Renuncia: todo de Eiichiro Oda.
Dos años han pasado ya desde ese fatídico día.
¿Te acuerdas, Ace? El día en que moriste frente a mí, yo sí me acuerdo. Perfectamente. Me acuerdo que fue horrible, desgarrador. Rememoro que quise morir como tú, o que al menos fuera un mal sueño. Ninguno de los dos pasó. Las batallas continuaron implacables, y yo, cobardemente me dedique a gritar y llorar.
No quería aceptar que ya no estabas, aquí, conmigo. Fue realmente duro de aceptar, pero lo hice. Por mis nakamas. Sí. Aun sigo navegando con ellos ¿sabes? Y todos ahora son súper fuertes, y más divertidos y geniales. Y puedo decir que me enorgullezco de ellos, tanto como de ti.
¿Yo?, bueno, he mejorado. No puedo afirmar que soy más fuerte que tú ahora, porque siempre serás el mejor para mí, después de Shanks. Pero hago mi esfuerzo, lo hago. Quiero ser como tú. Y cumplir por ti, y por mí y por Sabo el sueño que nos juramos hace tiempo. Debes estar con Sabo ahora ¿cierto? Contándole todas tus aventuras, tus proezas, tus risas y lágrimas.
¡Dile que lo extraño! Estoy seguro que pronto nos reuniremos, los tres hermanos. Pero aun no, aun no. Todavía tengo muchas cosas por hacer. Muchas islas que visitar y quizá, uno que otro nuevo nakama por encontrar, quién sabe.
No puedo morir todavía. Al menos eso tengo claro. Y lo sé, me extrañas tanto como yo a ti. Pero entiende que no es fácil abandonar a mis amigos. Tal vez, en un futuro, todos nos vayamos a navegar al cielo. Después de cumplir nuestros sueños, claro.
Dime Ace, ¿es cierto que el Cielo es como lo pintan? Lleno de nubes y ángeles. Shishishi, que tontería, por poco olvido que nosotros ya fuimos ahí. A Skypie.
Supongo que es otro lugar diferente en donde estas, uno con un Dios bueno y sin pensamientos psicóticos. Me gustaría conocerlo. Apuesto a que hay mucha carne en el cielo también. Y olas por navegar, muchas olas. Y todas esas cosas maravillosas que le gustan a la gente. ¡Me emociono de solo pensarlo! Y de pensar que tú estás ahí, con Sabo, esperándome. A mí y a todos mis nakamas.
Ten por seguro que nos reuniremos. Y lloraré de alegría y saltaré a tus brazos, repitiendo «Ace, Ace ya estoy aquí»
Nami y Nojiko se reencontrarán con Bellemere, y comerán muchas mandarinas. Zoro podrá decirle orgulloso a Kuina que fue el más fuerte espadachín de todos los mares, Usopp, él estará con su madre. Y será recordado como un bravo guerrero del mar. Sanji nos cocinará comida celestial. Hiluluk estará muy orgulloso de Chopper por curar todas las enfermedades del mundo, incluso las del corazón. Robin ya no estará sola, Olvia y Saul la acompañaran con nosotros. Franky podrá presumir el Sunny a su maestro. Y Brook cantará muchas canciones con su antigua tripulación.
Sí, será un momento perfecto. Para reír, y llorar. Para recordar.
Lo espero, Ace. Espero ese instante en que nos veamos otra vez. Y pueda tomar tu mano de nuevo, y sentir el calor de tus abrazos. Que sea capaz de ver tus sonrisas, y revuelvas cariñosamente mis cabellos.
Como te dije recién, será perfecto. Pero aún falta mucho. Cosa que en cierto modo me entristece, porque tú puedes verme y cuidarme desde allá arriba y yo no a ti.
Aun así, te prometo que no volveré a llorar en vano. Ni a permitirme pensar algo tan estúpido como "No quiero vivir si tú no estás", no. La próxima vez que llore por ti no será de sufrimiento.
Por ahora solo puedo continuar mi sendero de pirata. Como el líder de los Sombrero de Paja, como el próximo Rey, porque lo seré. Te lo prometo.
Muchos pueden decir que tu muerte ya no me afecta, que de seguro me he olvidado que tuve un hermano mayor —ellos no saben nada sobre Sabo— más no les creas. No soy capaz de desvanecerte así como así. Es que Chopper me dijo una vez, que uno no muere cuando lo cortan con el filo de una espada, o le dan un balazo, o es golpeado fuertemente, o es envenenado, sino cuando es olvidado. Y, sabes, yo le creo. Y sé que continúas con vida, allá, en un cielo no muy lejano.
Porque recuerdo tu nombre, Ace. Siempre lo recordaré.
¿Te acuerdas tú? El día en que moriste frente a mí… no podría olvidarlo tampoco.
