos tras de mi, torpes y pesados con enfado contenido.

¡Ya no puedo más, estoy cansada! —Gritó entrando enojada a la recámara

¿Cansada de qué?

De que no me tengas confianza, de que como siempre, terminemos discutiendo por tus estúpidos celos.

Simplemente es porque tú no te comportas como se debe en esta relación, siempre te encuentro con "amigos" que parecen más que eso, llegas tarde y ni tan siquiera me avisas que lo harás, ya casi no salimos juntas y siempre estas cansada o no tienes tiempo para mi —Respondi sin problema dando mi tonto punto de vista

¡Perdóname cariño por intentar seguir mis sueños! —Dijo con sarcasmo sentándose en la cama —Se que últimamente no he tenido tiempo, pero eso no justifica tu inseguridad, no te he engañado, ni planeo hacerlo, solo te pido por favor que me tengas confianza.

Como hacerlo si tus acciones me piden lo contrario.

¿Sabes? ¡Ya no puedo más! —Gritó de nuevo en un arranque de desesperación.

Y ese fue el final de nuestros sueños juntas, ella tomo sus maletas y comenzó a empacar cada una de sus pertenecías... yo no quería que se fuera. Así que salí del cuarto intentando calmarme, más no lo conseguí.

El silencio impregnaba con desdén la habitación, esperando ansioso morir ante el ruido que generaban las llantitas de la maleta al ser arrastradas tras de su presencia, no hablo y siguió caminando hasta la puerta donde se detuvo por completo mientras bajaba la mirada y daba media vuelta quedando enfrente de mi, podía ver sus lagrimas caer al suelo, y sentir las mías hacer lo mismo, pero nada de eso impidió que mi orgullo cesara, la impotencia, el cansancio, la ira, la frustración se interpusieron en mi ánimo dejándome con la sombra de la duda, no sabía que hacer, y fue allí donde el dolor hablo por ambas.

Después de aquello no tuvimos el valor de enfrentarnos, ella me ignoraba, y yo intentaba no prestarle atención. Fingimos estar bien, pero la realidad fue otra, yo no soporte seguir en ese departamento así que se lo deje, ella tampoco lo soporto y lo termino vendiendo, tampoco podía verla, ni ella a mí, así que dejamos de frecuentar a nuestros amigos en común. Yo por mi parte después de mucho pensarlo acepte trabajar en Londres, Inglaterra, con uno de los mejores y más reconocidos hospitales del mundo, era mi oportunidad y la tome. Desde entonces no nos volvimos a ver(no nos quisimos ver), solo se que se convirtió en una de las mejores actrices de Hollywood, vive su sueño y me alegro por ello.

No fue lo correcto y lo sé, hoy lo entiendo bien, estoy tan sola y vacío que he quedado sin razón de seguir viviendo... Y aquí en el oscuro silencio de mi departamento, sentada en el mismo sillón que desde hace mas de 3 años me ha visto recordar el arrepentimiento guardado de mis acciones, lloro y sufro en silencio.

Me duele saber que ella no está conmigo porque la sigo amando más que a nada en esta vida, y así como todos los días, siempre que necesito descansar, tomo entre mis pálidas manos aquel álbum de fotografías donde se nos veía felices destellando miradas de amor, sonrisas que demostraban cuan agradecida estaba por su presencia… y que ahora solo me hacen llorar, porque sé que fui yo la culpable de acabar con toda esa vida de alegría, saber que pude ser feliz a su lado más lo eche todo a perder, si tan solo hubiera dejado de lado mi arrogancia y ego…pero el hubiera no existe, y ahora tengo que afrontar lo que provoque, mi maldita soledad.

Ya no tengo amigos, incluso aparte a un lado a mi familia, y ahora no tengo a nadie más que a mí para afrontar este dolor, siendo el momento necesario para convertirme en una completa cobarde, irónico sabiendo que he logrado salvar tantas vidas… menos la mía.

Pero antes de marcharme al inesperado vacío que termina en la muerte de una vida inexistente, quiero que sepan que lo intente… si, intente olvidarla, superarla, salir con otras personas, pero de nada sirvió. Nada ayudo a sacarla de cada pensamiento que mi cabeza taladraba con los sentimientos del corazón y no creo que alguien pueda tomar su lugar. Lo intente, pero nada ni nadie logra llenar ese vacío que me dejo su partida, por más que intento... no sucede, y ya no soporto vivir en una mentira, en un cuerpo que ya no vive y lo único que desea es poder terminar con el sufrimiento que de todos modos lo acaba por dentro.

Antes que nada, le escribí una carta. Una donde agradecí los momentos en que ilumino mi alma, donde le deseo lo mejor y espero que sea feliz aun sabiendo que no será conmigo… sobre todo recordándole cuanto la amaba, la amo y seguiré amando a pesar de todo, aun entendiendo que fui demasiado cobarde como para decirlo antes.

Y estoy aquí con el frio golpeando mi piel en la ventana del departamento, planeo que esto sea rápido, pero no hayo otra solución, esto se acabó aquí.

Por un momento cierro los ojos, se que si doy un paso hacia adelante caeré desde 20 pisos, me estrellare en el duro suelo y moriré en la agonía de mis pensamientos… bajo la cabeza, intento respirar, lo único que logro sentir es el viento golpear en mi rostro.

Las lágrimas de miedo comienzan a resbalar por mis mejillas, porque sé que este es el final de todo… lo vivido y no vivido, de mi sufrimiento y sobre todo… de esta estúpida soledad que al fin logro acabar conmigo.

Mi suspiro final.

Mi cabeza se llena de recuerdos , mi mente divaga sus facciones en mis pensamientos, porque la veo… si, mi memoria la recuerda perfectamente, esa mirada marrón, esa sonrisa que ilumina la existencia, los miles de recuerdos de cuando éramos felices pasan por mi cabeza como si de una película se tratara y precisamente para mi mala suerte, se detienen en aquel momento que lo cambio todo. Siento la piel arder en el enojo, la frustración, la decepción y sobre todo el dolor que genera volver a verla. Pero aun así tomo fuerzas antes de tirarme y levanto mi mirada con la extraña sensación de abrir mis ojos.

Lentamente quiero comenzar mi labor, pero en aquel camino algo extraño pasa, lo ultimo que pensé ver al abrirlos era a ella, si… a ella.

Y peor aún, en ese momento en que mi vida dio la vuelta y tiro todo por la borda. Me tocó, intento reaccionar, miro hacia todos lados, pero efectivamente es aquel lugar donde todo acabo y la vuelvo a verlo, siento su presencia junto a la mía… intento acercarme para tocar su frágil cuerpo, para saber si esto es real, pero no me deja, me empuja hacia atrás y de inmediato la pequeña sensación de electricidad recorre cada espacio de mi piel devolviéndome a la vida.

Ella deja de hablar y abre enojada la puerta, se detiene antes de salir por completo y me dedica aquella última palabra que recordaba todas las noches en mis sueños

Te amo.

Me quedo estática, ella se aleja, no se porque no me puedo mover, pero de alguna forma, hago lo que no hice aquella noche… me armo de valor mientras corro hacia ella, gritando su nombre una y otra vez, hasta que la detengo en el corredor.

¡Rachel no te vayas!

Ya no lo soporto mas Quinn, no quiero seguir así.

Mucho menos yo Rachel, yo te amo, no quiero perderte… no quiero hacerlo —Dije con la voz entre cortada, de nuevo como siempre; llorando

Las cosas ya no son como antes, la chica de la que me enamore no era así. Era segura de si misma, alegre ante todo, y me demostraba una y otra vez cuanto me amaba —Dijo con un rastro de lágrimas golpeando mi petición

Yo no quiero que las cosas sean como antes Rachel, quiero que sean mejor que antes —Me sincere sin previo aviso caminando hacia ella —Perdóname por favor, no sabes como lo lamento, he sido una estupida al celarte, pero en realidad lo que quiero es un poco de atención.

¿Por qué no lo dijiste antes Quinn? Pregunto al tiempo que tomando mis manos y las entrelazaba con las suyas

No lo sé, pensé que era mejor así, que tu lo ibas a entender, la culpa es mía Rachel, perdóname por favor.

También tengo la culpa Quinn, lo siento tanto… —Dijo con la voz quebrantada, bajando su mirada al suelo.

Nos acercamos por completo y la abrase con todo el cariño que pude demostrarle en ese preciso momento intentando que nuestros cuerpos se unieran en uno solo. Su olor me desubico, me sentía bien, me sentí viva… y sin importarnos los vecinos que miraban con sorpresa.

La bese.

La bese como nunca lo había hecho antes.

Sentía amor, placer, necesidad, aquellos miles de sentimientos que parecía no había experimentado hacía mucho tiempo pero que revivían a cada instante mi pobre y desolado espíritu.

Cuando respirar se volvió dificultoso nos separamos, juntamos nuestras frentes sonriendo y mirando a la otra con un brillo y luz que siempre extrañe ver en sus ojos.

Me hinque ante su mirada extrañada y de mi bolsillo saque una pequeña cajita roja que como recordaba llevaba más de un año allí.

Rach hace mucho tiempo deseaba preguntarte algo, pero por mas que busque el momento indicado no lo encontraba… y ahora, ahora se que cualquier momento es el indicado para ser feliz.

Su sorpresa fue tal que con una de sus manos tapaba su boca, buscando la manera de dejar de llorar.

Quinn.

Rachel Barbr Berry ¿Aceptarías ser mi esposa, el amor de mi vida y única confidente?

Rachel no dijo nada, solo me sonrió y levanto acercando nuestros rostros, marcando con un beso necesitado de cariño el amor que creí perdido.

¿Eso fue un si?—Pregunte sonriente después de separarnos

Eso fue un hasta que la muerte nos separe —Contesto llorando, pero esta vez, eran lágrimas de alegría.

Real.

Si, así fue todo.

No me explico lo que sucedió, pero ahora no me importa… lo único que quiero es seguir siendo feliz, con ella, con la familia que hemos formado, con la felicidad de tenerla a mi lado.Y aquella soledad que un día sentí, o imagine sentir, se ha ido, ya no está, y menos teniendo al amor de mi vida junto a mí.

Superamos aquellos celos, aquella inseguridad, así como atreves de todo este tiempo juntas logramos fortalecer nuestra relación, y ahora somos felices. Dejando de lado aquella:

Soledad