HOLA! Soy Hachi, para los que no me conocéis!
Antes que nada, pido perdón a mis amigas Lancelot y Merlin por si llegan a leerlo xDD Pero debía escribirlo (además, os quiero y me perdonáis).
Voy a aclarar que escribir sobre Daryl se me hace muy difícil, porque aunque le conozcamos, su mente es un sitio un poco caótico. Nunca sabemos por dónde te va a salir y no quería hacer un OOC! O era Daryl, o no había oneshot! Así que para ayudarme un poco, he hecho un poco la escena del ataúd! Porque creo que es mi favorita de Beth y Daryl. No pueden ser más monos!
Bueno, gracias a los que lean y tal! :D Yo encantada de recibir críticas, siempre y cuando sean con respeto ;) BESITOS!
Vas a echarme tanto de menos cuando me haya ido, Daryl Dixon...
¿Podría estar cometiendo un error? Sí.
¿Podría estar haciendo el tonto? Probablemente.
¿Podría estar en lo correcto? Nunca lo sabría.
Lo único de lo que estaba seguro era de que no quería dejar de escucharla cantar, de oir la dulce melodía de aquel piano.
Cerró los ojos... y sonrió.
Se habían peleado tanto... tantas discusiones y lágrimas, tantos gritos; siempre estaban entre la Vida y la Muerte, sin dejar de correr, sin parar de huir. Pero, a la vez, todo había sido tan maravilloso... Jamás pensó que aquella rubia pesada sería como una luz en su oscuridad... su oscuridad; un apoyo, la Esperanza que nunca creyó tener. Cuando ya pensaba que nada podía ir a peor, de repente y, como si la vida pretendiese reirse de ellos, aparece la oportunidad de darse un respiro.
Dentro de aquel ataúd y, con Beth cantando de fondo, nada de todo lo vivido tenía ningún sentido. Desde que decidió huir de la prisión con la menor de las Greene, su vida se había convertido en un desastre. Como si no tuviera bastante con luchar cada día para sobrevivir a duras penas, en ese mundo dominado por la Muerte, que encima, debía de hacer de canguro de una niña de... ¿cuántos años tenía Beth? ¿17, 18? Además de eso, llorica, pesada y, por encima de todo, OTPIMISTA.
¿Cómo era posible que siguiera creyendo que existiese gente buena? ¿Cómo podía confiar en que aún quedaba Belleza en el mundo? Había visto a su madre convertirse en un Caminante, fue testigo del asesinato de su padre, su novio fue la cena de uno de esos seres... ¿Por qué se empeñaba en creer, siquiera, en algo?
Él era tan frío, tan solitario, tan independiente... lo único que le preocupaba y, para lo que vivía día a día, era para encontrar comida en la basura, un charco del que poder beber y un sitio dónde poder descansar de mala manera. A él qué le importaba ya la vida que habían tenido y todo lo que habían perdido? Lo único que le importaba era sobrevivir.
Eran tan diferentes que, a veces, no entendía por qué no se había largado y la había dejado sola en el bosque, llorando y quejándose por todo. Pero, su voz, acompañada de la melodía del piano, hablaron por sí solas.
Fue Beth Green quién le contestó a una pregunta que no había hecho.
