¡Heeey~!

Esto salió rapidito, y no pude evitar publicarlo pq Midorin y su halconcito merecen amor este día.

¡Espero les guste! :)


Kuroko no Basuke y sus personajes no pertenecen, sino a Tadatoshi Fujimaki. Lo único mío es la historia que a continuación leerán. Midorima Masaru es de Ari-nee.


"Petición infantil."

Ya era veintitrés de diciembre y nada.

Comenzaba a desesperarse y aunque reconocía estar intrigado, lo que se podía decir era que estaba nostálgico y no era para menos, ya que este año su pequeño Masaru le había pedido claramente que lo dejara escribir solo su carta a Papá Noel.

-Ya soy un niño grande. Puedo hacerlo. - le dijo decidido y orgulloso, el primogénito de la familia Midorima.

Casi fallaba en su intento por evitar que el llanto lo envolviera en una vorágine de emociones, y no era para menos ya que desde que el pequeño había llegado a sus vidas, todos los años se sentaba con él a escribir todo lo que al pelinegro de mirada esmeralda se le ocurriera, agregando también las ocurrencias que le decía en ese momento.

Recordar que el año pasado sostenía la manita de su pequeño al escribir hizo que se refugiara en los brazos de su esposo. Porque sí, menos mal este se encontraba en casa para escuchar también esa trascendental noticia.

-No te preocupes, esta feliz y orgulloso, como yo. - el pelinegro mayor se apretujo más al cuerpo de Midorima, ya que escucharlo decir algo tan lindo a su hijo siempre le emocionaba. -Que sea claro y limpio Masaru, sino no te traerán nada. -el menor miró a su padre con un puchero, al igual como lo hacía su papi. Al parecer Midorima no podía dejarlos disfrutar el momento más tiempo, pero su hijo ya sabía contrarrestar el tsuderismo del más alto.

-Mi letra esta bien, la de papi no y aun así la entiendes papá, ¿porqué Santa no podría? Él también es genial como tú. - y ahí estaba Masaru siendo un digno hijo del Kazunari, avergonzar a su padre estaba en su genética y aunque su otro progenitor haya salido mal parado en esa comparación, a este poco le importó ya que se encontró feliz al notar el rubor en el rostro del peliverde.

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-¡Shin-chaaan! - se quejo. -Se está tardando.

-La pondrá cuando este listo. - respondió sin más al quejumbroso de su esposo, mientras se ponía su pijama.

-¿Y si se quedo dormido? - y antes siquiera que Midorima interviniera, la puerta de la habitación de su hijo se abrió con cautela. Unos segundos después el niño salió rumbo a la estancia con su sobre en mano, Kazunari sonrió al mirar su anhelado objetivo.

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Más tarde...

-Entonces, ¿que pidió? - amaba que su Shin-chan fuera curioso.

-Esta vez pidió sólo dos cositas. - la mirada felina del pelinegro le hizo tragar grueso al de gafas. -Fue un niño bueno y trajo buenas notas. - recordó los méritos de su hijo antes de contar los deseos de este.

-¿Que pidió?

-Un gatito.

-Tendrá que aprender a resignarse, no todo se puede en esta vida. - sentenció.

-¡Shin-chaaan! - le gritó, pero fue ignorado vilmente. -Eres un exagerado, sino le darás un gato entonces, cumple su otro deseo.

-¿Cuál es? - apenas terminó de decir esas escuetas palabras y ya tenía al pelinegro sentado a horcajadas sobre su pelvis. -Kazunari, ¿qué crees que haces?

-Un hermanito. - le susurro a su esposo antes de besarlo. La nochebuena en la casa Midorima al parecer, había llegado ya y aunque Kazunari estaba un tanto seguro que ya estaba encita, más valía prevenir y darle a su pequeño lo que quería.


¡Felices fiestas!