ADVERTENCIA:
alcto contenido OoC. Lo siento, no soy de las que agrada de utilizar esta herramienta para un fic, pero ahora era necesario.
~*Swet Dreams - Marilyn Manson ft Emily Browning*~
Capricho vengativo
El Capitán América fue recordado por muchos años como un héroe nacional, el mayor símbolo del patriotismo, ejemplo de solidaridad y fuerza. Inspiración de grandes mentes e imagen pública de poder y respeto.
No sólo era un líder por derecho o nombre, era por su naturaleza, él se convirtió en el alfa de alfas. Nadie más superior y sus compañeros debían ser sus iguales. En la segunda guerra todos lo siguieron, todos anhelaban estar bajo sus órdenes no exactamente por la tasa de supervivencia de sus misiones, estas eran siempre las más peligrosas en contra de Hydra, sino porque era un honor. Patriarca optimo y por selección de la manada que formaron los Comandos Aulladores, por el que siempre se guardaba silencio apenas entraba en una habitación por admiración.
Hizo grandes cosas, muy cierto, pero también hacía cosas malas.
Ha decir verdad, mientras ha vivido en un mundo donde lo bueno y lo malo es base de quien le plazca cambiar las reglas, lo único que él hacía era lo intransigente entra una cosa y otra. Desde que Howard Stark lo salvó del hielo en mil novecientos setentaicinco, lo único que ha estado viendo con el correr del tiempo es que tanto las conspiraciones como él seguían deteniéndose en el tiempo, sin intenciones de desaparecer.
Se quedó en SHIELD para ver cómo era un arma de doble filo, se infiltro en Hydra para entender la mente de los supuestos perversos, creó la iniciativa Avengers para seguir estudiando las definiciones del bien y el mal. También los ataques alienígenos tuvieron que ver, por supuesto.
Pero no importaba que tantas organizaciones nacieran y que tantas otras era que cortaba de raíz. La maldad crecía y crecía, las vidas no importaban, sólo los intereses propios aunque sean los especulados héroes quienes tengan que salvar sus traseros adinerados al final del día
Steve descubrió la naturaleza de la humanidad, lo que él protegió con tanto afán nunca existió como tal, malditos eufemismos, mugrosa irrealidad. Dejo atrás su escudo, por eso olvido Hydra, ningún bando le parecía suficiente, correcto en su forma de intransigente. Se olvidó del mundo, sólo defendió lo que era suyo. Se había cansado, algunos del equipo también, así que se vio en la necesidad y su antojo de crear una nueva organización individual, donde se decidía por mera opinión propia quien debía morir y a quienes debían salvar. Porque ya estaba harto del as guerras sin sentido.
Pero no todo había sido oscuro, no todo se había echado a perder.
Los vengadores se volvieron su familia, una manada imponente y glorificada que él lideraba aunque no había necesidad, era como si todos estuvieran conectados para saber cómo actuar y respaldarse al mismo tiempo, protegerse, como una verdadera estirpe de sangre. Y luego estaba Tony.
Tony Stark, la única luz en la vida de Steve desde que lo vio nacer, cuando pidió que estuviera con él en su primer celo, cuando lo marcó como suyo. Anthony no nació para ser cualquier omega bajo el mandato de un mundano alfa o beta, no, él nació para ser el omega: perfecto y a su vez de lo más excéntrico y notable; de gran ego, un enorme ingenio, el hombre de hierro, envidia sobre su cuerpo y dinero, siempre el centro de atención sin inmutarse. Y era de Steve, por supuesto.
Cuando Loki atacó New York Tony creó una armadura y voló a su lado peleando en su apoyo, cuando ocurrió lo de Ultron lograron sobrellevar las cosas juntos, al descubrirse la verdad sobre Bucky Tony simplemente siguió siendo una constante de alivio. Steve sabía que su compañero, su omega perfecto merecía todo el oro, amor y virtudes del mundo.
Curiosa pareja que creían imposible, que no creían iguales.
Mentiras.
Eran el indicado el uno para el otro, Steve lo supo siempre. Tony era la luz blanca que fingía estar rodeado de oscuridad para ser más fuerte, mientras que el soldado se consideraba la tenebrosa sombra que fingía ser buena persona.
Tony era su brillo, su vida. Steve era la sombra a su espalda, siempre existente aferrándose a su alma.
O lo había sido al menos hace tres meses, cuando las cosas estaban en orden.
Fue una mañana donde surgió una misión de su nueva organización, Natasha, Clint, Wanda y Bucky estaban al tanto de ella y lo esperaban en su propia base. No le quiso contar nada a Tony, no quería preocuparlo por su nuevo lado oscuro que había surgido hasta no tener la seguridad de que sus planes terminarían bien. Por ende, Visión, Rodhey, Bruce, Sam y Scott tampoco lo sabían, no era el tiempo, se convencía a sí mismo. Estaba protegiendo a su manda, creía él.
Estúpido, estúpido, estúpido.
Si no hubiera ido a aquella misión, sino hubiese dejado que Tony fuera a Irán sin protección extra, sí el buen Rodhey no lo hubiera dejado irse solo, por su mero capricho de no ir tan pomposo de seguridad, entonces nada de eso hubiera pasado.
— Estaré bien, chicos. Rodhey irá conmigo. — Stark, enfundado en su sensual traje de negocios, se dirigía a la entrada del hangar con un muy apenado coronel a su lado y todos los demás vengadores detrás de ellos.
— Yo podría ir también Tony — se había ofrecido Bruce. Sam y Scott dijeron lo mismo antes, pero Tony no había respondido mejor.
— ¿De dónde les nació tanta preocupación de repente?
— No es por ti Stark, es por el cachorro. — comentó Wanda regalándole una tierna sonrisa, aunque Tony sospechaba que era más para el bebé que para él.
— Tan sólo tengo un mes de gestación, estaremos bien. No Visión, tu tampoco porque debes cuidar la compañía y ayudar a Pepper. — el hombre señaló a cada uno con su dedos acusatorio — Los demás deben quedarse aquí, no podemos dejar la base sola en caso de emergencia.
— Prométeme que te cuidaras. — le dijo Steve, poniéndose frente a él entrelazando sus manos, llenándose de su aroma dulce
No quería dejarlo ir solo, no cuando se acaban de enterar que tendrían su primer hijo, no cuando Steve acababa de ser amenazado semanas atrás por unos idiotas que él decidió dejarlos a su suerte. Lo hubiera evitado, era un idiota.
— Es Irán y sólo iré por cuatro horas a una aburrida reunión contra la hambruna. No se preocupen por nosotros, ¿quieren? — los ojos chocolates de su compañero se enternecieron, el corazón del soldado se apretujo en su pecho — Steve, tenemos a nuestros enemigos encerrados, ¡por fin! ¿Qué puede salir mal?
— Son lo más importante que tengo. — Steve contra todo pronóstico, podía sentirse unido a su primogénito, a su bebé llenó de alegría por sentirse amado.
— No permitirás que nada malo nos pase, lo sé. — Su omega siempre tan positivo, siempre creyendo en él.
Se besaron una vez más antes de que Tony junto a Rodhey se marcharan en el Queenjet. Fue la última vez que vio como los mejores amigos se iban juntos, después Pepper le llamó histérica ante la llamada de emergencia que había recibido Visión a mitad de una reunión pero que no se logró conectar. A partir de ahí todo fue mal.
Los vengadores preocupados por el coronel, el único omega de su manada y el futuro cachorro no perdieron tiempo en intentar encontrarlos, pero Bruce y Visión no habían llegado a nada y ni siquiera SHIELD daba con ellos, mientras tanto Steve estaba desesperado y hundido en una profunda ira.
No fue hasta que una semana después Pepper estaba con ellos como casi diario desde lo sucedido, intentando mover tierra y mar para encontrar a su esposo y amigo con todos los contactos que tenía. La pelirroja omega de pecas salpicadas había estado hablando por teléfono en la sala común cuando gritó de dolor, de agonía, entre sollozos y jadeos llamaba a su esposo con pánico. Cuando los demás llegaron hasta ella la encontraron aferrándose a su marca de unión, una marca que antes parecía iluminarse por sí sola en tinta roja, ahora sólo líneas blancas se apreciaban.
Horas después de ese mismo día fue cuando llegó el video de Tony amarrado a una silla desorientado, con algo extraño brillando en su pecho cubierto de sangre y mugre. A sus pies, la cabeza de Rodhey fue arrojada con un mensaje. "Somos más grandes que usted, Capitán América. Sin el cerebro de sus organizaciones ustedes no son nada, ¿verdad? Lo voy a destruir centímetro a centímetro de carne y hueso, entonces eso lo destruirá a usted también"
El mensaje terminó, Wanda y Visión se encargaban de abrazar a Pepper que no se dejaba mover de su lugar, catatónica. Todos los demás pedían explicaciones ante el mensaje, Bucky y Clint trataban de explicarles las cosas a un muy controlado Bruce e histéricos Sam y Scott, mientras Natasha mandaba la información a Fury.
— Esto es tu culpa. — le acusó Bruce, su voz era la única cosa que se escuchaba en calma, pero los temblores de su cuerpo y sus ojos llenos de odio por parte del beta calaron en Steve —. Sí Tony o el bebé mueren, es tu culpa.
Steve no lo contradijo, no permitió que nadie lo hiciera, aunque no vio en ninguno de ellos intención de negarlo. Lo sabía, fue por su culpa.
Fueron tres meses después que encontraron señales de vida en una parte alejada del desierto, lejos de las montañas. Nadie pregunto, todos montaron en el helicarrier de Fury apenas se posó sobre la base para llevarlos hasta ahí.
— Y una mierda con sus líneas fronterizas o sus estúpidas zonas de guerra — murmuró María Hill antes de que Fury apagara las pantallas donde los jefes de estado reprochaban su acción. No, definitivamente nadie estaba para ser cautelosos en esos momentos.
Uno de los botes salva-vidas se desprendió del helicarrier con Bruce, Helen Cho con su equipo médico y el Capitán, mientras los demás aseguraban por pareja en tres Queenjets el perímetro. Nadie podía tacharlos de paranoicos si un miembro de su manada estaba en peligro.
Ahí estaba, en definitiva todos sintieron el olor a Tony entre la arena y el viento caliente. El omega alzó de forma débil sus brazos remarcando su posición. Nadie sabe quién corrió hacía quien, al final Steve fue quien apretujo en sus brazos a su pareja.
— Tony, ¡oh por Dios, Tony!
— Steve… — su nombre salió de aquellos labios y el rubio sentía morir de pura felicidad, su lobo internó rasgaba de adrenalina y alegría, no hasta que intentó buscar los ojos chocolates del otro que notó sus parpados abajo, su peso muy disminuido y un olor agrio tapando el dulce néctar que desprendió siempre.
Steve no sólo bajo su mirada del rostro de Tony cuando por órdenes de los médicos le indicaron que lo recostara, no sólo se perdió en el shock al observar la sangre y los rasguños, las mordidas y chupetones, olores asquerosos a escancias impuras, por donde viera en el cuerpo de su omega estaba marcado de tortura y abuso. Todos al igual que él, se quedaron horriblemente quietos cuando notaron que el pecho de Tony tenía una luz impropia desprendiendo desde el centro, y el vientre plano y morado.
Perdió al bebé, pensaron todos con crueldad.
Helen fue la primera en salir del trauma, moviendo sus manos por el cuerpo de Tony, Steve tuvo que controlarse antes de correr por el mundo a matar a todos en el.
Limpiaron, curaron y dejaron bajo observación a Tony en tiempo record, mas sin embargo los dos médicos no parecieron fatigados y todos los vengadores incluyendo a Fury y a Hill soltaban testosterona o energía negativa por la furia e impotencia resentida. No es como si a alguien se le ocurriera ir a decirles que se calmen.
Bruce tomo asiento y Clint trataba de calmarlo usando su enlace, aunque el propio arquero tampoco se encontraba paz. Helen fue la responsable de dar el diagnostico aunque la beta se encontraba inestable, parecía hecha de piedra.
— Lo diré de forma simple. Tony tuvo heridas severas que se cicatrizaron de mala forma, algunas de ellas se infectaron, sumándole la deshidratación y la mala alimentación, su estado de anemia empeoro mucho.
Steve debía controlarse, debía mantener el control, se lo debía como mínimo a Tony el mantenerse con la cabeza fría.
— En su pecho hay un tipo de energía que tal parece evita que astillas de metralla lleguen hasta su corazón, no sabemos cómo lo hizo, así que mejor esperaremos hasta que despierte para darle un mejor tratamiento cardiovascular.
Bucky lo sujetó del brazo, seguramente soltó un gruñido amenazador ante las imágenes formuladas en su cabeza. Tener el control no era tan fácil.
— También esta lo de su condición… — Cho soltó lo último con la voz quebrada, se tuvo que tomar segundos para buscar la fuerza que no tenía mientras los demás ya se imaginaba a que condición se refería. — Su estrada está destruida, sus feromonas parece que fueron obstruidas y no pudo haber dilatación; fue una maldita suerte que logrará caminar en el desierto con las piernas tan lastimadas. Perdió al bebé.
Al demonio con el control.
Steve temblaba, lo sabía, su cuerpo ya no era suyo y su mente volaba a velocidad de la luz. Se giró con fuerza, golpeó la pared, partió la mesa; desde lo más profundo de su estómago salieron rugidos de rabia, de dolor, acompañados por los de sus compañeros alfas del lugar que le exigían venganza, un pago por haber dañado al omega de la manada y al neonato no nacido.
Después vino la tristeza, los lamentos de los beta y su ansiedad ante la incertidumbre, Steve también los acompaño en llantos llenos de odio.
Veinticuatro horas después pudieron trasladar a Tony al complejo, aun no despertaba y los beta, Bruce, Helen, Scott y Wanda no se separaban de su lado.
— Alfa, te exigimos venganza por esta afrenta: por Rodhey, Tony y el cachorro. — declaró Natasha, la segunda en la jerarquía que hablaba por todos los demás de su género que la respaldaban a su lado.
Steve asintió con la cabeza, ella encontró duda en su mirada, y es que la verdad lo único que quería el capitán era que su compañero despertará. Aun así ella no dijo nada, acepto la dudosa respuesta y permitió que él se diera la vuelta para entrar a la habitación de su compañero, hasta que fue detenido por la figura pálida de Pepper que apenas y andaba por el pasillo hasta llegar ahí.
— Quiero ver a Tony — apenas se escuchaba su voz, sus ojos celestes ahora eran un gris enfermizo como su piel, el brillo de su cabello paso a la historia y su olor sólo era fresco. La señorita Pots normal le hubiese demandado que abriera paso y la dejara entrar, pero esa Pepper, aquel fantasma de una fantástica mujer solo susurraba.
El lobo de Steve asintió y él mismo comprendió lo que ocurriría. La pelirroja entró a la habitación con ayuda de Bruce, ella se detuvo frente a los pies de Tony que apenas y acaricio con sus huesudos dedos
— Tony… — murmulló con una última sonrisa que apenaba, entonces se dejó caer en los brazos de Bruce y no despertó otra vez.
Steve los mando a todos, menos a Bruce que parecía querer ignorarlo a partir de ahora, a encontrar la ubicación donde habían mantenido oculto al omega. Natasha le informó que hallaron rastros de una pelea feroz, posiblemente cuando Tony logró huir, muchos cuerpo militares y uno sólo de civil que rescataron e identificaron como un físico ganador de un premio nobel. Pero no había nadie más, todos los que sobrevivieron huyeron del lugar.
Steve terminó el comunicado sintiendo como la ira burbujeaba en su pecho, pero se calmó. No era el momento para volver a romper todo otra vez.
Estaba en una silla de metal al lado de la camilla del omega, con el deseo de tomar la mano de su compañero pero creyéndose indigno de hacer tal gesto. Fue su culpa, iniciar con una nueva organización llamada Revengers, donde trabajaba con quien le plazca y sin las miradas metiches de nadie, sobretodo porque se estaban encargando de toda la política corrupta; pero al final resulto que trajo nuevos enemigos, parecía que no querían dejarlo en paz por una maldita vez.
— Steve…
Intentó acercare a su pareja, pero este aun en su estado frágil y laxo en la cama, retrocedió a su cercanía y Steve podía sentir tanto a su ira burbujear como a su corazón romperse más y más. Los ojos chocolatosos de su omega jamás se habían visto tan apagados como ahora.
— Tony, tranquilo, tranquilo. Todo está bien Tony, ya estas a salvo. ¡Jarvis, llama a Bruce!
No terminó de decir la orden completa cuando los sollozos de su castaño volvieron a llamar su atención, siendo atrapado en una mirada llena tanto de angustia, dolor y furia en su contra. Tony jamás lo había mirado de forma tan oscura, nunca con la vista tan opaca.
— ¿Por qué no me lo dijiste? ¡¿Por qué?!
— Tony… — hizo mal, lo sabía y se arrepentiría hasta su muerte. Una vez más trato de acercarse a su pareja, pero una vez más fue rechazado ahora con más energía y asco.
— No más secretos, me prometiste que ya no habría secretos.
— Quería ver como resultaba Tony, quería estar seguro de que no te afectara.
Después del a muerte de Howard, después de enterarse que a Bucky lo trataron como una simple marioneta por años, Steve negándose a pertenecer a SHIELD después de rescatar a su amigo. Conocía las consecuencias de sus actos, sabía que Tony puso mucho de su parte para aceptar sus decisiones y apoyarlo sin recriminarle nada, pero fue por lo mismo que contemplaba un final desastroso como ese que se presentaba ahora, que quiso mantener a su omega lejos de toda esa mierda por una vez.
Y todo terminó tan mal, él fue el causante primordial de tanto dolor.
— ¡Y mira donde termine! ¡Rodhey murió! ¡Perdí a mi bebé! ¡Esos monstruos me hicieron…! Hicieron que yo… — el menor se abrazó a si mismo, Steve tenía un nudo en la garganta al verlo luchando contra sus recuerdos y su propia cordura. — Doy asco. Soy asqueroso. Ellos…-
— ¡No, Tony! ¡Tú no das asco! ¡Sobreviviste, saliste de ahí!
Tomó la mano de su pareja, lo tomó entre sus brazos en un intento de hacerle saber que para él, Tony jamás sería indigno de nada ni mucho menos asqueroso, que a sus ojos siempre sería perfecto, hermoso, un tesoro preciado al que profanaron siendo inocente.
— ¡No me toques! ¡No quiero que me toques! — no opuso resistencia cuando el menor lo empujo, se dejó alejar una vez más mientras veía fuego y oscuridad bajo esas pestañas castañas y rizadas — Perdimos a nuestro cachorro por tu culpa. Jamás voy a perdonarte eso.
Rogers no se perdonaría a si mismo nunca, pero en un gargajo egoísta de su alma, no quería romper el vínculo con su pareja. Lo necesitaba, lo anhelaba de vuelta y si se separaba de él, si Anthony decidía alejarse de su presencia, Steve se moriría.
— Amor, por favor. Perdóname, por favor. Tony, no me alejes, por favor, no de nuevo. — se hinco prácticamente, se aferró a la mano del ingeniero que se mantenía tiesa y helada bajo sus dedos y entre sus palmas. — Perdóname, hare lo que sea. Te lo juro. Dime lo que quieres y será tuyo.
Siempre lo ha consentido hasta en lo más mínimo, y si ahora le pedía que pusiera a todo el mundo a sus pies, lo haría. El Capitán América ya estaba vació, ya había perdido la ingenuidad y la blandes que le comprometía a nunca someter a nadie bajo su poder; pero ahora las cosas eran completamente diferentes, ya no le importaba ni la humanidad ni lo que le ofrecieran insectos inferiores, sólo su Tony, sólo lo que quisiera su omega para obtener su perdón y recuperar su cariño.
— Quiero sus cabezas. — habló por fin el de ojos chocolate, quitándole por unos segundos el aliento al alfa. — Si quieres que te perdone, me traerás las cabezas de todos ellos. Hasta entonces, vete.
Había firmeza en sus palabras venenosas, un hilo de acero acompañaban su demanda y una fiereza en la mirada que no había duda que era lo que en verdad quería y que era consciente de lo que le pedía. El bondadoso y filántropo omega quedo magullado y perdido en aquellos meses bajo secuestro, estaba claro, porque ahora su compañero frente a él no dudaba al pedir la vida de quienes le hicieron tanto daño, aparte de Steve.
Lo sorprendente es que no mostró duda, él no objeto contra la exigencia, al contrario era como si la última capa del héroe que llegó a ser por fin le dejaba en libertad para accionar como debió de hacerlo desde un principio. Si el mundo no los valoraba, si todo el jodido planeta no entendía por las buenas, entonces que sea por las malas.
Así es y así será.
— Lo que desees.
Dejó un cálido beso en la poca zona de piel que se le permitía sujetar, dejando la mano ajena con delicadeza sobre la superficie del colchón. Miro por una última vez a su pareja quien le negó también el honor de formar parte de su visión, retirándose lentamente del a habitación.
Cumpliría el trato, no volvería hasta que de su espalda colgasen en cascada las cabezas de todo aquel imbécil que se atrevió a tocar lo que era suyo.
Permitanme contarles una historia: estaba yo acostadita en mi cama pensando como carajos continuar con mi fic "Del otro lado del mundo", cuando tambien me puse a preguntarme, "¿cómo actuaria un alfa, con el poder de Steve, si su omega hubiera sido secuestrado y ultrajado? ¿Tanta sería su ira? Si en un universo alterno, se diera cuenta que la humanidad jamás cambiaria y sus ideales se volvieron obsoletos, inutiles, ¿dejaría de protegerla? o si se comportaría tipo Superman desquiciado, ¿los tendria a todos bajo su control y dominio?" Y una cosa llevo a la otra y escuchaba Marilyn Manson esa noche en tormenta, entonces tuve la pesadilla donde Steve se volvía un asesino con un traje parecido al de Hydra, Tony lloraba y le gritaba que lo odiaba y Steve junto a Natasha se bañaban en sangre de sus supuestos enemigos... Terminé gritando! Pero eso me llevó a escribir esto y pues... No sé. Sé que cometí un gran nivel de OoC con los personajes pero por primera vez no me arrepiento, porque quería compartirles mi pesadilla.
Necesito volver al psiquiatra.
