Prefacio

Él.

Siempre es él el que consigue que me ponga nerviosa, el que consigue que me tiemblen las piernas cuando me dice cosas bonitas, el que consigue que me sienta mejor en los momentos de bajón, el que consigue que sienta que me ruborizo aunque no pueda, es ese sentimiento el que hace que pueda seguir adelante, el que me ayuda a sobrevivir en este mundo lleno de bestias típicas de la fantasía. Sin embargo suena un poco atípico que yo diga esto, ya que soy una de ellas, una de las peores, de las que hace que te sientas sin fuerzas para seguir adelante, de esas por las que dejarías todo i te arrastrarías para conseguir que te dedique el mínimo de su atención. Pero yo no me siento desagradecida por esta segunda oportunidad que me dio mi magnifico padre adoptivo, pero tal vez hubiera preferido seguir con mi vida de humana, seguir siendo el centro de atención por mucho que se conocieran todas esas horribles cosas que me hicieron. Me estremecí al recordar todo eso, no me atrevo ni siquiera a decir su nombre, ahora me produce más dolor que nunca el saber que ahora si voy a desaparecer para siempre.

Emmett me apretó la mano aun más fuerte, el notaba mi tensión frente a aquel aquelarre tan descomunal como era el de los Voulturis. Y si, seguíamos frente a ellos esperando a que atacaran, pero por alguna razón no lo hacían, algo les detenía quietos, impasibles, parecían estatuas. De pronto Aro que es el que lleva la capa de un negro más oscuro i que al mismo tiempo está en el medio, se gira, después uno a uno formando una escalera se van girando. Todos empezaron a correr a la misma velocidad, no había ninguno que fuera más rápido ni ninguno que fuera más lento. Cuando desparecieron por la lejanía del bosque solté la mano de Emmett i me senté en el suelo, pensé que quizás eso no fuera bueno para mis tejanos nuevos pero me daba igual, ahora todo había acabado, estábamos vivos, no me lo creía, era imposible que todos hubiéramos salido vivos, pero si era verdad estábamos vivitos y coleando, sonreí ante esa idea y Emmett se arrodilló a mi lado para besarme con ternura y a la vez pasión. Sentí ese beso como si fuera el principio de algo, algo sinceramente bueno.