Este FanFic es la traducción al español de: "Capturing A Heart" un FanFic de la autora Alonenessque publico este Fanfic en la página de fanfiction en la sección en Inglés de la grandiosa serie de anime Kannazuki no miko.
Lo estoy traduciendo debido a que pienso que es uno de los mejores Fics que he leído y merece ser leído por todos aquellos que lo puedan hacer, espero que lo disfruten tanto como yo y otros lectores lo hicimos y también espero reviewsque me digan si sigo la traducción o no, muchos saludos:
Varina
Disclaimer : Kannazuki No Miko no me pertenece. Le pertenecen a Kaishaku, TNK Studio y Geneon Entertainment.
Capturando Un Corazón
Fotografía 1: Encuentro Inesperado
No hay instinto como el del corazón" - Lord Byron
"No pidas por perdón… odias tu destino Sacerdotisa de La Luna?" Una voz le dijo a Chikane mientras subía por las escaleras. Ella continuo,
"Deseas estar libre de la reencarnación sin fin?"
Himemiya Chikane negó con la cabeza. Estaba en el Shrine de la Luna, lejos de la civilización, lejos de la vida diaria, lejos de su familia, pero lo que le dolía mas era que estaba lejos de Himeko…
"No. Pude ver a Himeko otra vez. Por eso ahora estoy feliz… más que nadie…" Su cara estaba serena y su sonrisa era genuina. Luego lagrimas cayeron por sus mejillas mientras decía el nombre de la Sacerdotisa del Sol una última vez y las puertas del Shrine se cerraban.
La voz femenina suspiro. ¿Qué es lo que iba a hacer con la Sacerdotisa de la Luna?. Ella siempre había sido testigo del irrompible y eterno amor entre la sacerdotisas del Sol y de la Luna, el gran concilio de los dioses, incluyéndola a ella, y mismo gran Dios de los Cielos les tenían lastima por su cruel destino. Ellos habían acordado que lo iban a reemplazar. Ahora ella iba a hacer lo inevitable.
"Sacerdotisa de la Luna…"
"¿Si?" sus ojos de zafiro se extrañaron
"¿Cuál es tu deseo?"
Chikane levanto su cabeza, obviamente sorprendida. "¿A que te refieres?" dijo manteniendo un poco la compostura.
"Te concederé tres deseos. Pero en estos tres también te daré condiciones. Entonces ¿cuales son Sacerdotisa de la Luna? Dilos o cambiaremos de parecer."
¿Cambiaremos? No importa, no importa saberlo.Pensó mientras respiraba profundo.
"Deseo que Himeko y yo nos liberemos de esto, Orochi, nuestro destino, reencarnaciones sin fin, Ame no Murakumo…" dijo firmemente. Como esperábamos. Pensaron los dioses.
"Muy bien Sacerdotisa de la Luna, pero cuando las dos sean liberadas de esto vivirán en diferentes universos, diferentes lugares."
"Entonces que así sea."
"¿El segundo?"
"Deseo ver a Himeko otra vez y estar con ella por siempre." Dijo como si fuera algo obvio. La voz femenina rio.
"Por supuesto, las dos sentirán un sentimiento de familiaridad la una hacia la otra y sus memorias desaparecerán como siempre. Pero esta vez también olvidaras tu amor. Las dos tendrán que volver a construirlo." Condiciono la voz femenina. Chikane torció un poco su boca al oir esto pero inmediatamente puso una cara de determinación.
"Está bien"
"¿El tercero?"
"No tengo ningún otro, solo quiero volver ahora mismo."
En ese instante una figura borrosa apareció ante ella. Era una mujer que estaba en una toga de seda que brillaba obviamente era una diosa, y cargaba un espejo con sus dos manos. Su cabello era blanco y parecía estar flotando, ya que sus pies no tocaban el piso y le mostro el espejo a la Sacerdotisa de la Luna.
El reflejo que se veía no era Chikane ni tampoco sus tres deseos, no había absolutamente nada. Chikane la vio con curiosidad y escepticismo. La diosa comenzó a recitar unas palabras que no podían ser entendidas por Chikane y luego de que terminara le sonrió a Chikane y dijo,
"Contempla tu nuevo destino."
Y con esas cuatro palabras Chikane cayó al piso y fue succionada por el espejo. Luego dioses comenzaron a acercarse a las escaleras y la diosa de cabello blanco se paro frente a una puerta hecha de puro oro y la empujo suavemente. Una luz brillante salió cuando la empujo pero ella no cerró sus ojos.
Este era el cielo, un lugar donde no había restricciones ni pecados. Las almas maduras que una vez habían sido personas de la tierra estaban ocupadas en sus propios asuntos y las almas infantiles estaban con los dioses jugando con ellos o simplemente observándolos. La diosa miro hacia arriba y sorpresivamente la luna y el sol estaban literalmente presentes al mismo tiempo. Ella solo suspiro y continuo hacia adentro para encontrarse con el dios de los Cielos.
Una vez adentro ella vio al dios de los Cielos sentado en una silla de oro apoyando su mentón en una de sus manos que tenia doblada en un brazo de la silla y el otro baso descansando en el otro extremo. El estaba viendo hacia abajo, hacia la tierra, viendo a cada persona hacer o no hacer las cosas que deberían. De pronto sintió otra presencia en frente de el. Levanto su cabeza y la vio. El sonrió y con un gesto le dijo que se acercara. Ella hizo una reverencia respetuosamente y se sentó en una silla en frente.
El dios de los Cielos estaba vestido en una toga de la más fina seda, el era piadoso, misericordioso y amable. El también era estricto pero justo en las decisiones que tomaba y amaba todo de igual manera. Su impresionante presencia hacia que todos los seres celestiales lo admiraran. El guiaba a las almas hacia el camino de la salvación, mientras que al mismo tiempo las hacía temer cuando se merecía. Esas eran las razones por las cuales había sido el dios de los Cielos durante los pasados 5 milenios. El era perfecto.
"Dime oráculo¿quién las reemplazara?" pregunto el dios de los Cielos.
Les deseo a las dos buena suerte Ella pensó y le dijo al dios quienes serian las dos nuevas personas que reemplazarían a Himemiya Chikane y Kurusegawa Himeko.
Había una concurrida ciudad llamada Tokyo, esta era la mas popular y abarrotada de Japón. Detrás de sus veredas, rascacielos, espaciosos parques y avanzada tecnología, las personas eran las que hacían de Tokyo un lugar genial. Lo que una vez había sido una villa de pescadores llamada Edo ahora era una mega ciudad.
Ya las 7:30 a.m, hombres y mujeres de negocios estaban caminando a sus trabajos, los estudiantes ya estaban en sus clases, y familias estaban empacando para sus viajes. Todos menos una que aun no estaba lista para levantarse.
"Buenos días a todos en Tokyo! Hoy es un hermoso sábado. Ya son las 7:30 am y la canción de hoy de Korona se llama…"
Himeko intento alcanzar la alarma con su brazo. La agarro mientras se sentaba en su no tan confortable cama. De pronto miro alrededor sorprendida y tomo todo lo que vio. La ropa estaba volando por la habitación, fotografías esparcidas por el piso y el polvo se comenzó a formar mientras que rebuscaba entre rincones y limpiaba las ventanas. Necesito limpiar mi habitación pronto. Pensó mientras lo anotaba en la lista de su memoria.
Pero esta lista de quehaceres no siempre le funcionaba. La última vez se perdió una importante cita con el doctor.
Se paro sobre el piso de madera de su habitación buscando sus tan cómodas pantuflas. En unos minutos las encontró y deslizo sus pies en ella para ir a la cocina a hacerse el desayuno. Tocino y huevos fritos en la sarten, junto al pan que aun estaba en la tostadora, por lo visto la tostadora aun odiaba al pan, y un café algo amargo. Ella solo suspiro y miro hacia afuera a la gran metrópolis que era Tokyo. Aviones volando a diferentes destinos, las personas abajo que parecían hormigas conversando, hablando por celular y caminando rápido por las calles temerosas de que podrían estar tarde para el trabajo.
Hablando de trabajo… Necesito ver a Mako-chan para saber que tengo que hacer. Pensó y sonrió.
Saotome Makoto, ojos de esmeralda y con un cabello corto y marrón claro, era su mejor amiga desde el instituto, incluso después aun se comunicaban, ya sea para negocios o alguna salida de noche para divertirse. Era una atleta especialista en carreras y ganaba toda aquella competencia en la que entraba. Y además de eso le conseguía trabajos a Himeko.
Himeko era una fotógrafa independiente, así podía viajar cuando ella quisiera a donde quisiera. Pero era una lástima que su condición no siempre fuera muy estable o consistente.
Sus pensamientos se interrumpieron por la señal del tostador que indicaba el pan listo fue hacia el y puso el pan en un plato. Agarro el recipiente de mantequilla de su lado izquierdo, y un cuchillo de su derecha. Unto la mantequilla en el pan mientras que aun el tocino y los huevos se freían a su costado. Una vez listos apago la llave del gas y cogió otro plato. Los puso lentamente sin dejar que el tocino y los huevos fritos se mezclaran.
Antes de que comenzara a comer, su teléfono sonó muy fuerte desde un rincón de la habitación, suspiro, esperaba que no fueran esas llamadas de broma que le malogran cada mañana. Se levanto y contesto.
"¿Alo?" respondió Himeko.
"Hola Himeko! Soy yo." Dijo Makoto alegremente.
"Ah, hola Mako-chan! Tienes un…" ella ni siquiera le dejo terminar la oración.
"¿Trabajo para ti?" Aunque Himeko no podía ver su sonrisa pudo sentir como ella se reía graciosamente como si fuera un gato que había atrapado un canario. Y ella rio como pensaba.
"Si."
"Si tengo uno. Hablamos de el en… almuerzo¿te parece bien? Pregunto.
"Claro."
"Veme en una cafetería que se llama Ren, esta a la vuelta de la esquina de tu casa."
"Está bien Mako-chan, te veo ahí!"
Ambas colgaron. Ella miro a su reloj. "Oh rayos Ya son las 8:00Himeko renegó por dentro. Se apresuro en comer su desayuno y fue directo a la ducha. Agarro su ropa y la puso directamente en la canasta de ropa sucia, de pronto se miro en el espejo desnuda.
Himeko era hermosa, y su belleza podía secar la boca de cualquiera inmediatamente, su belleza también atraía una segunda mirada de todo aquel que pasara por su lado. Linda y adorable eran las palabras para su cara angelical. Su brillante cabello como el sol, sus largas piernas, sus raros ojos amatistas, y su adorable sonrisa y rostro atraía la atención de casi todos. Pero lo que opacaba su agradable exterior era su amable corazón y su infantil y amigable personalidad que hacía de ella una amiga cercana e irremplazable.
A pesar de que es realmente tímida, cuando llegabas a traspasar sus murallas, era muy afectuosa… especialmente hacia aquellos que amaba. Pero a través de sus 21 años no había encontrado el amor de su vida. Ni siquiera su primer amor. Claro una vez había tenido un enamoramiento infantil hacia Onogami Souma, pero solo eso era, algo infantil. En ese entonces aun eran muy niños y solían jugar a la princesa y príncipe y por supuesto Himeko siempre estaba con Souma, literalmente y figuradamente. Pero cuando crecieron fueron a diferentes escuelas y no se habían visto desde entonces. Su sentimiento hacia el había desaparecido, volviéndose solo cariño.
Fue a la ducha y giro la llave a la izquierda. Comenzó a correr el agua caliente por su pequeño cuerpo. La relajante agua la hizo olvidar todas sus preocupaciones mientras limpiaba su cuerpo con jabón. Dejo el jabón y agarro la botella de shampoo apretándola para que saliera su contenido hacia su mano. Luego la puso en su dorado cabello y lo masajeo mientras que la fragancia natural de su cabello era reemplazada con una herbal. Luego de unos minutos se enjuago y cogió una toalla que estaba al costado de la ducha envolviéndola alrededor de su cuerpo.
Cuando salió fue directamente al closet que estaba lleno de ropa. Finalmente escogió un top rosado y pantalones capri. Encima del top se puso una chaqueta blanca. Se miro nuevamente al espejo. Sadisfecha agarro su bolso, su cámara digital y camino hacia su puerta.
"Himemiya-sama" una voz llamo suavemente desde afuera de la puerta de maple.
"¿Si¿Qué sucede?" Chikane dijo tranquilamente.
Himemiya Chikane, una famosa jugadora de tennis, se estaba hospedando en uno de los mas famosos hoteles de Tokyo de cinco estrellas llamado Ima Hotel. Estaba ahí no por vacaciones por supuesto, sino por negocios. Como usualmente estaba ahí para una sesión de fotografía para una revista llamada Sport Illustrated. Habia suspirado tranquilamente, ya había estado en muchas revistas y esta no era la diferencia aunque fuera internacionalmente famosa.
Chikane nació en Kyoto, Japon, aunque fuera difícil de creer. Su belleza se había ganado todas las miradas de la calle cuando llego por primera vez. No fue sorpresa que muchas personas la hayan mirado con curiosidad y murmurado en voz baja a la persona a su lado cuando reconocieron a Chikane Himemiya mientras caminaba por las calles de Tokyo. Su cabello parecido a la media noche brillaba como la luna, su esbelto, gracioso y bello cuerpo; sus ojos de zafiro y la manera en la caminaba y hacía notar su presencia hacia que las personas le dieran miradas de enviada como de admiración.
Estaba dotada de talento en todos los aspectos. Tocaba perfectamente el piano, tenía una hermosa voz, habilidad en sus manos con el arco y la flecha, y por supuesto el tennis. Cuando estaba en el instituto había derrotado a todos los jugadores de tennis que se atrevían a retarla, incluyendo hombres. Una chica de autoridad, siempre tenía una cara neutral cuando se trataba de negocios y una de suavidad en sus tiempos de relajación. Es también muy protectora con las personas que ama. Infortunadamente en sus 21 años aun no había conocido a alguien a quien amar.
"Tiene una llamada."
"Está bien, gracias." Dijo tranquilamente.
El hombre le hizo una reverencia desde afuera a pesar de que Chikane no podía verlo.
Chikane fue hacia la sala que estaba pintada de blanco y negro, pinturas extraordinariamente bellas y caras estaban colgadas en las paredes. Las cortinas que cain en las ventanas también eran blancas y negras igual que los muebles. En la esquina estaba la mesita con el teléfono, lo agarro y contesto.
"¿Alo?"
"Buenos días Himemiya-sama¿Que piensa de Tokyo¿bello verdad?" contesto alegre Sasaki Kaemon.
Kaemon, como lo indica su nombre era un hombre muy alegre y amable. El podía atraer a las mujeres con sus ojos ámbar y buena actitud. También era honesto de corazón que algunos decían que parecía un niño, siempre mostrando una encantadora sonrisa. El, manager y amigo de Himemiya Chikane era el que había arreglado que la sesión de fotos fuera en Tokyo.
"Si lo es." Sonrio al escuchar que tan emocionado estaba Kaemon.
"Ves! Hiciste bien al no rechazar mi oferta."
Chikane casi rechazo su "oferta". Su "oferta" que fue mas obligatoria. El había dicho que esto podía traer mas beneficios para ella, y claro mas dinero.
"Por favor Himemiya-sama, esta es una revista internacionalmente famosa Serás conocida en el mundo entero" recalco el
"No me interesa la fama Sasaki-san." Se levanto de su silla y fue hacia la puerta. Sorpresivamente Kaemon le bloque el camino.
"Pe... pero esto podría hacer orgulloso a tu padre! Exclamo
Chikane suspiro. Así es, su padre era su debilidad. Debido a su cariño e irrompible amor hacia Chikane, ella siempre sintió la necesidad de pagárselo.
"¿Qué tiene esto que ver con mi padre Sasaki-san? Pregunto
"Bueno uno es que esto podría hacer a tu compañía mas famosa…" el dijo algo nervioso, miro hacia abajo mostrando más interés en el piso.
Chikane rio.
Esa siempre era la escusa cuando Chikane rechazaba sus propuestas. Con su cara hacia abajo y triste le dio lastima a Chikane. Después de un silencio algo incomodo ella finalmente respondió.
"Esta bien."
Con esa respuesta Kaemon la miro como si le hubiera salvado la vida. Abrazo a Chikane algo fuerte que ella no pudo respirar.
"GraciasHimemiya-sama, gracias"
Así es, el tenia aprecio por el dinero, pero a ella no le importaba, esto hacia de el, el hombre que es ahora.
Ella rio delicadamente. "Creo que esta no fue una oferta Sasaki-san."
Ella pudo sentir que el se sonrojo y luego agrego,
"Pero gracias por obligarme a venir, no me arrepiento de estar aquí."
"De nada Himemiya-sama." Dijo alegremente.
"Entonces… por que la llamada Sasaki-san?" pregunto
"Bueno solo quería decir que tu sesión de fotografía fue cambiada para mañana a las 4 a.m, eso está bien con usted Himemiya-sama?"
"¿Tan temprano?"
"Si, porque bueno, ellos quieren fotografiarte en las islas Izu, que están en la costa de Tokyo y consideran ese el mejor lugar."
"Está bien, pero eso no explica porque debemos estar ahí tan temprano"
"Bueno, quieren fotografiarte durante el amanecer, que lo hace más impresionante de lo que ya es."
"Ya veo. Está bien, no tengo otra opción no?"
"Si... No" dijo algo triste.
"Entonces ¿quién es el fotógrafo?"
"Olvide su nombre, pero me dijeron que ella tomo hermosas fotos."
"¿Es una mujer?"
"Si. ¿Por qué, hay algún problema con eso, Himemiya-sama?"
"No, es solo que es mi primera vez que me va a fotografiar una mujer."
"Ah por supuesto, nunca antes una mujer te ha fotografiado no es así? Podría pedirles que la reemplazaran."
"No hay necesidad Sasaki-san." De todos modos no hay diferencia Le hubiera gustado añadir pero no lo hizo.
"Ok Himemiya-sama. Me tengo que ir, la llamo mas tarde para decirle su nombre. Gracias por su tiempo."
"Está bien, adiós y cuídate Sasaki-san." Ella colgó fue hacia la puerta y luego al balcón.
Deslizo la puerta para abrirla y un aire tibio la atravesó haciendo su cabello flotar. Luego se apoyo en la baranda del balcón y observo a las nueves moverse lentamente. El sol estaba realmente brillante y hermoso iluminado toda la ciudad de Tokyo. Podía sentir el calor del sol y la sombre de las nubes reflejándose en su piel. Haciendo un sonido de alivio, comenzó a recordar algo de 15 años atrás.
"¿Chikane donde estas?" dijo su padre en voz alta.
"Estoy aquí padre" le contesto Chikane y comenzó a correr hacia su padre.
"Te encontré" su padre le comenzó a hacer cosquillas.
"Al..altopapadre! no pue… do respirar!" trataba de decir entre risas mientras trataba de escapar de el
El finalmente se detuvo y abrazo a Chikane. Le susurro al oído,
"Sé que crecerás haciéndome muy orgulloso."
Ella sonrió. Te hare sentir orgullosa padre. Pensó con una expresión determinada. Luego miro hacia arriba hacia la clara mañana y la luz del sol.
¿Un fotógrafa no?
Ese fue su último pensamiento mientras que regresaba adentro, agarro su bolso y salió a caminar un poco.
Himeko estaba tan apurada que es como si estuviera corriendo por su vida. Se gano un par de miradas extrañas por eso. Finalmente bajo la velocidad cuando llego a una esquina donde estaba una simple tienda. Las paredes de afuera eran blancas y el techo de un rojo profundo. Tomo aire y abrió despacio la pequeña puerta de acero, y se encontró con otra puerta. La golpeo un par de veces y un hombre no mucho mayor que ella de cabello oscuro y ojos color avellana abrió la puerta.
"Onogami-kun, lamento llegar tarde." Dijo Himeko algo sonrojada.
Onogami Souma, si primer enamoramiento de la infancia estaba parado frente a ella riendo.
"Como siempre" Esto hizo que Himeko se sonrojara aún más. Añadió,
"Esta bien Kurusegawa-san, estoy acostumbrado." Dándole una confortable sonrisa. Abrió la puerta un poco más y se acerco hacia Himeko con sus manos en los bolsillos.
"¿Entonces que necesitas?" Ella miro hacia él con sus ojos amatistas de perrito refiriéndose a su trabajo. Ella había tomado fotos para Souma desde que comenzó como fotógrafa independiente, más aún el fue su primer cliente.
"Bueno…"
Souma era un periodista que trabajaba en el Tokyo Times, a pesar de que podía tomar fotos el mismo no tenía la destreza que tenia Himeko.
"Solo necesito unas cuantas fotografías del parque Hoshi y sus atracciones, voy a promocionar el turismo."
"Ya está hecho!" dijo alegremente con una sonrisa.
"Esta bien." Le respondió con una sonrisa y asintiendo con la cabeza.
"¿Cuándo las necesitas?"
El miro su reloj. "Como… en una hora." Le sonrió a Himeko.
"Oh genial." Dijo Himeko con algo de sarcasmo. Onogami solo rio.
"Necesitas irte ahora, tienes 59 minutos."
Como si fuera una carrera Himeko comenzó a correr apenas Souma dijo eso. Ella no respondió y solo volteo la cabeza para verlo una última vez mientras que corría a toda velocidad hacia el parque Hoshi.
Chikane caminaba por las calles pasando tiendas que en realidad no le interesaban. Mientras que cruzaba una intersección su vista se distrajo con un parque público donde los arboles de cerezo estaban completamente florecidos. A pesar de que ya había visto arboles de cerezo nunca se cansaba de verlos una vez mas. Se dirigió a la entrada del parque ansiosa por ver los botones de cerezo hasta que choco con alguien.
"Oye, mira por donde va…" No termino la oración. Chikane solo se quedo mirando a la mujer que sacudía su cabeza. Tan… Ella pensó. Sintió como la sangre subía hacia sus mejillas. Pensó que la chica definitivamente estaría alrededor de sus 20, pero rápidamente Chikane se paro y volvió a la realidad.
"Realmente lo siento señorita, pero necesito irme ahora mismo." Le hizo una reverencia respetuosa a Chikane, luego la mujer se fue rápidamente.
"Espera, se te cayo esto." Grito Chikane pero ella ya estaba lejos como para que la escuchara.
Cabello dorado.
Era el único detalle que tuvo de la chica. No olvides su linda cara.
Sacudió su cabeza con algo de sorpresa y miro el objeto que la chica había dejado caer, su cámara digital.
Pienso que no es tan difícil de encontrar. Recordando el cabello dorado de la mujer.
Eso espero.
Entonces camino atravesando la entrada del parque e ignorando a los botones de cerezo yendo a encontrar a esa mujer de cabello dorado.
Lo logre. Pensó muy feliz. Ahora a tomar las fotos. Su mano fue hacia su lado derecho donde guardo su cámara digital. No sintió nada. Que demo… donde esta Sus ojos amatistas fueron luego a su lado izquierdo.
"Oh no…" replico
Debí dejarla en la casa
"En verdad necesito hacer una real lista de cosas que hacer" se dijo a si misma.
Pero estaba segura que la traje hasta aquí…
"La entrada!" grito ganándose un par de miradas curiosas.
Estaba a punto de voltear cuando una melodiosa voz le hablo.
"¿Buscabas esto?"
Entonces sus ojos amatistas vieron su rostro. Su garganta se seco, no podía formular palabras coherentes, solo se le quedo viendo. Que hermosa. Ese pensamiento vino a ella como una tonelada de ladrillos.
"¿Señorita?" movió su mano enfrente de su rostro. De pronto mágicamente Himeko pudo hablar, pero aun sufría de un problema sentía que sus mejillas ardían.
"S—Si… Muchas gracias." Le dijo algo nerviosa.
"No es gran cosa." le dio a Himeko una sonrisa que hizo todavía que sus mejillas se enrojecieran más.
"Si lo es, me acabas de salvar mi trabajo." Himeko le devolvió la sonrisa.
Te dije que era linda. Le dijo su conciencia a Chikane. Realmente linda. Chikane le dio la razón rápidamente. Se hizo un silencio incomodo. Solo se estaban viendo la una a la otra como si esa hubiera sido la primera vez que vieran una figura femenina. Un fuerte viento hizo que cerraran sus ojos debido al polvo y de pronto les dio el tiempo de formar pensamientos y palabras coherentes.
"Ne-necesito irme ahora tengo algo importante que hacer." Hizo una reverencia se volteo y se interno entre la multitud.
Con un suspiro Chikane se dio la vuelta y fue a ver los botones de cerezo que hace poco había ignorado.
Olvide preguntarle su nombre. Pensaron ambas al mismo tiempo.
Onogami Souma estaba escribiendo su artículo en la laptop cuando golpearon a su puerta.
Debe ser Himeko con mis fotos.
No lo era.
"Tsubasa-ni-san…" dijo mientras parpadeaba un par de veces y abría la boca de extrañes.
Con un rostro frio Tsubasa solo saludo a Souma moviendo la cabeza. Souma le devolvió el gesto y lo invito a pasar. Tsubasa entro y miro alrededor.
"¿Qué haces aquí?" pregunto Souma.
"Solo paso a decir hola a mi amado y pequeño hermanito. Tengo un cliente en Tokyo." Refiriéndose a su propio trabajo.
A pesar de la frialdad de Tsubasa, el interés por su hermano es profundo e incondicional. El es entrenador personal para aquellos que quieran aprender diferentes estilos de combate con espada. Obviamente independiente.
"Ya veo. Cuantos Yens pediste?" pregunto entretenido. Sabía que su hermano mayor era conocido por sus precios sumamente ridículos y exagerados, pero debido a que era un experto bien valía la pena para algunas personas.
"Alrededor de 90000 Yens."
"¿La hora?" dijo con exasperacion.
"Si, "por qué?"
Souma solo movio la cabeza. "No crees que eso es un poco…… exagerado?" quizás no un poco…. Si no muy-
"Hmph" Fue la única respuesta que tuvo Souma, con esta Souma solo rio. El mismo hermano mayor.
"Parece que todavía estas en el periodismo." Dijo Tsubasa mientras chequeaba un artículo de su pequeño hermano.
Souma no tuvo la oportunidad de responder porque otro golpe vino de la puerta.
Era Himeko quien lucía realmente exhausta.
"¿Estás bien Kurusegawa-san?" pregunto con algo de preocupación en su voz.
"S—Si" dijo Himeko intentando respirar. Sin decir otra cosa le entrego a Souma las fotos y negativos que necesitaba. El sonrio. No fue sorpresa que las fotos fueran tomadas con gran talento, pero si fue sorpresa que ella tuviera los negativos y las fotos en tan poco tiempo.
"Como…" movió su cabeza. No, es mejor no saberlo. Luego continuo,
"Gracias Kurusegawa-san¿Cuánto te debo?"
"Lo de siempre." Le dijo con una sonrisa.
"Por supuesto." Y le entrego el dinero.
"Gracias Onogami-kun."
"No, gracias a ti." Le dijo mientras le sonrió.
"Tengo que irme, necesito volver a mi casa y prepararme para un trabajo." Dijo mientras tocaba una de sus mejillas con una mano y unas gotas de sudor caían desde su frente.
"Ok, adiós. Gracias de nuevo por las fotos."
"No hay problema." Le sonrió dulcemente, hizo una reverencia y se fue.
Onogami Souma vio a Hiimeko irse hasta que sus ojos ya no la vieron mas, se volteo y se encontró con los fríos ojos rubí de Tsubasa.
"También me tengo que ir, mi cliente me espera." Se oyeron sus pasos cada vez mas fuertes mientras se acercaba a la puerta y hacia Souma.
"Ok nii-san. Vuelve pronto y cuidate." Tsubasa no respondió y Souma abrió la puerta para el. Luego de que perdiera de vista a Tsubasa volvió a su artículo y empezó a escoger y organizar todas las fotos que Himeko había tomado que serian buenas para el artículo. Lo que en realidad era difícil, ya que todas las fotos que tomo Himeko eran como siempre hermosas. Suspiro y apago la laptop necesitaba un descanso de todas las noches sin dormir que paso por tratar de hacer el articulo perfecto. Abrió la puerta del dormitorio y se tiro sobre la cama. Mientras que caía lentamente en la cama sintió como el cansancio lo llenaba, y sus ojos comenzaron a cerrarse. Inmediatamente entro en un sueño profundo. Solo espero que pudiera despertar pronto y terminar el artículo, ya que mañana se vencía su plazo.
Himeko llego a su departamento en el condominio y comenzó a quitarse la ropa de su sudado cuerpo. Llevo su ropa hacia la lavadora, lentamente metiéndola en el agujero. Cerro la compuerta y presiono el botón de encendido, haciendo que la maquina produjera un suave ruido. Luego fue al baño, giro la llave de la ducha y salió agua caliente para que volviera a tomar un baño.
Luego de la ducha, se puso ropa cómoda, un camisón y short y fue a la sala a ver TV. Volvió a mirar el reloj. Aun eran las 10 am., dos horas antes de su esperado encuentro. No había nada bueno en la TV así que la apago y se recostó, sus ojos comenzaron a cerrarse. Antes ella no sentía cansancio luego de sentir la adrenalina que le provocaba el tomar fotos. Y conocer a esa hermosa chica. Su conciencia la traiciono, sus ojos se abrieron y sus mejillas se enrojecieron. De pronto recordó cada detalle del rostro de la mujer. El cabello como la media noche, los misteriosos ojos zafiro, los labios rosados, las curvas de su cuerpo, especialmente sus largas piernas...
No pudo terminar su pensamiento, ya que sus mejillas comenzaron a calentarse aun mas como si pudiera sentir el calor del infierno. A pesar de que le parecía familiar haberla visto en algún lado no lograba recordar de donde. Estaba tan desactualizada que ni siquiera sabía que es lo que pasaba. Felizmente que no era periodista como Onogami Souma si no la hubieran despedido de inmediato. Rio en su interior.
Espero que Mako-chan me de un trabajo que dure un tiempo. Pensó mientras se despertaba ya que dormir no le ayudaba en nada. Además no podía cerrar los ojos debido a que la misteriosa chica peli-azul lleno su mente. Trato de olvidarse de eso y recordó que tenía que limpiar su habitación.
Al fin, la lista de cosas que hacer en su memoria era útil. Agarro un paño para cubrirse del polvo, una escoba, un recogedor, un trapeador y un balde de agua.
"Muy bien." Su rostro mostro determinación mientras ataba el paño a su cabeza. Mientras entraba al cuarto su cara cambio a una de miedo. Ughfue lo único que pensó.
"Puedo hacerlo" dijo mientras golpeaba con un puño su mano derecha en la izquierda de suavemente. Comenzó por agarrar toda la ropa que estaba dispersada y la llevo a la lavadora. Como la ropa que se quito hace poco aun estaba ahí dejo el resto de la ropa a un lado. Volvió a la habitación y recogió todas las fotos que estaban dispersas para ponerlas sobre su cama. Luego comenzó a barrer el piso de madera de la habitación sin olvidarse de los rincones escondidos. Luego limpio las ventanas de la habitación con un paño y estornudo ligeramente debido al polvo. Después de que las ventanas estaban limpias y brillantes comenzó a trapear el piso. Gotas de sudor caían desde su frente hasta su cuello debido al cansancio de limpiar la habitación. Un poco de polvo se quedo en sus mejillas cuando se limpio la cara con la mano.
Y en un instante el cuarto estaba limpio. Sonrió y elogio a si misma por todo el trabajo duro. Se quito el paño de la cabeza y lo puso con el resto de la ropa sucia al costado de la lavadora y la ropa que había puesto a lavar aún seguía ahí. Noto que la lavadora ya no hacia ruido y reemplazo el contenido con otro paquete de ropa. Satisfecha fue de nuevo a la sala y se recostó de nuevo. Fue cansada su experiencia y sus ojos comenzaron a cerrarse. Su mente se lleno con pensamientos de la mujer peli-azul…. de nuevo.
Lo primero que noto al despertar fue el reloj. Eran las 11:30 am. Se levanto inmediatamente y tomo la ducha más corta de toda su vida. Después de 10 minutos completos en el baño se envolvió en la toalla, corrió hasta su closet. Voy a estar tarde… otra vez Se quejo. Se puso un top blanco con una chaqueta rosa sin mangas y unos jeans. Se sentó para ponerse mejor los jeans y estos finalmente se deslizaron por sus piernas. Comenzó a ponerse sus zapatos y ato los cordones. Cuando estuvo lista agarro su bolso fue afuera y se dirigió a la cafetería.
Mientras que se acercaba a la esquina sus ojos amatistas divisaron inmediatamente la cafetería. Entro y vio a Makoto tomando un cappuccino. Cuando Makoto la vio, la llamo con la mano para que se acercara. Ella se acerco y se sento en frente de su mejor amiga y ex compañera de habitación.
"Tarde como siempre¿no Himeko?" Suspiro. Himeko se sonrojo y Makoto rio suavemente.
"Vamos, alégrate un poco."
"S—Si" Aun sonrojada. Makoto llamo a un mesero para que tomara la orden de su mejor amiga. El mesero saco un lapicero y espero paciente por la orden de Himeko.
"Mocha por favor." Pidió amablemente, el mesero asintió y dejo al dúo.
"Entonces¿Cuál es el…" Himeko fue interrumpida de nuevo
"¿El trabajo para ti?" dijo Makoto, Himeko se tenso cuando sus ojos esmeraldas miraron a sus amatistas.
"Si." Dijo mientras jugaba con sus dedos.
"No creerás lo que te tengo" dijo con excitación.
"¿Qué es?, pruébame" la reto Himeko.
Saotome Makoto se acerco a Himeko y le susurro a su oído de tal manera que solo ella pudiera escucharlo. Makoto se hizo hacia atrás y miro la cara incrédula de Himeko.
"¿Qué?!!" Grito Himeko atrayendo las miradas de las otras mesas. Makoto se sorprendió y le dio una gran sonrisa estando feliz por su mejor amiga.
"Tienes que estar bromeando Mako-chan. Tu sabes que nunca contratarían a uno independiente, tienen a muchos fotógrafos profesionales." Le dijo en un tono de incredibilidad.
"Es la verdad y nada más que la verdad. Se impresionaron con tus fotos y solo quieren que vayas de inmediato." Respondió Makoto. Era verdad, Makoto nunca le había mentido desde que se hicieron amigas.
"Wow. Entonces¿Cuándo voy a hacerlo?" se dijo casi a si misma. El mesero regreso con su bebida y la puso sobre la mesa. Después de que se fue, Makoto le dijo,
"Alrededor de las 4 am. de mañana"
"¿Tan temprano? Ni siquiera puedo despertarme a las 7 sin la alarma Mako-chan."
"Quieren que tomes las fotos mientras que sale el sol."
"Hmm, si eso haría que la foto saliera mejor." Dijo dándole una sonrisa analizando esa posibilidad.
"Por nada del mundo, vayas tarde. Esta es una oportunidad que solo se da una vez en la vida ¿sabes?" su cara se volvió seria.
Himeko paso saliva en señal de nerviosismo. "No iré tarde." Miro hacia arriba mostrando determinación. Su mejor amiga solo rio.
"Muchas gracias por darme esta oportunidad Mako-chan!" Ella la abrazo con fuerza olvidándose de su mocha.
"No hay problema, no hay problema." Dijo Makoto. Himeko se hizo hacia atrás sentándose de nuevo en su silla, comenzó a pensar y su cara se volvió sería.
"Dime Mako-chan…"
"¿Hm?" Estaba tomando un sorbo de su bebida.
"¿A quien voy a fotografiar en las islas Izu?"
"Himemiya Chikane." Cuando Himeko oyó ese nombre sintió un extraño sentimiento de familiaridad, pero nunca había tenido amigos cercanos que se llamaran así. Debe ser algún conocido. Pensó. Aun así le sintió como si hubiera conocido ese nombre por años. Pero…
"¿Quién es ella?" Los ojos de Makoto se abrieron de la impresión y se atoro con su bebida. Himeko tomo del hombro a Makoto preocupada por su mejor amiga.
"¿Estás bien Mako-chan?"
"¿Me estas diciendo que no sabes quien es Himemiya Chikane?"
"Si." Se sonrojo.
"Debes estar bromeando." Fue su turno de asombrarse y siguió,
"Himemiya Chikane viene de una familia muy importante y es muy famosa por su belleza y talento en la cancha. A vencido a cada persona que se ha atrevido a retarla. Incluso hombres. Ya ha ganado tres torneos internacionales haciendo trizas a su oponente y con el trofeo en la mano!" dijo con énfasis y siguió,
"Ha aparecido en la portada de todas las revistas que conozco y me entere que es una persona extremadamente talentosa. Puede cantar, tocar el piano y es talentosa para la arquería."
"Wow, debe ser una gran persona." Dijo Himeko mientras le brillaban los ojos.
"¿Gran? Es asombrosa, más que perfecta." Agrego Makoto.
"Tiene novio o…" pregunto curiosa.
"Nop, ella nunca ha experimentado la esencia del amor. Sé que suena difícil de creer pero ha rechazado a todo hombre que ha encantado, incluso algunas mujeres!" su tono se sobresalto.
"Ya veo." Himeko apoyo su mejilla en el dedo índice de su mano derecha, su expresión era difícil de entender.
"¿Cómo luce?" continuo interrogando a su mejor amiga.
"Bueno, tiene cabello azul…"
Cabello como la media noche…
"Hermosos ojos azules,"
Esos ojos de zafiro…
"Piel clara,"
La piel cremosa…
"Labios rosados,"
Labios suaves y hermosos…
Las palabras de Makoto ya no llegaban a los oídos de Himeko. Ella quedo en shock. La mujer que había conocido en el parque Hoshi… ella era Himemiya Chikane! Su corazón se acelero, sus mejillas se volvieron más calientes que el sol.
"¿Estás bien¿Himeko?" su mejor amiga la volvió a la realidad.
"Ah, si."
"No te ves tan bien, quizás deberías ir a tu casa."
"Quizás." Dudo un poco y se dirigió a la salida.
"Adiós Himeko, buena suerte mañana." Le dijo Makoto en voz alta.
Ella le sonrió a Makoto y pensó,
Realmente necesito eso. Dioses, ayúdenme.
El celular de Chikane sonó distrayéndola de sus pensamientos diarios. Hace tres horas, luego del encuentro con esa mujer de cabello dorado, vio a los arboles de cerezo bailar con el viento y flotar en todas las direcciones, y ahora estaba almorzando en un costoso restaurante.
Cogió su teléfono con una sola mano, presiono un botón y se lo puso en la oreja izquierda.
"¿Si?"
"Buenas tardes Himemiya-sama, lamento interrumpirla. Llamo en mal momento?" Era la voz de Kaemon.
Demasiado tarde. Pensó Chikane y sus piro para sus adentros, respondió,
"No. ¿Qué es lo que sucede Sasaki-san?"
"Ya se el nombre de la fotógrafa. Les acabo de preguntar hace poco."
"Ah." Pero de todas maneras no creo que sea importante. Quiso añadir pero noto la voz entusiasta de Kaemon.
"¿Entonces… como se llama? Continuo.
"Su nombre es Kurusegawa Himeko." La golpeo. Creo que he escuchado ese nombre antes, en algún lugar. Ella negó con la cabeza. No, sentí como si hubiera conocido ese nombre por años. Pero…
"Nunca he escuchado de ella."
"Es razonable porque no es famosa y el mundo aun no conoce su talento… aun no."
"Ya veo…" Se formo un silencio incomodo. Chikane lo rompió.
"¿Eso es todo Sasaki-san?"
"S-Si."
"Está bien, adiós y gracias."
"Buenos días y cuídese Himemiya-sama" ambos colgaron.
Ella miro hacia las ventanas, observo a las personas que estaban demasiado absortas en lo que estaban haciendo, volvió a mirar a su comida. Y comenzó a comer de nuevo.
Luego de que termino dejo el dinero, que era mucho más de lo que valdría la comida, en la carta de la mesa. Se paro dirigiéndose a la salida. El personal siempre cortes y respetuoso le hizo una reverencia y le agradeció por comer en el lugar. Cuando salió se encontró con el sol de la mañana, tan brillante y hermoso que pudo quedarse ahí solo viéndolo. Negó con la cabeza. Tenía mejores cosas que hacer. Continuo su camino hacia el hotel de cinco estrellas.
"Kurusegawa Himeko…" se murmuro a ella misma. Su boca sonrió al decir el nombre y fue tan natural para su lengua pronunciarlo que parecía que estaba destinada a decir el nombre de la fotógrafa. Se iban a conocer mañana a las 4 am. en las islas Izu. Y ella sentía curiosidad por como iría a lucir la fotógrafa.
