En 17XX, Australia consigue el Australium, un elemento metálico que se puede adaptar y transformar en diferentes formas, haciéndolo extremadamente valioso y deseado. Ante este descubrimiento, nadie supo que lo único que invocaban era una guerra sin precedentes...

El rápido avance tecnológico australiano, obtenido por dichoso material, marcó avances en dispositivos de camuflaje, dispositivos de teletransporte, y ciertos descubrimientos del material, convirtiéndolos en la mayor potencia tecnológica desde 1850.

El secreto no duró mucho en el gobierno, y en 1914, una gran cantidad de países comenzaron una guerra contra Australia, en ataques al azar, siendo apaleados de manera colosal. Esta se conoció como la primera guerra mundial, que duró hasta 1918.

Otro efecto de esta fue la desaparición de Nueva Zelanda en 1939. Los australianos simplemente pensaron que se había tratado de un derrumbe terrenal por no tener Australium.

Si. Lo que tienen de súper tecnologías, no lo tienen de cerebro. Australia seguía siendo un país de brutos, bigotes y unas elecciones de rey dudosas...

Nuevos presidentes, nuevas ideas, nuevos negocios. Nadie recuerda cuándo fue que Australia finalmente cedió y otorgó pequeñas porciones de Australium al resto del mundo…

Ni cuando fue que estos países querían más…

Estados Unidos tuvo la suerte de tener una minería de Australium exitosa en el continente, que se sobreexplotó a fondo y evitó que quedaran detrás de todos. Rusia tuvo menos suerte, quedando con una más pequeña.

Conscientes del daño pasado, Rusia, U.S.A., Australia y un par de países europeos cierran un tratado de mercado e intercambio de Australium, armas, recursos y tecnología. Esto estalla la segunda guerra mundial en 1939, a manos del resto del casi "primitivo" mundo moderno contra la alianza.

Rusia tuvo pérdidas por culpa de contrarrevolucionarios y revolucionarios en golpes de estados constantes. El Australium de dicho país desaparece sin ningún registro de donde pudo parar, lo que elimina al país del tratado en un acto egoísta a elección de votos por la alianza.

Era simple. Quien tenía Australium, lo tenía todo.

En 1945, la segunda guerra mundial llega a su fin, dejando a muchos países en los cimientos, y la tierra casi devastada por el caos, la pérdida de recursos y las humanas.

Tras un siglo y varios años, numerosos golpes de estados y ataques terroristas, afortunadamente fallidos, dieron con los distintos gobiernos de la alianza, quienes crean una organización dispuesta a estar contra el mundo y restablecer el orden en cuanto no se pueda preservar la paz y las naciones caigan.

La organización se llamó OWA (Organization of war arrest) (Originalidad al tope xd)

Su objetivo: Detener a todos los países del mundo, que se hallarían totalmente desmoronados un siglo después.

La tierra estaba lo bastante deteriorada como para conseguir una sede segura. Los gobiernos utilizaron partes de dichos recursos para hacer lo que denominaron "El Arca de Paz". Un transbordador que superaba el continente estadounidense con creces. Tras años de trabajo y avances tecnológicos, esta se logró con éxito. Los viajes al principio eran masivamente fallidos, pero tras dedicación de llegado el siglo, el trasbordador llegó al aire.

Su escudo antimateria, con carga de moléculas solares, permitía evitar cualquier avistamiento armero con cualquier tipo de peligro, incluyendo el nuclear. Su blindaje era muy pesado, lo que indicara el porqué de tantos reactores para mantenerlo en vuelo.

Dentro, podían albergar más de un millón de personas, por lo que un cuarto de las instalaciones sería para los civiles de privilegio en conocimiento. El resto estaría hecho para los soldados, adiestramiento, reclutamiento y demás.

Las instalaciones tenían técnicas artificiales de huerta, por lo que comida no faltaba. Las nubes eran absorbidas por filtros de la nave, que los volvía agua potable.

El lugar era un auténtico continente… y con ella vinieron los distintos grupos de contención global.

Uno de ellos era Overwatch, que ahora mismo se hallaba operativo en Arabia.

Una explosión nos deposita en la perspectiva de una de las protagonistas:

Tracer abrió los ojos, aquella explosión la había desconcentrado completamente. Las cenizas volaban por los alrededores, sin olvidar la cantidad de balas que se hallaban en el suelo. Miró al frente y se asombró por completo.

La sombra que estaba frente a ella era casi imposible de ver por la luz del sol que reflejaba sobre él. El sujeto asomó la cabeza sobre su hombro y le sonrió levemente.

- Buen trabajo. Mi equipo se encargará del resto... -

Aquella voz joven y armónica había sorprendido a la chica y la hizo sentir inesperadamente segura.

El sujeto tomó la escopeta, que tenía enganchada en una correa de su espalda, y con una serie de maniobras, la preparó.

- ¡Scout! ¡Trinchera a las 12! ¡Soldier te cubrirá! –

Tracer pudo reconocer que el acento del sujeto que hablaba con él por radio era alemán.

- Recibido. No te muevas de aquí, las cosas están movidas allí. Trata de acercarte al grupo que rescatamos, puede que sea el tuyo –

El joven tenía medio auricular en su cabeza, razón con la cual tocaba un botón para comunicarse que se hallaba en su oído izquierdo. Sin más que decirle, flexionó las piernas un poco, y de un impulso, desapareció llevándose la poca tierra que quedaba en el aire.

- Asombroso... –

Eso era lo único que pudo decir la sub-líder del escuadrón Overwatch que no pudo evitar perder de vista al muchacho que la rescato.

Allí, a lo lejos, se podían ver todos los movimientos del muchacho, eludía todas las balas y explosiones que se lanzaban cerca de él. Por otra parte, un hombre con un casco que cubría media cabeza disparaba los bidones de combustible con uno de los múltiples lanzacohetes que tenía en su espalda, volando en pedazos los almacenes, para luego sacar una de las interminables escopetas que tenía, acribillando a 2 que cruzaban una puerta. Hecho esto, tomó la pala de su cinturón y destrozó la cabeza de uno que subía las escaleras.

Todo era una auténtica masacre, pero una que el equipo enemigo estaba recibiendo intensamente.

Al lado de ella, un hombre estaba por golpearla, pero cayó muerto con un cuchillo clavado en su columna vertebral. Esto la sorprendió rotundamente, y aún más cuando a su lado, una corrosión de la imagen en el ambiente hizo aparecer a un hombre con una máscara y traje formal.

- ¿Se encuentra bien? -

- ¿E-Eh? Ah... Si. Gracias -

- Me alegra haber llegado a tiempo... -

Un hombre con traje de bomberos y máscara de gas, con un lanzallamas, pasó junto con un escocés que poseía un parche negro, un lanzagranadas en su mano izquierda, y una cerveza en la otra, que disparaba a todas partes matando a varios mientras gritaba, celebrando.

A frente de ambos, pasó una flecha que acabo con un fusilero. La chica volteó para ver al responsable de dicho disparo. Un hombre, de carácter australiano, se acomodaba el arco para terminar sacando su rifle y lanzarse al ataque, cual maniático.

- ¡ANDANDO, MUCHACHOS! ¡NO TODOS AGUANTAMOS TANTO TIEMPO! –

Un hombre con casco de construcción y lentes de soldador, que, con traje de constructor, se disponía a terminar un tele-transportador, gritó esto esperando que le consiguieran un poco más de espacio. Al lograr terminar, poco a poco aparecieron soldados de distintos países, todos adentrándose en el campo de batalla.

La muchacha se levantó, sorprendida. La victoria era para la alianza, pero se asombró al ver que arriba de una base de escombros y cadáveres se hallaba parado el muchacho, quien alzando su escopeta gritaba...

- ¡VICTORIA PARA OWA! -

Era algo único, el sol y el polvo le daban un toque legendario.

- ¡PEQUEÑA! –

A lo lejos, un equipo enorme se acercaba, pero lo que más destacaba era el preocupado gorila que aparecía corriendo.

- Aquí vamos de nuevo... -

Un Cyborg, máscara y una katana, suspiró levemente, sabía que venía después de eso. Su nombre era Genji Shimada. Su mirada se posó sobre el misterioso hombre que salvó a su compañera.

- Oye. Tú eres el que me ayudó a detener a esos malditos que casi mataban a una madre y a su hija. Increíbles movimientos y armas, quisiera aprender sobre ellas –

El elegante hombre retiró su máscara y sonrió levemente.

- Me agrada su simpleza. Quisiera que me enseñes a esquivar así de rápido... ¿Sabes? Así llegaríamos a un acuerdo. El honor entre hombres puede fortalecerse si se convierte en una amistad -

- ¡Oigan, me agrada este hombre! -

- Relaja tus engranajes Cyborg. El primero me enseñará a disparar así de preciso, es magnífico ver todas esas cabezas cayendo con un solo disparo –

Un hombre acomodó su revolver en la bandolera después de unos giros, golpeando con el dorso de su mano el pecho del Cyborg que quitó su mano con brusquedad. Su nombre era Jesse Mc.

- Abran paso, niñas. Necesito que me muestres tu reloj esa cosa me será útil... -

Rápidamente, una sombra paso por en medio de ambos e intentó atrapar al trajeado, que desapareció antes de ser tocado. Su nombre era Gabriel Reyes, conocido también como Reaper.

- Deberías ser un poco más amable, como tus compañeros –

Todos dirigieron su mirada a una fuente de agua destruida, en la que se hallaba el sujeto, mostrando un set de varios relojes con una sonrisa burlona. El ser bufó, molestó, desapareciendo. A lo lejos, una muchacha de cabello morado veía divertida al hombre, que identificó como francés.


- Despejado, Doc –

Soldier y Heavy, un ruso bastante grande, salieron por la puesta, apuntando por todas partes mientras que el alemán se encargaba de curarlos.

- Derecha, con Scout –

Medic golpeó levemente el hombro del ruso que portaba una minigun, indicándole la ubicación del estadounidense más veloz de ellos. Estaban por salir del edificio cuando se toparon con tres personas de frente.

- ¡MIERDA! –

Ambos grupos se atrincheraron inmediatamente y se armarón.

- ¡IDENTIFIQUENSE! -

El silencio permaneció por segundos hasta que Heavy habló con su típico acento.

- Si no se identifican, abriremos fuego... -

- Lo esperaremos con contrataque, primor –

El sujeto, con voz femenina y acento ruso, contratacó con valor, sorprendiendo a su contrario.

- ¿России? –

Ambos no tardaron en bajar las armas y salir. Frente a frente, Heavy y Aleksandra Zaryanova se habían conocido. Parecía que los rusos tenían tregua propia…

- ¿Alianza? –

- Seguro, guapo -

Un suspiró pasó por la garganta del alemán que se sentía aliviado.

Detrás de la mujer, que veía al ruso, emocionada, aparecieron varios seres más.

Con una armadura única y un lanzacohetes, Fareeha Amari hacia su aparición, junto con un hombre de cara oculta por una mascarilla, este era Jack Morrison, también conocido como Soldier 76. Este último veía el arma del ruso y su espalda, unas cuantas miniguns colgando en su espalda demostraban que él era alguien capaz de cargarlas sin tanta molestia. La egipcia miraba intrigada al hombre frente a ella, un hombre que tenía un casco cubriendo la mitad de su rostro.

- ¡TU! –

Todos oyeron y apuntaron sus armas a la derecha. Frente a ellos estaba Mano Rutledge, conocido como Roadhog, quien lanzó su gancho.

Heavy disparó tan solo un par de balas que dieron con dicha arma, desviándola al suelo. El obeso hombre estaba por retirarla cuando el pie del ruso la incrusto aún más en el concreto.

- ¿Qué? –

El robusto ruso se burló de su contrincante ante lo idiota que se veía al intentar sacar el gancho.

- ¡ENSEÑAME A CARGAR TODO ESE PESO! -

- ¡SI TU ME ENSEÑAS A USAR UN GANCHO COMO ESE! -

- Me parece justo -

- A decir verdad, si -

La paz volvió a reinar ante la curiosa escena protagonizada por ambos seres.

- Muchachos, abran paso –

Con ambos grupos encontrados, Medic no podía evitar la curiosidad.

- Chicos, no puedo pasar... -

También Ángela Ziegler, la médica sueca del grupo Overwatch.

El grupo abrió un poco de espacio, provocando que ambos salieran impulsados hasta chocar. Los lentes de médico, junto con su arma, terminaron sobre la chica, y el bastón de esta sobre él.

- Perdón, no fue mi intención -

- Descuida, fue un accidente -

Ambos se vieron de frente sorprendiéndose por los rasgos. La muchacha sonrió nerviosa y luego se asustó al ver que el hombre se arrojaba sobre ella.

- ¡¿Q-Qué ha...?! –

Disparo. El hombre, en una ágil maniobra, dio una voltereta y disparo su ballesta, matando al soldado que le atacó sobre las escaleras e incrustándolo contra la pared.

Mercy veía sonrojada y nerviosa como este se levantaba con el hombro aun sangrando por el disparo. Tomó su bastón y le curó, apuntándole.

- Wow. Me siento genial -

Al voltear, notó quién lo curaba.

- Gracias por salvarme. Solo quédate quieto.

- Yo tengo la mía ahí, ¿Sabes? También soy médico –

Intentaba de no reír por la dedicación que tenía ella por curarlo.

- ¿Eh? –.

Jamás se había avergonzado tanto en su vida.


Engineer estaba acostado en su reposera metálica, tras finalizar su teleport, dispenser y sentry.

- Supongo que debo dejar mi labor hasta aquí. Despues las actualizaré… -

Tomó una cerveza de la caja, estaba por encajarle un digno sorbo cuando una repentina vibración y una sombra enorme aparecieron frente a él.

- ¡PERDÓÓÓN! ¡ME QUEDÉ SIN MUNICIÓN! ¡¿PODRÍAS PRESTARME!?-

Hana Song, también conocida como D. Va, apareció con su enorme "tanque", haciendo que el texano tirara la cerveza.

- Wow... Solo si me enseñas a crear una de esas cosas. Favor por favor –

- Considéralo un trato, abuelo -

- En ese caso...-

La charla se interrumpió cuando en el teleport apareció Satya Vaswani, Aka Symmetra, quién lanzó una especie de sensor que se volvió un portal permitiendo acceso a más soldados.

- Gracias por el viaje. Hola, D. va –

La utópica muchacha siguió su camino sin interrupción.

- No hay de que –

- ¡HOLA SYMMETRA! -

El hombre comenzó a cargar munición en donde la chica indicaba mientras hablaban, hasta que otra persona apareció por el portal de la mujer.

- Con permiso, compañero, me instalaré aquí también si no es molestia –

Torbjörn Lindholm, con su mano mecánica y con su martillo, comenzó a construir una torreta.

- Nunca es una molestia entre compañeros ¿En qué quede? –

- Los misiles de ahí –

- Cierto, pequeña. Gracias. Entonces... Como te contaba... -


Sniper miraba el tiroteo masivo que había a un kilómetro de su ubicación. Silbó sorprendido ante la destrucción.

- Que masacre... -

- Opino lo mismo -

El hombre dio una mortal hacia atrás, apuntando a la mujer que le había hablado con su rifle. Esta sonreía despreocupada, luego miró al hombre de pies a cabeza.

- ¿Qué pasó? ¿Ya te enamoraste? –

La francesa Ana Amari, que tenía un rifle de francotirador colgando en su espalda, hizo su aparición.

- ha, ha, ha... No, solo que no me acostumbro... –

Volvió a hacer otra mortal y apuntar a donde estaba parado anteriormente con dos ametralladoras en sus manos.

- Wow, fuiste más rápido. Me gusta –

Amélie Lacroix sonrió gustosa, guardando su rifle.

-. .. A esos sustos... –

Colgó su rifle y guardo sus ametralladoras, comenzando a caminar, fastidiado.

- ¿A dónde vas? –

Podía jurar que, a unísono, ambas rompían tímpanos.

- A cualquier lugar, lejos de ustedes. Mujeres locas tenían que ser -

- Y que lo digas... -

Hanzo Shimada, que afilaba las puntas de sus flechas en la otra esquina en la que se acomodó el australiano, miraba todo, tranquilo, sorprendiendo al australiano que no lo había notado.


Mei, Bastión, Orisa y Zenyatta caminaban por el lugar buscando supervivientes cuando encontraron algo que los sorprendió.

Haciendo trucos con fuego, lejos de las personas, Pyro divertía a los niños con trucos y regalos, mientras que pajaritos y patitos se aproximan a él.

El grupo se acercó al ser que mostraba un talento inhumano con el fuego. Este terminó y saludó tomando su lanzallamas y saliendo del lugar con los animales siguiéndolo.


Junkrat caminaba tomando las minas que encontraba del suelo, la apariencia de estas le llamaba la atención terriblemente, y eso lo llevo a encontrarse con un alcohólico escocés.

El loco miró al ebrio hombre que con gran puntería destruía paredes con disparos sumamente precisos, algo raro para alguien ebrio.

El hombre bajó el arma mientras oía aplausos, al voltear, vio al "mutante".

- ¿Quieres probar, amigo? –

Un escocés ebrio con un lanzagranadas y un loco mutante eran la peor combinación. Este se asombró y asintió, ilusionado.

- Bueno. Busquemos una buena pared, acompáñame –


Tracer estaba siendo regañada por Winston, como siempre. Este revisaba que no tuviera heridas mientras que ella tenía la mirada pérdida en el muchacho que estaba sentado sobre los escombros de un edificio mientras que veía el atardecer, relajado.

- ¡LENA! ¡¿ME ESTAS OYENDO?! -

- ¿Qué? –

Ni siquiera se molestó en mirarlo.

- Vaya. El amor está en el aire, debería poner algo de música referido a ello –

Lúcio se puso manos a la obra, buscando una canción de esa preferencia.

- Nada de esa tecnología ahora, Lúcio –

Reinhardt bajó su mazo, dispuesto a golpearlo. El brasileño se puso manos a la obra, cubriéndose con miedo intenso.

La muchacha no tardó en volver a perderse al ver a Scout, aquel castaño cabello sumamente atractivo, ese cuerpo levemente definido, ese uniforme simple pero muy destacado, ese...

Todos la veían tan cegada y pérdida en sus pensamientos que estaban sorprendidos, no sabían que ella recién conocía a su nueva experiencia...

- ¿Y si la golpeó? –

El mastodonte sacudió su martillo, pensando que era buena idea.

- ¡NO LO PIENSES! –