DE COMO RON SE CONVIRTIÓ EN MUJER

Capitulo 1

"Fue un accidente..."

Los gemelos discutían en el silencio de su habitación, habían descubierto en un pequeño accidente, una posición desconocida.

- frase darle la poción y ver qué pasa George -decía Fred petulante, una vez que ambos se han aparecido en la habitación de Ron.

- Sabes Fred perfectamente, que no sé que lo puede pasar, que puede suceder - Contradecía algo dudoso George.

- Ya veremos qué pasa ¿Qué es lo peor que pasar? No hay nada que pueda pasarle a Ron, ya que se ha convertido en un peligro para la gente que no tiene nada que ver con él.

Ambos miraron a Ron dormido, los niños estaban felices de no estar en la habitación, los gemelos sonríen de forma maliciosa cuando se sentaron en la boca de su hermano menor, quienes por la noche cambiaron el líquido, pasaron los minutos y nada cambiaron, los gemelos se miraron irritados.

- Dijo que no iba a funcionar ... - Recrimino George a su gemelo.

- No, mira - Punto al pecho de Ron, que bajaba y subía con fuerza, sus ronquidos desaparecieron y ahora, este se volvía para desarmar a la cama y destapó de la colcha.

- Bueno, al menos ya no ronca ... -Dijo George decepcionado, se rascó la nuca y ambos se encogieron de hombros.

La noche paso de forma tranquila, pero ya eran las 10 de la mañana cuando un grito peculiar, proveniente de la habitación del menor de los pelirrojos, llamo la atención de todos en la casa. Fred y George se quedaron un momento atrás, y con una actitud más tranquila que dejar la comida de las gallinas en la entrada de la casa, para subir las escaleras y, a la larga, el resultado, por el contrario de la señora Weasley, ella había corrido escalera arriba y es que el grito había sido tan desgarrador que a Ginny se le había puesto la piel de gallina.

- ¿¡Que esta pasando !? -De un portazo a la señora Weasley abrió la puerta, pero su rostro de terror se quedó corto cuando vio a su hijo - ¿¡RON !?

- ¡MAMÁ QUE PASO, QUIEN ME HIZO ESTO! -Gritaba la voz de Ron, muy diferente a como era realmente.

- ¿Qué pasa ...? La pregunta de Fred se quedó en el aire cuando frente a sus ojos se convirtió en una pelirroja alta con el torso desnudo, tanto los ojos de Fred como los de George se abrieron como platos.

- ¡SALID DE AQUÍ! -Gritaba Ron chica, mientras que la cara se teía de un rojo furioso, incluso más rojo que su cabello.

La señora Weasley lo… la… Da igual, le puso una maldita manta encima. Y alzo su varita conjurando un patronus corpóreo, para avisarle a su esposo que volviera a casa en cuanto pudiera. Sin protestar esta vez, lo gemelos se fueron a la habitación, y solo cuando estuvieron dentro, comenzaron a balbucear cosas, que de seguro ninguno de ellos entendía.

— No lo puedo creer… —Logro decir al fin George, quien era el gemelo responsable, o por lo menos intentaba serlo. Sería mejor que se pusieran a trabajar en una solución rápida, porque de seguro su madre los mataría si lo dejaban así, era una poción que no tenía antídoto, ni siquiera sabían exactamente como volver a repetirla. Los gemelos se sobresaltaron cuando escucharon desde la habitación de Ron su madre:

— ¡GEMELOS VENID AQUÍ DE INMEDIATO! —Se volvieron a mirarse en silencio y apareciendo detrás de su madre la hicieron sobresaltar.

— ¿Pasa algo madre? —pregunto Fred sonriendo, con su mejor cara inocente.

— Quitadle el hechizo ahora mismo a su hermano, esta vez si se pasaron —La voz seria de la señora Weasley solía ser peor que la mirada de un basilisco.

— Si fueron usted ¡JURO QUE LOS MATARE! —Los ojos azules de la adolescente que ahora era su hermana, parecían estallar, igual que los ojos de su madre.

— ¿Qué te hace creer que fuimos nosotros Ro…? —la sonrisa divertida de George los delataba, no podía aguantarlo por más tiempo, y ambos gemelos estallaron en carcajadas.

— ¿Me meterán a Azkaban si los mato y digo que fue en defensa propia? —Pregunto la fina voz de Ron, quien se acercaba alzando una de sus manos por entre la manta que le había colgado su madre, de pronto los ojos de Ron se anegaron de lágrimas, tenia mucho coraje y rabia— Sois unos idiotas, regresenme a la normalidad, ¡AHORA!

— Ohh mi amor… — La señora Weasley abrazo a su hija, digo hijo… Hay ustedes entienden.

— Mamá diles, diles que me regresen —Decía Ron alzando su mirada frágil a la de su madre sin poder dejar de llorar, se sentía tan mal de estar llorando de algo tan ridículo, pero sentía una gran impotencia en su interior y no sabía cómo expresarlo.

— Querida hermana, esto se llaman hormonas, vas a odiarlas —Ginny palmeo suavemente la espalda de su hermano, y sus palabras solo lograron que Ron siguiera llorando.

Su padre llego de inmediato, y mientras tanto Ron se había puesto un vestido de Ginny, no quería ni siquiera mirar hacia abajo, había sido demasiado traumático despertar con algo que no tenía, algo suave y terso, pero que no era suyo. Su propia madre tuvo que vestirlo, mientras que el se tapaba los ojos, Ginny quien no había querido salir del cuarto se quedó a mirar el espectáculo.

— Ginny, no me mires —le repetía en cuanto escuchaba las risa de su hermana menor. Pues bueno, su madre le había puesto unas bragas y al ver sus senos la misma Ginny se vio sonrojada, tenían un tamaño… Mmmm… Perfecto, redondos y bien alzados, saludaban con alegría el sol.

— Tenemos que conseguir un brasier… Los de Ginny… Van a quedarte pequeños… —Ron se destapo los ojos y al ver en la mano de su madre una prenda que nunca había visto, miro a su hermana y luego su pecho, se puso a llorar cubriéndose espantado, pero al sentir sus propias manos sobre el, una nueva sensación, las aparto alzándolas al cielo.

— Mamá…. —Sollozaba la pobre Ron.

Las tres bajaron al comedor, donde el señor Weasley estaba regañando nuevamente a los gemelos, alzaron su vista al nuevo Ron y apretaron sus labios en una fina línea al ver que realmente era una chica, su liso cabello caía como cascadas por sus menudos hombros, y algo que no pudieron evitar ver, fue los pechos que se traslucían a través del vestido.

— ¡Gemelos! —regaño su madre nuevamente, con un respingo apartaron la vista, pero su madre no los había aprendido por eso, sino por haber sido tan irresponsables con su hermano menor — ¿Qué es lo que usaron?

— Mmm… Exactamente… Exactamente no lo recordamos… —Dijo Fred alzando su rostro pensativo hacia arriba.

— Creo que era… Excremento de Dragón… Alas de murciélago… Moco de troll…

— Aceite de ricino… Aceite de rosas… para el sabor… Asfódelo y creo que usamos demasiada baba de sapo… —George hizo una mueca, le dio una mirada a su gemelo, para que a la próxima no insistiera con eso.

Ron parecía apunto de desmallarse, su rostro estaba más pálido que de costumbre.

Luego de que recostaran al pobre de Ron, se pasaron todo el día intentando descubrir algo que pudiera invertir la poción, después de todo no podía durar para siempre o si… ¿Qué iba a hacer Ron, en medio de su pubertad con solo 15 años y teniendo que lidiar con un cuerpo que no era el suyo?

¿Qué iban a decirle a Harry? Y a Hermione… No, no pensaba decirles, tenían que solucionar esto antes de que empezara su quinto año escolar en Hogwarts. Con algunas dificultades la señora Weasley tuvo que dormir con Ron, la adolescente se abrazaba al pecho de su madre como si solo así pudiese seguir respirando.

— ¿Verdad mamá que mañana encontraras la solución…? —Le preguntaba por milésima vez Ron a su madre, la señora Weasley suspiro ruidosamente y acaricio suavemente los largos cabellos de su hijo.

- Si hijo ... -Pero al día siguiente no contaban con la Orden los reclutaron y que además Harry sería expulsado de Hogwarts.