Arrebato

La guarida estaba más silenciosa que nunca, solamente yo me encontraba ahí, paseando de un lugar a otro arrastrando mi cola sin ningún sentimiento. Mi mirada era triste y desolada, pensé, al verme en el espejo.

Rasqué mi cabeza un par de veces, no sabía que sentir ¿Tristeza? ¿Odio? ¿Venganza?

No lo sé, y es que no es la primera vez que vivo esta experiencia tan desagradable. El vacío que había en mí crecía con cada paso que daba.

-¿Por qué?-miré a mi alrededor, el silencio me estaba consumiendo. Hubiera querido salir, pero por desgracia mi apariencia habría espantado a todo mundo.

Todo por él, él que siempre hacía que todo en mi vida fuera más difícil.

¿Hasta cuándo iba a terminar todo esto?

Me dolía hasta el alma no poder hacer nada para solucionar este embrollo, y ahora ellos ya no estaban. Igual todo por su culpa.

Meneé mi cola de un lado a otro pensando en todas las cosas que se me habían arrebatado. Hubiera perdonado varias cosas, pero no, eso no.

Me habían arrebatado mis 4 cosas más importantes en la vida, y aún no entendía por qué. ¿Qué acaso había sido un mal padre? ¿Qué acaso no los había cuidado lo suficiente?

Yo mismo no podría darme esa respuesta ahora, mi mente se sentía nublada y perdida. Lo único que me quedaba era esperar que él volviera a buscarme y de esa manera enfrentarle como nunca lo habría hecho. Tenía que arreglar ese asunto o jamás podría vivir en paz de nuevo.

Este arrebato no lo iba a permitir, nunca más.

Es entonces cuando oigo unas pisadas fuera de la guarida. Me preparo.

Esta vez no se me iba a escapar, y esta vez no se saldría con la suya.

Camino hacia la entrada, y sí, efectivamente…era él. Con su máscara metálica respirando agitadamente como si hubiese corrido varios kilómetros. Tiene una de sus curiosas armas en su mano derecha mientras me dice:

-¿Pasa algo?

-¿Tú crees que algo debería pasar?-le pregunto con cierta insinuación, yo sé qué el sospecha para donde va todo esto.

-Supongo…

-Iré al grano-le corté con frialdad-creo que tienes algo que me pertenece…-le dije tratando de no perder la compostura.

-¡Oh! Jeje eso… yo….bueno…

-¡Casey canalla! ¡Hiciste trampa de adelantaste!-Rafael llegó de pronto tumbando al chico, acabando con todo el silencio que había. Detrás de ellos iban llegando mis otros hijos.

-¿Pasa algo Sensei?-me pregunta Leonardo preocupado por mi duro semblante.

-Que el señor Jones nos cuente.

Casey se quitó la máscara y se rascó la cabeza algo avergonzado-lo siento, no sabía que eran suyos

-Señor Jones, creo con los carteles de "no tocar propiedad de Splinter" quedaba más que claro. Se lo pasaría pero…no es la primera vez.-le digo mientras me giro para tomar algo del piso.

-Pensé era una broma… ¡una disculpa ya se lo reemplazaré!-me dice precipitadamente mientras huía de mí ya que había sacado mi espada de madera para darle una lección.

-Uyyyy ¿No me digas que tú…?

-¡Te comiste el queso de Splinter!-rió Rafael a carcajadas cuando finalmente alcancé a Casey para darle una lección.

Los chicos miraron a Casey con lástima, ya que sabían había una regla que nadie debía romper, sino me querían ver de mal humor y un poco melodramático.

¡Nadie debía tocar mi queso! Y ya solo quedaban 4 porciones…que triste día para mí…

Un mini one-shot bobo pero no me importa XD espero sea de su agrado y sino igual comenten jajaja.