Disclaimer: Tanto el titulo, como la temática de la historia y los personajes no me pertenecen. Son propiedad de Carlos Fuentes y Masashi Kishimoto, respectivamente.

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Aura

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El hombre caza y lucha. La mujer intriga y
sueña; es la madre de la fantasía, de los dioses.
Posee la segunda visión, las-alas que le
permiten volar hacia el infinite del deseo y de la
imaginación... Los dioses son como los
hombres: nacen y mueren sobre el pecho de
una mujer...
JULES MICHELET

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Capitulo 1: Anuncio.

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Leyó ese anuncio... una oferta de esa naturaleza no se hacia todos los dias. Leyo y releyo aquel anuncio. Parecia dirigido exclusivamente a el. Distraido, dejo que la ceniza de su cigarro cayera dentro del té que habia estado bebiendo en aquella posada.

Releyo una vez mas, para confirmar lo que sus ojos veian. ''Se solicita ninja joven. Habilidoso, experto. Conocedor de la historia de Sunagakure. Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de llevar a cabo misiones de rango jounnin. Juventud, conocimiento de Sunagakure, preferible si ha pertenecido a esa aldea. 40 000 yenes mensuales, comida y posada comoda.'' Solo faltaba su nombre. Solo faltaba que las letras mas grandes y llamaditas del aviso informen: ''Suna no Ichibi. Se solicita Suna no Ichibi, antiguo ninja de Sunagakure, jounnin ex-guardian del señor feudal del pais del viento, antiguo maestro en la academia ninja de Sunagakure, actualmente ha abandonado su aldea.'' Pero si alguien leyera eso, sospecharia y lo tomaria a broma. Afueras de Konoha. Acuda en persona. No hay telefono.

Se levanto de su asiento en aquella posada para viajeros y dejo la propina. No pudo evitar pensar que otro jounnin joven, en condiciones semejantes a las propias, ya ha leeido ese mismo aviso, tomando la delantera y ocupando el puesto inmediatamente. Trato de olvidar el tema mientras caminaba fuera de la posada y continuaba por aquel sendero desertico. En su camino se permitio encender otro cigarrillo, mientras repasaba mentalmente de cuanto dinero disponia y de que forma le daria un mejor uso, al tiempo en que metia su mano diestra a su bolsillo y tocaba las frias monedas que tintineaban con su caminar, permitiendose jugar con ellas mientras su mirada se clavaba en su calzado ninja, arrastrandose por aquel solitario sendero.

Transcurrio aquel lento dia, identico a los demas que llevaba desde hace un par de meses y, en su camino, no volvio a recordar aquello hasta el dia siguente, cuando el joven pelirrojo entro a una nueva posada a tomar algo de té y cenar. Tomo un periodico de los estantes que los ofrecian y lo abrio tranquilamente. Al llegar el joven a la pagina de anuncios ahi estaba nuevamente aquel anuncio con el que se topo el dia anterior. Al parecer nadie habia acudido ayer al puesto de trabajo. Leyo nuevamente el anuncio y poso sus ojos sobre el ultimo renglon, cuyas letras restaltaban. 60 000 yenes. Ofrecian ahora 60 000 yenes.

Ciertamente le sorprendio imaginar que alguien viviese a las afueras de Konoha, en aquella zona de comercios para viajeros como el, el pelirrojo siempre habia creido que por ahi no vivia nadie, que el lugar estaba lleno de posadas y restaurantes, bares y puntos de abastecimiento para utencilios ninja. Camino con lentitud tratando de hubicar la casa, y no tardo mucho en dar con ella, pues estaba pegada a la unica floreria de los alrededores. Levanto la mirada escuadriñando aquel edificio, la floreria. Un gran establecimiento con un hermoso invernadero de cristales transparentes a traves de los cuales se podia apreciar la variada y colorida mercancia. Y a lado, una casa de dos pisos, acogedora, un poco vieja pero a fin de cuentas tenia toda la pinta de un genuino hogar con paredes rojas y techos terracota, de clasica arquitectura tipica de Konohagakure. Pronto se sintio observado, por lo que de reojo dirigio su mirada aguamarina a la ventana superior del balcon de la casa que tenia en frente, mas no pudo visualizar a nadie.

Se encogio de hombros y toco el viejo timbre, aquel boton de plastico, gastado y algo sucio, parecia no haber sido tocado en algo de tiempo, pues una capa de polvo se acumulaba sobre el boton. Aparto su dedo indice al escuchar el extraño timbre resonar dentro de la casa. El zaguan cedio lentamente ante un pequeño empujon no intencional que realizo con uno de sus pies. Volteo a su alrededor antes de dar un paso adentro, contemplando por ultima vez los escasos viajeros que transitaban por ahi, pronto oscureceria y todos iban en busca de una posada. Cerro el zaguan detras de si con cuidado y avanzo entre el bello jardin que se extendia ante sus pies, apenas y bien dio un paso sus fosas nasales se inundaron de un suave aroma floral, agradable, que le provoco un placentero estremecimiento que ignoro al captar su atencion la belleza de la flora que ofrecia aquel bello lugar. Se permitio pasear su mirada repetidas veces y admirar su alrededor, hasta que una aguda voz lo saco de su letargo.

-Buenas noches. Venga aca, por favor. Entre por la puerta principal, esta abierta. Al entrar encontrara una escalera a su derecha. Suba, por favor.

Subio la mirada siguiendo la fuente de aquella aguda voz, pero no la encontro. Supuso que se habria asomado del balcon sorbre el y ya se habia metido. Encogiendose de hombros, cruzo aquel bello jardin y entro siguiendo las instrucciones, escuchando el resonar de sus sandalias ninjas sobre las baldosas del lugar. Apenas y se adentro en la casa el aroma floral fue sustituido por un suave perfume de la misma naturaleza, que revoloteaba suavemente por los alrededores. Subio las escaleras que se le indicaron, siguiendo aquel aroma floral que flotaba en el ambiente. Al subir las escaleras se encontro en total oscuridad, debido a la noche que estaba cayendo y las ventanas cuyas percianas se encontraban cerradas.

-Señorita - llamo con su estoica voz, por que la voz que escucho hace unos momentos pertenecia a una joven - Señorita...

-Ahora a su izquierda. La primera puerta. Tenga la amabilidad.

Corrio la puerta lentamente y al instante las luces dispersas se trenzaron en las pestañas del muchacho, como si atravesara una tenue red de seda. Su mirada se centro en los farolillos japoneses dispersos por la amplia habitacion, iluminando suavemente aquel lugar, otorgando brillo a una enorme habitacion con un gran espejo y una comoda repleta de maquillaje, botellas de perfumes y objetos de plata. Una mesilla con un adorno floral y un amplio armario decorado con mas flores. Entre aquello pudo distinguir una pequeña mano suavemente iluminada que parecia atraerlo hacia si desde el tatami en un rincon de la habitacion, y fue cuando se percato de que habia dos tatamis en ese lugar. Uno en el centro, y el otro en un rincon.

Camino lentamente, esquivando el tatami del centro, y tropezando sin querer en el trayecto, y se acerco al rincon. Alli una pequeña figura se perdia en la inmensidad del tatami. El joven extendio la mano y lugar de tocar otra mano se topo con una piel gruesa, peluda, las orejas de un animal que roe su comida con un silencio tenaz le ofrecio sus ojos rojos. El joven curvo sus labios sutilmente y acaricio el conejo que comia a un lado de aquella mano que vio con antelacion, cuyos frios dedos hicieron contacto con la mano del shinobi durante un largo momento, para finalmente terminar tomandola y palpandola con suavidad.

-Suna no Ichibi. Lei su anuncio.

-Si, ya se. Disculpeme, no le puedo ofrecer un asiento.

-Estoy bien, no se preocupe.

-Esta bien. Por favor, pongase de perfil. No lo veo bien. Que le de la luz - hablaba con aquella chillona voz, y el joven hizo lo que le indicaron - Asi. Claro.

-Lei su anuncio... - repitio con su aspera y estoica voz.

-Claro. Lo leyo. Se siente calificado para el trabajo? - cuestiono, escrutando con la mirada al joven pelirrojo ante el.

-Efectivamente.

-¿Posee usted un nivel de jounnin?

-Solia ser jounnin en Sunagakure. Luego fui escolta del señor feudal del pais del viento.

-Excelente, me parece perfecto.

El joven de mirada aguamarina se aparto un poco, permitiendo que la tenue luz de los dispersos farolillos iluminara aquel par de gemas celestes y opacas, enmarcadas por una tez bastante palida, de un color enfermizo, cuyo rostro afilado era adornado por un par de mechones opacos y rubios, recogidos en un moño alto. Los labios resecos y palidos, y las cejas casi invisibles. Vestia una yukata sencilla de color lila con motivos de florecillas blancas y amarillas. Las sabanas y edredones iban de la cintura para abajo y sus brazos estaban envueltos entre las mangas largas de la yukata. Las palidas y pequeñas manos de la mujer descansaban a los costados de su cuerpo. El shinobi unicamente podia fijarse en aquel palido rostro de aspecto enfermizo pero facciones muy femeninas, mas, repentinamente fue sacado de su escrutinio por un movimiento que realizo el conejo, distrayendole. Observo aquel animal que, comia animadamente de aquel platillo de metal a un lado del tatami.

-Voy al grano. No me quedan muchos años por delante, Ichibi-san, y por ello he preferido violar la costumbre de toda una corta vida y colocar ese anuncio en el periodico - hablo la joven de aspecto enfermizo. Ante aquello, el shinobi no pudo evitar preguntarse cual sera la afeccion de aquella señorita.

-Si, por eso estoy aqui.

-Si. Entonces acepta.

-Bueno, desearia saber algo mas... - inquirio el alto muchacho de cabellos rojizos, balanceandose en su lugar.

-Naturalmente. Es usted curioso - sonrio la enfermiza muchacha, sorprendiendo al joven mirando los frascos de perfumes sobre el tocador, los estuches de maquillaje, los arreglos florales, los cartuchos alineados de pildoras y comprimidos, los demas vasos y tazas dispuestos en el suelo de la habitacion, al alcanze de la muchacha recostada sobre aquel tatami, cuya edad calculaba era menos que la de el, tal vez. Vio repentinamente al conejo saltar y perderse en la habitacion.

-Le ofrezco 60 000 yenes - hablo la joven.

-Si, eso dice el aviso de hoy.

-Ah, entonces ya salio.

-Si, ya salio.

-Se trata de los papeles de mi padre, el Godaime Kazekage Gaara. Deben ser ordenados antes de que yo muera, y deben ser publicados. Lo he decidido hace poco, ya que yo fui su unica hija y, como puede darse cuenta, a mi no me queda mucho tiempo de vida.

El joven abrio los ojos con sorpresa. ¿Ella era hija del difunto Sabaku no Gaara? El ni siquiera sabia que el difunto Kazekage Gaara habia tenido una hija aproximadamente de su edad.

-Pero... - musito el joven pelirojo, no sabiendo que decir al respecto.

-Yo le informare de todo. Ademas usted debera ser mi escolta en los meses que me quedan de vida. Aun existen renegados por ahi que buscan arrebatarme la informacion privada de la que dispongo, ya sabe, como mi padre fue un jinnchuriki y todo eso, y a mi se me instruyo en el arte de las tecnicas de sellado de nuestros ancestros... Y respecto a los documentos, le bastara ordenar y leer los papeles para sentirse fascinado por esa prosa, por esa transparencia, esa, esa...

-Si, comprendo - musito el joven pelirrojo, encuadrando sus hombros.

-Shukaku, Shukaku. ¿Donde esta? Ven, Shukaku - llamo la joven, mirando al rededor del tatami.

- ¿Quien? - cuestiono el de ojos aguamarina, percatandose tambien de que ese era el nombre del biju de una cola cuyo portador era su difunto padre.

-Mi compañia - aclaro, aun rebuscando en los alrededores.

-¿El conejo ? - cuestiono nuevamente.

-Si, ya volvera - inquirio rindiendose y acomodandose nuevamente en su tatami.

El shinobi levanto los ojos, que habia mantenido en todo momento bajos, y la enfermiza mujer ya habia cerrado los labios, pero esa ultima palabra... ''volvera''... juraria que la escucho nuevamente como si ella la estuviese pronunciando en ese momento, a pesar de tener sus palidos y resecos labios juntos. Ella permanece inmovil. Miro hacia atras entreteniendose un par de segundos en el arreglo floral de la mesilla, y para cuando regreso la mirada a la joven, le parecio que sus ojos se habian abierto desmesuradamente, estos son claros, liquidos, inmensos, con una cornea amarillenta rodeandolos, que se ocultan en los pliegues de aquellos parpados ligeramente caidos y enrojecidos, como en una cueva.

—Entonces se quedara usted. Su cuarto esta arriba. Allí si entra la luz - hablo nuevamente.

-Quizas, señorita, seria mejor que no la importunara. Yo puedo ir a hospedarme en la posada que hay en frente, revisar los papeles desde ahi y vigilar el perimetro - propuso, metiendo las manos a sus bolsillos.

-Mis condiciones son que viva aqui. Ademas a mi no me queda mucho tiempo... - reitero, mirandole.

-No se... - se paso una mano por sus alborotados rojizos cabellos.

-Ino... - musito la enfermiza joven. Acto seguido se reincorporo, sentandose en el tatami y extendiendo la mano.

El shinobi pelirrojo sintio una respiracion agitada a un lado suyo y entre la joven enfermiza y el se extendio otra pequeña mano de piel tersa que toco los dedos de la muchacha enfermiza.

El joven dirigio su mirada hacia la dueña de aquella mano, mas no alcanzo a ver a la dueña en su totalidad debido a que se encontraba demasiado cerca de el y su aparicion fue imprevista, repentina, sin hacer ni el mas minimo ruido al entrar a la habitacion, ni siquiera sus pisadas o cualquier cosa que la delatara.

—Le dije que regresaría...

—¿Quien? - preugnto el joven, descolocado.

—Ino. Mi compañera. Mi prima.

-Buenas tardes - escucho aquella melodiosa y fina voz. Vio como la otra muchacha, mas joven que ellos, inclino la cabeza respetuosamente y, la joven enfermiza remedo el gesto al mismo tiempo que la recien llegada.

—El es Ichibi-san. Vivira con nosotras

El aludido se movio unos pasos para que la luz de los farolillos no le calara. La jovencita tenia los ojos cerrados, las palidas y tersas manos cruzadas sobre su curvilineo muslo. No lo miraba. Abrio los ojos lentamente, descubriendo un par de gemas brillantes y celestes, vibrantes, rodeadas de unas espesas pestañas negras que realzan su brillo. Unos ojos peculiares, con un color simil al del cielo que fluye, brilla, relaja y corona un hermoso dia soleado. Aquellos ojos lograron que el pelirrojo se estremeciera, pues nunca habia contemplado una mirada asi, con un color tan puro y vibrante, casi irreal. Esos ojos fluyen, se transforman, como si le ofrecieran un hermoso paisaje que solo el puede adivinar y desear.

-Si. Voy a vivir con ustedes - murmuro el pelirrojo, sin apartar la vista de aquella azulina mirada.

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Si, si. Aqui estoy con algo nuevo jajajajaja. Como pudieron leer, este fic es algo asi como una adaptacion del original al mundo de Naruto, con los personajes especificados.

Esta idea me habia venido hace meses ya, debo agradecer a la Dra. que me dio clases de ''Metodologia de la Investigacion'' el semestre pasado, ya que para realizar el proyecto final nos encargo leer este libro. Y pues mientras lo leeia no pude imaginar trazarme la tematica a una de mis parejas favoritas. No es muy largo, son como 50 paginas, por lo que tengo la dicha de informarles que este fic ya lo tengo todo escrito. Ya ire publicando cada fin de semana un avance (:

Espero que les haya gustado el inicio. Ahora ya tendre mas tiempo para escribir y actualizar por que en una semana me libro del semestre y tendre dos meses de vacaciones! wuuuu verano +_+

Saludines y que anden muy bien

Nos leemos pronto

Besos!