Disclaimer: Bungo Stray Dogs no me pertenece.


Tú, en llamas


Sonrío, una sonrisa cargada de sentimientos falsos y emociones inexistentes hacia mi acompañante. Ella es, ciertamente, hermosa: está llena de deliciosas curvas y brillantes cabellos rubios, junto con una delicadeza poco propia aun en el género femenino. Intentaría yo proponerle a esta bella señorita que se suicide conmigo, pero algo le hace falta, ¿qué es? ¡Ah, sí! Le falta ser tú.

¡Oh, qué horrible desilusión notar esto! Ojalá no la hubiera conocido a esta preciosura sin nombre (que de tener, no me interesa en lo absoluto saber).

Las horas pasan con una lentitud agobiante, me desespero de tan solo ver el reloj; reloj que no se detiene y no pierde tiempo en decirme lo que falta para llegar a ti.

Maldito reloj. Lanzo el fino vaso de cristal hacia él y estalla en mil pedazos. La señorita a mi lado grita sorprendida y hábilmente culpo el desliz a mi borrachera y ella se conforma.

—Vamos a mi casa, guapo —susurra a mi oído. La miro y su aliento se mezcla con el mío y el lugar en que estamos arde.

Pero no, nada arde más que tú. Tu fuego interno me ilumina y, desde luego, hace que brote de mí el deseo de recibir tu calor. Volvernos uno solo. Arder juntos.

—Como gustes, preciosa.

Las calles vacías me conducen inevitablemente a ti. De solo pensar en que estoy a pasos de estar contigo deliro.

Pero un momento, ¿no te molestará que lleve a otra a la casa? Dios, sabes que mi único amor eres tú, pues tu belleza no se compara con ninguna otra y sin embargo, no quiero provocarte el enojo, así que la despacharé de inmediato.

—Cambié de opinión. Vete.

—¿Qué dices? ¡Vamos que la cama nos espera, guapo!

Pero ella quiere seguir.

—Dije que no.

—¿Estás bromeando? ¡Ni siquiera me has pagado!

—Porque no te usé. Largo.

—¡Qué desubicado!

La mano suave de ella impacta en mi mejilla y la hace arder.

—Puta, no sabes ni lograr que un hombre arda adecuadamente.

Yo no quise desperdiciar mi compra lo que le eché lo que restaba del vino en la cara y luego, fuego. Su rostro ardió seguido por su ropa. El alarido resonó por toda la calle y juro que hasta tú podrías haberlo escuchado.

—Así se hace.

Sin perder más tiempo mis pies me conducen a ti. Abro la puerta casi desesperadamente y no importa dejarla abierta, ¡en serio que no importa si así el mundo podrá arder con nosotros!

Y tú allí me esperas, mi amor, en el lecho antes mío y ahora nuestro. Tu cuerpo, que pronto arderá bajo el mío, empapado de tu vino favorito: el Petrus.

Me acerco a ti, sin quitarme los zapatos, las sábanas mojadas se pegan a mi ropa y el olor característico del vino se cuela por mi nariz y me apresuro a saborearte: mi lengua recorre tus ojos, mejillas, nariz y orejas y antes de llegar a tus labios me acuesto a tu lado con mi cuerpo pegado al tuyo, buscando fundirse contigo.

Me preparo y el ambiente empieza a calentarse, a arder, al igual que mis ropas y las tuyas.

—Oh, amor mío, tu belleza nunca podrá ser comparada con la de ningún otro ser viviente Déjame beber de ti y fundirme en tus entrañas. ¡Amarte hasta que tu cuerpo y el mío se deshagan en llamas! Porque así es como te amo, mi querido Chūya.


¿Y qué tal? ¿Les ha gustado? Debo confesar que es la primera vez que escribo algo de este estilo y, no sé, se siente raro xD

Si quieren dejarme alguna opinión sobre qué les pareció ya saben ;) ¡a los reviews!

Por cierto, tengo una página de Facebook, ya saben, para que estén enterados de todas mis actualizaciones y eso: El baúl de Jeffy Iha (el link está en mi perfil. Ustedes saben lo que pasa con FF).

¡Nos vemos!

Atte:

Jeffy Iha