Of someone else
Donde Ex Gremory se enamora de la hija de Vali Lucifer, a quien su padre le guarda rencor por alguna razón desconocida, ¿quizá debería abandonar a su familia y formar parte de los Lucifer? ¿Quizá todos están exagerando todo excesivamente?
I
Disclaimer: Highschool DxD no me pertenece ni sus personajes, está historia no sigue ninguna línea canónica por lo cuál hay eventos que nunca ocurrieron.
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Tan largo y tan vacío como siempre, mentía, el comedor estaba absurdamente lleno y tan solo era su familia: padre, hermanos y madres —por que al parecer su padre los quería demasiado, tanto que a cada uno le dio su propia madre—. Estaba todos allí porque estaban decidiendo que cenarían en navidad, y aún faltaba una semana.
"¡Pero somos demonios, carajo! No deberíamos de celebrar navidad" le había dicho una vez a su padre, y al parecer aquello no le gustó y le soltó tremendo derechazo acompañado de una cátedra del por qué celebraban navidad, ¿por qué? No es que fuera un Grinch pero podrían celebrar otras cosas —como él y sus mentores—.
—¿Y tú Ex? —miró a su madre y negó.
—Nada, como he visto que podemos dirigirnos a cualquier mitología prefiero ser pagano —respondió con desgana y después se levantó—, si me disculpan Modranibt se acerca, también tengo que decorar mi tronco para Yule y descansar correctamente para recibir a Sunna —mentira, ya tenía todo eso, todo aquel teatro gritaba un gran y pesado "Te odio, padre".
—Pero hermano, ¡Es navidad! —respiró profundamente y evitó ver a su hermana, sabía que lo chantajearia con esa cara de cachorrito que tenía.
—¡También es Yule! Yo no tengo la culpa de que en tiempos inmemoriales hubieran decidido sobreponer las festividades, hermana —no iba a decir duramente los actos históricos ocurridos en el mundo humano para que eso pasará, simplemente se limitaría a practicar sus creencias.
—¡Ex! —rogó ella.
—¡Airi! —respondió él de la misma forma.
—Deberías hacerle caso a tu hermana —la bilis casi se le regresa hasta la boca ¡¿Cómo se atrevía él a decirle eso?!
—Que ella sea estúpidamente devota al catolicismo, a su madre y a ti, no implica que yo seré igual —gritó cabreado, notó como su padre se levantaba enfadado.
—¡No me contestes así, Ex!
—¡Oblígame! —grito, quizá por dentro estaba temiendo terminar con el labio reventado, pero le importaba más seguir sus ideales.
—¿Cómo te puedes comportar así? —miró a su madre Kuroka y con todo el odio de su ser solo pudo decir:
—Ya siéntese señora —vio como la cara de su padre se tornaba roja y las venas de la sien se le saltaban, soltó una carcajada y salió corriendo.
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—Es suficiente niños, tomen un descanso —se aventó dramáticamente al suelo, por suerte aún tenía energía para eso y no caería cual costal de papas. Un menuda sombra le cubrió y él solo suspiró.
—¿Te vas a burlar?
—Dioses, creí que tenía que buscar una ramita para ver si estabas vivo.
—Tarada —gruñó mientras que soltaba una carcajada y se levantó para seguir a la de cabello plateado a la casa.
—¿Celebrarán navidad en tu casa? —preguntó ella casualmente, y es que en la suya más que celebrarlo era una gran cena orquestada por su tío Dulio.
—Padre quiere hacerlo —suspiró aburrido—, pero yo quiero celebrar Yule tranquilamente.
—Mamá también la celebra, a pesar de que papá y yo…
—Tu padre no es un patán que se la pasa teniendo sexo con tu madre.
—Bueno, es que el trabajo en el hospital no es precisamente fácil —Ex saltó asustado al escuchar al padre de su compañera de entrenamiento—, además lo veía venir desde hace mucho.
—Maestro, ¿Usted conoce a mi padre? —preguntó Ex con un poco de temor, pues no esperaba que el fuera de aquellos que casi alababan a su padre.
—Si, él es el Rojo y yo el Blanco, naturalmente algún día habríamos de encontrarnos —contestó vagamente y fue directo a la cocina con su esposa, ella al verlo sonrió y le pasó un vaso de limonada. Alcanzo a notar como hablaban, bajo, muy, muy bajo pues no siquiera alzaba a escuchar aún siendo demonio.
—Los he escuchado yo también —declaró la chica—. Papá le pide perdón a mamá por algo. Ella niega y después se besan.
—¿Y tienen sexo? —ella le dedicó una mirada asesina y le soltó un golpe en el hombro.
—Mis padres son muy reservados con respecto a eso.
—Gracias a los dioses, mi padre y madres son unos degenerados —hizo un mohin mientras que la chica miraba con ojos azorados a sus padres regalándose mimos y caricias inocentes—. Sería bonito ser como ellos ¿No? —Ex con timidez tomó la mano de la chica, ella le miró y después correspondió al agarre.
—Lo seremos.
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Notas del autor: No prometo terminarlo antes de año nuevo, son tres capítulos únicamente, y pues ya.
Se despide Queso. Paz.
