Butters caminaba tranquilamente por la calle, el día de hoy era su cumpleaños. Estaba feliz, y esperaba que alguien se acordase. Su madre le había regalado un abrigo nuevo para el frío, mientras que su padre estaba más pendiente del aniversario de la caída de las torres gemelas. A Butters le entristeció el hecho de que su padre no se acordase de su cumpleaños, pero eso no lo desanimó. Siguió caminando y vio que todos hablaban entre sí.
- Hola, chicos. –Saludó el pequeño rubio mientras sonreía.
Ninguno de los demás le prestó atención, ya que hablaban entre sí.
- ¿S-saben qué día es hoy? – Preguntó Butters, aun manteniendo su sonrisa.
- Claro, cómo olvidarlo. – Le contestó Kyle, haciendo feliz a Butters. – Hoy es el día en que Osama Bin Laden derrumbó las torres gemelas.
A Butters se le borró la sonrisa del rostro. Decidió seguir caminando e ir a saludar a sus otros amigos. A nadie le importó realmente el cumpleaños de Butters, sólo hablaban de la caída de las torres. Incluso su amigo Pip se había olvidado de él. A Butters le entristeció el simple hecho de que esto pasara todos los años. No sabía realmente por qué se sentía tan entusiasmado, siempre pasa. Pero por alguna razón, ese día se había levantado con muchos ánimos. Pensó que ese día iba a cambiar, que iba a ser diferente. Eso es lo que pensaba, mientras se sentaba en la laguna Stark a las 7 de la noche. Veía el agua moverse con tranquilidad, escuchando los grillos.
¿Por qué se esforzaba? Butters iba a ser alguien que nunca sería notado, jamás sería popular. Él siempre fue alguien que era opacado hasta por una bolsa de papel. No tenía dotes interesantes, no tenía nada atractivo. Comenzó a llorar al darse cuenta que siempre será lo mismo todos los años, puede que hasta que muera. Estará solo, estará olvidado.
- ¿Butters? – Una voz irrumpió sus pensamientos.
El chico volteó su cabeza para ver quién era. Debido a la oscuridad, sólo pudo divisar una silueta. La persona poco a poco se acercó y el rubio tuvo una visión clara. Era una persona con una parca naranja, que ocultaba su rostro detrás de ella. El muchacho sólo se sentó a su lado y lo miró. Butters pudo notar que este tenía un ojo morado.
- ¿Kenny? ¿Qué te pasó en el ojo? –Preguntó mientras se limpiaba las lágrimas.
- Oh, me metí en una pelea, querían robarme…. –Explicó este, mientras se quitaba la capucha, mostrando todos sus golpes y rasguños.
- ¡Oh, salchichas! – Butters tomó su cara con delicadeza. – ¡¿Qué te iban a robar?! ¡No puede ser, te ves horrible!
- Tranquilo, Butters. Me querían quitar mi dinero, he estado trabajando para darte esto.
Kenny mostró una bolsa de regalo grande que tenía cargaba, pero que Butters no notó. Algo atónito, la tomó y sacó su contenido: Un peluche grande de Hello Kitty. Se veía impecable, también olía bastante nuevo. Butters vio la etiqueta del precio: 150$
- ¡KENNY! ¡ESTO ES DEMASIADO CARO! ¡¿Cómo conseguiste el dinero para pagarlo?!
- Oh, bueno. Trabajé un poco…. –Sonrió y lo miró. – Feliz cumpleaños, Butters.
Al pequeño sólo lo volviendo a invadir las ganas de llorar y abrazó con fuerza a su peluche, para luego ver a Kenny.
- Gracias, Kenny….
- Te quiero.
AAAAAAAAAAAAWWWWWWWWWWWWWWWW :B siempre quise hacer un fluffy del bunny uwu lamento que sea tan corto D: Pero bueno, espero que les guste owo
¿Reviews? ¡Son gratis! 8D
