Warning: Este fic no es apto para mentes débiles ni fuera de sitio, de hecho, no es apta para ninguna mente que se precie de serlo. Si lo leéis es bajo vuestra entera responsabilidad. Aparte de ser una completa diarrea mental este fic contiene slash (Sirius/Remus), es decir relación romántica entre dos hombres, homófobos y detractores del genere abstenerse por favor.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de J.K.Rowling, excepto Rossi, este es miiiio y soooolo miiiiiio, mi tesoooooro...

Weno, este s l primer capitulo de mi primer fic de Harry Potter, por si alguien aún no se ha enterado, contiene slash, la pareja es Sirius Remus y esta situado en la época en que los merodeadores iban a Hogwarts. No se si Lucius Malfoy, Bellatrix Black, Lestrange y demás coincidieron con ellos allí, pero en mi fic van al mismo curso, lo siento. La primera parte del capitulo es un semi-intento-de-monologo de un personaje original mío, Koryu Rossi Lee, no os preocupéis que nuestros heridos merodeadores aparecerán más abajo.

Memories of the happy old times

CAPITULO 1: I'M ROSSI! THE FIRST EXPERIENCES OF A PRINCE DEMON WITH THE MAGICIAN WORLD

Siempre sentí fascinación por el mundo humano, me había pasado toda mi vida en el infierno, rodeado de magia y demonios tarados cuya única ambición era fastidiar y/o destronar al Rey Lucifer, por eso, el mundo humano, lleno de dulces almas inocentes y aparatos de alta tecnología, era mi gran debilidad, adoraba los ordenadores, las motos, los teléfonos, en fin todo aquello que funcionara con electricidad, tenía mi habitación llena de cacharros de los cuales no tenia ni la más mínima idea de su uso, pero como me gustaban hasta la locura, podía pasarme horas intentado hacer funcionar un aparato que la mayoría de las veces terminaba explotándome en mi bello rostro. Aun y así, mis visitas a tan fascinante paraje terminaron cuando cumplí 250 años y mi padre decidió que era demasiado imprudente para dejarme suelto por el mundo, supongo que tenía miedo de que provocará una crisis energética grave con mi obsesión por los aparatitos de marras. Por eso no me lo pude creer cuando papá-Lucy (aka Lucifer/ Satanás / El Demonio / etc...) me informó que pasaría un año en una escuela humana, mi primer pensamiento fue de alegría, tendría la posibilidad de observar a este curioso animal llamado adolescente en su hábitat natural y aprender a utilizar un microondas (un fascinante aparato), aunque mi alegría pronto se turnó en desanimó, cuando supe que mi escuela, no sería una escuela normal sino la famosa escuela de brujería de Hogwarts.

Aquí todos vosotros, simples mortales, pensareis¡que pasada, la escuela de Harry Potter¿o no? Bueno, supongo que esto era un hecho bastante obvio dado que esto es un fic de Harry Potter, aunque estos pequeños detalles a menudo escapan a la comprensión humana. En fin, yo no me sentí ni la mitad de fascinado, para empezar el niñato este de las gafas aún no estaba ni pensado y por seguir, porque ya llevaba 437 años yendo a escuelas de magia, negra, pero magia al fin y al cabo, y por muy emocionante que pueda parecer al principio, cuando llevas 4 siglos con las frases ridículas estas de ellas hasta los huevos, por que además, viviendo en un palacio lleno de sirvientes que saltan cuando yo digo 'rana', la magia solo sirve para tocar los huevos a los demás y impresionar a las chicas, aunque esto no me hace mucha falta, con mis encantos naturales me basto y me sobro, y sino solo tengo que decir la frase mágica: 'soy el hijo de Satanás', que funciona a las mil maravillas.

Cuando le pregunté a mi padre los motivos de tan estúpida decisión, su brillante contestación fue que creía que necesitaba aprender algo de magia humana y de educación. ¡Aprender! El viejo pretendía que YO, su séptimo hijo, el más guapo y genial de los 666 que tenía, fuera como estudiante a una escuela de brujos tarados durante un año ¡el horror! Mis múltiples intentos para hacerle cambiar de opinión fueron en vano, el viejo es mas tozudo que una mula, y si se le había metido entre ceja y ceja que yo tenía que ir a estudiar (el solo pensar en la palabra me daba escalofríos) a una escuela humana para mejorar mi educación, me haría ir allí aunque tuviera que atarme al Hogwarts Express este de marras, que ya me diréis de que les sirve tanta magia y tanta tontería si aún van a la escuela en tren.

Por dentro yo me preguntaba que le había hecho preocuparse por mi educación después de 408 años en los que mis amigos me habían enseñado todos los vicios y cosas malas de este mundo, me sabía el kamasutra de memoria, me había chutado de todo, desde pegamento a cocaína, fumaba por los descosidos, sabía más de 5.679 formas de insultar a alguien, más de 3.789 formas de tortura, en resumen, era un asesino, mujeriego (mas bien ninfómano), drogadicto, ladrón, extorsionista y chantajista de primer orden, pero mi buen padre aún creía que se me podía reeducar, en fin, dicen que los designios de Dios son difíciles de entender, pues bien, con los del Demonio, te cagas.

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Así pues, pasé los últimos meses de vida que me quedaban, informándome sobre la misteriosa sociedad de los brujos y, la verdad, no se porque están todos los mortales tan maravillados con las aventuras de Harry Potter y su mágico mundo, porque en lo que a mi se refiere encontré que los brujos eran muy poco prácticos. Por ejemplo, con lo práctico que es el teléfono o el móvil, el invento del siglo, ellos tienen que enviarse cartas (un medio de comunicación en desuso desde la invención del maravilloso teléfono) y se las envían mediante búhos, háyase visto un pájaro mas feo y mas antihigiénico, pero los brujos se muestran encantados si su querido pollo mutante les trae una rata muerta mientras comen, lo encuentran monísimo. Otro brillante medio de comunicación son las hogueras, hechas unos polvos mágicos (y no de los divertidos, no, de los otros) y, si tienes suerte, puedes hablar con la persona deseada, tipo teléfono pero mas incomodo, pues ya me dirás como te lo haces si vives en un piso, no creo que se pongan a hacer fuego en la alfombra como los indios y se envíen señales de humo. Otro aspecto que encontré desagradable fue su elección de mascotas, el gato, pase, pero... ¡las ratas! Bichos asquerosos donde los haya y... ¡los sapos, a ver ¿de que sirve tener un sapo? Como no sea para espantar moscas le veo yo poco futuro, con lo bonitos y cariñosos que son los perros...

Y pasé 3 meses informándome sobre sus costumbres y lamentándome el no poder ir a un instituto normal donde presumir de mi móvil nueva generación, de mi moto, ir a discotecas, bares, viajes de fin de curso, jugar a la videoconsola y vestir ropa moderna, no esas túnicas del siglo XIX. Pero lo peor fue cuando tuve que ir a comprar el material escolar porque el viejo me prohibió enviar a un sirviente. Así que tuve que ir a comprármelo yo solito y cargar con todas esas pesadas bolsas sobre mis reales hombros. Lo peor fue que no tomé muchas precauciones con mi aspecto, pues aunque aparento 17 años y tengo un cuerpo serrano de la hostia, hay ciertos aspectos que suelen llamar un poco la atención, vamos, que no es muy normal ver por la calle a un tipo de ojos rojos con pupilas rasgadas, colmillos salidos y orejas picudas. Yo inocentemente pensé que los brujos considerarían esto dentro de lo normal pues ya estaban acostumbrados a las cosas mágicas. Pues no. Desde el momento que puse el pie en el bar "The Leaking Cauldron" todas las miradas se centraron en mi. Me gustaría pensar que fue debido a mi físico de adonis, pero creo que fue más bien por los atributos anteriormente mencionados y el limpio y reluciente traje de Armani que vestía. En el mundo mágico hay serios problemas de higiene, no me miréis así, aunque no lo parezca soy un tipo muy limpio, me cambio de calzoncillos cada día, y el infierno no es un lugar tan desagradable como lo pintan, está bastante presentable. Al contrario que aquel bar, estaba lleno de telarañas por todos lados, y el mostrador aparecía cubierto por una asquerosa capa de grasa. Finalmente encontré el camino a Diagon Alley después de golpear todos los pedruscos del patio, y no preguntéis porque no pedí ayuda¡que uno tiene orgullo!(en mi caso excesivo). Una vez allí me dirigí a la tienda de varitas y después de 3h probando varitas el viejo decidió ¡hacerme una con mi propio pelo! Ni que decir que se quedó un buen mechón "para futuras varitas",por lo que se ve no es fácil encontrar pelo de demonio, le prometí que le traería la cabellera de mi padre la próxima vez que volviera, una linda forma de vengarme del tirano y conseguir la varita gratis. Durante el resto del día me compré los libros (eran enormes y viejos y sucios), y me hice la ropa a medida, ni que decir que la costurera no perdió oportunidad de tocar todo mi perfecto y sensual cuerpo, pero no la voy a criticar soy así de irresistible.

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Y finalmente llegó el día, me presenté en Hogwarts (después de mucho insistir conseguí que me dejaran ahorrarme el viajecito en tren), con lentillas color marrón y pupilas redondas para ocultar mis ojos, unas incomodas fundas en mis bellas orejas élficas, que algunos estúpidos llaman picudas, y mis preciosos colmillos vampíricos, no salidos como dice Belial, limados a tamaño humano. Estaba lloviendo, como pronto descubrí era el clima común de la zona. Genial. Al menos mi padre me podría haber enviado a un lugar más cálido, como California por ejemplo, porque como enseguida observé, al llevar tantos abrigos, las chicas tenían el sex-appeal de un oso polar.

Una profesora vino finalmente a recibirme, tenía el pelo blanco atado en un moño y parecía que le hubieran puesto una mierda bajo la nariz, me miró como si fuera un gusano al que había que eliminar y se dirigió a mi como si en lugar de un príncipe fuera un mendigo.

-"Tú, te están esperando. Llegas tarde. Espero que no se vuelva a repetir. Sígueme."

Después de tan cálida bienvenida me condujo hasta el comedor principal, allí estaba la escuela entera y otra profesora de pelo castaño en un moño y gafas me estaba presentando a los alumnos.

-"Quiero que todos deis la bienvenida a un nuevo estudiante de esta escuela, viene de la "Vecchia Scuola di Venecia" en Italia y cursará el séptimo curso con nosotros, esperó que le deis la recibida que se merece y os mostréis amables con él" –se giró hacia mi- "Sr. Koryu Rossi Lee, puede ponerse el sombrero seleccionador"

Por si no lo habéis adivinado ni venía de Italia ni me apedillaba Rossi Lee, era todo una tapadera, porque habría sido más bien chocante si me hubiera presentado como "Su Oscura Alteza el Séptimo Príncipe Koryu, hijo de Su Oscura Majestad el Rey Lucifer". El sombrero que me había indicado la profesora, que más tarde me presentaron como McGonagall, era un sombrero muuuuuy viejo y muuuuuuy sucio, no se si esperaban que me pusiera aquello sobre la cabeza, hacia años que no lo lavaban y decidí que los problemas de higiene del mundo mágico eran muuuuuy serios. Aquel iba a ser un largo año...

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(P.OV. Externo)

El comedor de Hogwarts estaba lleno de gente. Por fin se había terminado la selección de alumnos y todos estaban ansiosos por empezar el Gran Banquete (si, con mayúsculas), pero el Gran Banquete no llegaba. Y Sirius Black se frustraba. Y cuando Sirius Black se frustraba por alguna razón, Severus Snape pagaba los platos rotos, que por algo tenía que servir el pobre. Así que mientras Black miraba furioso a su plato, esperando que o le produjese la comida o le pidiera disculpas por tan ignomioso retraso, el pobre Snape rezaba a Dios y el Diablo prometiendo lavarse el pelo si servían la comida y podía llegar a la sala comuna de Slytherin sin ningún incidente. Pero Dios es famoso por no hacer ni puto caso de las plegarias de los humanos. Así que en lugar de servir la comida, se adelantó la profesora McGonagall para hablar. A su lado apreció la profesora Häßlich de Defensa Contra las Artes Oscuras con su mítica cara de asco, acompañada de un chico de 17 o 18 años de pelo negro y largo, ojos castaños y cuerpo Danone, bastante atractivo, como certificaron la multitud de chicas que lo miraban como si fuera un pastel de chocolate recién horneado y ellas llevaran tres meses de dieta. Como se puede suponer esto no agradó a El-Chico-Más-Súper-Sexy-De-Hogwarts, Sirius Black para los amigos. No sólo no le traían la comida si no que le quitaban el monopolio del sexo femenino, aquello era imperdonable, alguien pagaría por ello...

De repente Severus Snape se encontró con que su piel había adquirido un color verde loro muy poco favorecedor. El chico suspiró mientras intentaba, infructuosamente, encontrar el contra maleficio. Odiaba a Black.

Mientras tanto en la mesa de Gryffindor, Sirius Black aguantaba la bronca de su amigo, el licántropo prefecto amante de los libros, Remus Lupin, mientras su mejor-amigo-casi-hermano James Potter, intentaba que su interés amoroso, Lily Evans, dejara de babear por aquel italiano estupido y le prestara a él un poco de atención, que la necesitaba mucho después de 3 meses sin verla. Después de un rato de intentos en vano, James Potter decidió que Koryu Rossi Lee merecía la pena de muerte y que sería él, Prongs, quien se encargaría de ejecutar la sentencia con sumo placer. ¿El crimen? Conseguir tener la atención de Evans por más de 4 minutos (cronometrados por su fiel ayudante Peter Pettigrew). Pero de repente, un grito del sombrero seleccionador rompió la "paz" del comedor.

-"¡Que te calles te digo¡Ni me importa oler a ropa veja, ni pienso dejar que me laves con Vermel (ni se que coño es), ni te voy a poner en Gryffindor porque los colores te favorezcan!"

Todos se quedaron callados. Era la primera vez que el sombrero se enfadaba con algún alumno, pero mientras estaban recomponiéndose del shock, volvió a alzar la voz.

-"¡Y deja de pensar en cosas obscenas¡So pervertido!"

Silencio total.

El sombrero volvió a alzar la voz, pero esta vez fue para anunciar la casa de destino de tan peculiar alumno...

-"¡SLYTHERIN!"

-"¡Pero que dices! –el joven se quitó el sombrero y lo miró con rabia-"¡No solo hueles fatal, sino que además me pones en la casa cuyos colores me sientan peor¡Y odio las serpientes! Son unos animales viciosos y traicioneros sin ningún sentido de la estética ¡Si hasta se arrastran por el suelo!"

-"Lo siento Sr. Rossi" –intervino la profesora Häßlich- "pero las decisiones del sombrero son inapelables. Y ahora vaya a la mesa de Slytherin. Estoy segura que se encontrará como en casa"

Todos los alumnos contemplaron en el más absoluto silencio como Rossi se dirigía a su mesa con aire de monarca ofendido, y se sentaba al lado de Snape. De quien se separó enseguida al observar el poco higiénico tono de piel del Slytherin.

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Mientras, en la mesa de Gryffindor...

-"Odio a Rossi" –murmuró James mientras liberaba tensiones atacando despiadadamente el pollo con guarnición- "Es un creído, Slytherin, asqueroso que merece que le den una buena cura de humildad"

-"Coincido contigo, mi querido señor Prongs" –le apoyó Sirius que aún se estaba recuperando de la impresión de que existiera un hombre tan guapo como él- "el italianito ese de las narices necesita probar un poco de medicina de los Merodeadores."

-"¿Por qué le odiáis tanto?" –preguntó Peter confundido- "Aún no ha hecho nada, aparte de ser Slytherin"

-"Pero, querido Wormtail¿no te das cuenta que el pobre joven ha cometido el crimen más grande jamás concebido?" –se apuntó a la conversa Moony- "Ha dañado gravemente el ego, tamaño extra-grande, de nuestro pobre y desgraciado Sr. Padfoot quien no puede soportar que alguien sea más guapo que él"

-"¡Es verdad!" –exclamó el aludido, adoptando una pose dramática, con una mano en la frente y la otra en el corazón- "!Estoy herido en lo más profundo de mi alma! Necesito el cariño y el amor del Sr. Moony para recuperarme"

Y para subrayar sus palabras, se echó encima del pobre Remus y lo ahogó con un abrazo de oso.

-"¡Yo también necesito amor Lily-poo!" –gritó James echándose encima de la pelirroja- "Tienes que curar mi orgullo herido..."

¡PLAFF! (NdA: perdón por las onomatopeyas, se que son patéticas, pero una no da pa más)

James Potter se encontró con su plato estampado en la cara, cortesía de Lily Evans.

-"Ándate y que te cure tu tía"

-"Parece que no hay suerte, Jamsie-boy" –se burló Sirius desde su cómoda posición en la falda de Remus.

-"Este año seguro que caerá rendida a mis encantos"

-"Sin ganas de ofender Prongs, pero tu no tienes encanto alguno por el que Evans pueda caer"

-"Además, parece ocupada cayendo en los encantos made in Italy de Rossi" –intervino Remus, mientras les señalaba a sus amigos como, efectivamente, Lily y sus amigas devoraban al nuevo Slytherin con los ojos- "Como sigan así van a dejar el plato lleno de babas..."

-"Ya os decía yo que era malo..."

-"Pse, no se que le encuentran" –Black lanzó una mirada de desden a la mesa de las serpientes- "No es nada fuera de lo normal, es decir, no tiene nada que yo no tenga..."

-"Esta más en forma que tú Padfoot" –le indicó Peter.

-"No, lo que pasa es que yo soy de constitución más esbelta, a parte, mirad sus ojos¡son marrones! Un color aburrido, común y sin ningún tipo de clase, nada comparado con mis bellos ajos azules..."

-"Es verdad que tus ojos molan, Padfoot, a veces también cambian de color..." –le piropeó Remus, siempre dispuesto a subir la, ya de normal alta, autoestima de su amigo.

-"¿A que si? Y también brillan..."

-"Jo, Yo también quiero que Moony me diga lo guapo que soy" –Se quejó James.

-"¡Ni hablar!" –Sirius se incorporó para encararse a su amigo- "Moony es propiedad privada, solo me dice a mi lo guapo que soy¿verdad Remy?"

-"Bueno, ahora mismo iba a decirte que eras un idiota, pero bueno..."

-"¿Un idiota? Hiere usted mis sentimientos, Señor Moony"

-"Tranquilo, señor Padfoot, esta comprobado que tiene usted un ego a prueba de bombas"

-"¿Quiere indicar con esta afirmación que soy un ególatra, Sr.Moony? Porque en este caso debo recordarle que soy un chico tímido y discreto donde los haya. Y actualmente con serios problemas de autoestima debido a la existencia de cierto sujeto venido de Italia"

-"Vamos Sirius, tú nunca has sido tímido, a menos que entiendas por timidez pedir el nombre y color de las bragas de cada chica que conoces. A parte, de que eres menos discreto que un elefante rosa bailando la samba."

-"Bueno, basta ya de tonterías, tenemos que castigar a Rossi" –declaró James mientras lanzaba miradas asesinas a el italiano.- "tiene que recuperar los 6 años que ha pasado fuera de Hogwarts"

-"Completamente de acuerdo" –le apoyó Sirius mientras se echaba el pelo hacia atrás con un gesto dramático y le guiñaba el ojo a una chica de Ravenclaw- "Yo voto por hacer que le crezcan hongos en la cara"

-"Nooooo... Demasiado suave, hay que caparlo, para que no pueda mancillar la inocencia de ninguna joven de Hogwarts..." –Murmuró James.

-"Entonces también deberíamos capar a Padfoot" –comentó Peter- "Se ha acostado con la mitad del alumnado femenino de la escuela..."

-"Mejor pensemos otra broma..." –contestó Sirius que ya empezaba a temer por la integridad de sus joyas imperdibles.

-"Oye Padfoot¿no es tu prima esa que esta hablando con Rossi?" –le preguntó Remus, mientras señalaba a Bellatrix Black la cual se encontraba en frente del nuevo alumno con una sonrisa que no presagiaba nada bueno.

-"Buenos días, Koryu... ¿por qué puedo llamarte Koryu verdad? Me preguntaba si querrías que te enseñara el castillo esta noche, así podrías conocer todos sus secretos y... y..." –Bellatrix Black se quedó mirando fijamente las dos manos que en aquello momentos agarraban sus pechos.- "¿Pero que haces pervertido!"

-"Uy, tienes que trabajar más tu pecho, aun te falta desarrollarte..."–Koryu miraba descaradamente, el busto de la Slytherin con una sonrisa de pervertido total- "Por cierto ¿Decías algo de conocer los secretos...?"

Todos los alumnos se habían girado a mirar la interesante conversación entre los dos Slytherin, y en aquel momento se podía ver una oscura aura rodando a Bellatrix, que temblaba de ira contenida.

-"Ay la, madre" –Sirius miraba aterrorizado como su prima evolucionaba a modo berserker- "Este tío acaba de firmar su sentencia de muerte..."

-"¿Tan terrible es Bellatrix cuando se enfada?"

-"Peor que terrible... Especialmente en lo referente a sus pechos. Aún me acuerdo de aquel verano hace 5 años..."

FLASHBACK A LA MUY SUFRIDA INFANCIA DEL GUAPISIMO SIRIUS O. BLACK.

Era un día tranquilo en la Muy Noble y Antigua Casa Black, cuando de repente las jóvenes sobrinas del amo llegaron de sus compras.

-"¡Tía¡Mira que sujetador más bonito me he comprado!" –exclamó Bellatrix mostrándole a su tía un lindo sujetador de color verde.

-"Je, je ,je..."

-"¿Y tu de que te ríes Sirius¿Es que aún eres tan inmaduro como para reírte de la ropa interior femenina?"

-"Por supuesto que no, la lencería fina me encanta, solo es que no se porque te compras sujetadores si no tienes nada que sujetar JUAS JUAS JUAS"

-"Bueno, pues por la misma razón que tu llevas calzoncillos... JO JO JO JO JO"

FIN DEL FLASHBACK A LA MUY SUFRIDA INFANCIA DEL GUAPISIMO SIRIUS O. BLACK

-"..."

-"Y... exactamente¿qué tiene esto de terrible?"

-"Fue horroroso, James jamás nadie había insultado a mi hombría de tal forma..."

-"...(sin comentarios)"

-"Tu..." –todos volvieron su atención hacia Bellatrix- "¡Como te atreves a decir que mis tetas son pequeñas!"

-"Bueno, entonces, sino son del tamaño de una ciruela, dime de que tamaño son"

-"Pu-pues ¡al menos son del tamaño de un melocotón!"

-"Bien, entonces, tus melocotones" –por alguna misteriosa razón Koryu consiguió que el inocente nombre de una fruta sonora como una cosa pervertida- "no son lo suficientemente maduros para mi gusto" –concluyó con una sonrisa.

-"GROOOOAAAAAR"

Sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar, Bellatrix se abalanzó sobre el inocente (?) demonio y descargó sobre él toda su ira de fémina ofendida en una ataque a base de arañazos de manicura. Pero de repente su ataque fue interrumpido cuando una mano encontró su delicado trasero.

-"...Y aunque las tetas estén mal, encuentro que tienes un culo digno de admiración"

Aquello fue la sentencia de muerte de Koryu Rossi Lee. Bellatrix Black solo tenía un pensamiento en mente: "¡MATAR, DESCUARTIZAR, ESTRUJAR, TORTURAR, MATAR, MATAR!" Bueno, quizá tenía más de uno, pero su finalidad conjunta era poner fin a la existencia del joven que había osado insultar y ofender su orgullo Slytherin delante de toda la escuela. Por suerte para él, los profesores decidieron que era mejor intervenir antes de que se causará un baño de sangre. En tan breve intervalo de tiempo, Koryu aprovechó para huir de las manos asesinas de la chica y de su novio, Lestrange.

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Era ya tarde cuando los Merodeadores se dirigieron hacia la torre de Gryffindor, hartos de comer y festejar su reencuentro. Así que se despidieron del comedor, le lanzaron cuatro maldiciones a Snape y subieron las mágicas escaleras para ir a dormir. Cual no fue su sorpresa al encontrar a su odiado enemigo (ergo, Rossi) delante del retrato de la señora gorda, con quien sostenía una amable charla. Rossi, por su parte maldecía a su padre por hacerle venir allí, al director Dumby-algo-más por no darle un mapa y citarle a su despacho, a la chica histérica por arañar su bello rostro y, por encima de todo, a las malditas escaleras movedizas.

-"¿Se puede saber que haces aquí, Slytherin?" –le preguntó James con una mirada cargada de odio.

-"Me he perdido"

-"..."

-"Llevadme a mis aposentos" –les ordenó acto seguido como si fueran sus criados.

-"¿Quién te crees que somos¡Tus sirvientes! –le gritó Black, nadie, repito, nadie rebajaba a un Black a la categoría de sirviente.-"Tu lugar está en las mazmorras con las serpientes"

-"¡Black¿Como puedes ser tan descortés con un pobre estudiante de intercambio?" –le chilló una enfadada Lily Evans que llegaba con sus amigas.

-"Eso, eso, eres un maleducado Sirius" –la apoyó Prongs.

-"No pienso ir a las mazmorras" –sentenció Rossi- "Son antihigiénicas"

-"Es el único sitio apto para la basura Slytherin como tu" –le contestó enfadado James.

-"'¡James!" –lo regañó Lily.

-"Perdón, bella signorina¿sería usted tan amable de mostrarme el camino al despacho del director Dumby-no-se-que?" –preguntó Rossi a la pelirroja haciendo una reverencia estilo s.XVIII y besándole la mano.

-"P-por supuesto, s-s-sígueme"

-Grazie.

La prefecta de Gryffindor y el Slytherin se fueron bajo la furiosa mirada de James Potter.

-"está decidido, Koryu Rossi Lee morirá" –susurró James- "entonces yo le pediré a Lily para ir a Hogsmade para ayudarla superar la depresión..."

-"¿Y crees que solo por eso saldrá contigo?" –le preguntó el siempre lógico y racional Remus.

-"por supuesto Moony, verás, Lily-poo y yo somos seres básicamente sexuales, aunque ella aún desconozca su potencial, y cuando vayamos a Hogsmade entraré en la zona..."

El joven de las gafas tuvo que callarse cuando sintió unos golpecitos en el hombro. Sirius se mordió los labios para no descojonarse de risa, Remus se tapó disimuladamente la boca y Peter miraba aterrorizado a la persona que se encontraba detrás de su ídolo. Lily Evans. La prefecta sonreía dulcemente a James mientras sus ojos le taladraban el cráneo. Si las miradas matasen, James Potter habría muerto en aquel instante.

-"Vaya, Jamey-poo ¿así que quieres entrar en la zona?"

-"Esto... Lily... yo.. ¿tu no estabas acompañando a Rossi?"

-"Nos encontramos a Dumbledore por el camino. Remus" –añadió girándose hacia su amigo- "Quiere que vayas a su despacho"

-"¿Yo?"

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Mientras tanto, en el despacho de Dumbledore...

-"¡Pero que dices viejales¡Acaso crees que no tengo nada más interesante que hacer que hacerle de niñera a un lobo mutante!" –preguntó un enfadado Rossi al enterarse que tendría que pasar las noches de luna llena cuidado a un hombre-lobo

-"Tan solo te estoy pidiendo que lo vigiles durante la luna llena. Si tiene compañía no se lastimará tanto" –le contesto el siempre paciente y amable Dumbledore.- "es lo mínimo que puedes hacer por agradecerme que te dejará estudiar en Hogwarts"

-"¡Pero si yo no quería venir¡Fue idea del tarado de mi padre¡quien querría venir a esta esuela? Esta súper sucia, no hay cobertura de móvil y no puedo quedar con la churri, la escaleras se mueven (cosa que hace muy difícil la orientación), mi dormitorio está en las mazmorras y en estos momentos hay una loca que me está esperando en la sala común para descuartizarme. ¡Ah¡Y tampoco hay microondas!"

-"Bueno si me lo pone así..." –Dumbledore levantó la vista y lanzó una mirada aterrorizadora a Rossi, que por una vez en su vida calló, se sentó y escuchó, todo a la vez- "no me deja otra alternativa" –el director hablaba con una voz desapasionada que hacia venir escalofríos- "Tendré que llamarla a ELLA para que le convenza..."

El demonio se quedó paralizado. Tragó saliva con dificultad.

-"No se atrevería..."

-"Ya lo creo que si, estoy seguro de que estaría encantada de hacerlo entrar en razón"

-"Está bien. Lo haré. ¿Quiere algo más¿Un masaje¿una cita con una jovencita¿Le traigo unos caramelos¿de fresa¿de limón¿no¿hay que ayudar a otro alumno quizá¿quiere que lave a Snape¿le haga crecer los pechos a Bellatrix? Aunque esto no creo que haga falta, tiene muy buen culo ¿o quizá...?

-"¿profesor Dumbledore?" –preguntó Remus desde la puerta- "¿me ha llamado?"

-"Oh, Remus, ya estás aquí. Siéntate por favor"- el profesor volvió a transformarse en el anciano amigable de antes- "te presentó al sr. Rossi, a partir de ahora le ayudará en sus transformaciones"

Remus giró la vista hacia el otro chico que echaba miradas de puro terror al director mientras entrelazaba los dedos en actitud preocupada, la fanfarronería de antes completamente desparecida, parecía un conejo atrapado ente la trampa y un lobo hambriento, pues no dejaba de mirar al director y a la puerta con inquietud.

-"Perdón profesor, pero ¿cómo me puede ayudar él?"

-"Eso ya lo verá el día de la luna llena y, debe prometerme que lo que vea no saldrá de allí"

-"se lo prometo, director" –contestó Remus intrigado.

-"Muy bien, ahora si es tan amable de acompañar a el señor Rossi a las mazmorras, la contraseña es Korime" –al sentir la palabra el italiano pegó un bote en su asiento y empezó a mirar a su alrededor, como si esperará que de repente salieran un monstruo determinado a comérselo- "Y no se preocupe Koryu, Bellatrix Black está en estos momentos a cargo de Madame Pomfrey"

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-"¡Por fin llegas Remus!" –lo increpó S¡rius cuando llegó al dormitorio después de escoltar a un nervioso Rossi hasta las mazmorras, el pobre casi se desmayó del susto al ver un fantasma- "¿qué quería Dumbledore?"

-"Me dijo que Rossi me acompañaría por la luna llena"

-"¿Es un hombre lobo?"

-"No, según él tiene que cuidar de mi"

-"Pues vas listo" –comentó James desde su cama- "O se olvida de ti y se pone a mirarse al espejo o te viola allá mismo, con lo depravado que es..."

-"¡no seas estúpido Prongs¡Estaré en forma de lobo!"

-"A lo mejor se pone a limpiar la Casa de los Gritos, parece tener una obsesión con el tema ese de la higiene.." –comentó divertido Sirius mientras se imaginaba a Rossi vestido de ama de casa lavando alegremente la tétrica casa.

-"No digáis tonterías, no creo que lo hayan hecho venir desde Italia para lavar la casa"

-"Puede que sea un animago..." –murmuró Peter.

-"¡No seas estúpido Wormtail!" –le contestó enfadado Sirius- "Es un imbecil incapaz de aprender la transformación, a mi, El Genio, me costó 3 años. Y por cierto, estábamos discutiendo que sería mejor si teñirle el pelo de verde moco o provocarle un acné azul fosforito..."

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Odiaba Hogwarts. Lo odié desde el primer momento en que puse el pie en la escuela. Y aunque no había rastro de Bellatrix, la amenaza de Dumbledore aún resonaba dentro de mi cabeza. Me estremecí e intenté prestar atención a las complicadas explicaciones de mi compañero de habitación, Lucius Malfoy, sobre las familias de sangre pura y los sangre sucia. Por el momento había conseguido entender que casarse con primos y hermanos era normal, que Malfoy era rico, Que Bellatrix también lo era, igual que toda la casa de Slytherin, y que de alguna misteriosa forma todos descendían de Salazar Slytherin o algo parecido. Digo yo que el tío este debía tener la hostia de hijos, porque había por lo menos 600 familias sangre pura. Menuda estupidez. Aquí la única sangre que valía la pena era la mía. Sangre real. No toda aquella orgía de incestos entre tíos, hermanos y primos terceros. Lo único que me llamó la atención fue la promesa de Malfoy de enseñarme a jugar a quiche, el juego mas famoso entre los magos, y yo que creía que la quiche era un plato de la cocina francesa... En fin, el chico era simpático, estaba medio loco, tenía ambición y una mente deliciosamente retorcida, decidí que seriamos buenos amigos. Snape también parecía un buen candidato a gozar del lujo de mi amistad, era muy bueno en pociones, aunque tendría que hacer algo respecto a su pelo y sus mocos, el séquito de un príncipe tenía que ser presentable. A lo mejor le pedía a Bellatrix que fuera mi concubina, tenía muy buen culo... Lo único que me dejó inquieto fue la rivalidad de mis nuevos sirvientes con los tales 'Merodeadores' (vaya nombre estúpido), pus yo acababa de prometer a Dumby que cuidaría de uno de ellos...

FIN CAPITULO 1

¿K tal¿Ha gustado? Es mi primer fic de Harry Potter y no se si he caracterizado muy bien a los personajes... Os habréis fijado que muchos nombres están en ingles o están mal, lo siento, me leí la versión catalana y allí sta todo cambiado, si encontráis algún error avisadme. Lo mismo vale por los personajes de Rowling, sugerencias y criticas sobre su caracterización serán bienvenidas (las criticas no tanto, pero se tiene que aprender de los errores). También me gustaría saber k tal cae mi personaje original (Rossi), si lo encontráis muy "Mary Sue" avisadme por favor, mi intención es crear un personaje nuevo para apoyar la historia y los protagonistas no un don perfecto que convierta a los demás en comparsas sin sentido, este es un fic de Harry Potter, los protas son los merodeadores y Rossi, aunque tenga mucho monoogo solo servira para provocar diferentes acontecimientos en la historia.

Si alguien kiere ver dibujos de los merodeadores puede entrar en mi cuenta devianart, por el momento solo hay dos, pero pienso ampliar la galeria...

PD: espero k nadie se ofenda por todas las criticas de Rossi al mundo mágico y a todo en general, es solo un personaje d ficción con el cual no comparto opiniones. (me encantan las serpientes)

En fin, manden reviews por favor y muchas gracias por aguantar mis paranoias.

Dailan