Etapas del amor.
Ayer tuve una idea, tarde en la noche. Aquí esta editado y listo para ser leído. Disfruten.
Disclamer: NO poseo nada, sólo las ideas. TODO lo demás, es de multimillonarios que poseen los derechos de autor.
Etapas del amor, y del luto.
a. Negación: La persona no asimila lo que está sucediendo y no lo cree.
No le quiero, no le quiero, no le quiero.
Es mi mantra, mi lema, mi frase del día. No importa como le llamen, es la única parte de racionalidad que me queda desde que entró a mi vida, tres años atrás.
No lo quiero, me repito, porque quererlo es muy complicado. Quererlo implicaría alguna vez dejar de quererlo, y ese es un riesgo que no estoy dispuesta a correr. Estimarlo, quizá quererlo como el amigo que es, pero en verdad, quererlo, me digo una y otra vez, es muy complicado, es mejor no quererlo.
Hay veces que es más difícil recordarlo. Como las veces que vamos al 'Diner', y él insiste, con su sonrisa, que coma pie. O cuando, y su cara está tan cerca de la mía, que debo repetirme cien veces que no le quiero, y que no le quiero besar.
En verdad, creo que si lo repito los suficiente, algún día no sentiré ese ridículo cosquilleo en el estómago, y mis piernas no se debilitarán cuando me mire directo a los ojos, y pueda, metafóricamente, leerme. Algún día no sentiré nada, pero ese día no es hoy.
Hoy, Booth y yo estamos en el laboratorio, comiendo comida tailandesa, y poniéndonos al día con el papeleo del caso. De vez en cuando, él me mira y me sonríe, y yo no puedo evitar sonreírle también, todas las 64 veces en la última hora y media.
No le quiero, no le quiero, no le quiero.
Me gusta la manera en la que se rasca la cabeza, de vez en cuando, en sus momentos de máxima concentración. También me gusta la manera, en sus momentos de máxima concentración. También me gusta la manera en que puede entenderme, y la facilidad con la que me hace reír.
Me gustan cosas de él, pero él no me gusta. Es muy complicado, y es más fácil separados. Estoy bien así, pretendiendo que no me duele cuando sale con alguien, e ignorándole dolor de sus ojos cuando yo salgo con alguien.
Desde los quince años, cuando mis padres se fueron, y mi hermano también, he aprendido a ocultar los sentimientos, y a nunca acercarse mucho a nadie. Siempre se van, no siempre vuelven, y la sensación de dolor queda. Es más fácil no quererlo, me repito una y otra vez, pero sonrío cuando me mira, y él me devuelve la sonrisa.
No lo quiero, no puedo quererlo. Es complicado, difícil. Es peligroso. Por el trabajo, y por los sentimientos. No puedo quererlo, y es verdad. Hay mucho en juego: nuestro trabajo (tanto separados como compañeros), nuestra amistad, e incluso nuestras vidas. Tengo todos los argumentos racionales que necesito, y eso debería ser suficiente.
Podríamos tener un final feliz, como Angela y Hodgins, pero no lo tendremos, porque nunca seremos pareja. Hay más posibilidades de terminar una relación que de continuarlo, y aún así, la tasa de divorcio es bastante alta.
Nada puede pasar, es la otra frase que repito, casi con la misma insistencia. Debo recordar la realidad.
Endorfinas, conservación de la especie humana. Racionalicemos el amor. Es más fácil para vitarlo, y también ayuda a superarlo, o por lo menos, es lo que creo. El amor es hormonal, no divino. Hay una razón para todo, y no te puedes dejar llevar por tus sentimientos.
Booth me vuelve a mirar, y yo vuelvo a sonreír. Hoy es el día en que esto se acaba, porque no hay lógica, no es racional y no es bueno. No pude funcionar, y es mejor no arriesgar todo lo que tenemos por un sueño infantil. No lo quiero, repito. No hay sueño porque nunca le quise y nunca le querré.
"¿Qué pasa?," me pregunta, y yo le miro confundida. "Tienes esa cara que dice 'tengo un problema'. Te conozco, dime que pasa."
Es, al mismo tiempo, lindo e intranquilizante el hecho que lo sepa por mi expresión facial. Lindo, porque significa que me conoce, que se preocupa. Intranquilizante, porque quizá el me quiera tamb... no lo quiero. No puedo quererlo.
"¿Bones?," pregunta nuevamente cuando no le respondo. "¿Qué sucede?"
"Nada en especial, Tengo que tomar una decisión, y estoy analizando todos los argumentos para llegar a una conclusión racional," contesto. Y aunque no miento, no digo la verdad, porque no hay decisión que tomar. Sencillamente, no le puedo querer.
"Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Bones, que las que sospecha tu filosofía," dice, y yo me sorprendo.
"Acabas de citar a Shakespeare."
"Soy más inteligente que un niño de quinto grado," responde, y yo recuerdo lo primera vez que dijo lo mismo.
Es algo más que me gusta de él, su capacidad de sorprenderme en cualquier momento.
"Lo sé," respondo vagamente, y vuelvo a mi trabajo. Otra vez, el confortable silencio cae, interrumpido sólo por el ocasional sonido que producimos al comer. El silencio me hace regresar a mis pensamientos.
Cam y Booth terminaron, no mal, pero aún así era vergonzoso. Para ellos y para los demás. Booth y yo peleamos, y el resultado de una relación fallida podría también ser perjudicial para el equipo. Quererlo, tenerlo y dejarlo significa menos dolor que nunca quererlo y nunca tenerlo.
"En verdad, Bones. Si hay algo que te molesta, puedes contarme."
"Necesito analizarlo todo, porque quizá halla más en el cielo y en la tierra, pero destruir mi filosofía, es destruir mi cielo y mi tierra. No todas las decisiones pueden ser tomadas a la ligera. Algunas cambian tu vida."
"No te vas a casar, ¿o sí?," pregunta, y nuevamente tengo que recordar que no lo quiero al ver su expresión de dolor.
"No. No me voy a casar."
"Entonces, ¿cuál es esa decisión tan importante?"
También me gusta la manera en que se preocupa por mi e intenta mantenerme a salvo. Incluso creo que es algo tierno la manera en que cree que soy su propiedad, y quizá mantenerme a salvo sea nada menos que un trabajo.
"No es necesario que me contestes, Bones. Tengo telepatía, puedo leer tus pensamientos."
"Es científicamen..."
"¡Bones!," interrumpe. "Fue un sarcasmo."
"Claro. Por supuesto. Lo sabía," contesto algo avergonzada.
"Lo que tú digas, Bones. Pero en verdad, no puedo ayudarte si no me cuentas."
"No es necesario que me ayudes, Booth."
"Sólo quiero que sepas que..."
"... si necesito hablar con alguien, estás disponible. Lo sé."
"¿Cómo sabías que iba a decir eso?"
"Es lo que siempre dices," contesto vagamente.
También me gusta la manera en la que es impredecible, pero hay momentos en los que sé que va a decir, como ahora. Booth siempre ofrece su apoyo incondicional, poniendo de lado todo lo demás.
Trabajo, amistad, término, dolor, endorfinas, conservación de la especie humana, nuestras vidas. No son necesarios más argumentos, pues no hay nada más que decir.
No le quiero, no le quiero, no le quiero
No le puedo querer. No le puedo querer. No le puedo querer.
"Bones," susurra sonriendo, y su cara está tan cerca de la mía, que puedo escuchar su respiración y el latido de su corazón, y debo volver a recordar:
No le quiero, no le quiero, no le quiero...
"Booth," respondo. Mismo tono, misma sonrisa. A tres centímetros de su boca.
"¿Estás segura que estás bien?," pregunta mirando mis labios, lo que me hace sentir un cosquilleo en mi estómago. Bruscamente, me alejo.
"Totalmente segura, Booth."
Quizá haya mucho que ganar, pero lo que tengo es muy valioso para perder. Ignoro la mirada de dolor de Booth, y recuerdo por última vez en la noche:
" Es muy complicado. No le quiero. No puedo quererle."
Espero que algún día sea verdad.
No estoy segura si haré o no una continuación. Pero debo admitir, esta historia es una de las mejores que he hecho en mi vida. Dejen reviews, por favor. Y dejen ideas. Reviews con ideas es lo ideal.
