Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin les pertenecen a sus respectivos autores, editoriales y productoras. Es una historia destinada sólo al entretenimiento y sin fines de lucro.

Traducción del fic "For the love of a child" de savvyliterate.


Yahiko salió del dojo y arrojó el contenido de la cubeta al césped, el agua sucia atravesó el aire antes de aterrizar sobre el pasto. Él sonrió y se limpió la frente con la manga de su gi.

-Ah, al fin terminé, y antes de que la busu vuelva del mercado. Tal vez pueda ir a ver a Tsubame - suspiró Yahiko al patio vacío. Dejó caer la cubeta en el porche.

-¿Siempre tienes el hábito de hablar cuando no hay nadie?

Yahiko dio un salto y miró hacia la entrada, donde Saitou estaba parado del otro lado del umbral. A pesar de haber trabajado juntos para rescatar a Kaoru de Enishi, el policía aún hacía que se estremeciera.

-¿Qué es lo que quieres?- preguntó, sacando su shinai y empezando a blandirlo.

-¿Dónde está Battousai?

-Aquí no está- contestó Yahiko, todavía blandiendo su arma. - Y si estás buscando una pelea, no te diré dónde está - añadió.

-Bien, entonces esperaré a que vuelva - Saitou se apoyó contra la valla.

-Él no peleará contigo, Saitou - advirtió Yahiko.

Saitou le dijo - No es para pelear. Tengo noticias de un hombre que lo busca.

-¿Eh? ¿Quién? ¡Dímelo!

-No es asunto tuyo.

Yahiko apuntó con su shinai a Saitou. - ¡Baka! Somos el Kenshingumi. Si alguien va tras Kenshin, vamos a ayudarlo. ¡Dime!

Saitou frunció el ceño a Yahiko, luego se dirigió a la calle.

-¡Hey! ¡Alto! ¡Vuelve aquí, ahou! - Yahiko corrió al portón tras Saitou y rápidamente vio su alta y espigada figura desapareciendo entre la gente.

Extraño,¿por qué Saitou iba a querer alertar a Kenshin que alguien lo buscaba? ¿Alguien del Bakumatsu o...el corazón de Yahiko se detuvo. Yukishiro Enishi.

-¡Diablos, tengo que encontrar a Kenshin! - gritó, avanzando a través del gentío. Enishi es la única razón por la cual Saitou se molestaría en avisar a Kenshin. Él o Shishio, y Shishio estaba muerto.

Yahiko salió disparado por un callejón y vio a Kenshin caminando. Empezó a llamarlo, pero antes de que algún sonido saliese de sus labios, un hombre surgió de las sombras y levantó a Kenshin tomándolo de su gi.

-¡Kenshin! - gritó Yahiko, corriendo hacia los hombres.

Kenshin desenvainó ágilmente su sakabatou y golpeó la muñeca de su atacante. Cayó al suelo mientras el hombre aullaba de dolor. Se puso de pie, sin molestarse en envainar su sakabatou.

Yahiko se congeló, sus ojos se abrieron sobremanera al darse cuenta de quién era el hombre. Kami-sama...Yukishiro Enishi...

-¿Qué quieres? - preguntó Kenshin, envainando lentamente la sakabatou. Yahiko se tensó, notando en su postura que estaba listo para ejecutar su Battou-Jutsu en el momento justo.

-Bastardo - le gruñó Enishi a Kenshin, sacando un libro de una bolsa atada a su cintura y lanzándoselo. Kenshin lo atrapó antes de que tocara el suelo. - Maldito bastardo. Debería matarte por lo que hiciste.

-Pensé que resolvimos nuestra situación por la muerte de Tomoe, Enishi, - replicó Kenshin, calmo, creyendo que Enishi no lo atacaría en la vía pública. Además, no pudo detectar ningún arma, escondida o no, en su cuerpo. Miró al libro, reconociéndolo como el diario de Tomoe.

-Algo así, Battousai. - Enishi escudriñó la cara de Kenshin por un momento. - ¿Cuánto realmente leíste del diario de mi hermana?

-No mucho, - Los ojos de Kenshin se estrecharon. - ¿Por qué?

Enishi escrutó el rostro de Kenshin más de cerca, luego se echó para atrás riendo. - No lo sabes, ¿no? ¡Realmente no lo sabes! Entonces dejaré que lo descubras por ti mismo, Battousai. El conocimiento de lo que hiciste será peor que cualquier herida física que pueda hacerte. - El hombre peliblanco caminó hacia la calle. - Me iré a China antes de que esos policías ahou decidan atrapar mi trasero. Sayonara, Battousai.

Kenshin miró a Enishi, luego al diario. Se preguntó qué más podría haber hecho para dañar a Tomoe, especialmente para motivar a Enishi a que lo supiera, arriesgándose a que lo capturaran. Después de todo, matar a su prometido, y luego matarla a ella tenía que estar en el tope de la lista de las cosas que podrías hacer para lastimar a un ser amado. Metió el diario en su gi y se dirigió a casa. Kaoru estaba en el mercado y Yahiko probablemente en el Akabeko. Podría leerlo solo.

Yahiko observó a Kenshin regresando al dojo, luego se fue corriendo al Akabeko.


Kenshin controló las puertas, asegurándose de que escucharía si alguien las abriera al regresar a casa. Fue hasta el porche y se sentó sobre la suave madera, tratando de no dejar que la curiosidad lo abrumara. Sacó el viejo diario de su gi y examinó el libro. La encuadernación estaba muy deteriorada y a punto de romperse. Lo repararía más tarde, para luego regresarlo a la tumba de Tomoe

Hojeaba el diario, recordando las pocas anotaciones que había leído. No había que ser un adivino para darse cuenta de que ella empezó el diario cuando se comprometió por primera vez. Escribía todos los días, y el libro parecía completo. Hojeó hasta la parte de atrás para leer sus últimas anotaciones.

Las últimas dos páginas del diario parecían estar pegadas la una con la otra. Le tomó un rato separarla cuidadosamente. Notó que alguien había hecho lo mismo antes. Probablemente Enishi cuando lo leyó. Echó un vistazo a la fecha de la anotación.

2 de enero...el día en que Tomoe murió.

Sus ojos se abrieron de asombro. Debió escribirlo la mañana en que lo dejó, mientras él todavía dormía. La curiosidad lo embargó y empezó a leer.

"No sé qué hacer. Espero poder negociar la vida de Kenshin por la mía. Pero, lo que descubrí ayer lo cambia todo. De todo lo que confesé anoche, hay una cosa que le oculté. Pero lo conozco. Él iría detrás de ellos por nosotros."

¿Nosotros? Un escalofrío empezó a correr por los huesos de Kenshin. ¿"Nosotros" eran ella y Enishi? ¿O eran ella y alguien más?

"Es mi problema. Yo hice que nos metiéramos en esto y yo haré que salgamos. Sólo cuando esté segura de que no lastimarán a Kenshin le diré que estoy embarazada."

El diario cayó de sus manos, y el deteriorado libro terminó de romperse al golpear el suelo. Las hojas se apilaban a sus pies mientras él se tomaba la cabeza con las manos.

Kami-sama...Tomoe había estado embarazada. De su hijo.