-Creo que maté a alguien. - dice con incomodidad Mila bajando la mirada como sí miles de personas tuvieran sus ojos sobre ella. Pero no era así, sólo ella era observada por los ojos de su psiquiatra el Dr. Hannibal Lecter. Quien para sorpresa de ella para nada se vio impresionado por las palabras de su paciente. El solamente se acomodó en su sillón y agarro su libreta de notas junto con su pluma y se limitó en escuchar. Al él no decir nada y ella notar que el solamente anoto algo se sintió bastante nerviosa.
Esto queda entre nosotros, ¿cierto? -
El asintió con el movimiento de su cabeza - Lo que se discute en esta sala, permanece en esta sala, en caso de que no fuera así, estuviera violando la normativa de confidencialidad doctor / paciente. Usted como paciente, está protegida.- el remoja su labio inferior mientras escoge con detenimiento sus palabras – Además, usted me ha dicho que "cree", aún no ha confesado algún crimen. -
La mujer algo incómoda se quedó inmóvil por unos segundos con sus ojos mirando directamente al Doctor, quien posiblemente era el hombre más peculiar que habría visto en su vida.
Lecter acompañó a la mujer en su silencio y él también la observo por unos instantes esperando escuchar su historia. Raramente el Dr. Lecter se sentía interesado en escuchar los problemas de sus pacientes, pero esta vez quería saber más. El mismo no entendía por qué, pero había algo en ella que lo cautivo rápidamente. Y una de esas cosas fue su aroma, la otra fue su historia.
A pesar de que la mujer llevaba el aroma de un perfume barato, él pudo percibir más allá de eso. Mezclado con el olor de rosas y notas de almizcle con jazmín se encontraba la nota que más le fascinaba y despertaba un apetito en su interior. La nota de la sangre.
Primeramente asumió que el olor podría ser de las descargas de su flujo menstrual. Pero no, el olor era identificable, era un olor peculiar, a sangre seca. Era un olor demasiado de familiar para él, era el olor de la muerte misma. Y se sintió fascinado, casi excitado e inconscientemente le dedicó una leve sonrisa a la mujer.
Un raro movimiento leve en sus labios, que ella paso como una sonrisa, a pesar de que la hizo sonrojar la reconforto un poco, le dio seguridad. Aun así no sabía cómo empezar. Por ende el Doctor decidió presionar un poco más.
Comience por decirme, ¿Por qué usted 'cree' y no tiene la certeza de haber hecho o no lo que me acaba de decir? -
Por qué no lo recuerdo.
¿Por qué usted cree si no lo recuerda?
Mila no sabía cómo decirlo a pesar de la confidencialidad. Ella pensó que, al ser algo grave posiblemente, el, llamaría a la policía.
No lo sé- titubeó - yo...-
Mila - el frunce el ceño - ...si no me dice que ocurre se me hará imposible poder ayudarla.
Escuche... - ella aclara su garganta - días atrás, en la mañana desperté con mis manos llenas de sangre, e incluso mi rostro... - ella se toca su cara con sus manos temblorosas. Él se percata que en las uñas de la mujer continuaban sucias con sangre. Eso le confirmaba que ella no se encontraba bien y que no mentía.
Es el mismo día que me percato que mi esposo desapareció...
Lecter arqueo sus cejas simulando sorpresa, ya que este tipo de cosas eran demasiado de comunes para el como para sentir algún tipo de asombro. Entre ellos, pacientes con mentiras, alucinaciones o banalmente violentos.
-Asumo que usted no recuerda que ocurrió, ¿verdad? Si no, usted no estaría sentada frente a mí conversando...-
-Correcto...
-¿Informo a la policía de la desaparición de su marido?
No...
Él se acomodó en su sillón nuevamente y luego de aclarar su garganta dijo:
Dígaselo a la policía lo antes posible.
Ella abrió sus ojos y arqueo sus cejas. – ¡¿Me está diciendo...- sube el tono de voz – Que le diga todo a la policía…?! –
Reporte su desaparición. O sospecharan de usted –
Pero entonces, ¿y la sangre?
Mientras usted no recuerde que ocurrió, limítese en hablar de su desaparición. Usted no está mintiendo, la realidad es que usted no sabe que paso.
Los ojos de la mujer se tornaron un poco llorosos, cuando en realidad no estaba llorando. Pero se sentía muy nerviosa ya que estaba hablando de algo que jamás pensó que podría con alguien que apenas conocía, con excepción de haber hablado con él en una sesión anterior, y él se mostraba más dispuesto a ayudar de lo que jamás ella espero.
-Supongo que usted tiene razón.- vaciló.
El sin decir nada más se puso de pie.
Sígame, Mila .-
Ella asintió, y le siguió, el doctor la guio hasta su cocina. Y le señaló el lavadero. Ella por un momento no entendió, pero se acercó a este. El abrió la palma de su mano, pidiendo la de ella. Ella puso su mano sobre su gran palma la cual en comparación era mucho más grande a la de ella. Él puso a correr el agua y jalo la mano temblorosa de la mujer con cautela, lentamente, y la llevo bajo el agua, instintivamente ella movió su otra mano al agua, el hizo lo mismo. Los dedos del hombre se movieron estratégicamente para comenzar a limpiar cada resto de sangre en los dedos y las uñas de aquella tentación que se encontraba en su cocina. Quien tan débil temblaba como un ciervo asustado, tan frágil, tan tentadora y con su aroma peculiar.
Mientras sus grandes manos, tocaban las de ella, el sintió el deseo de tenerla sobre su mesa, de devorarla y que fuera solo para él. Pero era muy pronto, demasiado pronto por ende el intento contener su instinto, de calmar esa bestia que había dentro de él. Y pensó que era muy temprano para comer.
Usted está padeciendo de una amnesia lacunar o disociativa. Dentro de su mente solo hay una laguna. Debido posiblemente a un suceso traumático.
Entonces puede que yo… solo haya encontrado su cadáver, y ¿el trauma me hizo olvidarlo?
Es una posibilidad. Pero también está la posibilidad que…
Que yo lo haya matado…
El asintió
- Inclusive es posible que usted actuara de forma distinta a como lo hace ahora… De nuevo, debido a un suceso. A eso le llamamos 'Estado de Fuga'. -
Lecter se percató que llevaba con las manos de la mujer más de lo debido y se percató que los delgados dedos de ella se encontraban completamente limpios.
Me está queriendo decir que puede que yo…-
No lleguemos a conclusiones precipitadas. – en la interrumpe a la vez que agarra una pequeña toalla y ayuda a la mujer a secarse sus manos, como si ella no pudiera, quiso asistirla – Solo le estoy dando mi perspectiva médica. – replico con una sonrisa.
Pero nada de esto me dice nada… Y yo siento que efectivamente lo hice… Y… y…
El rápidamente tiro la toalla a un lado, y tomo una de las manos de la mujer y la encerró entre las de él.
-Yo le ayudare a recordar, Mila. – dijo el psiquiatra, mientras pensaba que esto era condenadamente interesante y que el banquete tenía que esperar un poco más no hasta que saciara el apetito que causaba la curiosidad por saber un poco más sobre esta mujer.
Hola. Bueno, hice esto, y no sé cómo seguirá o terminara, es solo un experimento para ver cuánto puedo improvisar una historia. Además de que me encuentro intentando practicando un poco más mí escritura.
En caso de que alguien lea la historia y no entienda algún termino, me disculpo de antemano. Soy de Puerto Rico y a pesar de que intento escribir en un Español Neutro, puede haber cosas que no se entiendan. Si tengo algún Review , seguiré, si no, quedara en el olvido junto a todos los demás intentos de fanfics que tengo en mi computadora.
Posiblemente, luego de pondrá un poco más ' fuerte'. Con fuerte me refiero a sangre, muerte, sexo. Pero en caso de que así sea, intentare de no ser tan grafica o al menos dejar algún tipo de aviso.
Acepto Sugerencias para seguir.
