.
.
Como ya había mencionado anteriormente, estoy editando mis fic´s, mejorandolos según yo, espero que les guste lo que hice con este fic.
.
.
.
.
.
.
Sakura
.
.
.
Desde hace un par de días que en casa se respiraba tensión, había escuchado a mis padres discutir y luego papá había salido con una pequeña maleta en su mano izquierda y su pasaporte en la derecha; todo sucedió tan rápido que no me dio tiempo de preguntar hacía donde se dirigía y la respuesta de mi madre fue estoica con un simple "Nuestras vidas están a punto de cambiar"
Aquello solo me había dejado más intrigada.
Ahora desde mi ventana observo como un taxi se estaciona delante de nuestra puerta y de el desciende mi padre acompañado de un joven que me es vagamente familiar, y es que después de hacer memoria llego a la conclusión que alguna vez vi una foto de él en la computadora de papá.
Corro a su encuentro.
—Sakura, cariño…—me saluda apenas me ve a los pies de la escalera.
Observo a mi madre acercarse, parece contrariada y su labio inferior tiemblaba levemente.
—Sakura, él es…
—Sasuke —lo interrumpo.
Mi padre asiente. —Su madre falleció hace unos días y ahora él vivirá con nosotros.
Asiento mecánicamente, en realidad no sé qué sentir ni cómo actuar. Conocía su existencia pero nunca habíamos hablado o visto en persona. De hecho hablar de Sasuke y su madre casi era tabú en casa, porque según sé mi padre le fue infiel a mi madre y de esa relación nació Sasuke que es apenas unos meses menor que yo.
No conozco los detalles pero mi madre perdono a mi padre después de un tiempo.
Papá suspira. —Sé que esto es demasiado repentino… —me dice pero de inmediato su mirada se desvía hacía mi madre que parece odiar la idea y no se molesta en disimularlo—, pero espero que Sasuke y tu pueda congeniar y llevarse bien.
Siento el escozor de las lágrimas por lo incierto de todo esto.
Asiento sin saber que decir.
Sasuke no dice nada, únicamente mantiene su mirada fija en la ventana.
El rostro de mi madre es de pura indignación, sin embargo no la he escuchado decir mucho.
En la cena reina un tenso silencio, Sasuke aun no había pronunciado palabra alguna y sigue con la mirada perdida, cuando termina de comer se levanta de su silla y se encierra en su nueva habitación
— ¿Estudiara en mi instituto? —pregunto para llenar el silencio.
Papá se remueve inquieto en su silla. —No, está inscrito en otro lugar.
Sé sin necesidad de responder que eso es cosa de mi madre.
— ¿Esta en mí mismo curso?
—Es apenas unos meses menor que tú, Sakura ¿Tú que crees? —responde mi madre con desdén.
—Sakumo…
—Es que acaso he dicho alguna mentira. —le refuto ella.
Papá niega con la cabeza. —Pero esa no es la manera.
Mi madre generalmente es una persona agradable y apacible, nunca me había hablado de esa manera ni mucho menos había demostrado tanto desdén hacía otra persona, creo que esta situación y varios factores que la unen son el detonante.
Nunca me falto el cariño y apoyo de mi padre así que no podía reprocharle nada, pero entiendo cómo debe sentirse mi madre.
Juguetee con mi comida, no tengo apetito y después de más silencio tenso he incomodo decido que es mejor encerrarme en mi habitación, ellos tienen que resolver sus asuntos y decidir qué sucedería con nuestra familia a partir de hoy.
Mientras subo los escalones no dejo de pensar también en la situación de Sasuke, su madre acababa de morir y puesto que fueron pocas las ocasiones que papá durmió fuera de casa he de suponer que no tienen una relación estrecha.
Decidí que si iba a vivir con nosotros por tiempo indefinido era mejor conocerlo.
Obviamente la puerta de su habitación estaba cerrada pero tras tocar note que esta se abrió sola.
—Hola. —saludo tímidamente.
Sasuke está sentado en el marco de la ventana viendo insistentemente una pequeña cadena que estaba entre sus manos.
— ¿Estas bien? —tanteo pero no obtengo respuesta.
Tomando valor me adentro un poco más en la habitación. —Lamento mucho la muerte de tu madre.
Gira su rostro hacía mí y me enfría con una mirada gélida.
—Lo que en realidad lamentas es que tu vida de cuento de hadas se haya arruinado.
Me sorprenden sus palabras. —Eso no es cierto…
—Me da igual lo que digas, ahora sal de aquí.
Frunzo el ceño indignada. — ¿Cuál es tu problema?, solo trataba de conversar contigo.
—Por qué. —escupe desdeñoso.
—Porque somos hermanos. —digo sin pensarlo pero no sintiéndome mal por ello.
—El hecho de que Fugaku te haya dicho eso no significa que lo acepte.
— ¿Por qué no?
—Por que no. —me grita.
— ¿Qué sucede aquí? —Me sobresalto al percatarme que mi padre estaba aquí—. Sus gritos se escuchan por toda la casa.
—Lo siento. —murmuro sintiéndome mal, lo que menos deseaba era tensar más el ambiente.
Sasuke se pone de pie y se acerca a nuestro padre en una pose desafiante.
—Quiero ir a vivir con Kakashi. —le exige.
—Kakashi no es tu padre. —responde papá.
—Tu tampoco. —contracta Sasuke provocando que a mi padre se le suban los colores al rostro.
Papá suspira tratando de apaciguarse. —Sé que estas molesto conmigo pero ahora viviremos juntos, y…
—Tú nunca estuviste ahí. —Grita Sasuke—, ahora no quieras comportarte como un padre. —le reprocha—Kakashi si ha sabido serlo.
Reprimo un grito cuando veo a mi padre levantar su mano ante Sasuke aunque se detiene en seco antes de siquiera rosarlo.
—Lo siento…—murmura saliendo de la habitación.
Sasuke respiraba erráticamente, furioso, y con una mirada tan llena de odio que me hace temblar.
—Siento haberte molestado…— murmuro antes de déjalo solo.
.
.
Los días siguientes continuaron igual, papá debía trabajar y por ello pasaba fuera de casa la mayor parte del día, mamá continuaba con su rutina pero poniendo especial esmero en que Sasuke y ella no coincidieran en ninguna parte de la casa, por otro lado la tarea no era demasiado extenuante puesto que este permanecía todo el tiempo que estaba en casa en su habitación y yo, yo me sentía fuera de lugar, no sabía cómo afrontar este enorme cambio de vida.
.
.
—No puedo consentir que el hijo de tu amante viva bajo mi techo. —en realidad no sé qué desato el enojo de mi madre pero no me gustaban las palabras que decía, hasta yo puedo entender que Sasuke no es el culpable de esta situación.
—Esta también es mi casa. —la contradice papá igual de acalorado—. Ha perdido a su madre, no tiene a nadie más que a mí.
—No lo acepto…si él no se va, me iré y me llevaré a Sakura conmigo.
—No lo permitiré…
Cubro mis oídos para no seguir escuchando como mis padres se hieren mutuamente. A pesar de estar apostillada en la cocina aun sentía sus gritos, parecía como si la discusión nunca fuera a terminar.
—No es buen momento para que estés aquí. —me sorprendo al percatarme que era Sasuke quien me había hablado—. Ven conmigo.
No me espera, simplemente sale y espera que lo siga...cosa que hago.
Por tanto alboroto no había caído en cuenta que para silenciar la discusión simplemente tenía que salir de ahí.
—Gracias por acompañarme —le digo mientras caminamos.
Asiente. — ¿Es la primera vez que escuchas a tus padres discutir así?
—Si…y antes de que hables sobre mi vida de cuento de hadas debes saber que no todo ha sido un lecho de rosas.
—Me disculpo por lo que te dije aquel día. —dice.
— ¿Por qué estás tan enojado con papá? —me atrevo a preguntarle al escucharlo tan conversador y casi accesible.
Se quedó callado tanto tiempo que pienso que no responderá.
—Desde que era muy pequeño he visto sufrir a mi madre por su causa, nunca estuvo en los momentos mas difíciles, cuando regresaba a casa no se quedaba más de unas pocas horas —suspiro—. Mi mamá era feliz durante ese corto lapso pero cuando se iba lloraba… siempre lo hacia
Me muerdo el labio inferior, es difícil escuchar hablar de mi padre y otra mujer. —Lo siento…
—Deja de disculparte, tú no has hecho nada.
—Lo siento. —vuelvo a decir sin darme cuenta.
Sasuke se ríe y me siento muy feliz al presenciar la escena. Su sonrisa es hermosa.
Me percato de la hora y me sorprendo al descubrir lo tarde que es. — ¿Regresamos a casa?
Él niega con la cabeza. —Esa es tú casa, regresa tú, yo me iré a casa de Kakashi.
—No puedes hacerlo.
—Tu madre no me quiere cerca.
Bajo la mirada. —Ella no es así todo el tiempo, ya se le pasara…
— ¿Cómo es que no estás del lado de tu madre?
Me encojo de hombros sin saber que responderle.
—Sigo creyendo que es mejor que me vaya.
—Por favor, no lo hagas.
Lo vi fijamente a los ojos, con ello intentando convencerlo de que huir no era la solución.
— ¿Por qué te importa lo que pase conmigo? —me pregunta muy serio.
—Eres mi hermano…me siento unida a ti —sonrió— ¿Regresamos? —tantee tendiéndole mi mano.
Sasuke se quedó pensativo pero después tomo mi mano y juntos regresamos a casa.
No sabía como papá había conseguido que mamá se tranquilizara, pero tras aquella horrible pelea se instalo una tregua silenciosa en casa. Todos intentaban llevarse lo más cordialmente posible, incluso Sasuke estaba haciendo su parte y yo no podía estar más feliz.
Con Sasuke más relajado era fácil entablar una conversación con él aunque no duraran demasiado puesto que este solo utilizaba las palabras justas para hacerse entender pero muy rápido se fue convirtiendo en alguien muy especial para mí.
.
.
Un año transcurrió rápidamente y como todos los días me preparaba para ir a la escuela, Sasuke estaba resfriado y se quedaría en casa, me da pena dejarlo solo pero él dice que no necesita ningún cuidado especial.
—De verdad no necesitas nada —le pregunto entrando a su habitación.
—Sí, puedes irte.
—Hay sopa para calentar en el microondas —digo.
—Me lo has repetido como diez veces.
—Pensé que estabas enfermo —recrimino al verlo encender su computadora.
Observa el reloj—. Tú llegarás tarde.
Maldigo que el tiempo corra en vez de andar y sin despedirme salgo corriendo para tratar de llegar a tiempo, pero no he atravesado la puerta cuando recuerdo que mi celular está cargándose en mi mesa de noche.
Me abstengo de maldecir mientras vuelvo a subir las escaleras.
—…veo que ya te sientes mejor…
—Así es —no lo conozco pero sé que es Kakashi con quien esta hablando, el amigo de su madre y quien para él es como un padre.
— ¿Cómo sigue la relación con tu padre?
—Normal…
—Sasuke —murmura el peligris en un tono de reprimenda para luego suspirar—. Tienes que hacer un esfuerzo.
—No es fácil —lo escucho decir entre dientes.
Lamento escuchar eso, quisiera que papá y Sasuke tuvieran una estrecha relación .
— ¿Qué tal la escuela? —pregunta Kakashi desviando el mismo el tema sabiendo que no conseguirá nada.
—Bien, como siempre —se forma un silencio y es Sasuke quien lo rompe— ¿Qué sucede, por qué me ves de esa manera?
—Te veo bien —escucho que le dice con cariño— ¿Has conocido a alguna chica especial?
Me tenso al escuchar su pregunta y debo reconocer que estoy más que impaciente por escuchar la respuestas.
—Puede…—dice Sasuke.
— ¿Cómo se llama?
—Es un secreto…
—Nunca me has guardado nada —lo acusa Kakashi.
Sasuke no responde y estoy segura que está sonriendo, yo por mi parte no necesito escuchar nada más, de hecho no había sido consciente hasta este momento que me había detenido para escuchar la conversación.
Obviamente llego tarde a clases y me gano un castigo, sin embargo no me importa y lo único que pienso es en lo que Sasuke había dicho.
No podía saber con quién se juntaba puesto que no estudiábamos en el mismo lugar, nunca había recibido visitas en casa así que estaba totalmente en blanco.
¿Quién podría gustarle y por qué eso debería importarme?
.
.
— Toma, te mantendrá caliente —levanto la mirada y me encuentro con Sasuke ofreciéndome un vaso de café.
—Gracias —murmuro mientras soplo para enfriar el líquido.
A unos metros de nosotros mi padre camina de un lado a otro, está muy preocupado por mi madre, quien se despertó hace un par de horas con un terrible dolor y nos pidió que la trajéramos a urgencias.
Están realizándole una apendicectomia en este momento.
Sasuke se sienta a mi lado. — ¿Cómo lo llevas?
—Estoy un poco asustada.
—No lo estés, los doctores atienden este tipo de casos todos los días.
—Algo podría salir mal…
—No pienses en eso.
Su mirada se pierde en un punto específico en la pared.
—Supongo que no eres fanático de los hospitales —murmuro y en seguida me reprendo por ello.
—De hecho no — responde después de unos segundos que sentí eternos.
—Extrañas mucho a tu madre ¿Cierto? ¿Por qué nunca hablas de ella?
¡Demonios! Qué pasa conmigo y las conversaciones incomodas.
Se pasa los dedos por el pelo. —No hay nada que decir, era una buena madre, eso es todo.
—No tienes ninguna fotografía de ella colgada en tu habitación.
Se pone de pie. —No necesito una fotografía para recordarla.
—Lo siento —murmuro comprendiendo lo difícil que era para él hablar sobre el tema.
En ese momento el doctor que estaba de guarda salió de una de las puertas asignadas solo al personal autorizado.
—Todo ha salido estupendamente —dijo apenas se topó con nosotros.
Suspiramos aliviados.
—Ahora esta sedada, despertara en un par de horas, sería mejor que regresen a casa. Ella estará bien.
—Muchachas gracias, doctor —papá estrecha su mano.
—Es un placer dar buenas noticias. —se despidió con una sonrisa.
Papá se frota vigorosamente el rostro.
—No sirve de nada que estemos todos aquí —le entrega las llaves de su auto a Sasuke—. Vayan a casa y duerman, me quedaré toda la noche.
No quiero dejar a mamá pero de alguna forma creo que se sentiría más cómoda sola con mi papá.
— ¿Estarás bien? —le pregunto.
—Si, cariño —me dice acariciando mi cabello y depositando un beso en mi frente.
—Les traeré algunas cosas por la mañana.
—Me parece bien —observa a Sasuke—. Conduce con cuidado.
Este emite un sonido que en su lenguaje tiene varios significados, supongo que en este caso es afirmativo. Aun no lleven una relación padre e hijo, más bien pienso que Sasuke apenas lo soporta.
No dijimos una sola palabra durante los quince minutos que transcurrieron del hospital a nuestra casa. Ambos enfilamos por las escaleras hacía nuestras respectivas habitaciones o ese era el plan hasta que me vi sosteniendo la parte trasera de su camiseta antes que entrara a su cuarto.
— ¿Puedes dormir conmigo?
Noto como su cuerpo se tensa.
—Sakura…
Iba a negarse y de verdad podía entenderlo pero aun así necesitaba sentirlo cerca. —Por favor…
—No es una buena idea.
—Aún estoy asustada.
—No es una buena idea —repite como diciéndoselo a sí mismo.
Me muerdo el labio inferior.
—Por favor…
Se gira hacía mí. —No sabes lo que me estas pidiendo.
La mirada en sus ojos es intensa, como nunca la había visto. Cientos de mariposas comienzan a jugar en mi estómago, nunca nadie me ha visto de esa manera.
Tomo su mano sin que proteste y continúa así hasta que lo llevo a mi habitación. Mi corazón late aceleradamente mientras me siento en la orilla de mi cama.
—Ven…
Esa mirada tan abrazadora sigue en sus ojos cuando camina hacía el otro lado para recostarse a mi lado.
— ¿Puedo acercarme?
Asiente y yo me apresuro a reposar mi cabeza en su pecho antes de que se arrepienta.
Jugueteo con uno de los botones de su camisa mientras permanecemos sumidos en un tenso silencio interrumpido únicamente por el zumbido del aire acondicionado.
—Aun no te duermes —dice de repente pero yo me quedo callada—. Necesito que te duermas.
—Para dejarme sola —lo encaro y al hacerlo mi rostro queda muy cerca del suyo.
—Es lo correcto.
Me humedezco los labios, miro sus ojos pero inmediatamente mi mirada se centra en sus labios. — ¿Lo correcto para quién?
—Sakura, no me provoques —desvía la mirada.
— ¿Quién es esa persona de la que estás enamorado? —pregunto sorprendida de que esas palabras salgan de mi boca.
Me mira con los ojos entrecerrados. —Estabas escuchando… —me reprocha—. No es de tu incumbencia.
—Te equivocas —confieso dándome cuenta en ese mismo instante que si me importa mucho…quizá demasiado para ser considerado correcto—. Sasuke, yo…
—No lo digas… —me corta intentando levantarse.
— ¿Solo lo siento yo? —le pregunto sin dar un paso atrás— ¿Estos sentimientos son solo míos?
Aparto la mirada en el instante mismo en que siento que va a irse y dejarme con esta duda, pero mi sorpresa es enorme al sentir sus labios sobre los míos. Toda mi piel se eriza y al principio es tanta mi conmoción que no hago ningún movimiento.
—Lo siento…yo…
No dejo que diga una palabra y soy yo la que lo besa esta vez.
Me yergo sobre mis rodillas mientras mis manos se posan a cada lado de su rostro, puedo admitirlo ahora, siempre había tenido curiosidad por tocar su cabello, sentir la textura entre mis dedos.
Sé que estoy haciendo las cosas bien cuando Sasuke me sujeta la cintura para acercarme más a su cuerpo.
Nos separamos por aire solo un instante.
— ¿Qué estamos haciendo? —jadea con su rostro aun pegado al mío.
Lo abrazo sintiéndome frágil pero fuerte al mismo tiempo. —No lo sé, pero no quiero detenerlo.
Su respuesta va directo a la yugular…literalmente.
Me estremezco mientras besa mi cuello y sus manos se escabullen debajo de mi camisa tocando la piel de mi espalda baja.
Me siento en llamas.
Los besos son familiares para mí, he tenido novios pero jamás, con ninguno de ellos, me sentí tan viva y deseada.
—Sasuke —jadeo su nombre cuando una nueva ola de escalofríos recorre mi cuerpo.
Nos deslizamos lentamente hacía la cama con él posicionado casi sobre mí.
Esto rápidamente está llegando a un nivel nuevo y excitante, sentir su peso, cada trozo de piel expuesta tocando la mía. Somos un manojo de labios, manos…luego todo se detiene abruptamente.
— ¿Qué sucede? —pregunto al incorporarme y verlo de pie, dándome la espalda.
—No podemos hacer esto —dice respirando agitadamente.
Hago todo lo posible para no derramar las lágrimas que se agrupan en mis ojos.
—Te amo —declaro.
Aprieta sus manos, tanto que tiemblan. —Eres mi hermana.
Tomo aire para poder hablar. —Eres mi hermano pero eso no evito que me haya enamorado de ti.
—Nunca podremos estar juntos —iba a hablar pero me detuvo con un gesto de su mano—. La vida no es un cuento de hada, esto…—dijo señalándonos de ida y vuelta—, a la larga dañara a muchos.
Bajo la mirada, él tiene razón, papá y mamá nunca aceptarían algo así y eso sin tomar en cuenta a las personas en nuestro entorno social.
Hermano + Hermana = Incesto = Tabú.
Aun así no podía rendirme. —Vámonos…huyamos juntos.
Niega con la cabeza y yo me desmorono. No puedo seguir reteniendo las lágrimas y los fuertes sollozos.
—Es lo mejor…si nos fugáramos lo perderías todo y a la larga te arrepentirías y me odiarías.
—Solo tratas de justificarte —me quejo.
Retira el cabello humedecido por mis lágrimas de mi rostro.
—No voy a hacerte cambiar de opinión ¿cierto?
—Me temo que no.
Me aparto de él y escondo mi cara entre mis manos. —No podré soportar verte y fingir que no siento nada por ti.
—No tendrás que fingir —dice y mi sangre se hela por completo.
— ¿Qué quieres decir con eso?
—En un par de días cumpliré dieciocho y me iré de esta casa…
—No…
—Ya había hablado con papá…vivir aquí no está funcionando…—me acerca a él y me abraza—. No siento amor hacía él y en cambio siento demasiado por ti.
Ni su cuerpo es capaz de calmar las sacudidas del mío a causa del llanto.
—No, por favor…
—Lo siento, es lo mejor...
.
.
.
.
Bien pues aquí les dejo el primer capítulo editado, mañana subiré el siguiente.
.
