Eres inevitable amor, casi como respirar...casi como respirar.

Tony tenía cientos de autos de lujo, jets, yates, trajes e incluso una nave para poder desplazarse por todas partes.

Pero ese día decidió tomar el tren, ¿porqué? Porque sí.

Bueno, y el admitir que embriagarte y no saber dónde rayos despertaste también fue un factor, prefería llegar a su lujosa suite por sí solo antes de tener que llamar a Pepper o a Happy para que le consiguieran transporte.

Ya le dolía lo suficiente la cabeza como para aguantar regaños.

Así que, saliendo del departamento de quién- sabe-el- nombre de la tipa con la que despertó, decidió comprar una sudadera y unos lentes oscuros para que no lo reconocieran y tomó el primer tren que lo dejara en central park.

Fácil.

Así que, perdido entre sus pensamientos sobre robots y tetas… o robots con tetas, no pudo evitar atragantarse con su propia saliva al reconocer un rostro entre la multitud del vagón.

El universo conspiró, inevitable corazón, clandestino eterno amor.

Es que, para él, era imposible no distinguir a ese tipo donde fuera.

Ahí, sentado en el asiento al fondo, pudo distinguir un cabello negro, unos ojos verdes que ojeaban de manera intensa un libro y ese porte elegante tan característico de su mayor dolor de cabeza.

-Loki -susurró, aún sin creer lo que sus ojos veían.

¿Acaso los trenes tenían algo o ellos dos era los que definitivamente no deberían estar ahí?

¿Qué debería hacer? Definitivamente no podía combatirlo, no tenía su traje a disposición, lo más sensato sería comunicarse con S.H.I.E.L.D. y avisar de inmediato sobre el paradero de Loki…

Debía hacerlo.

¿Por qué rayos no lo hacía?

No sabía a ciencia cierto qué era lo que le impedía hacer una llamada y ayudar a encarcelar el trasero de Loki, quizás era que no quería poner a los demás pasajeros del tren en riesgo, quizás era la forma en que le daba gracia el cómo Loki ignoraba a la anciana que lo miraba feo por no darle el lugar, o tal vez era la manera en que sus ojos se movían con concentración a través de las hojas del libro mientras sus dedos, ohh esos largos dedos, se deslizaban con una delicadeza que jamás pensó que vería en el tipo que lo arrojó sin piedad por una ventana.

Tan concentrado estaba en su pelea mental, que solo atinó a reaccionar en el momento en que Loki se levantó del asiento y empezó a dirigirse hacia la salida.

La salida en la justamente él se encontraba al lado.

Y antes de que su cerebro pudiera procesar la mejor manera de actuar en esa situación, una atrevida mano se posó en su nuca con suavidad…

-Adiós, Anthony, te debo una por no haber armado un alboroto – no podía ser cierto, Loki no pudo haberle lanzado esa sonrisa burlona y cómplice.

Además, se supone que Tony iba pseudo disfrazado… ¿Acaso Loki lo había reconocido todo este tiempo?

- ¿Quién dice que no acabo de llamar a toda la guardia nacional y en realidad están afuera esperando por tu trasero? – respondió, intentando encontrarle algún sentido al hecho de estar intercambiando palabras con el enemigo.

-No lo sé, solo es una corazonada – dijo despreocupado, alejándose del otro y poniéndose enfrente de la puerta – aquí me bajo yo, un placer, señor Stark. – Dijo, dedicándole una última mirada antes de echarse a andar por la recién abierta puerta.

Y Tony sabía que debía de hacer algo, esto no podía quedarse así.

- ¡Hey, Diva! – gritó ante la mirada extrañada que le lanzaban los demás y la mueca indiferente que hizo el otro al voltear - ¡Tú lo has dicho, me debes una!

Y ante la sonrisa ladina que le regaló el Dios de la Travesura, las puertas se cerraron y el viaje emprendió de nuevo, sin que ninguno de los dos supiera que ese furtivo encuentro marcaría sus vidas para siempre.


Holis, personitas lindas que se tomaron el tiempo para leer esto…

Bueno, esto se me ocurrió escuchando la canción de amor clandestino de Maná, así que no me culpen por lo corto de este comienzo jeje

¿Acaso existe alguien que no quisiera encontrarse con estos dos bombones en el tren? *0*

Sus reviews me hacen muy feliz y me alientan a dar más de esta hermosa parejita.

Hasta la próxima, besos.

Ann.