Amor condusse noi ad una morte

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Pero amar es también cerrar los ojos,

dejar que el sueño invada nuestro cuerpo

como un río de olvido y de tinieblas,

y navegar sin rumbo, a la deriva:

porque amar es, al fin, una indolencia.

―Xavier, Villarrutia, Amor condusse noi ad una norte

No hay nada nuevo bajo las luces ambarinas de los pequeños focos incandescentes que iluminan el lugar. No es la primera vez que ve esa escena y probablemente no sea la última. Al fin y al cabo, el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe.

Él no le ha quitado los ojos de encima y ella parece no darse cuenta. O quizás prefiere no hacerlo. Bakugou ha permanecido la última media hora de pie en una esquina, apartado de la improvisada pista de baile, sin hacer nada más que dar ocasionales sorbos a su ya tibia cerveza, con fingido desinterés. La medianoche que se cierne sobre ellos es fresca, ideal para la fiesta que se desarrolla en el enorme jardín que funge como lugar de eventos. Todos están inmiscuidos en sus propios asuntos, en sus propias pláticas, en sus propias vidas que siguen y siguen. El único que siente que el tiempo colapsó es él.

No siente tristeza ni decepción sino más bien un algo que no puede nombrar y que le desagrada. A pesar de que tiene muchos años con la certeza, en ese momento se le antoja más evidente que nunca. La verdad, aunque sabida, resulta incómoda.

Midoriya y Uraraka están bailando en el centro de la pista.

En el baile que comparten no hay nada por lo cual escandalizarse. Ellos permanecen a una distancia prudente respecto al otro, con los roces necesarios y, sin embargo, Katsuki sabe que lo transgresor, lo que ha visto decenas de ocasiones durante los años, no es el acto en sí, sino las miradas resplandecientes que intercambian, las sonrisas que disimulan, las caricias que no atreven.

En realidad, siempre ha sido un poco obvio. Es una escena bien conocida tanto para él como para los demás. Está seguro de que todos los que pertenecieron a su generación estaban al tanto de lo que sucedía entre Ochako e Izuku, por eso sorprendió tanto que, al final de todo su jornada para convertirse en héroes, ellos no consumaran su romance, secreto a voces.

La canción termina e inmediatamente empieza la siguiente: September.

A Katsuki nunca le ha gustado bailar, pero lo ha intentado por ella. Mas hay algo que no encaja. No pueden dar tres pasos antes de enredarse con sus propios movimientos, de tal forma que deben detenerse y comenzar de nuevo. Ella siempre le dirige una sonrisa consoladora; luego, se burla, dice que tiene dos pies izquierdos y que se apuntarán en clases de baile o algo así. Aunque ella quiere restarle importancia, lo cierto es que la tiene, y mucha, especialmente cuando advierte la facilidad con la cual ella se desliza por la pista cuando está acompañada de Deku.

Deku también adolece de habilidad dancística y, aun así, encuentra su lugar al lado de Ochako. Ellos siempre logran desenredarse del nudo que crean sus pasos, con tal desenvoltura que cualquiera lo achacaría a años de práctica ―que no tienen―. Hay tanta creatividad y entusiasmo en sus movimientos que, irremediablemente, se vuelven el alma de la fiesta. El ambiente que flota en la pista ha sido creado, en parte, por el tono alegre y disco de la canción; lo restante, es producto de la buena coordinación entre Uraraka y Midoriya, quienes parecen estar reproduciendo alguna coreografía.

Deku tiene muchos años sin vivir en Japón. Después de conseguir el puesto número uno tras grandes hazañas, decenas de compañías extranjeras se interesaron en él y Midoriya, como el buen idiota que era, decidió dejar su país bajo el cuidado de él, Ground Zero, que en ese entonces era el número dos, y se fue a salvar el resto del mundo. Desde ese día, Bakugou ha sido el número uno en Japón durante nueve años consecutivos.

Por eso mismo, Bakugou nunca esperó encontrarse con Midoriya en una celebración así ―la fiesta por el aniversario de la agencia donde labora― ya que Deku sólo regresa a Japón dos o tres veces al año, especialmente en los eventos importantes, como la conmemoración luctuosa de All Might y el Año Nuevo.

No han perdido el contacto durante esos nueve años. Deku siempre está enviándole fotografías de los lugares que visita y lo felicita cada vez que ve una noticia sobre él. Cuando vuelve a Japón, si la apretada agenda de Izuku lo permite, salen a tomarse una copa y se ponen al día.

A veces los acompaña Uraraka y no importa si han pasado dos, seis o nueve años, Bakugou sigue reparando en el brillo de la mirada, en el arrebol de las mejillas, en la curvatura tenue de las sonrisas.

De pronto, alguien le da un par de palmadas en el hombro, sacándolo de su ensimismamiento. Bakugo vuelve el rostro y se encuentra con Kaminari, quien sin duda ya está bajo los efectos del alcohol. Denki le dedica una sonrisa graciosa y le hace un montón de preguntas atropelladas que Katsuki no se molesta en responder. Sin importarle el notable desaire, Kaminari dirige la mirada al punto que Bakugou tan fijamente observa. Se queda un par de minutos escudriñando la escena. Luego, tras un momento de súbita iluminación, exclama:

―Mierda, ese par sigue enamorado después de tantos años.

―Lo sé.

Kaminari se queda otro rato viendo a Uraraka y a Midoriya, hasta que repentinamente empalidece, recordando un detalle por el cual era mejor mantener la boca cerrada. Con grandes aspavientos, intenta encontrar las palabras para disculparse.

―¡Yo, ah, perdón, Bakugou, yo no…! Espera, ¿qué? ¿Lo sabes? Pero pensé que…

―¿Qué?

―Q-que Uraraka y tú tenían muchos años saliendo.

Él no responde.

Hubo una reunión de generación, de esas que tanto detestaba, hacía cosa de cinco años. Asistió porque no le quedaba de otra si quería evitar la insistencia de Kirishima y Ochako ―con quien entonces ya tenía algo semejante a una amistad, después de que ella se volviera su pareja de patrullaje a pesar de las múltiples quejas que él puso en la oficina de su agencia―. Deku usualmente hacía un esfuerzo por asistir a las reuniones, que eran anuales, pero en esa ocasión no pudo asistir.

Después de que las botellas de cerveza se hubieron acumulado en la mesa del izakaya donde se habían reunido, Ashido soltó de buenas a primeras:

―Me he estado preguntado ―dijo ella arrastrando ligeramente las palabras ―por qué demonios Midoriya y tú no salieron juntos. Toda la clase lo sabía, ¡hasta la clase B! Eran súper obvios.

Nadie, a excepción de Bakugou, pareció interesarse en la plática que sostenían Ashido y Uraraka.

―Deku-kun no me eligió ―respondió Uraraka tras un silencio breve, con voz quedita y jugueteando con sus dedos.

―¿¡Te rechazó!?

― Nunca me atreví a confesarle lo que sentía, pero él lo sabía. Y yo, a su vez, sabía que sería rechazada.

―No entiendo, ¡todos sabíamos que tú le gustabas a él! ¡Te lo dije cuando íbamos en UA!

― Deku-kun eligió el sueño que ha estado persiguiendo desde que tiene cuatro. Su corazón no le pertenece a nadie más que al legado que le dejó All Might, ¿sabes?

Ashido guardó silencio un momento. Negó frenéticamente.

―Es que no me cabe en la cabeza. Ustedes desaparecían siempre, ¡se veían tan felices juntos! ¡Yo hubiese seguido a Midoriya hasta el fin del mundo si me hubiese gustado así!

Uraraka sonrió avergonzada.

―Mina-chan, ¿de verdad hubieses seguido a Midoriya-chan hasta el fin del mundo? ―interrumpió Asui, quien no había probado una gota de alcohol y estaba atenta a la conversación ―. Yo no lo hubiese hecho. Midoriya-chan nunca piensa dos veces en las consecuencias de su cuerpo si con eso puede salvar a alguien. Siempre antepondrá el bienestar de alguien más antes que su propia vida. He oído que está a punto de perder la movilidad del brazo izquierdo. ¿Podrías estar junto a él, sabiendo que nunca pensará en ti, en lo que tú sientes cuando él se arriesga de esa forma? Midoriya probablemente sabía eso. Ochako también.

Bakugou no sabe si Mina logró comprender el peso de las palabras de Asui, estando mareada como estaba, pero al menos fue suficiente para que dejara el tema. Tsuyu luego le dirigió una mirada cómplice, porque si había alguien que sí entendía, además de Ochako y ella, era él mismo.

Por eso no odia a Deku. Por eso, aun sabiendo, aun siendo testigo de todos los intercambios ambiguos entre Uraraka y Midoriya, Bakugou ha decidido seguir al lado de ella. Ese amor no echó raíces. Deku nunca podría amar a alguien de la misma forma en que él ama ser héroe. El día en que obtuvo One for All tomó su decisión, y consagró cuerpo y alma a la sociedad por la cual semejante poder le había sido otorgado. El amor que tiene por Ochako no es más que el recuerdo de todos esos años platónicos y no tan platónicos que no dudó en dejar atrás el día en que se fue de Japón. A veces, los ojos de Uraraka le dicen que para ella no ha sido lo mismo, pero no le gusta pensar en ello.

No hay beneficio en hacerlo. Lo importante es que, después de altibajos y vueltas de la vida, fue él quien se quedó al lado de ella. Nunca han hablado del asunto, pero Uraraka siempre le ha dicho que si hubo alguien que la notara antes que Midoriya, fue él: no como mujer, sino como pro-héroe, como rival, como ella quería ser notada en ese entonces.

Kaminari está a punto de decir algo cuando September finaliza. La pareja que bailaba en el centro regresa hacia donde están ellos. Bakugou le entrega su cerveza sin terminar y camina para recibirlos a medio camino. Deposita un beso discreto en el cabello de Uraraka. Denki advierte que Midoriya no parece incómodo por esto, ni por el brazo que la rodea a ella por la cintura. Puesto que Uraraka está de espaldas a él, no puede ver su expresión. Los ve conversar animadamente, o como se llame lo que sea que Bakugou hace cuando se limita a asentir con la cabeza.

Denki observa la botella de cerveza que Katsuki le ha dejado y da un par de sorbos. Arruga la nariz. Está tibia. La esconde discretamente entre unos pequeños arbustos que están por ahí y decide regresar a donde estaba antes de acercarse a un solitario y pensativo Ground Zero.


Amor condusse noi ad una morte


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Khé? ¿Yo escribiendo algo IzuOcha?, jajajaja. Alguien me preguntó si estaba planeando hacer alguna continuación para Let's Groove Tonight y dije que definitivamente esa historia se quedaba así, pero que prometía algún otro Kacchako y, bueno, este es el resultado. No sé si consideren que esto sea un Kacchako unilateral, un IzuOcha unilateral o incluso un IzuOcha hecho y derecho. La cosa es que yo siempre tengo que escribir drama y drama para todas las parejas xD (estoy haciendo historias felices, fluff, lo prometo)

En fin, el IzuOcha no me desagrada, simplemente me aburre porque es previsible sin que haya necesariamente un desarrollo romántico; sería fantástico si Bakugou, con todo su carácter pudiese ser complementado por Uraraka (para lo cual necesariamente debe haber un desarrollo), pero no tengo forma de convencer a Horikoshi. Sea como fuere, el resultado me gustó, así que decidí publicarlo sin darle una apropiada revisión (lo siento, pero estoy escribiendo una breve historia en Haikyuu y si no escribía este golpe de inspiración, se me iba todo, jajaja).

Me encantaría leer sus comentarios, así que cualquier duda, corrección, tomatazo, ganas de platicar son bien recibidas en los reviews.

Como siempre, les agradezco muchísimo el tiempo que tomaron por leer este pequeña historia. Espero que podamos volver a leernos en alguna otra ocasión. Un besote para este fin de semana.

Bon-bon.

P.D. No sé qué tengo yo con Earth, Wind & Fire y el baile, jajajaja.

P.D.2. El título es el mismo que el poema de Xavier Villarrutia, que funge como epígrafe. Creo que la traducción del título se puede intuir.

P.D.3. Por favor, por favor, por favor, espero que de verdad Ground Zero sea el nombre de héroe de Bakugou, jajajaja. De verdad que le queda muy bien, zona de impacto.