FANFICTION

CAPÍTULO 1

Encendió las luces con un movimiento automático y observó complacido el trabajo de sus sueños. Le encantaba ser el primero en llegar a su taller; todo estaba tan quieto y silencioso, justo como su cabeza cuando dibujaba vestidos.

Recorrió las mesas cubiertas con decenas de muestras de tela para entrar a su pequeña oficina, apreciando la quietud de nuevo. Serían las nueve muy pronto, Tina, Mercedes y Santana llegarían a trabajar, y con ellas las habituales risas y canciones espontáneas donde siempre elogiaban su voz y la capacidad de hacerlas llorar; era el mejor cantante ahí, incluyendo a Mercedes que aunque tenía unos formidables pulmones jamás le interesó ese tipo de éxito; le reprimían una y otra vez que hubiera decidido quedarse allí en lugar de buscar un futuro brillante como artista.

Su corta carrera como cantante fue buena, su delicada voz de soprano le abrió unas cuantas puertas, pero al final se decidió por la estabilidad del lápiz y el papel para calmar sus crisis emocionales, que aunque no eran frecuentes, de alguna forma hacían que perdiera su fortaleza y prudencia habitual.

Era extraño. Él era hermoso, tenía la piel más cuidada del lugar, el cabello castaño perfectamente levantado y los ojos azules más cristalinos y francos que podrías encontrar, pero ningún chico parecía apreciarlo, tenía montones de amigos, por supuesto, pero sus amabilidades y cariños solían pasar desapercibidos.

Excepto claro por una persona, la única persona que lo había escuchado y querido y del que se había enamorado aun sabiendo que no era homosexual y peor aún, sabiendo que tenía novia.

Lo conoció en un campamento de verano de música, y el chico de ojos verdes con motas color avellana cerca del iris se había destacado de entre todos, sabía tocar por lo menos media docena de instrumentos y tenía una increíble y suave voz, era un compañero de dueto perfecto y la armonía que hacía con el castaño de piel de porcelana era de envidiarse. En ese poco tiempo de conocerse el chico de ojos verdes tuvo un gran impacto en el de cabello castaño, se volvieron increíblemente cercanos, tanto que para todos eran una pareja, hasta que uno de ellos dejó en claro qué género prefería al comenzar a andar con la chica más hermosa del campamento, rubia de ojos verdes color aceituna, y voz aterciopelada. Quinn Fabray, el foco de envidia de muchas, y del de piel de porcelana.

Después del verano intentaron seguir en contacto, pero la vida de celebridad provocada por el último showcase del campamento, consumió al chico de ojos verdes.

El hermoso chico de cabello bien peinado ignoraba si seguía con Quinn, pero en sus sueños siempre aparecía solo y dispuesto a amarlo

En ese momento sintió vibrar su celular y pensando que era Santana pidiendo disculpas por llegar tarde, casi contesta sin saber a quién; pero algo no estaba bien, no sonaba la canción de Alicia Keys personalizada para ella, era un timbre normal y dándole un vistazo a la pantalla se dio cuenta de que no conocía el número. Asumió que hablaban por algún trabajo de diseño y contestó con su tono formal:

-Oficina de Kurt Hummel diseñador de modas, ¿en qué puedo ayudarlo?

-¿Kurt? ¿Eres tú?- habló la persona del otro lado de la línea y la reacción de Kurt fue inmediata. Se puso tieso como un palo y lo primero en lo que pensó fue que seguía soñando despierto.

-¿HOLA? ¿Hay alguien ahí?- habló de nuevo esa voz que pertenecía a alguien con ojos color verde y avellana.

-¿Bl…Blaine? ¿De verdad eres tú?- logró susurrar Kurt después de unos momentos, aún no podía creer que Blaine le estuviera hablando y menos con ese tono de alegría, como si hubiera ganado la lotería.

-Por supuesto que sí, hombre. Aunque me siento un poco apenado, ¿sabes?

-¿Por qué?

-¿De verdad hace tanto que no hablamos que ahora consideras el hecho de que piense en ti como algo imposible?- "¿Por qué tiene que escucharse su voz como miel derretida?" pensó Kurt en ese momento.

-No, no es eso, es solo que…- Kurt intentaba encontrar cualquier cosa que decir pero su mente estaba en banco, su boca y garganta completamente secas y ¿qué demonios era eso en sus manos? ¿Sudor? "Patético" masculló para su interior.

-Oye, si estás ocupado puedo hablarte más tarde- comentó Blaine al notar la ausencia mental de su amigo. Kurt entró en pánico, ¿qué si ya no le llamaba? Se quedaría esperando y con el corazón roto. No. No iba a permitirlo.

-No, sólo dame un minuto. Tengo que ordenar unos papeles para el correo, ¿bien?- "¿Correo? ¿En serio?" le dieron ganas de darse un golpe en la cabeza.

-De acuerdo- dijo Blaine y Kurt casi pudo ver la sonrisa a tono de su voz.

Sin ver tomó unos cuantos papeles de la mesa e intento ordenarlos, pero no tenía idea de lo que estaba haciendo, así que lo dejó para no dificultarle el trabajo a Tina, y en lugar de eso ocupó el resto del minuto respirando hondo y contando mentalmente hasta diez. Después de seis respiraciones profundas logró ponerse el teléfono en la oreja sin que su mano pareciera convulsionar. Y dijo con la voz improvisada más tranquila:

-De acuerdo, estoy libre. ¿A qué se debe el honor Sr. Anderson?- bromeó con un leve temblor en el sarcasmo, haciéndolo menos convincente.

-Oh, no es nada Sr. Hummel- contestó Blaine en el mismo tono, y Kurt lo imaginó acomodándose su corbatín de moño por encima del suéter.- Es sólo que hoy tengo ganas de usar una chaqueta de lentejuelas negras y he escuchado que usted es el mejor de por aquí.

Kurt rio con ganas. Ese era su amigo, la persona más amable y optimista de todo el mundo, al que tanto había extrañado.

-De acuerdo, cálmate Moon Walker- dijo antes de que su cerebro registrara todas las palabras, entonces se dio cuenta- ¿De… por aquí?- repitió con una voz repentinamente frágil.

-¡Estoy en Ohio, Kurt! Me estoy quedando con mis padres en Westerville y estaba pensando en ir a Lima la próxima semana.

Las palabras nadaron en sus oídos: "¡estoy en Ohio, Kurt!", y siguieron así durante los pocos segundos en los que Mercedes y Tina tardaron en entrar a la oficina, ambas lo vieron con curiosidad y se vieron entre sí pensando que hacer con el catatónico Kurt. Por suerte éste se había logrado reponer y contestó, sino se habría ganado una buena bofetada o que lo empaparan con agua.

-¡Dios Blaine! ¡Eso es asombroso! ¡Es genial! Pero ¿cuándo llegaste? Me hubieras avisado, me habría gustado ir por ti al aeropuerto- dijo mientras se levantaba y les daba la espalda, asegurándose de que no lo escucharan.

-Si, bueno…Llegué hace dos horas, ni siquiera he desempacado, necesitaba hablar contigo primero- Blaine hizo una pausa y su tono se volvió nervioso, sin saber por qué- Entonces ¿qué dices? ¿Quieres salir la próxima semana?- concluyó.

Estado catatónico, de nuevo. Al menos no duró mucho.

-¿La próxima semana?- Kurt no se estaba quejando, en absoluto, pero lo que en realidad quería decir era: "¿Hasta la próxima semana? ¿Por qué no ahora? ¿Por qué no me recoges en cinco minutos y huimos a Las Vegas? Un matrimonio inesperado contigo no me importaría en absoluto"- De acuerdo, ¿qué día?- dijo riendo entre dientes por el contraste entre su cabeza y su boca. Blaine no pasó eso por alto.

-¿Por qué te ríes?

-Lo siento, eso que acaban de llegar mis socias y se están peleando por una tontería- mintió rápidamente mientras recibía un golpe por parte de Mercedes.

-¿Tus socias? Ah, sí, claro. Las vi en la foto de…- Blaine se detuvo en lo que estaba diciendo antes de que Kurt lo entendiera, pero había hablado de más.

-¿Foto? ¿Qué foto?

-En realidad no importa. Entonces ¿Qué tal el viernes?- dijo Blaine con toda la intención de distraerlo, y en realidad funcionó a la perfección. Kurt cambió su tono perspectivo al nervioso (una vez más) y acepto de inmediato la idea de la salida en viernes.

-Eso está bien, ¿dónde nos vemos?- Blaine guardo silencio, pensando en las opciones, no es porque hubiera muchas, pero al final mencionó el único lugar que haría sonreír a Kurt.

-¿Qué tal Breadstix?

Fin del capítulo 1

FLASHBACK

Blaine salió del baño con el gel aún fresco y pasó una mano por su recién peinado cabello, consiguiendo una sensación pegajosa. Se quitó el corbatín rojo maldiciendo a las amigas de su novia que la habían acaparado toda la semana. Es cierto que acababa de pasar un acontecimiento importante, pero ni siquiera habían tenido tiempo de pensar en la fecha del gran evento.

Había prendido el televisor pero su estómago comenzó a gruñir; se levantó intentando recordar qué le había dicho Quinn acerca del refrigerador, algo que fue evidente en cuanto lo abrió.

Vacío.

Tomó su celular con la idea de pedir algo a domicilio pero un montón de papeles en la barra de la cocina llamó su atención. Revisó el correo buscando algo interesante, pero una mitad eran las cuentas del departamento y de las tarjetas de crédito y la otra eran promociones y cupones del supermercado.

Pero sí había algo más. Era grande y pesado y por un momento recordó su carta de admisión a la universidad. Lo abrió con curiosidad a pesar de que estaba dirigido a Quinn. No oculto su decepción cuando vio que se trataba de una revista de modas, y estuvo a punto de guardarla de nuevo en el sobre cundo reconoció una palabra en la portada, un nombre en realidad.

Intentó controlar su sorpresa al darse cuenta de que no podía concentrarse en las letras y cuando lo logró leyó en voz alta dando nerviosas vueltas en la espaciosa sala:

-"El interesante giro de una vida: Kurt Hummel, de una de las nuevas voces de Broadway a un prometedor diseñador de modas"

"Kurt" pensó Blaine mientras sonreía y buscaba el artículo pasando las páginas tan rápido que lo tuvo que intentar un par veces.

Se molestó que el "artículo" consistiera en tres párrafos donde anunciaban el lugar donde estaba su taller, el nombre de sus socias y respectivas ocupaciones y una insustancial descripción de la inspiración de Kurt para diseñar.

Sí, se molestó, pero en cuanto vio que el texto venía acompañado de una foto se quedó helado. Apenas notó a las tres chicas detrás porque ahí estaba él, se veía más grande y de cierto modo más cansado, pero era él, la misma sonrisa tímida, la misma delicada figura y sus mismos ojos azules, donde Blaine aseguraba que podría encontrar la razón del universo. Puso atención de nuevo a los datos del lugar y anotó la página web donde más tarde encontraría un teléfono.

Quería cortar y guardar su foto en la cartera pero conocía de sobra la opinión de Kurt al respecto. Sonrió ante el recuerdo de su comentario cuando lo intentó en el campamento: "¡Dios Blaine! ¿Qué te ocurre? ¿Quieres mutilar mi revista? ¿Qué sentirías si yo cortara las cuerdas de tu guitarra? ¿O tus dedos?"

Había sido como un hermano para él y ahora se sentía culpable de que pareciera no importarle su vida, pero ahora estaba decidido. Iría a Ohio a verlo y pasaría todo el tiempo que pudiera con él.

Y llevaría a Quinn por supuesto, tenía la mejor excusa para ir al querer anunciar a sus padres su compromiso de boda.

Fin flashback