Y aprovechando que he subido el de "El día que Luffy tuvo una revelación" voy a subir este otro también, es una TRADUCCIÓN de la autora StarkBlack, su original se llama "Lunch Break" y si os gusta no dudéis en hacérselo saber a ella también ^^.
¡Espero que os guste!
Hora de comer
—¿Entonces esto qué son?
—Chalotes.
—¿Y esto?
—Eso es tomillo.
—Vale, entonces, ¿por qué hay hojas muertas?
—Eso son hojas de laurel. Son para el sabor.
—Pero está muertas.
—Son más picantes cuando están secas.
—¿Picantes?
—Tienen un sabor más fuerte cuando están secas.
Zoro hizo una mueca. Su participación en la preparación de la comida de esa tarde había sido de lejos entretenida y adorable. Lo cierto es que no tenía ninguna idea de qué se estaba metiendo en la boca la mitad del tiempo.
—Ven —dijo Sanji en voz baja—, coge este cuchillo y corta los champiñones. —Señaló con el cuchillo mientras hablaba— Hazlo en esta dirección y haz las rodajas así de finas.
Zoro asintió.
—Vale, eso puedo hacerlo.
Su empeño en ayudar era tan dulce. Sanji sonrió mientras una cálida ola de afecto se apoderaba de él.
—Ya sé que puedes.
Sanji calentó la mantequilla y salteó las cebollas. Después de añadir el vino tinto, pasó la botella a Zoro y el espadachín tomó un trago.
—Es bueno —asintió con la cabeza mientras le devolvía la botella.
—Por supuesto que es bueno —sonrió Sanji—, solo lo mejor para mi cocina.
—¿Puedo añadir estos? —preguntó Zoro.
—Todavía no, primero la salsa tiene que reducirse. Y tengo que cocinar las tiras de solomillo.
—Todavía sigo alucinando por lo de la médula ósea.
Sanji rió.
—¿Por qué? Pensaba que esa sería tu parte preferida.
—Es raro.
Riendo, Sanji asó a la parrilla las tiras de solomillo y asignó a Zoro la tarea de poner toda la ensalada junta. Cuando el espadachín intentó medir el aceite para el aderezo, calculó mal y vertió un cuarto de taza de más en el recipiente.
—¡Ah! Mierda.
Sonriendo, Sanji cogió el aceite y lo colocó sobre el banco. Deslizó sus dedos entre los de Zoro y besó al espadachín justo debajo de la oreja.
—Soy una causa perdida —suspiró dramáticamente Zoro—. No entiendo cómo puedes hacer esto todos los días.
—Yo no entiendo cómo peleas con una espada en tu boca.
Zoro volvió su cabeza y sonrió contra los labios de Sanji. Pasó un brazo alrededor de la cintura de Sanji y juntó sus narices.
—Gracias por venir a casa en tu descanso.
Sanji le devolvió la sonrisa y besó la frente de Zoro.
—Gracias por ayudarme con la comida.
Zoro se inclinó y besó a Sanji otra vez, esta vez más lento, más considerado. Cuando se apartó, sus párpados estaban pesados y su sonrisa era ladeada.
—¿Cómo sabemos cuándo está lista la salsa? —preguntó.
—Primero tiene que reducirse —los labios de Sanji se apartaron de la frente de Zoro mientras hablaba—. Eso significa que el agua se ha cocinado.
Zoro estudió la sartén con interés.
—Vale, ¿entonces qué pasa con la médula ósea?
—La añadiremos después.
—¿Cómo coño se llamaba esto otra vez?
Soltando la mano de Zoro y dirigiéndose a salvar el aderezo, Sanji luchó con las ganas de reírse otra vez bebiendo otro sorbo de su vaso de vino.
—Es borselesa. Es una salsa francesa.
—¿Me enseñarás cómo hacer lo de la médula ósea?
—Por supuesto.
Zoro atrajo a Sanji para otro beso, y los dos se dieron un largo momento simplemente para apreciar el tacto del otro. La comida olvidada momentáneamente, no había nada más que sus manos, sus labios, y su calor.
—Te quiero —susurró Sanji.
Zoro sonrió.
—Yo voy a quererte más cuando no me esté muriendo de hambre.
Sanji se echó a reír, y regresó a los fogones.
Fin
