Disclaimer: los personajes de vampire diaries no me pertenecen, pertenecen a L. J. Smith, Julie Plec y la CW.
Todo había sucedido tan deprisa, aun no se lo podía creer. Un día estaban los dos viviendo juntos con su hija, y al día siguiente Bill le dice que se marcha porque es gay. Era algo que no le entraba en la cabeza. Se había quedado sola con su pequeña hija de cuatro años, Caroline.
¿Qué debía decirle?
¿Qué su padre se había marchado con su novio?
No, no podía decirle eso. Bill ni siquiera había pensado en ella, solo se había ido a otro estado sin pensar en las consecuencias de sus actos.
Todos estos pensamientos daban vueltas en su cabeza mientras estaba sentada tomando algo en el Grill. Tan metida estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien se había sentado a su lado, hasta que la persona le preguntó.
-¿Estás bien? –al escuchar la voz, Liz giró la cabeza y vio a un hombre al que reconoció al instante, era Zach Salvatore, miembro de una de las familias fundadoras.
-Eh…si…estoy bien –dijo Liz intentando sonreír, pero fallando miserablemente, no se le daba bien mentir.
-Pues yo creo que no lo estás, y siento meterme donde no me llaman, pero me he enterado de lo de tu marido –dijo Zach.
-Sí, bueno no pasa nada, de todas formas dentro de poco todo el pueblo lo sabrá. Todos sabrán como el marido de la Sheriff se ha marchado de casa al descubrir que era homosexual –dijo sin ánimos-. Genial… ahora seré la comidilla del pueblo, ni siquiera sé cómo lo haré para poder mantener a mi hija y a la vez pasar tiempo con ella. Esto es un desastre…no voy a poder salir adelante, mi vida ya no tiene sentido.
-¡Hey! No digas eso, claro que tu vida tiene sentido, tú hija es lo más importante que tienes ahora y saldrás adelante gracias a ella. Y por lo otro no te preocupes, ya sabes lo que pasa en los pueblos pequeños cuando sucede algo nuevo, pronto se cansaran y…y… además también….también me tienes a mí-. Liz sonrió ante las palabras de Zach.
-Gracias –respondió Liz-. Ahora volveré a casa.
-¿Quieres que te acompañe? –preguntó Zach-. No me gustaría que te pasara nada.
Liz aceptó y los dos salieron del Grill en dirección a la casa de ella. Quizás sí que podría salir adelante, quizás sí que podría empezar de nuevo y todo gracias a él.
