El final de las Vacaciones

Mañana iba a ser el primer día de clases después del receso de invierno. No es que regresar a clases fuese particularmente emocionante, no había mucho del colegio que realmente le interesara a Temari. Las clases eran rutinarias y tediosas, los profesores sosos y aburridos, los compañeros eran estúpidos o ingenuos pero entre tanta mediocridad había algo que le emocionaba. Lo único interesante del colegio parecía ser su accesibilidad hacia el arte y la música y bajo este precepto es que había logrado constituir una banda. No habría trascendido mucho en un ambiente profesional, eran solo unos críos aprendiendo a tocar bajo los ojos de los profesionales, pero bajo la mirada de un colegio tan monótono eran el curry sobre el arroz, eran los que hacían que los actos escolares no fuesen tan aburridos.

Convencido de que los problemas de conducta de su hija se debían a que no sabía canalizar su energía, Temari había aprendido a tocar la batería a temprana edad y también temprana edad la conoció a ella, un niña pelirroja de grandes ojos azules que pasaría a ser su mejor amiga por el resto de su vida. Así que no está de más explicar que cuando Kasumi vino con la idea Temari no se pudo resistir. Pero contar esto no tendría sentido sin aclarar que el receso de invierno había resultado aburrido para la Sabuko, ya que su mejor amiga y el presidente de la clase se fueron de vacaciones juntos en un romántico viaje.

No la mal interpreten, a Temari le agradaba el novio de su amiga es solo que dos semanas le había parecido demasiado tiempo. Pero nada de eso interesaba ahora, mañana comenzarían las clases y todo volvería a la normalidad, ya no podía esperar. Se tiró en la cama con la intensión de dormir temprano, releyendo por enésima vez la letra de la siguiente canción, esa que Kasumi le había dejado antes de irse. En su cabeza se imaginaba el ritmo, aunque no podía esperar a ensayarla.

Las clases eran en efecto fastidiosas, los profesores insulsos, los compañeros estirados hijos de papi pero Kasumi, Kasumi era todo lo que Temari necesitaba para sobrevivir el último año de secundaria, bueno Kasumi y su amaba banda, Darkness.

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Ella nunca había sido muy sociable y no era de extrañarse, Hinata Hyuga había pasado por al menos cinco colegios en los últimos tres años. Es difícil mudarse todo el tiempo solo porque tu padre tiene que atender negocios. Estaba segura de que su madre jamás hubiese permitido algo así pero que más daba, no había nada que hacer. Solo esperaba que, al tener familiares en Tokio, su padre decidiera no mudarse más. No es como si él viviera con sus hijas de todas maneras, nunca volvió a vivir con ellas después de que su esposa murió así que les designo una tutora quien, afortunadamente, las trataba con todo el amor del mundo. Hinata tenía buenos recuerdos de su primo Neji, así que estaba emocionada por ir a su misma escuela. Pero estos pensamientos pronto se desvanecieron cuando su hermana menor golpeó la puerta de su habitación.

Hinata se bajó de la cama con pesadumbres, realmente no estaba de humor para aguantar lo que de seguro sería un escándalo por algo insignificante como "tu habitación es más grande que la mía". Pero por alguna razón lo hizo, supongo que siempre tuvo esperanzas en que Hanabi la aceptara como hermana mayor, pero ahora eso parecía imposible.

Con la mirada cansada y clavada en el piso tomó el pomo de la puerta para comenzar a girarlo y, a medida que la puerta se abría, la peliazul veía como el pie de su hermana se levantaba y bajaba casi como si estuviera molesta por la espera.

-Hasta que abres la puerta –soltó refunfuñando Hanabi y prosiguió igual de apresurada– mañana es el primer día de clases y no voy a poder negar si me preguntan que eres mi pariente, pero ni se te ocurra decir que eres mi hermana y tampoco aparezcas por mi curso, no quiero dañar mi reputación desde el primer día.

Cualquiera hubiese mandado a esa pequeña arrogante al demonio, cualquiera menos Hinata. No era masoquista en lo absoluto, no tenía complejos de inferioridad ni nada por el estilo, lo que le sucedía a Hinata estaba ligado a una vieja promesa, promesa que no pudo sostener. Es increíble como un mismo suceso puede desatar reacciones tan distintas en dos personas tan cercanas como las que están vinculadas por lazos de sangre.

-Sí, lo que digas –fue la vaga respuesta que le dio a su hermanita antes de preguntar- ¿algo más?

-No, solo "ESO" –recalcó Hanabi furiosa por el poco interés que su hermana mayor había mostrado en el tema.

-Bien, buenas noches –se despidió la peliazul pero Hanabi ya le había dado la espalda para ingresar a su habitación y azotar la puerta.

-Vaya que tiene carácter –susurró por lo bajo la mayor de las Hyuga antes de entrar a su habitación.

Espero que las actividades extracurriculares sean interesantes –deseó en silencio esperando poder pasar el menor tiempo posible en la casa– las clases de karate en la secundaria de Osaka fueron demasiado aburridas –meditó mientras se arropaba en su cama para disponerse a dormir.

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Mañana sería un día problemático, bueno todo le parecía problemático desde que la directora le había dicho que lo avanzarían de curso debido a sus calificaciones. Él se había negado rotundamente, cuando eres un vago no es bonito que saquen de tu zona de confort tan bruscamente, pero su madre le prohibió rechazar la oferta académica y terminó por aceptar de mala gana.

-Tsk –masculló desde su habitación mientras se llevaba el brazo a los ojos para detener el brillo de la lámpara de techo. Pero no era precisamente la luz lo que le molestaba.

Podrías haber intervenido, ¿no lo crees papá? –pensó recordando la discusión familiar que tuvo por el tema de avanzar cursos. Su madre le imponía fervientemente hacerlo, él se negaba rotundamente y su padre solo estaba ahí, como un mueble, sin decir una palabra. – ¿o será que las mujeres son en verdad problemáticas?

Bueno, sea como sea, ya no estaré con Chouji e Ino –caviló pensando en sus amigos de la infancia– aunque Ino está más bien ocupada en sus cosas, no será lo mismo sin ellos. Me pregunto si habrá podido distraerse en las vacaciones, espero haya podido salir de su casa a menudo. Seguro Chouji la ayudó, todo era mucho más sencillo cuando salía con Sai, él realmente la quería pero ella no supo cómo aceptar esos sentimientos compartidos. No hay mucha gente que conozca a Ino en verdad y aun así todos la aclaman cuando sube al escenario para tocar el bajo, supongo que ese es el efecto Darkness. Creo que seguiré teniendo dos rock stars en mi clase, espero que mañana toquen en el acto de inauguración así puedo dormir un poco más y aun así llegar a tiempo a clases.

Será mejor que apague esa maldita luz.

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Su casa se sentía bastante vacía sin su hermano, no es como si hablaran mucho en verdad, pero no era ese tipo de relación la que ellos tenían. Sasuke no necesitaba hablarle a Itachi para que este entendiera lo que el menor le quería decir y viceversa. La charla entre ellos era justa y necesaria, no más no menos y aun así no soportaban estar mucho tiempo separados. La sola presencia del otro les brindaba calma y seguridad.

Itachi había logrado que su padre les permitiera vivir sin un tutor encargado. Él era uno de los mejores estudiantes de una prestigiosa escuela, responsable y maduro y, sin dudas, el único capaz de domar a Sasuke ante los ojos de su padre. Fugaku Uchiha llevaba una vida similar a la de Hiashi Hyuga, ambos eran prestigiosos empresarios, ninguno de ellos vivía con su familia y ambos estaban especialmente decepcionados de uno de sus hijos. De hecho, la decepción era tal que los consideraban un fracaso en el cual invertir tiempo sería inútil. Pero para Fugaku Itachi era la mejor niñera que Sasuke pudiese tener. Incluso había logrado que el menor participara en una de las mejores actividades extracurriculares del colegio.

Sasuke era bastante introvertido y misterioso y rara vez se comunicaba con alguien que no conociera. No le agradaban las relaciones sociales en lo absoluto ni tenía interés en generarlas o mantenerlas. Aun así era uno de los estudiantes más codiciados por las mujeres en el colegio. Sus notas estaban por encima del promedio, su apariencia ponía en declive la de sus compañeros, su voz calma y serena y a la vez cargada de fuerza paralizaba a más de una dama, Sasuke Uchiha era realmente el premio que ninguna había logrado ganar. Pero nada de esto le interesaba a él, Sasuke había ingresado a Darkness de mala gana para pasar a quedarse gustosamente.

Una de las cosas que odió al principio fue esa regla de que todos dentro del grupo deben llamarse por su nombre. Pero paulatinamente se había acostumbrado y ahora lo único que le importaba era seguir tocando, eso era lo que más le importaba porque tan solo eso lograba liberar sus frustraciones.

Ahora mismo estaba llenando el vacío de la habitación con potentes acordes y de no ser porque sintió que su bolsillo vibraba nunca se hubiera percatado de ese mensaje de texto que le llegó.

-Mañana por la mañana tomaremos el avión, llegaremos a las siete. Kasumi dice que deberían empezar el recital con "Insulsas Melodías" antes de tocar "Calabozos y Profesores" –decía el mensaje de su hermano en la pantalla.

-Entonces llegan con tiempo. Dile que está bien y pregúntale sobre la nueva canción –fue su respuesta.

-Dice que está lista para ser ensayada pero que no dejes de practicar –manifestó Itachi.

-Ok, buen viaje –escribió el Uchiha mientras pensaba que dejar de tocar nunca fue una opción. Y rasqueteando las cuerdas continuó hasta muy entrada la noche.