¡Buenas noches!

Esta noche les traigo un nuevo reto del foro proyecto 1-8. Estoy algo nerviosa porque es la primera vez que escribo en el universo de Digimon Frontiers y me ha costado muchísimo trabajo. Este fic va directamente dedicado a Carriete :)

Espero sea de su agrado :D

Disclaimer: Digimon no me pertenece.


Remolino de fuego.

1

—¿Cuánto falta?

La exasperación en la voz de Takuya era notable lo cual irritaba más a Izumi. Todo el camino montaña arriba se la había pasado lloriqueando y ya la tenía harta.

Le propinó un golpe sonoro en la cabezota que tenía.

—¡Falta lo que tenga que faltar!

Takuya era el triple de molesto cuando se encontraban solos. Aún se encontraba enfadada que hubiesen decidido dividirse, Kouji y Jumpei fueron a la costa mientras ellos subían esa montaña empinada. Tomoki no había podido tomar el trailmon a tiempo y Kouchi estaba de vacaciones.

Suspiró al momento de sacar su digivice. Aún no mostraba nada.

—Yo tampoco entiendo porque Seraphimon nos pidió que investigáramos esta isla en medio de la nada.— comentó Takuya con esa habilidad de adivinar los pensamientos de su compañera.

Subieron un poco más por el camino rocoso hasta llegar a una meseta, si bien aún no llegaban a la cima, la vista desde tal lugar era asombrosa. El mar azul se abría ante sus ojos, espléndido, en la distancia observaron el chorro de agua de un Whamon salir de la superficie del mar.

—¿Alguna vez habías visto algo tan hermoso?— le preguntó Izumi.

Takuya, un poco más retirado de la orilla, sonrió. El cabello rubio de Izumi parecía oro al reflejar los rayos de Sol y sus ojos violetas resplandecían al apreciar la costa.

—Nunca.— respondió con voz boba.

Takuya se sentía confundido. Por un lado a veces podía ver a Izumi como la chica más hermosa de todos los mundos conocidos por él, no lo tomaba como enamoramiento porque en realidad formar una relación con Izumi se le antojaba que sería de lo más complicado.

Prefería verla a lo lejos, apreciarla, seguirla pero ir más allá era suicidio.

—¡Andando Takuya!— y cuando el castaño despertó de sus pensamientos, Izumi ya se le había adelantado un buen tramo.

—Sí, ya voy.

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—Aquí no hay nada.

Jumpei se sentía hastiado, habían caminado por la orilla de la costa toda la mañana y ya tenía hambre. Habían traído un poco de provisiones al ser llamados por Seraphimon así que solo bastaba sentarse y comer. Suspiró audiblemente para que Kouji le oyese.

Kouji dejó de caminar usando su digivice como rastreador y miró hacia atrás solo para encontrar a Jumpei de brazos cruzados.

—Esta bien, descansemos un poco.

Encontraron buena sombra bajo un par de palmeras muy juntas y entonces sacaron su almuerzo. Comían en silencio, a veces no había mucho que decirse entre ellos dos.

El peliazul trató entonces de encontrarle pies y cabeza a la situación. ¿Qué podría haber causado que Seraphimon les pidiese que investigaran esta isla en medio de la nada con tanto ahínco? Sabía que ellos, como protectores del digimundo, podían sentir la oscuridad; solo esperaba que no hubiese problemas.

Apenas terminó de pensar en esos problemas una gran explosión sucedió por encima de sus cabeza. Jumpei y él se pusieron de pie de inmediato para voltear hacia la montaña de dónde caía una cascada de piedras, producto del impacto. Tuvieron que correr para evitar ser golpeados por los escombros.

—¡Tenemos que ir! ¡Izumi y Takuya están allí!

Kouji tenia las manos sobre las rodillas. —Eso ya lo sé, andando.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

—¿Dónde estamos?

El impacto había sido fuertísimo y sin ningún aviso les encontró. Todo estaba oscuro, era la misma isla pero parecía como si una sábana de nubes negras hubiese cubierto el cielo, todo se veía gris a su alrededor.

Seguía en forma de Kazemon con Takuya inconsciente en brazos buscando un lugar dónde refugiarse. Se sentía cada vez con menos fuerza, sentía que el ambiente grisáceo le chupaba la energía. Encontró un hueco, una cueva, en un acantilado cerca de la costa y entró. Apenas puso los pies en el suelo la digievolución acabó y regresó a su forma humana. Ahora Izumi se acercó a la figura de Takuya, tomó su digivice el cual solo mostraba lineas en la pantalla. Estaba asustada a punto de caer en el pánico que le causaba estar sola en un lugar que le daba escalofríos y con un mal herido Takuya tendido a su lado.

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Takuya despertó respirando agitado, sentía como si un camión le hubiese pasado por encima, al abrir los ojos se encontró en la misma oscuridad al de antes de abrirlos. Palpó a su lado y encontró justo frente a el un cuerpo tibio, siguió palpando con su mano y encontró el cabello largo de la chica que le acompañaba antes del ataque. Al parecer Izumi dormía así que se permitió trazar el contorno de su rostro con su dedo índice, se sentía totalmente adolorido pero valía la pena; cada golpe, cada rasguño si era todo por ella.

—¿Por qué lo hiciste?— la voz de Izumi lo congeló por completo. —Takuya, pudiste haber muerto.

—Estoy bien.

—No me hagas golpearte por favor. ¡Estoy tan enfadada contigo!— empezó a lloriquear.

—Izumi... ¿Qué otra cosa podía hacer? Ese rayo sombrío iba directo a ti. — explicó.

Lo haría de nuevo si fuese necesario, la protegería de todo y todos. Cuando vio venir el ataque desde ningún lugar digievolucionó en Agnimon en un nanosegundo y protegió a Izumi con su cuerpo. Lo que hubiese pasado después ya no lo recordaba.

Izumi seguía llorando, jamás la había visto así. En su primera aventura habían pasado por tantas dificultades pero ella nunca se había puesto a llorar como en ese momento. Como pudo, la acercó hacia el hasta instalarla en su pecho que aunque le dolía físicamente el verla así de vulnerable le dolía más.

—¿Dónde estamos?— se susurró a sí mismo.


Se que es una introducción corta pero ya no deseaba atrasarme más. Será un long shot aunque espero que no sea tan largo, siempre digo eso y termino con fics de catorce mil capítulos Dx Espero les haya enganchado para continuar leyendo y espero sobretodo que a Carrie le guste :D

Saluditos y buenas noches!