Antes de empezar, por supuesto que nada del mundo de los Juegos del Hambre es mío. Todo pertenece a Suzanne Collins. Yo sólo juego con sus personajes.
P.O.V. Peeta
Eran apenas las cinco de la mañana cuando el móvil de Peeta sonó. Aun dormido, lo cogió y lo apagó. Estaba muy cansado, había ido a San Francisco una semana para exponer sus pinturas y había aprovechado para hacer turismo. Se giró y justo cuando se le cerraban nuevamente los párpados, el móvil volvió a sonar. Resignado, se levantó y se metió a la ducha. Su vuelo de vuelta Nueva York salía en tres horas y no podía perderlo, ya iba tarde así que tendría que coger un taxi.
Nada más llegar al aeropuerto llamó a Delly para avisarle que volvía y pedirle que fuese a recogerlo.
Peeta, sabes que tengo mucho trabajo, pero lo intentaré- el chico resopló, la conocía demasiado bien como para saber que eso no era más que una manera de decirle que no iría. Delly nunca le decía las cosas a la cara, siempre esgrimía la excusa de que le quería demasiado para herirle, él creía que más bien ella era demasiado cobarde como para ser sincera. Enfadado, le colgó.
Se dirigió a la puerta de embarque aun pensando en el desplante de su novia. Ya estaban embarcando así que corrió con su tarjeta en mano. La azafata lo miró sonriendo.
Buenos días, Señor Mellark. -Dijo leyendo su tarjeta de embarque- tengo buenas noticias para usted: viajará en clase Business.
¿En serio?- Sonrió sin poder evitarlo, el viaje duraba más de seis horas y sin duda sería más cómodo ahora. La azafata le devolvió la sonrisa y le guiñó un ojo.
Sí, Señor Mellark.
Muchas gracias- dijo él con la sonrisa más pícara que pudo encontrar. - Señorita Mason, muchas gracias- repitió esta vez mirando la placa con su nombre.
Aun sonriendo se dirigió a su asiento. Colocó su bolso deportivo en el compartimiento superior y se sentó. Se sentía observado y al girarse descubrió una pareja de abuelitos que le miraban sin disimulo.
-Perdone, ¿tengo tiempo de ir al lavabo?- preguntó incómodo a la azafata que pasaba por su lado contando a los pasajeros. Ella sólo asintió intentando no desconcentrarse.
P.O.V. Katniss
En el otro lado de la ciudad, Katniss se despertó de golpe y al mirar su reloj tuvo un súbito dolor de cabeza. Iba a perder el vuelo, sin duda. Se giró y al ver a una persona a su lado tuvo que parpadear un par de veces antes de recordar que anoche había dado una fiesta en su casa. En realidad ella había llamado a unos amigos y esos a más amigos y cuando se dio cuenta su casa había sido invadida por extraños. Jamás volvería a repetir.
Marvel, tienes que irte- le dijo, pero el chico sólo se removió en la cama- ¡Vete!
Me llamo Cato- respondió él de pronto, antes de añadir riendo- y tengo demasiado sueño, anoche no dormimos mucho ¿verdad?
Cato, te lo diré en una frase: yo tengo que irme así que tu también. Ahora mueve el culo- el chico rió mientras se desperezaba y la veía correr por la habitación buscando su ropa.
La morena se golpeó mentalmente al recordar que ni siquiera había hecho la maleta, a toda prisa sacó la ropa del armario y metió lo primero que encontró. La entrevista de trabajo que tenía en Nueva York era lo más importante, así que sólo se aseguró de ir bien vestida por si no le daba tiempo a cambiarse y de incluir un buen traje. Se alisó la camisa blanca, la falda negra, se hizo una trenza rápidamente, se puso la gabardina y volvió a gritarle a Cato para que no se quedase en el piso mientras ella no estaba.
Quedaba menos de una ahora para que saliese el vuelo, no tenía tiempo para ser escrupulosa así que le robó el taxi a una abuela sin grandes miramientos y le indicó su destino. Si perdía el vuelo no llegaría tiempo a la entrevista. Por suerte, el taxista intuyó su histeria interior y fue rápido. Katniss corrió por la terminal como si no hubiese mañana, tropezando con cuanto tenía delante, pero sin parar jamás. Cuando llegó a la puerta de embarque, la habían cerrado.
¡Esperen, esperen!
Lo siento, señora, el vuelo está completo- dijo la azafata mirándola con evidente enfado.
¡No puede estar completo! ¡Tengo un billete!- gritó la morena desesperada.
Viene demasiado tarde- No sabía si le molestaba más la calma de la azafata o su propia irresponsabilidad.
Lo sé, pero es que... -Su mente comenzó a trabajar a toda prisa buscando una excusa- mira... Johanna -dijo mirando su placa- tengo una hermana pequeña, nuestra madre está enferma, nuestro padre murió, su gato está enfermo también. No quiero dejarla sola, debo ir con ella.
¿Estás diciendo la verdad?- La incredulidad que reflejaba el rostro de Johanna le indicaban que se había pasado con las mentiras, demasiado emotivo sin duda. ¡Maldito Buttercup! No había caso en mentir.
No.
Lo sabía.
Pero tengo que ir, es por trabajo. Ahora no te estoy mintiendo. - Johanna rodó los ojos y simplemente añadió:
Sígueme.
La azafata la acompañó hasta su asiento, en el centro del avión. ¡Que maravilla volar en Business! Sólo tendría a una persona a su lado y, por suerte, ni siquiera estaba ahí en ese momento. Mejor, no tenía ganas de hablar. Cansada por el esfuerzo se desplomó sobre su asiento.
- ¿Sabes? No soy una niña - dijo a Johanna al ver que esta estaba a su lado, como comprobando que llegaba a su asiento.
Oyó unas risas a su lado y se giró, una pequeña niña la miraba sonriendo.
Buenos días, señorita- dijo y extendió su mano para saludarla- ¿Cómo te llamas?
Rue- respondió la niña tímidamente. Esta vez fue su turno para sonreírle. Estiró los pies para acomodarse y chocó con algo ¡claro! Su maleta... Se levantó resignada para ponerla en el compartimiento al mismo tiempo que su acompañante aparecía y se sentaba. Se acomodó ella también, giró su rostro para mirarlo y casi se desmaya. Peeta. Peeta estaba sentado a su lado. Los flashbacks se aglutinaron en su mente, sintió como el mundo le daba vueltas. Oh dios, iba a ser un vuelo muy muy largo...
¡Buenas tardes! Soy nueva por aquí, me presento... mi nombre es Ali y está es, como habréis intuido, mi primera historia. Tenía esta cuenta desde hace mucho tiempo, pero nunca había publicado una historia. Es una adaptación de una película francesa titulada 'Amours et turbulences'. Nada más, espero que os guste. Y... reviews, please, me hacen mucha ilusión *-*
¡Buen finde!
