— No sonrías.
Félix duró unos segundos desconcertado, para luego borrar su sonrisa que sus labios había formado y comenzarla a fulminarla con la mirada.
— ¿Qué? ¿Qué dijiste?
— No sonrías —Pidió, otra vez, con una mano puesta en su pecho y con la cabeza gacha.
— ¿Me estas jodiendo?
Su ceño esta fruncido. Bridgette no tenía valor de mirarle la cara, aunque por su tono de voz supo que estaba enojado.
— Como cien veces, me insististe para que te sonreirá —Comenzó— ¿Y ahora me dices que no sonría?
Eso había dañado su orgullo ¿Tan horrible era su sonrisa? Él sabía que su sonrisa de Chat Noir era buena y ciertamente de civil no había sonreído hace mucho tiempo. Pero...
— ¿Qué clase de mueca había hecho? —Se cuestionó en su mente— ¿Tan terrorífica fue que se está agarrando el corazón y no puede mirarme a la cara?
Esto lo estaba enojando.
— Explícame, Bridgette.
Ella negó con la cabeza, sin poder hablar.
— ¡Vamos! No tengo ánimos de aguantar esta mierda —Masculló ¿Le estaba tomando el pelo?— Dime el motivo de porque no te gusto mi sonrisa.
— Me gustó...
Félix alzó una ceja y la miró como si estuviera loca. Estando pensando que realmente lo estaba.
— Pero... —Tragó saliva como si le costara pronunciar las siguientes palabras— Fue demasiado.
En ese ínterin, levantó la mirada, justo directo a los ojos de Félix, pudiendo notar como la cara de Bridgette estaba completamente roja.
— ¿Es que me querías matar?
Félix la observaba atónito al oír su tono incriminatorio.
— ¡Mi corazón no pudo soportarlo! —Replicó— ¡Fue mi primera vez! —Gritó.
Félix trato de ignorar las miradas de los transeúntes por esas últimas palabras que se podía malinterpretar. En ese momento, maldijo haberle decidido sonreír justo en el parque.
— Y fue... ¡Wow!
Félix ahora escuchaba las risitas de las personas que paseaban, causando, que las mejillas del aludido se colorearan, él desvió la mirada para que ella no lo note.
— Si de nuevo lo haces o dura más de tres segundos... —Se tapó la cara con las dos palmas de sus manos— Juro que moriré ¡No sobreviviré!
Félix, no quería imaginarse lo que ahora estaban pensando las demás personas.
— ¡Necesito tiempo! Así que hasta que no me acostumbre —Espetó— ¡No habrá una próxima vez! —Le apuntó el dedo índice al decir esas palabras y sin previó aviso salió corriendo allí, avergonzada de pies a cabeza por ser espectadora en ese evento tan inusual.
Félix bajó la cabeza sintiendo la vergüenza traspasar su cuerpo, al sentir como varias miradas se posaban en él.
— ¡Wow! Eres todo un pervertido.
Las palabras de Plagg y la risita que produjo, enrojecieron su extremidades con más fuerza. Sin querer darle alguna respuesta, a pasos apresurados salió del parque. Mientras tanto, en el trayecto, pensaba en la que reciente situación que se había creado por sonreír.
Con ese pensamiento, decidió dejar el asunto de las sonrisas, únicamente a su alter-ego.
