Todo el Reino estaba deprimido por la desaparición de su princesa, la Princesa Dylight Towa. Kanata era uno de los mas afectados junto con sus padres.
Pero recordando a cierta castaña de ojos verde agua, su sonrisa volvía por unos momentos.
El le había confiado la llave de vestir de la Princess Precure de las Flores. El simplemente sabia que ella debía tenerla. Despues de todo, para él, ella era la flor mas hermosa que había visto.
No sabía porque, pero sentía que algo estaba mal, bueno, mas mal de lo que ya era.
Y sentía que tenia que ver con Haruka.
Ese solo pensamiento le envió un escalofrió a su espina dorsal. Si algo le pasaba a Haruka, el probablemente lo perdería.
Y realmente mal.
Así que, con cuidado de que alguien lo descubriera, él se dirigió a la puerta que llevaba al otro mundo. La ultima vez que fue al mundo humano fue por el poder de la llave (que simplemente le daba otra razón por la cual Haruka debería tenerla) y luego se enteró de la puerta.
Se pregunto brevemente como no se había enterado de una puerta que llevaba a otro mundo que estaba en su propio palacio, pero por el momento no le importo.
El Príncipe de siete años (tenía seis cuando conoció a Haruka) se dirigió cautelosamente a la puerta al otro mundo. Daba gracias a dios que todos estaban ocupados ese día, bueno, todos los días eran, pero el no tenía nada que hacer…Mejor simplemente se apuraba.
Entro a la habitación de la puerta y se paro frente a ella. Miro hacia atrás para asegurarse de que nadie lo seguía. Tomando una respiración profunda agarro la puerta y la abrió lo suficiente para pasar, antes de cruzar la brecha él puso todos sus pensamientos y sentimientos al lugar al que quería ir.
El prado donde se conocieron.
…
El abrió los ojos de mantenerlos cerrados durante el pasaje. Suspiro aliviado al haber llegado al prado. Pero se sorprendió de verlo sin flores, hasta que vio los árboles que lo rodeaban.
-Oh claro, es otoño… -se avergonzó un poco por ni siquiera notar que ya habían cambiado de estación- Ahora… ¿Cómo encuentro a Haruka?
El miro hacia los lados nerviosamente, el no sabia nada del mundo humano, y estaba bastante seguro que era muy diferente de Hope Kingdom.
-Muy bien, primer paso, busca una ciudad, segundo, asegúrate de no parecer un extraño de otro mundo, tercero…Dejar de hablar solo que yo mismo me estoy cuestionando la cordura… -se dijo a si mismo intentando calmarse-
El camino hacia abajo del prado, hacia la hilera de árboles. Mientras cruzaba los arboles escucho sonidos de gente y otros que no reconoció. El apresuro su paso y se escondió detrás de un árbol para ver la ciudad.
La gente tenia una ropa un poco diferente a la de la gente de Hope Kingdom, tenia cierto aire…Moderno…No sabia como explicarlo simplemente sabia que ese era el termino adecuado.
El miro que todos llevaban abrigos ligeros, la razón era obvia, era otoño y el invierno se acercaba. Que tan cerca no sabía…Realmente debería haber estado mas atento a la fecha. Estaba seguro de que incluso olvido su propio cumpleaños.
El negó con la cabeza, debía enfocarse.
Miro unos niños de su edad con diferentes tipos de ropa jugando con las hojas. El hizo una toma para ver sus atuendos y el de él.
-Humm supongo que mi traje es muy vistoso para estar aquí… -el reflexiono comparando su traje con el de los niños- Espero que ese hechizo de cambio e ilusión me sirva.
El puso su mano en su gema del cuello y cerró los ojos concentrándose.
La gema brillo causando que su traje hiciera lo mismo, al disiparse el llevaba una camisa blanca con un chaleco azul, pantalones grises y botas azules. Todo parecía encajar con las ropas de esa época. Mundo. Lo que sea.
El comparo su ropa con la de los niños y asintió con aprobación, el miro su gema y decidió guardarla en el bolsillo del chaleco. Mas vale prevenir que lamentar.
El salió de su escondite y cruzo la calle, el había estado viendo los "carruajes sin caballos" que estaban cruzando, así que tuvo cuidado.
Camino por la ciudad esperando ver algún indicio de Haruka. No era muy difícil encontrar a una niña con cabello marrón rojizo y ojos verde agua… ¿Verdad?
Estaba pasando por un callejón cuando una corriente de haría lo golpeo causando que cerrara los ojos. Al abrirlos…Un papel inmediatamente choco contra su cara.
-Ciertamente esto es lo que llaman un mal día ¿No? -el refunfuño por lo bajo sacando el papel de su cara- ¿Qué es esto, de todos modos?
El miro el papel y se quedo congelado por lo que vio.
Era Haruka…Bueno lo que parecía un retrato de ella…Solo que no parecía estar hecho por la mano humana err Ningen. Mejor dejémoslo en retrato.
Pero lo que lo dejo congelado fue que arriba del retrato estaban las palabras "DESAPARECIDA" y abajo otras cosas que el ignoro por estar en sus pensamientos.
- ¡¿Desaparecida?! ¡¿Cómo paso esto?! ¡Qué demonios pasó! ¡Primero Towa, ahora Haruka! ¡Que diablos esta pasando! -pensó en su tormento de emociones-
Kanata sentía que se estaba cayendo y rompiendo en pedazos, la desaparición de Towa fue un golpe muy fuerte para él, Haruka ayudo mucho en eso, y ahora ella también estaba desaparecida, sentía como si el universo disfrutara de quitarle a las personas que más apreciaba.
- ¡¿Como si quiera la encontrare ahora?! ¡Ni siquiera sabía dónde vivía en primer lugar! ¡Espera! ¡Sus padres! ¡Ellos deben saber algo!
El rápidamente leyó el papel entero para saber si había información de la vivienda de Haruka, para su suerte, la había.
Como el no sabia las direcciones de la ciudad, el pidió indicaciones y al obtenerlas, rápidamente corrió hacia el lugar, sin importarle la etiqueta de Príncipe, de todos modos, no estaba en Hope Kingdom.
Al llegar a la ubicación se dirigió al lugar donde debería ser la casa de Haruka, o restaurante-casa, en este caso.
El respiro hondo para calmarse, no quería verse como demente en la casa de los padres de Haruka, eso solo empeoraría las cosas.
Entro al restaurante, ya que la puerta estaba abierta, y miro alrededor esperando ver algo familiar.
-Bienvenido jovencito ¿Qué quieres pedir?
El volteo a la voz y sus ojos se ensancharon. La mujer en frente de el era muy parecida a Haruka. Su cabello era mas claro que el de ella, pero sin duda los ojos que la mujer tenia eran los mismos que los de Haruka, solo que en este momento los ojos de la mujer no tenían brillo y se veía muy cansada, lo cual era muy razonable para él.
-Di-Disculpe, solo quería saber si sabia algo de Haruka -el dijo un poco nervioso-
De repente la mujer frunció el ceño y el sintió como si el aire se enfriara en segundos. Su cuerpo tuvo un escalofrió ¿Qué demo…?
- ¿Por qué te diriges con tanta familiaridad hacia mi hija? ¿Eres uno de esos niños que la acosaban? -ella pregunto con un claro gruñido en su voz-
- ¿A-Acosaban? -el murmuro confundido- ¿Haruka era acosada?
-Si -ella pareció gruñir- Ahora, no te hagas el tonto conmigo, si eres uno de esos niños que la acosaban y vienes aquí para "felicitarnos" por no tener a la "pequeña molestia" aquí, te invito a que te marches.
- ¡E-Espere! ¡Yo no soy uno de esos niños! ¡Soy su amigo! -el exclamo-
- ¿Cómo podría creerte? Si fueras amigo de mi hija, ella te habría presentado a nosotros, y yo recordaría perfectamente a un niño con cabello lila y ojos morados -ella lo fulmino con la mirada cruzándose de brazos-
¡Diablos! ¡¿Cómo diablos le explicaba que el era de un mundo mágico y por eso no podía estar con Haruka?!
Aunque algo en esta conversación lo hizo sentir mal… ¿Haruka lo consideraba si quiera un amigo? Solo se vieron una vez…
El negó con la cabeza ligeramente, no importaba, para él, ella era su amiga.
Pero ahora lo importante…Hacerle ver eso a la madre de Haruka.
¿Pero cómo?
- ¿Y bien? -pregunto la mujer dando golpecitos con uno de sus pies, causando aún más nerviosismo en Kanata-
- ¡De verdad! ¡Soy su amigo! ¡Tienes que creerme! -el rogo, lo cual no le importaba si no era lo apropiado en un Príncipe, el debía saber que paso con Haruka-
- ¿Qué prueba tienes para decir eso?
El sudó, la única prueba de que alguna vez tuvo conexión con Haruka era la llave de vestir, pero ni siquiera sabia si ellos la tenían.
Debía intentar.
-Y-Yo le di una ll… ¡Pieza de cerámica de un vestido rosa! -el exclamo lo ultimo nervioso, acordándose a ultimo momento de que en el mundo humano no conocían las llaves de vestir-
El miro a la mujer y se sorprendió de verla…Bueno…Con una expresión sorprendida.
- ¿Tu le diste esa pieza? -pregunto la mujer suavemente-
-S-Si.
- Solo para asegurarme… ¿Como es la pieza?
-Es de un vestido rosa claro con un moño al frente de un rosa más oscuro y una corona dorada arriba -el respondió rápidamente-
La mujer pareció examinarlo y luego suspiro mas ¿Relajada?
-Parece que dices la verdad…Lo siento por eso joven-
-Mi nombre es Kanata.
-Kanata, lamento por lo de hace un momento, pero estas semanas no fueron las mejores para nosotros -se disculpo la mujer con un profundo suspiro.
-Esta bien, entiendo…Pero ¿Saben que le paso a Haruka? ¿O alguna pista? -el pregunto con esperanza-
La mujer suspiro profundamente y apunto a la parte de atrás.
-Entra a la casa y espera a que termine nuestro turno, es en quince minutos, y te explicaremos todo.
El asintió y se dirigió al lugar.
Espero sentado en el sofá, mirando curiosamente la sala de estar, se veía realmente acogedora, solo que algunas decoraciones le llamaron la atención.
De pronto la mujer y un hombre entraron, él se sentó más recto que antes, sabiendo quienes eran.
-Hola jovencito ¿Kanata, te llamabas? -el hombre pregunto amablemente, aun pareciendo cansado, el asintió- Un gusto conocer a un amigo de nuestra hija finalmente.
-También es un gusto para mi… Pero ¿Puedo preguntar que-
-Ahora te explicamos -la mujer suspiro sentándose en frente de él, seguida de su esposo-
-Veras, hace unas tres semanas y media, Haruka salió a dar una vuelta por el bosque, como usualmente lo hace, pero despues llego la noche y no volvió, la buscamos por todos lados, incluso el grupo de ayuda del pueblo nos ayudó, pasaron tres días y decidimos poner anuncios por la ciudad y al pasar la semana, a otras ciudades, aun despues de eso aun no hemos encontrado ninguna pista de Haruka, es como si se la hubiera llevado el viento -el hombre suspiro pasándose la mano por el pelo-
Kanata estaba con una expresión entre la preocupación y la alarma, esta historia ciertamente se le hacía bastante conocida.
Eso solo lo hizo sentir aún más horrorizado.
-Despues de eso, los niños que la acosaban en la escuela empezaron a venir a "felicitarnos" por ya no tener a "una desgracia de una hija", obviamente yo ya no tolere eso y les termine dando una reprimenda…Se que no era el mejor curso de acción, pero simplemente no pude tolerarlo más -ella se llevó una mano a la frente- Haruka era una niña maravillosa, bien, ella era diferente, pero era especial…Nadie parecía darse cuenta de eso, al menos, los niños de su edad.
Kanata miro con simpatía a ambos padres, él sabía por lo que estaban pasando, sus padres estaban igual. Teniendo en cuenta que no estaba en Hope Kingdom, el decidió dejar salir un poco todo el dolor que tenía.
-Yo…entiendo por todo lo que están pasando…En mi casa…Mi hermana desapareció…Y toda mi familia la busco por todas partes y aun no hemos podido encontrarla…Haruka me dio mas ánimos de los que ella cree cuando estaba en mi punto más bajo y…Realmente quería verla otra vez… -sin darse cuenta sus hombros comenzaron a temblar-
De repente sintió como unos brazos cálidos lo abrazaban, el levanto la mirada y vio a la madre de Haruka con una sonrisa temblorosa y lágrimas en su rostro.
-Déjalo salir, no es bueno que un niño tenga tantas emociones reprimidas -ella lo abrazo contra su pecho-
Eso pareció hacerlo.
Kanata se rompió en lágrimas, abrazando a la mujer, no le importaba ser un Príncipe en ese momento, o el hecho de que estaba en frente de los padres de su amiga, el realmente necesitaba dejar salir todo.
El hombre se unió al abrazo y todos lloraron el dolor de la perdida, ya sea de un ser mismo o ambos. Realmente necesitaban dejar todo salir.
-Y-Yo…Prometo que las encontrare…A mi hermana y a Haruka…Lo prometo, las encontrare y las llevare a casa -el juro sollozando en la camisa de la mujer-
La mujer sonrió y le acaricio la cabeza.
-Te ayudaremos en todo lo que podamos entonces, todo sea por el amigo de nuestra Haruka -la mujer dijo-
-Si, puedes confiar en nosotros, Kanata -concordó el hombre-
Kanata los miro con ojos sorprendidos, pero finalmente logro soltar una pequeña sonrisa y asintió.
-Si, gracias.
Los tres se mantuvieron ahí por lo que podrían haber sido horas, hasta que Kanata tuvo que irse.
-Cuídate Kanata, puedes venir a vernos cualquier día ¿De acuerdo? -dijo la mujer en la entrada del restaurante junto a su esposo-
-Si, muchas gracias, .
-Cuídate, muchacho, tendremos un takoyaki preparado para ti, cualquier día.
-el sonrío y se inclinó- Gracias, -el comenzó a caminar- ¡Nos vemos!
- ¡Hasta luego, cuídate, Kanata! -se despidió la mujer, junto a su esposo que solo saludo con la mano-
Kanata sonrío a la pareja hasta que tuvo que doblar el camino, el frunció el ceño y miro al cielo.
-Lo juro, las encontrare, Haruka, Towa…Las encontrare y las llevare a casa -juro a las estrellas y camino hacia el prado, preparado para volver a casa-
En las nubes, las imágenes de Towa y Haruka sonriéndoles.
