¡He vuelto! Casi dos meses después, estoy en el hogar, dulce hogar. Y he decidido subir este two-shot, el segundo que hice, allá por hace más o menos 1 año...
Sé que no tiene casi argumento, es sobre todo lemon, pero es que... Salió así.
He decidido ponerlo en T porque el lemon no es muy fuerte, pero si alguien cree que debería estar en M que por favor lo diga.
Advertencia: Este es un fic yaoi. Se relatan relaciones sexuales entre dos chicos. Si no te gusta por favor no lo leas o dejes comentarios despectivos. Gracias.
Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece. Sólo utilizo sus personajes como diversión y sin ánimo de lucro.
Os dejo con mis humildes palabras:
-Nee~~ Endo… Bueeeeenos díaaaas.
-¡Hey! ¡Kezemaru! ¿Cómo vas?
-Bieeeen~~- respondió cantarín el defensa.
-¿Ha pasado algo? Estás… raro.
Ichirouta dio vueltas sobre sí mismo en pose de bailarina y dijo, muy feliz y con una gran sonrisa en la cara:
-Un señor me dio una cosa.
-¡¿QUÉ?!- Mamoru gritó tan fuerte que el resto del equipo fue hacia el númer del Raimon, a ver qué sucedía.
-¿Qué pasó?
-Kazemaru?
-¿Estáis bien?
-Kazemaru dice que un señor le dio una cosa.
-Sí- contestó el aludido- era una pastilla de color verde… Y la comí, y ahora ya no estoy depre~~
-Ka-Kazemaru…- el capitán, muy preocupado, se interesó por el estado de su amigo- ¿Por qué estabas triste?
-¡Por SU culpa!- el peliazul señaló a Goenji.
-¿Eh?- el delantero de fuego, no se enteraba de nada. Sólo veía que la persona que le gustaba tanto estaba en un estado lamentable.- Kazemaru, ¿quieres ir al médico?
Hiroto intervino:
-Goenji, llévatelo a tú casa, por favor. Así sus padres no se preocuparán. Di que se queda a dormir contigo y listos.
Suuya, lejos de replicarle al pelirrojo, le tomó muy en serio. Así que el número 10 del Raimon cargó al peliazul a burro y se encaminó a su casa.
"Este Kazemaru… Mira que es descuidado. Preocupar a todos de esta manera… Además, es un chico listo. No se pudo haber dejado tomar la pastilla así porque sí. Debe de estar mal de verdad. Y eso de que estaba mal por mi culpa… No me cuadra, definitivamente."
En estas elucubraciones estaba Suuya Goenji cuando llegaron a su casa. Bueno, él llegó y Kazemaru fue llevado. Goenji lo llevó a su habitación. No había nadie en casa, porque su padre estaba en un congreso de medicina y Yuka en una fiesta de pijamas.
-Suuya… Ven conmigo.
Kazemaru sentó al rubio a su lado, en la cama del delantero.
-Verás Kazemaru… Yo… ¿Quieres algo?
-Sí.
-Dime entonces.
-Te quiero a ti.
Con un rugido animal, Kazemaru se echó violentamente encima de Goenji, y ambos cayeron en la cama. El de pelo largo quedó sentado en las caderas de su perplejo acompañante. No es que Goenji no se lo creyese, es que pensó que había muerto y estaba en el cielo.
-Ka… Kaze…
-¡CALLA!- lo cortó Ichirouta- Y hazme el amorrrrr.
El delantero se empezó a poner nervioso. Un gusanillo inquieto nació en su barriga, y en unos segundos se hizo lo suficientemente grande para mandar escalofríos a su columna.
-Kaze… Yo... No quiero hacer nada de lo que te arrepientas y… verás… yo te quie-
Kazemaru se estaba quitando su camiseta, dejando su torso al descubierto, y Goenji no pudo menos que quedarse mirando, embobado.
El de pelo azul aprovechó para robar un beso intenso de los labios de Goenji.
Su primer beso.
Lo cierto es que la pastilla estaba funcionando con mucha eficacia, si su efecto era el de… digamos "abrirse" a los demás.
-Goenji-kun, como no actúes ya te la voy a meter yo…
Suuya abrió tanto los ojos que pareciera que se le iban a salir de las cuencas.
-¿Q-Qué?
Kazemaru, sin contestar a la "pregunta" del rubio ni mediar palabra, desvistió a Goenji, dejándolo en bóxers. Acto seguido hizo lo mismo con él. Las intimidades de ambos comenzaban a despertarse, y cuando se rozaron por primera vez, delantero y defensa emitieron un gemido de placer contenido.
-Te he dado tiempo para arrepentirte.- Suuya cogió a Kazemaru por las muñecas y dio la vuelta, quedando ahora el de pelo punta arriba.
El peliazul sonrió, y Goenji se derritió (N/A: Mira, sin haberlo pensado, me ha salido un pareado). No se pudo resistir, decidió que esa situación tenía que ser más romántica. No podía ser sólo sexo. Demasiadas tardes y entrenamientos mirándolo a escondidas, negándose a aceptar la realidad: realmente sentía algo por el ex – velocista. Algo más que lujuria. Hasta ahora no se había atrevido a llamarlo amor, pero ya veríamos después de aquella noche.
Suuya agachó su cabeza hasta que rozó sus finos labios con los de Ichirouta.
-Te amo, Kazemaru, te quiero desde el primer día.-admitió, deslizando los labios sobre los otros mientras hablaba.
Y Kazemaru empezó a llorar desconsoladamente.
-¿Ka…Kaze…?
-Go-Goenji… Yo… Lloré mu-mucho por ti… Y por tu culpa y ahora me dices eso y—
No continuó porque Goenji había robado un beso de sus labios.
-Besas bien~~.-Ahora el chico volvía a estar alegre.
-Mira, Kazemaru, yo sé que no estás bien ahora, sólo mírate. Estás bipolar. Y no me quiero aprovechar, pero es que eres tan mono…
-GOENJI.-Ahora el Ichirotua estaba realmente enfadado.- Quiero que me beses hasta que no sienta los labios.
Y Goenji lo besó. Lo besó mucho.
Comenzó a darle piquitos suaves, pero notó que el defensa quería más y comenzó a jugar con sus labios, succionándolos, lamiéndolos, mordiéndolos. No supieron cuándo fue, pero al cabo de un rato, sus lenguas comenzaron a jugar: luchando, bailando, acariciándose.
Goenji se desvistió por completo, y lo mismo hizo con Kazemaru, todo esto sin parar de besarse.
Ahora había un problema: Goenji debía separarse para intentar preparar a Kazemaru para… lo que venía. Lo intentó.
Grave error.
Cuando Kazemaru sintió que Goenji se separaba, le mordió la lengua, haciendo que sangrara. Goenji jadeó, y Kazemaru se limitó a cogerlo por el cuello, apretándolo a sí mismo.
Y como el pobre delantero no podía moverse, no tuvo más opción que hacer sentir placer al defensa con la mano. Comenzó así a tocar la virilidad del peliazul.
-Ah… Go… ¡Ah¡ ¡AH!- Ichirouta gemía bajo el beso, que ahora era lento y sensual. Las lenguas enredándose en las dos bocas, fuera de ellas, los dientes mordiendo todo lo que pillaban, y los labios chocando con sonidos húmedos.
Kazemaru prestó también atención a Suuya, y empezó a masturbarlo.
Ahora los gemidos eran de los dos, pero se negaban a romper el contacto de sus labios.
-¡AH!
-Mghmghmghmmmm…
Con un grito final, los dos se vinieron en los abdómenes. Poco les importó, al menos al rubio, que seguía besando con desesperación al chico que estaba debajo suyo, queriendo comérselo todo.
De repente, Kazemaru se separó del delantero.
-¡Basta, Suuya Goenji!
El aludido miró a su amante y vio sus labios rojos, hinchados y con mal aspecto (aunque no por ello dejaban de ser apetecibles). Sonrió.
-¿Te duelen los labios?
-¡Sí! Y tú nada, que seguías.
-Kaze, a mi me duelen tanto que ni los siento.
-Te amo, Suuya Goenji.
-Y yo a ti, Kazemaru Ichirouta. Y yo a ti.
Los dos se durmieron casi al instante, Kazemaru apoyando su cabeza levemente en el hombro de Goenji.
Pero un último pensamiento se formó en la cabeza del rubio:
"Por la mañana te vas a enterar. Nadie deja a Suuya Goenji dolorido y con ganas."
Bueno, eso es todo. Espero que les haya gustado. Como siempre, les pido su review si lo han leído: consejos, halagos, críticas constructivas... Lo que sea.
El siguiente capítulo llegará pronto. ¡Muchísimas gracias por leer!
Un besazo.
