CAPITULO 1: ATAQUES EN EL HIELO. EL REGALO DE LOS ETÉREOS.

"Aquí ya no queda nada." Afirmó Jasper suavemente viendo las cenizas a las que se había visto reducido el poblado esquimal de nativos nómadas del norte de Alaska.

"No es posible." Dijo Alice. "Es… os juro que vi el ataque."

Era raro, Alice nunca había fallado antes. Al menos a ojos de Rosalie, Alice era, junto a Esme, la hermana favorita, sus poderes nunca habían fallado, hasta entonces, porque habían fallado ¿no?

"Alice." Le llamó entonces Emmet. "¿Seguro que era aquí?"

"Estaba segura." Dijo preocupada. "Es… vale, alguna vez algo había cambiado el destino y se cambian las visiones pero… estoy segura que era por aquí."

Fue algo raro, apenas unas sombras blancas y vimos un lobo negro con un mechón blanco en lo que podría ser un tupé si fuese humano mirándoles con unos ojos azules.

"Licántropos." Dijo Jasper adoptando una posición defensiva junto a Emmet y Edward.

"Un momento." Les paró Edward estirando un brazo confuso justo cuando iban a atacar.

"Edward, qué estás haciendo." Le dijo Emmet.

"No quiere hacernos daño." Dijo él. "Es… nos conoce." Afirmó Edward.

"¿Cómo es posible?" Dijo Jasper. "No es de La Push."

"No, pero nos ha visto, en una foto." Dijo Edward. "Quiere que le sigamos."

"¿Por qué?" Dijo Rosalie. "Vale que los quileutes y nosotros tenemos una tregua y nos hemos ayudado mutuamente, pero este no es de ellos."

"Conoce a la chica albina." Afirmó Edward mirándoles.

"¿A la novia de Embry?" Dijo Bella. "¿Conoce a Holly?"

Entonces el lobo ladeó un poco la cabeza como si no hubiese entendido la pregunta.

"¿Puedo intentarlo?" Preguntó Nessy suavemente.

"Ten cuidado, cielo." Le dijo Bella.

Con suavidad, la pequeña de apariencia 6 años, se acercó al lobo con las manos estiradas hasta parar a centímetros de él, entonces él le olió las manos y tras comprobarlas, acercó el hocico a ambas para que se las posase donde irían las mejillas en un lobo.

"Bueno chico…" Le dijo Nessy sonriéndole.

Para el lobo que era la primera vez que le pasaba, que de pronto su mente se llenase de imágenes de la amiga de su amiga Alex, de imágenes de la que ellos conocían como 'Snowflake' (sí, curiosamente se decía igual en inglés que en francés que es lo que hablaría este lobo) fue muy raro, así que acabó separando la cabeza de golpe causando que los adultos instintivamente fuesen a extender la mano mientras Nessy sonreía.

"Creo que le he asustado." Dijo sonriendo para volver a extender la mano hacia el lobo y mostrarle a su abuelo y a su familia con ella misma cuando la albina estuvo enferma y Carlisle la atendió en la casa familiar.

Entonces el lobo se volvió a separar, con más suavidad y asintió.

"¿Conoces a la chica?" Le preguntó entonces suavemente. "Tú…" Le dijo señalándole con un dedito. "Has visto…" Le dijo señalándose a los ojos. "A esa chica?" Acabó tocándole la mejilla y la cabeza.

Entonces el animal pareció dudar y luego dio un ladrido juguetón y asintió suavemente alegre.

"Le conoce." Dijo Nessy girándose con una sonrisa.

"¿Hablas nuestro idioma?" Le preguntó Edward al lobo para que este moviese la cabeza lateralmente como indicando 'poco' antes de comenzar a escribir una palabra en el suelo. "Oh! Vous parlez français." Añadió para que el lobo asintiese. "Habla francés." Añadió para el resto.

"¿Puedes preguntarle a dónde iban?" Le dijo Rosalie.

"Excusez, nous nous demandions où vous êtes allé. (Perdona, nos preguntábamos dónde ibais.)" Le dijo Edward.

"Quelqu'un est en attaquant un village esquimau dans le nord. (Alguien está atacando un poblado esquimal del norte.)" Dijo el lobo en la mente de Edward. "Nos frères et sœurs á 4 pattes ont hurlé. (Nuestros hermanos de 4 patas lo han aullado.) Nous allons les aider.(Vamos a ayudarles.)"

"Dice que alguien está atacando un pueblo esquimal al norte y que van a ayudar a los lobos auténticos a protegerles." Les dijo Edward.

"¡Es lo que yo vi!" Dijo Alice. "¡Me costó mucho ver gran cosa porque hay licántropos allí!"

"Excusé, pourriez-vous nous guider? (Perdona, podríais guiarnos?)" Le dijo Carlisle.

"Bien sûr, suivez-moi. (Claro, seguidme.)" Afirmó el lobo antes de dar media vuelta para ponerse a correr de nuevo.

"Quiere que le sigamos." Afirmó Edward.

Al momento, todos corrían tras el lobo y pronto pillaron al resto, un total de 4 lobos blancos, 3 de ellos con algún mechón negro y solo uno con una especie de pañuelo rojo como collar y una cicatriz en un ojo que al momento les miraron y aullaron entre ellos.

"No están muy conformes con que viajemos con ellos." Dijo Edward. "Piensan que somos una amenaza."

"¿Entonces por qué no nos han atacado ya?" Preguntó Jasper.

"El negro les ha dicho que Holly nos conoce." Afirmó Edward. "Les ha contado que Carlisle es el médico que la atendió cuando lo del accidente. Désolé, ce n'est pas quelque chose que je peux contrôler. (Perdón, no es algo que controle.)" Añadió para los lobos que le hicieron un gesto afirmatorio con la cabeza.

Cinco minutos más tarde llegaron a una extensión yerma y helada donde no había más que un rastro de caos y destrucción.

"¿Qué ha pasado aquí?" Murmuraron varios de los Cullen.

Aquello apestaba a humo y sangre, como si algo o alguien hubiese arrasado todo quemándolo luego.

Por desgracia, no vieron rastro de vida.

"Excuse-nous. (Disculpadnos.)" Le dijo el lobo negro a Edward en la mente. "Nous sommes arrivés en retard, nous allons prendre soin de quelque chose d'autre. (Hemos llegado tarde; vamos a ir a encargarnos de algo más.) S'il vous plaît ne nous suivent pas. (Por favor, no nos sigáis.)" Afirmó antes de salir corriendo.

"¿A dónde van ahora?" Preguntó Bella.

"Tenían otro asuntos que hacer." Afirmó Edward pasando el mensaje. "Me ha pedido que no les sigamos."

Justo entonces oyeron un aullido en el aire que hizo que Carlisle levantase la cabeza preocupado mientras el resto se inquietaban un poco.

"Eso no sonaba…" Dijo Jasper.

"Tranquilos." Dijo una voz. "Están lejos."

"¿Quién eres tú?" Dijo Emmet a la defensiva.

"Me llamo Láquesis." Dijo la mujer suavemente haciendo una leve inclinación de cabeza.

"Láquesis." Dijo Carlisle. "¿Es tu verdadero nombre?"

"Es al que respondo." Asintió con etiqueta y delicadeza la mujer.

"¿Cómo sabe que están lejos?" Le dijo Bella un poco intimidada por esa mujer tan calmada y equilibrada.

"Los hijos de Lycaon no suelen tratar con los hijos de Vlad." Afirmó la mujer mirando al horizonte.

"¿Quién eres?" Le dijo Carlisle confuso. "¿Cómo sabes eso?"

"Eso no importa." Dijo. "Lo realmente importante sois vosotros."

"¿Nosotros?" Dijo Jasper observando a la mujer.

A todas luces parecía una vampiresa, era extremadamente pálida y a pesar de estar en un páramo helado, vestía un atuendo compuesto por una camisa holgada que dejaba los hombros al aire y metida bajo una falda india con bordados y pedrerías sujeta con un cinturón de cuero bordado igualmente pero que le dejaba las piernas desde las rodillas hasta el comienzo de unas botas peludas hechas, aparentemente, a mano como antaño, desnudas. Era de constitución menuda y despedía un olor a ancianidad con un cierto toque a grasa animal que parecía indicar que tenía una cierta edad ya, sin embargo, su semblante era sereno y no había arrugas que cruzasen su piel marmórea.

No hubiese destacado de lo norma de haber estado en un ambiente más cálido de no haber sido por su pelo, recogido en un par de trenzas traseras que le caían por los laterales del cuerpo hasta las mismas piernas en color ébano oscuro pero brillante como un cielo nocturno, reclamado con un flequillo donde el pelo era blanco como la nieve tal era la cantidad de canas que allí se reunían y que parecían ser todas las canas del cabello de una anciana vetusta en una clara evidencia de que no había sido decolorado para darle ese color sino que era cano natural.

El pelo y también los ojos, que tan pronto como posó los ojos en ellos, hizo que Jasper abriese los ojos como platos y casi abriese la mandíbula de la impresión al ver un ojo amarillo áurico como los suyos y el otro azul celeste, ambos recubiertos con una especie de película blanquecina que le daban el aspecto de unos ojos de anciana con cataratas que viniesen de diferentes dueños mientras la chica clavaba en él sus ojos antes de girarlos hacia Carlisle.

"Vosotros habéis venido por obra de los moradores etéreos." Afirmó la mujer con el mismo tono suave y alzando los brazos para abarcar el cielo crepuscular sin apartar los ojos de Carlisle y Esme. "No sois completamente demonios…" Afirmó mirando a Jasper y Alice antes de pasar a Nessy en brazos de Bella con Edward. "… ni completamente humanos." Afirmó haciendo a Nessy sonreír y palmetear hacia ella. "Por eso los etéreos, que sabes más que tú, chico que lees la mente." Dijo señalando a Edward. "O tú, chico-guerrero." Afirmó señalando a Jasper para pasar a Alice y luego a Carlisle. "O tú, chica que domina el futuro. Incluso que tú, hombre que ha vivido varios siglos, os han traído hasta aquí."

"Esto… creo que esto comienza a ser un show pésimo de vieja demente." Afirmó Emmet susurrando y haciendo que la mujer le mirase de forma recriminante antes de ablandar el gesto para acercarse a él. "Eh, oiga." Le dijo cuando la anciana fue a estirar una mano.

"Señora, no sé quién se cree que es pero nadie toca a mi compañero sin permiso." Le dijo Rosalie.

Entonces la mujer se separó mientras oían todos de nuevo aullidos.

"Estáis aquí por un motivo." Dijo la mujer. "Si es voluntad de los etéreos, vosotros mismos no podréis revelaros."

"Y dale con los etéreos." Dijo Bella. "¿Qué es eso de 'los etéreos'?"

"En verdad os digo, que antes de que salga un nuevo sol, un corazón arrancado a la fuerza y envenenado por el rencor y lleno de envidia de lo que no pudo ser, se llenará de gozo, y aquel cuyo corazón alberga un niño, encontrará un ser al que proteger." Afirmó la mujer yendo hacia un agujero en el hielo.

"Oiga, señora, cuidado." Le dijo Esme.

"Porque es voluntad de los cielos, que aquellos que fueron heridos, puedan encontrar por fin descanso." Afirmó avanzando más y cayendo por el agujero antes de que pudiesen alcanzarla.

Sin embargo, cuando fueron a mirar qué había pasado, apenas una centésima de segundo tras caer dentro, no vieron más que un agujero algo profundo pero nadie dentro.

"Pero qué…" Murmuraron.

"Manos arriba al que le parezca que esto es muy raro." Dijo Emmet levantando su mano.

"Es… parecía una predicción." Dijo Alice. "Como si la señora esa fuera una… adivina o… algo."

"Parecía un oráculo." Dijo Carlisle. "Los primeros adivinos, se decía que eran los encargados de trasmitir los deseos divinos a los simples mortales en Delfos y algún otro lugar. Según la mitología griega, su nombre también tiene sentido; Láquesis era una de las 3 moiras, las deidades del destino. Una hilaba el hilo de la vida de cada mortal, otra decidía sobre el hilo y la tercera lo cortaba cuando llegaba el final de esa vida. Láquesis era la que decidía entre lo que era y lo que no debía ser en la vida de cada mortal."

"Una loca con nombre mitológico." Dijo Rosalie. "Que bien."

"A mí me ha llamado la atención lo que dijo sobre los hijos de Lycaon y lo de que no suelen tratar con los hijos de Vlad." Dijo Bella.

"A mí me parecía que se refería a hijos de la luna y vampiros." Dijo Jasper.

"Lycaon era, según la mitología griega el padre de los licántropos." Dijo Carlisle asintiendo. "Y Vlad de los vampiros."

"Pero todo el rato hablamos de mitología." Dijo Edward. "Cuando lo que deberíamos hacer es buscar algún rastro que nos permita saber algo sobre lo que ha pasado."

"Y supervivientes." Afirmó Jasper. "Aunque entre este estercolero… dudo que haya ninguno."

"Bueno, pues comencemos." Dijo Carlisle. "Separémonos por grupos, de dos en dos, que cada quien cubra un trozo de terreno."

(Salto espacio-temporal)

7 horas después…

"Aquí no hay nada." Dijo Jasper.

"Por allí tampoco." Añadió Edward. "Hemos peinado 30 kilómetros cuadrados y no hemos encontrado nada."

"¿Y Rosalie?" Preguntó Esme tras hacer un pequeño recuento.

"Se separó hace un rato." Dijo Emmet. "Pensé que había ido con vosotros."

"Hay que buscarla." Dijo Bella.

(Salto espacio-temporal)

"Nessy…" Llamó Rosalie a la oscuridad. "Nessy, cielo, no llores, estoy aquí, soy yo, tía Rosalie."

Llevaba un poco buscando a Nessy por entre esas ruinas donde había visto a la pequeña juguetear y cuando había vuelto a pasar había oído su llanto.

"¿Nessy?" La llamó cuando oyó unos ruidos suaves justo mientras algo se movía rápido ante sus ojos haciéndola dar un respingo para encontrarse con una persona llena de cortes y con la ropa rasgada y ahorcada de los cables que parecían salir de un agujero en el techo. "Dios, que asco… ¡Nessy, no tiene gracia, sal ahora mismo de donde estés!. ¡Ya verás cuando le cuente a Edward y Bella lo que has hecho!" Afirmó cuando vio a una mujer atacada con violencia y muerta justo ante donde podía oír el llanto. "¿Nessy?" Preguntó con duda viendo una especie de piel peluda colgada a modo de cortina arrancada del techo para caer sobre donde provenía el llanto que parecía una especie de mesa de trabajo.

Entonces el llanto se hizo más agudo y nervioso y Rosalie retiró con violencia del todo la piel preparada para que algo le atacase puesto que ese llanto no era de Nessy, pero no pasó nada, en lugar de eso, vio otro montón de pieles, esta vez como de bebé foca moviéndose y dudó un segundo antes de moverlo para cogerlo entre las manos y levantarlo con cierto temor con los brazos estirados para alejarlos del cuerpo.

Allí dentro había algo vivo, que se movía y cuyo corazón latía con velocidad; entonces lo descubrió con cierto reparo y dio un respingo a punto de tirar a un bebé humano.

"¡Virgen santísima!" Dijo cogiendo el bebé que lloraba como si quisiera sacar los pulmones por la boca.

Fue justo entonces vio algo moverse a sus espaldas y de un solo golpe remató a lo que parecía un Husky Siberiano al que le habían dejado casi muerto mientras apretaba la frágil criatura llorona contra su pecho antes de salir corriendo sin darse cuenta que aún la llevaba en brazos.

Corrió y corrió alejándose de allí hasta que le paró Emmet interponiéndose en su carrera y haciéndola chocar con el hombro contra él en un gesto instintivo de protección de lo que llevaba apretado contra su pecho.

"Rose, eh, Rosalie, tranquila, soy yo." Le dijo Emmet cuando ella intentó atacarle.

"¿Emmet?" Dijo Rosalie confusa. "¡Emmet, cielo santo, no te vas a creer lo que me acaba de pasar!"

"Rose, cálmate, por favor." Le dijo Emmet antes de reparar en que seguía sujetando con firmeza el bulto envuelto en piel de foquita blanca y suave como terciopelo contra su pecho. "¿Qué es eso?" Le preguntó mientras el resto se acercaban al haberle oído encontrarla.

"No te lo vas a creer, es…" Dijo Rosalie destapándola y aún sorprendida.

"¿Un bebé?" Dijo Emmet dando un paso atrás. "¿De dónde lo has sacado?"

"Estaba en el pabellón aquel." Dijo ella señalando el camino que había seguido hasta llegar y chocar contra él. "Es… había un perro medio muerto y un tío se había colgado del techo, estaba ahorcado, pero por un agujero del techo… y una mujer estaba muerta y desangrada en…"

"Rosalie, quedaros aquí." Le dijo Jasper. "Emmet y Edward, vamos a echar un ojo."

"Ven, vamos a protegerla del frío." Dijo Esme.

"Tía, Rosalie." Le llamó Nessy. "Le estás haciendo daño."

"Dios, lo siento…" Dijo aflojando un poco. "Es que… como corrí para alejarme de allí, no quería que se cayese y…"

"Ahora lo importante es comprobar que esté bien." Dijo Carlisle. "¿Me permites?"

Con cuidado Rosalie le pasó el pequeño bulto a Carlisle que de inmediato se puso a hacerle un 'reconocimiento Express' antes de volver a taparla y devolverla.

"Habría que hacerle más pruebas." Dijo el hombre. "Pero lo que es seguro es que no tiene muchos días de vida, es una niña y parece sana. Aunque tiene signos de malnutrición y tiene bastante frío."

Fue sin pensarlo, de pronto Rosalie se quitó el abrigo y envolvió con él a la niña envuelta en las pieles de bebé-foca haciendo un bulto aún mayor y asegurándose de que la pequeña podía respirar antes de mecerla puesto que se había vuelto a poner a llorar de nuevo.

"Hay que conseguirle comida." Dijo Rosalie.

"A no ser que quieras sangre no podemos conseguirle ahora mismo más." Dijo Bella.

"En cuanto vuelvan podríamos ir a coger algo de comida para bebés." Ofreció Alice suavemente quitándose toda la ropa superflua para añadirla al embozo del bebé.

"Ahí vuelven." Dijo Carlisle mirando sobre el hombro. "¿Habéis encontrado algo?"

"Cadáveres." Afirmó Edward. "Y no hay rastro de vida aparte de nosotros cerca de allí, al menos no de mentes civilizadas."

"¿Mentes civilizadas?" Dijo Rosalie. "¿Dónde están los padres?"

"Sospechamos que muertos." Dijo Jasper.

"La mujer destrozada que viste presenta todas las características de ser la madre puesto que tiene los pechos llenos de leche y su tripa, si la reconstruyésemos estaría desinflada como si hubiese parido hacía poco." Le dijo Edward.

"¿Y qué hacemos con ella?" Dijo Bella. "No podemos dejarla aquí, morirá congelada o comida por algún bicho."

"Si la dejásemos, probablemente alguien la encontraría." Afirmó Jasper. "Pero dudo que fuesen muy cordiales aunque fuese un bebé."

"¿Y si…?" Murmuró Rosalie mientras una idea cruzaba su mente.

"¿Y si era de la bruja esa?" Dijo Bella. "La tía que vimos antes, la de 'los etéreos' esos."

"Ha desaparecido." Dijo Emmet. "Aunque igual si hacemos un sacrificio vuelve y…"

"No bromees con eso." Le dijo Edward.

"No." Dijo Carlisle. "Pero… sí hay alguien que puede darnos una mano en ese sentido."

"No estarás insinuando en serio que crees a esa loca ¿verdad?" Le dijo Rosalie.

"No, pero si de 'magia' hablamos, sé a quién podemos ir para que arroje algo de luz sobre esto." Afirmó Carlisle.

"¿En serio crees que podrá ayudar?" Preguntó Edward.

"Si hay algo que arroje algo de luz, estoy seguro que podrá ayudarnos." Afirmó Carlisle. "Además, hace un tiempo que no vamos por allí."