Pueden tomarlo como quieran, ya que no tiene línea temporal. Es un universo alterno, ya verán porqué. Recuerden que Naruto por ningún motivo me pertenece.
Dejen reviews diciéndome su opinión, por favor; que es muy valiosa.
Muerto
A veces me pregunto porqué te salvé la primera vez. ¿Por qué lo hice? Te lo merecías, maldición. Merecías morir aquella vez, de aquella manera tan dolorosa y cruel. Merecías morir en aquella tortura, no en la cama cálida y acolchonada de la camilla del hospital; entre mis manos ensangrentadas y frente a mis ojos lagrimosos. Merecías morir como un monstruo, con la espada de tú discípulo dentro de tú cuerpo. Como el traidor a cual traicionaron.
Pero ¿sabes? Soy débil. Ver tu cuerpo casi descompuesto hizo que mí corazón diera un salto de ansiedad, casi parándolo por algunos segundos. Recuerdo haberme dado tiempo para tomar aire y no caer al piso. Me parecía revivir aquel momento, el cual me dolió tanto. Mirando tus ojos color ámbar, casi animales, me dije que no podía dejarte morir cuando en ti vi a Dan, sonriéndome y diciéndome que fuera fuerte. Dan se encuentra dentro de ti, en donde está la compasión, la amistad, el amor; lejos del monstruo que reside de tu interior.
Solo los veía. A ti y a Dan, quién descansaba en tu interior, torturándome. Por un lado veía calidez, pero por el otro solo veía frialdad. Los veía a los dos, uno por la izquierda y otro por la derecha. Recuerdo que por algunos momentos me equivoqué y te llamaba y te miraba como él. Tú no hacías nada más que observarme en silencio. Pude ver por un momento una chispa de furia en tus ojos apagados. El sonido de las máquinas de la habitación del hospital callaban tus jadeos y gemidos. Yo solo trataba de no sollozar mientras curaba tu pecho.
Tus ojos siempre presentaron aquel brillo intenso que representaba tu malicia, tu ansia de poderío. Eran fríos, pero cálidos a la vez. Parecen miel en el día, pero en la noche son como los de una serpiente al asecho.
Te curé y casi muero en el intento. Maldije mil y un veces, arrepentida, cuanto te marchaste. Nunca me dijiste gracias, pero no me importó. Nada importaba, excepto el error que cometí al haberte salvado. Esta vez, la segunda... ni siquiera pude intentarlo. Ni siquiera el recuerdo de Dan desangrado en mis manos me dio suficiente valor como para hacer otro esfuerzo más.
Voéndote desfallecer, supe que en cierta forma que la inmortalidad no existe; porque ni tú, el genio de mi generación y la sombra de la persona que más amé, pudo alcanzarla. Y sé que nadie podrá hacerlo jamás.
Nadie tendrá deseos tan egoístas como los que tú tuviste. Porque tú eres único.
¿Y sabes porqué, Orochimaru?
Por la sencilla razón de que eres el monstruo más humano que he visto. Pero no por ésta razón la vida te iba a dar una tercera oportunidad. No cuando creíste que era un simple juego.
Ése fue el error: desafiar a alguien a quién no puedes vencer.
Por ello, ahora estás muerto y yo llorando sobre tu pecho, sin escuchar tu corazón.
