Mi vida es un desastre

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.


-…Los síntomas son trastornos de la conducta y de la personalidad, seguidos de un rápido aumento de los signos de deterioro psicofísico. En gente joven se expresa como un cuadro de depresión severa.

-¿Ya existe cura para eso?- preguntó un estudiante.

-Lamentablemente, aún no se ha descubierto ninguna medicina que ayude a las personas con el Alzheimer, pero si han creado varios tipos de formas para prevenirlo-explicó el profesor.

-¿Qué tan rápido avanza?- preguntó otro estudiante de medicina.

-Depende –soltó solo el profesor- pero quizá esta pregunta deba respondérsela la señorita Haruno, así que díganos… ¿Qué tan rápido avanza? –preguntó el desgraciado que tenía como profesor y enseguida noté un montón de miradas sobre mi.

-…- guardé silencio. Este profesor era un desgraciado que siempre me tuvo mala. Jamás me preocupe en pelear con él o con cualquier otro. Así que esta no iba a hacer la excepción.

-Haruno –me llamó- le hice una pregunta, Haruno, así que díganos, ¿qué tan rápido avanza? O ¿es que no aprendió nada de su…? –preguntó con burla y yo solo me limité a apretar los puños para lo que venía a continuación.

RING-RING

-Mm, salvada por la campana –escupió el profesor prácticamente en mi cara- para mañana quiero un reporte de los avances que hay en la medicina y para ti Haruno, habrá un examen coeficiente 2, así que más vale que te prepares –dijo sonriendo con sorna y retirándose.

Como ven…

Les dije que era un desgraciado.

Mi nombre es Sakura Haruno, estudiante de medicina y empleada de medio tiempo. Tengo el cabello de un color rosa, mis ojos son verde jade, mi estatura es promedio y tengo el cuerpo de cualquier adolescente normal, mejor dicho de un adulto normal. Estudio en Harvard gracias a una beca que me gane por mis notas. Y maestros como el que vieron antes, son aquellos que excluían a la gente según su situación económica. En mi caso, la pobreza no es la situación, más bien, la clase media, aquella que obtuve gracias a los esfuerzos de mi madre.

Lo que es mi familia, pues no hay que decir mucho. Lamentablemente mi padre murió cuando tenía 9 años y de él solo tengo un pequeño relicario que siempre cuelga de mi cuello pero al que sinceramente no le tengo mucho apego sino más costumbre. No sé en que trabajaba. En cuanto a mi madre, pues, ella sigue viva, vive conmigo, sólo que ahora ya no trabaja. Solía ser una Neuróloga muy reconocida mundialmente, lastimosamente, ahora piensan que está muerta.

Aun que ganas no le faltan…

Y bueno, mi vida es un desastre. Pero no me detendré en eso, simplemente lo verán.

-¡Shannaro! Esa serpiente es una maldita embustera, sé muy bien que el titulo de profesor de lo ganó con el soborno, ¡él no debería estar aquí!- replicó mi Inner cambiando de tema y por primera vez, concordé con ella.

-Bien dicho- le apremié.

Me encaminé fuera de la universidad y tomé el transporte público que me acercaría a casa. Estaba lleno, lo que significaba empujes, pisadas y golpes sin intención en las costillas y oler las axilas de las personas que vienen de trabajar. Espero que me toque un empresario, pues, aunque escasos, al menos solían transpirar menos durante el día y mucho de ellos usaban colonias que enmascararan el olor a piel y encierro. Por otro lado, los contratistas y los adolescentes solían tener la manía de correr hacia el bus que está apunto de partir, luego de haber echo alguna actividad no apta para lugares cerrados y cuyos vestigios todos oleríamos hasta nuestra parada.

Los empresarios suelen tener automóviles por lo que no toman el transporte público, pero cuando lo hacen, bueno, son la salvación de al menos cuatro personas a su alrededor, además de tener un maletín para crear una barrera contra los más apestosos del recinto.

Espero me toque un empresario.

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Cabe destacar, que a estas alturas debe haber una escasez de la gente que usa colonia. Camino a casa no hubo empresarios, por lo que debí soportar mi corta estancia entre una señora que sufría lo mismo que yo, la ventanilla que no habría y el adolescente apestoso del frente que venía sudado con su patineta, mientras le sonreía al mundo. Pensé en valorar su ingenuidad y contento con el mundo, pero mi nariz no me lo perdonaría.

Cuando estuve a dos paradas de mi casa, salí del bus y caminé hacia ella. Aunque las mañanas y noches eran frías, seguíamos en pleno verano y el sol no perdonaba en plena tarde. Apuré el paso hasta que vi el número 18 en la casa de dos pisos, hecha de ladrillo y madera. Siempre me gustó esta casa.

-¡Ya llegué!- exclamé mientras dejaba mi abrigo en la percha y dejaba mis llaves en la mesita que había al lado de la puerta.

-Um-

-Mamá…- murmuré cansada.

Me dirigí al salón y pude ver claramente en lo que se había convertido mi madre.

De aquella persona que se llamaba Azumi Haruno, cuya personalidad atraía y hacia reír por muy arisca que pudiera ser cuando la interrumpían, no quedaba nada excepto una persona demacrada y triste. Su vida era así… Tenía el cabello canoso en años de despreocupación y no se notaba que antes lo tenía rosado al igual que yo; sus ojos azules eran opacos y su cuerpo era como una tabla. Recto, inflexible y completamente duro. Cabe decir, que esa también era la expresión de su cara.

-Konnishiwa, Oka-san- le saludé mientras le sonreía un poco y le tomaba la mano. He aquí el comienzo de la actuación…

-¡Aléjate de mí, adefesio! –me espetó mientras apartaba mi mano de la suya.

-Oka-san, deja de rechazarme –comenté mientras borraba mi sonrisa- recuerda, soy tu hija, Sakura- le hablé de forma conciliadora, esperanzada de que se acordara de mi y dejará esa habitual cobertura de hierro a la que ya estaba tan acostumbrada.

-Déjame en paz, Sakura, ahora tengo una operación muy importante, si no me preparo el paciente podría morir –explicó mientras tomaba una carpeta de yacía varios años y la hojeaba. Yo entorné los ojos al ver que volvió a perder noción de la realidad. Lo de siempre…

-Oka-san, ¡ya basta! –le grité al ver que apartaba mi mano con brusquedad por evitar que rayara un papel- entiéndelo, ¡tu no tienes ninguna operación! – grité enojada. ¡Paf! El dolor en mi mejilla fue instantáneo.

-Deja de hablar, Sakura, solo eres un estorbo en este momento, así que cállate de una buena vez –dijo en forma cortante, firme- por tu culpa, puede que el paciente muera- y al decir esto, se fue hacia el segundo piso mientras me dejaba sola y sentada, con la mejilla roja, por la bofeteada que me había dado.

-Oka-san…-murmuré, para después suspirar de cansancio, por lo menos me había reconocido en tiempo record, un gran avance.

Esta era mi rutina, levantarme a las 6 de la mañana, preparar el desayuno, vestir a mi madre sin que intentara ahorcarme porque claramente todo era más importante que ella misma, preparar mi mochila, ir a la universidad, hablar con mi madre, estudiar, ir a trabajar a la cafetería en el horario nocturno y finalmente dormir a eso de las 2 de la mañana.

-¡Sal de mi casa, intrusa!-oí musitar a mi madre mientras la veía bajar con una escoba en un intento de parecer amenazadora, lo cual no fue hasta que empezó a pegarme- ¡Si vienes a robar, vete! –y con el último golpe en mi cara, se fue hecha un enojo. ¿Recuerdan cuando mencioné mi record? Pues tan pronto como recuerda, olvida.

Tomé el botiquín de primeros auxilios que siempre tenía a mano después de conocer tan bien a mi madre -y sus trastornos de bipolaridad lucidez-demencia- y me dispuse a ir al baño para empezar a curarme y poder estudiar para el examen de coeficiente 2 que tendría mañana. Ya estaba acostumbrada, esto no cambia nada.

Y esta era mi rutina.

Que vivía cada día…

Porque mi madre tenía Alzheimer.

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Ok, estoy trágica o me inspiré en algo así, porque la verdad es que este fic, lo empecé a escribir de repente y sinceramente me esta gustando xD.

La vida de Sakura no es nada fácil y esto lo veremos según pasa la historia, porque el que su madre tenga Alzheimer no va a ser la única preocupación que tendrá.

En fin, me voy a trabajar en "Cambiando la vida" que ya bastante abandonada y en "Conviviendo en ¿tú niñez?" porque el capitulo que puse esta bastante malo, más unos one-shots que tengo pendientes.

¡Nos vemos!

Actualización: 21/01/2016 - Nada esencial, sólo detalles, pero ahora luce bastante mejor en mi opinión jaja.