- ¿qué significo para ti? - susurró apoyando cada rodilla en un apoya brazos de mi sillón. Tenerlo tan cerca estaba matándome.
Me quedé callada. Sentía su aliento a cigarrillo y alcohol chocando contra mis labios, y no quería que aquello terminara.
El me miró, y no sonrió. Sólo se quedo mirando, porque ambos sabíamos que era una pregunta en serio, y porque aquellas botellas de cerveza todavía no hacian efecto en su organismo.
Sus ojos color miel miraron hacia abajo, y luego subieron lentamente para quedarse congelados en mis labios

- touché- volvió a susurrar, acercándose peligrosamente hasta mi boca, y mordiendo el aire. Y así como llegó... se fue, caminando con su swag como si no hubiese nadie más maravilloso que él en el mundo (y es que no lo había). Quedé impactada unos segundos, atontada por su mezcla de aromas, y volví a tomar mi cerveza del piso para seguir tomándola, intentando olvidar.

'no vuelvas a quedarte congelada por ese idiota, idiota'