Disclaimer: Los personajes de Naruto, no me pertenecen.

Aclaración: Se rechaza completamente el final que dio Masashi Kishimoto. ¡Neji vive! Y aquí muestro cómo me hubiese gustado que concluyera (Leer previamente el fic "Coma" de mi profile, y, si desea continuación, leer "Padre, ¿Por qué...?")


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Misión S: ¡Cuida a tus sobrinos!

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—Y, bueno, yo quisiera saber si… puedescuidaraHimawariyaBorutoportresdías —habló una madura y sonrojada Hinata de veintisiete años, frente a su prima política de veintiocho. La rapidez al decir su última frase y la cara totalmente roja, hizo que Hyuga Tenten no entendiera ni una sola palabra. La castaña parpadeó rápido.

—Eh… ¿en la última frase, dijiste algo sobre Himawari y Boruto? —preguntó, juntando ligeramente sus cejas.

—Lo que sucede es que… —respiró fuertemente antes de continuar—. Verás, es mi aniversario con Naruto, y él planificó un viaje de cuatro días a las termales de Suna. Pero no podemos ir con Boruto y Himawari, es un viaje de —se vuelve a sonrojar—, esposos.

—Y lo que quieres es que cuide a tus pequeños —completó sonriente.

Ya estaba casi acostumbrada a las visitas que recibía de parte de sus dos sobrinos. A pesar de que esos pequeños causaban revuelos con los suyos. Y no exageraba. A veces se preguntaba si el problema era el rubio hiperactivo hijo del hokage o su pequeño Hizashi.

—Si no es mucha molestia. Sé que tanto tú como Neji-niisan cuidan de los mellizos, no quisiera aumentarles el trabajo.

—¡Para nada, Hinata! Nosotros encantados cuidamos a tus pequeños. Además, ya sabes cómo es que Hitomi y Hizashi se llevan más que bien con sus primos.

—Me alegra. Justo le pedí a Naruto que… —se calla perpleja, abriendo por completo sus ojos, al ver cómo dos kunai, a la misma velocidad, con la misma precisión, cayeron uno al lado del otro en la pared de su izquierda. Pasaron frente a su rostro.

Tenten, en seguida, mira por la ventana, para luego fijarse en esos dos kunai incrustados.

—Con razón Neji para diciendo que maldice el día en que heredaron mi puntería… —masculló la dueña de la casa. Exhaló, enfadada—. ¡Hyuga Hizashi y Hyuga Hitomi! ¡Vengan aquí de inmediato!

Cual trompeta militar, dos mellizos idénticos aparecieron, con la cabeza ligeramente inclinada, frente a las dos mujeres. La niña, llevando su largo y oscuro cabello sujeto en dos colas, un pequeño cheongsam de flores color púrpura, con el símbolo del clan Hyuga en su espalda, y sus ojos opalinos como los de su progenitor mirando acusatoriamente a su hermano. Él, con su cabello igual de largo que su hermana, sujetado en la parte final, vestía un traje negro y sus ojos blancos burlones hacia su hermana.

—Buenos días, tía Hinata —saludaron con una leve inclinación, correspondida con una sonrisa.

—¿Me dirán quién de ustedes dos fue el primero en arrojar el kunai? ¡Es el séptimo agujero en la semana que tenemos en la pared! —regañó Tenten, de pie, sacando las dos armas.

—Hizashi empezó molestando —acusó la pequeña de siete años, cruzando sus brazos.

—¿Quieres que diga quién me golpeó al despertar? —dijo burlón, Hizashi.

—Su padre se enfadará viendo estos agujeros… —suspiró cansada.

—Creo que fue un error venir a pedirte que cuides a Boruto y a Himawari, tus hijos también requieren… —dos voces la interrumpen.

—¡¿Cuándo vendrán Boruto y Hima-chan?! —exclamaron emocionados los niños presentes.

—Su tía Hinata y tío Naruto irán de viaje, sus primos se quedarán aquí por cuatro días —contó la castaña olvidándose del primer asunto—. Oye, Hinata, antes de que llegaran mis dos demonios me querías decir algo más.

—Oh, es que Naruto quiso darle vacaciones a Neji, ya sabes… para convencerlo de cuidar a nuestros hijos, pero si él no quiere, tendremos que decírselo a Hanabi.

—Para nada. A Neji le encantará cuidar a sus sobrinos… pero —se acerca susurrándole algo—, a ver si para algún otro día me concede hokage-sama algunas vacaciones para mí.

—Dalo por hecho —sonrió Hinata—. ¿Quieres decir que sí podrán cuidar a Boruto y a Hima-chan?

—¡Sí! —Tenten no fue la única en contestar, pues también lo hicieron sus mellizos sonrientes (a su respectiva manera). Si bien lo único que heredaron de su madre es, a simple vista, su puntería y buen manejo de armas a su corta edad, sus amigos agregan que también heredaron su sonrisa alegre. Aunque claro, la tonalidad acanelada de la piel de Hitomi también fue heredada por ella, así como el color del cabello de Hizashi, por más que pase imprevista esa diferencia.

—¡Perfecto! —gritó el hokage, apareciendo den una nube de humo, con un traje playero y gafas de sol, cargando con un brazo a Boruto y en su cuello a Himawari. La misma Hinata se sorprendió—. ¡Tenten manda! Ahora sí, el aviso de vacaciones a Neji fue enviado al cuartel ANBU.

—¿Estaba previsto que iba aceptar cuidar a tus hijos? —preguntó su cuñada, enarcando una ceja.

—¡Buenos días, Tía Ten! ¡Hola, Hizashi y Hitomi! —gritó la pequeña de cabellos azules, saltando del cuello de su padre hacia el suelo.

—¡Hima-chan! —exclamaron sus primos sin borrar la sonrisa, siendo abrazados por la efusiva niña.

—Vamos, Hinata, las maletas nos esperan en el transporte… —apuró el hokage, posicionando su brazo en los hombros de su esposa—. Fue bueno verte, Tenten. ¡Gracias y díselas también a Neji, quien está de tejado en tejado viniendo! ¡Adiosito, 'ttebayo! —con la misma rapidez, ambos se fueron en una nube de humo.

La castaña negó con la cabeza, sonriendo, mientras que veía cómo los cuatro primos charlaban animosamente. Sí, valía la pena tener cuatro demonios juntos en la casa, a pesar de que tendrá que ver la cara seria, pidiendo disciplina y control, de su esposo.

—¡Papá, volviste temprano! —exclamó Hizashi, mirando la puerta de la mansión del Bouke, habitada por la familia de Neji desde hace ocho años, abriéndose.

Tenten también se fijó es el recién llegado, quien se quitaba su máscara ANBU, ingresando directo a la sala donde se encontraban. Sonrió al ver a su esposo, capitán de su escuadrón, Hyuga Neji.

—Buenos días, niños —saludó simplemente. Su esposa seguía sonriéndole, pero él se percató de una cabeza rubia y a otra de cabello negro azulado. Alzó las cejas—. ¿Boruto… Himawari?

—¡Buenos días, tío Neji! —gritaron alegres los dos menores. Más la niña pequeña.

—Himawari y Boruto se quedarán cuatro días aquí. Hinata y Naruto fueron de viaje por su aniversario —informó su esposa.

—Con razón esas vacaciones sin motivo explicable —murmuró.

Siguió caminando aun tratando de procesar lo ocurrido: Uzumaki Himawari y Uzumaki Boruto junto a sus mellizos, por cuatro días, en su casa. La suma daba un resultado: desorden total.

No tuvo la intención de inspeccionar su hogar, pero lo hizo, y se detuvo al ver dos agujeros en la pared que no estaban en la mañana que se fue al cuartel ANBU. Eran producto de dos kunai, al parecer, con cinco minutos de realizados. Frunció el ceño, todavía sin girarse a los culpables.

—Hitomi, Hizashi, les dije que no jugaran en casa —habló firmemente.

—No jugamos en casa, padre… —empezó Hizashi.

—Estábamos en el jardín —completó su hermana menor por dos minutos.

Ya no tenía caso por qué sorprenderse. Sus hijos eran la combinación perfecta de inteligencia, control de chakra, uso de técnicas del clan Hyuga y un buen manejo de armas, a pesar de tener siete años. Bueno, tanto su esposa como él eran un tanto culpables por entrenarlos (ligeramente) desde que cumplieron cinco. A pesar de los regaños sobre los comunes destrozos en la vivienda a causa de los juegos-entrenamientos de sus hijos, se sentía orgulloso de ellos.

—Niños, ¿por qué no salen a jugar o se rigen en qué habitaciones dormirán sus primos? —recordó Tenten, para salvar a sus hijos de la segunda parte del regaño de su padre.

—¡Yo quiero dormir con Hitomi! —gritó emocionada, Himawari, abrazando posesivamente a su prima. Hitomi no le correspondía el abrazo, pero sonreía de lado.

—¡Ya vamos a tu cuarto, Hizashi! —Boruto zarandeó a su primo del brazo, y terminó arrastrándolo rumbo al cuarto, aunque el Hyuga no puso resistencia.

En un abrir y cerrar de ojos, los cuatro menores desaparecieron de la sala, dejando a los dos únicos mayores, solos. La mujer se acercó a su esposo y tomó asiento en el sofá cercano a él.

—Naruto dejándonos a sus hijos cuando quiere irse a divertir por algún otro lugar, siendo el hokage —masculló seriamente Neji.

—Comprende: es su aniversario. No podemos hacer nada. Además, te dieron vacaciones oportunas, Hyuga. Mira esa cara de muerto en vida que te traes… bueno, que siempre te has traído —rió escandalosa ante la mirada fastidiada de su esposo.

—¿A ti te dieron vacaciones?

—Por si no recuerdas, aparte de controlar a tus dos demonios iguales, debo de controlar a tres genin a diario. Son imposibles unas vacaciones para mí al ser sensei.

—Sabiendo que ninguno puede estar pendiente de los niños, ¿por qué aceptaste cuidarlos? —preguntó confuso.

—Tú sí estás de vacaciones —sonrió perversamente. Miró el reloj que estaba colgado en la pared y cogió la banda ninja junto a su chaleco de jounin para ponerse de pie, ante la mirada aún más confundida de Neji—. Bueno, me esperan mis alumnos.

—Espera —dice, sujetándola de la muñeca—, ¿tratas de decir que seré su niñero por cuatro días?

—Solo es cuidar de tus hijos, lo que yo hago a diario mientras que vas de misión, y aparte que tienes que cuidar a tus sobrinos. No es para tanto.

—No compares a niños de doce años con Uzumaki Boruto.

—Oh, vamos, cielo… —lo abraza del cuello, pese a la mirada huraña de él—. Los cuatro son intranquilos pero los adoras. Cuídalos, tal vez dentro de tres meses podamos encargar a Hitomi y Hizashi a sus tíos.

—¿Por qué habría de hacer eso? —frunció el ceño ligeramente.

—Octubre es dentro de tres meses. Nuestro aniversario, genio —entorna los ojos, burlona—. Ahí sí me pueden conceder unas vacaciones y a ti también devolviéndonos el favor —le acaricia los suaves cabellos de su nuca, suficiente para que él relaje su expresión—. Oí que en la villa de la Luna hay atractivos hermosos: unas saunas anti estrés y tal vez los masajes que hago, los que tanto te agradan —acerca sus labios ligeramente pintados hacia los entreabiertos del Hyuga. En la mente de él, solo estaba lo último que ella dijo: las manos de su esposa, tan hábiles con las armas como con otras cosas—. Unas vacaciones ahí, ¿no sería maravilloso?

—Supongo que cuatro días cuidando de Boruto y Himawari, no serán tan malos —musita analizando ese próximo plan de viaje. Tenten sonríe triunfante.

—Me voy —besa fugazmente los labios de su esposo y se dirige a la salida—. Ya preparé el almuerzo, caliéntalo y sírveles. Nos vemos más tarde —cerró la puerta ruidosamente.

Neji continuó mirando la puerta por donde salió su esposa. Trató de convencerse de que no será difícil cuidar a sus hijos más los de Naruto y su prima. Tenten lidiaba todos los días con eso.

—Solo son las mañanas que ella va de entrenamiento con su equipo, cuidaré de los cuatro hasta la tarde. Ella regresa y yo entreno. También entrenar a Hizashi y a Hitomi, tal vez se unan Boruto y Himawari —enumeraba todo lo que pasaría por esos largos cuatro días.

Se estaba dirigiendo a su habitación para asearse y descansar, cuando lo detienen dos shuriken pasando a escasos centímetros de su rostro, teniendo como paradero la pared del pasillo. Uno al lado del otro se ubicaron. Misma puntería. Sentía que su migraña regresaba.

—¡Hyuga Hizashi y Hyuga Hitomi! —rara vez alzaba más la voz, pero este caso lo ameritaba.

Sin obtener una respuesta verbal, esta vez un kunai cayó estrepitosamente en la punta de su pie. No, eso no era obra de sus hijos con puntería casi perfecta. Por lo menos, debido a esa nada pulida técnica, no sintió el filo, solo el golpe.

—¡Te apuesto, Hizashi, que también se clavó en la pared como tú lo hiciste, 'ttebasa! —sí, el causante de aquel dolor en su dedo del pie, era su sobrino. Levantó su pierna con tal que quitar el arma, pensando que no le vendría mal algo de disciplina a ese niño.

—¡Yo también puedo! —escuchó la voz de una niña menor. Pero, antes de reaccionar, escuchó la ventana romperse.

—¡Hima-chan, no lanzaste un arma, sino el vaso! ¡Y ni siquiera a la pared, fue a la ventana! —Hitomi habló seriamente.

—Tenten, regresa… —rogó, entornando los ojos y apretando sus puños, mientras se dirigía a la habitación de los cuatro demonios.

Estaba equivocado: esos cuatro días no serán sencillos.

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¡Hola! ¡Gracias por tomarse el tiempo de leer!

Me sigo imaginando esto como el final que en verdad deseaba ver: Neji vivo, siendo ANBU, felizmente casado con Tenten y teniendo un par de mellizos. Eso quería, no se cumplió, quedó el maldito final y... sin más comentarios.

Haré una continuación, más bien, un conjunto de one-shots. Sobre los mellizos que anhelaba ver, pero no todo es posible (?).

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¡Saludos!