10 COSAS QUE ODIO DE TI
1.- ORGULLO
Ese año el verano no era especialmente caluroso como el pasado, y los Weasley y Harry aprovechaban el menor rayo de sol para salir al jardín a jugar un partido de Quidditch. Algunos fines de semana se es unían Fred y George, pero la mayoría de los días jugaban Harry y Ron con Ginny y Hermione. Esta última se negaba rotundamente al principio, pero tras una pequeña charla con los demás acababa accediendo de alguna manera.
Siempre alegaba que era muy mala en los deportes, cosa que se veía claramente, pero al menos intentaba mantenerse en la escoba y lanzar la quaffle. Esa tarde, tras la comida, se dirigieron al armario de las escobas para recogerlas y se prepararon para jugar.
- ¡Poneos en vuestras posiciones!- gritó Harry sacando las pelotas del baúl.
- Parece que te va saliendo ese espíritu de capitán- le dijo Ginny.
- Tengo que ir practicando- contestó Harry- Para que no se me echen encima los jugadores, creo que no soy como Oliver o Angelina. Ellos tenían más ímpetu.
- No te preocupes, seguro que lo vas a hacer muy bien.
Ginny le sonrió y se alejó para colocarse. Harry la siguió con la mirada hasta que Ron lo distrajo.
- ¡Harry! ¿Empezamos o qué?- Ron ya estaba montado en su escoba y miraba de reojo a Hermione, quien parecía tener algunas dificultades para mantenerse en el aire.
- Si, ¡vamos!- Harry se montó en su Saeta de Fuego y ascendió rápidamente.
El primer tanto fue para el equipo de Harry. Eso fue pura casualidad, ya que Hermione tenía primero la quaffle y avanzando hacia Ron casi se resbala, lo que hizo que soltara la pelota y se colara por el aro en un descuido de Ron.
Al principio Ron quiso anular en tanto pero al final su petición quedó anulada. Hermione y Harry estaba muy contentos, pero Ginny y Ron no se lo iban a poner nada fácil. Ron paró los tres lanzamientos de Hermione, pero Ginny hizo unos cuantos bloqueos a Hermione y marcó cinco goles.
Al final del partido, los Weasley consiguieron ganar por 20 puntos. Ron acompañó a Hermione a la casa, por que esta estaba agotada y le dolían casi todos los músculos.
- Sabes que habéis ganado por que Hermione es malísima jugando- afirmó Harry mientras recogía las escobas.
- No pongas excusas, Harry- dijo Ginny, que le acompañaba llevando las pelotas- los Weasley no tenemos la culpa de que seamos los mejores en Quidditch.
- ¡Eres demasiado orgullosa! ¿Lo sabías? Pero tal vez tengas razón, tus hermanos son buenos en Quidditch.
-¡Ah! Pues muchas gracias por el cumplido, quizás tenga que pedirle a Percy que de algunas clases para jugar.
- Eso es una buen idea, pero no creo que quiera venir- Harry cerró la puerta del armario de las escobas y siguió a Ginny hacia la casa. Estaba atardeciendo, y el sol se escondía por las colinas.
- Entonces, ¿tendré que buscarme un profesor? Podría ser Bill, pero esta muy ocupado haciendo carantoñas con Flegggg.
- Sí, no creo que Bill tenga el Quidditch en la cabeza en estos momentos.
- Charlie está en Rumania- continuó Ginny- Es posible que los gemelos quisieran ayudarme, pero están demasiado ocupados con la tienda. Y Ron…bueno, él aún no tiene suficiente nivel para darme clases.
- ¿Y qué te parece si te doy yo las clases? Puedes aprender del buscador más joven en muchos años, de un gran jugador de Quidditch de la casa Gryffindor y del recientemente Elegido.
Habían llegado a la puerta trasera de la Madriguera, Ginny puso la mano en el pomo de la puerta y se dispuso a abrir, no sin antes decirle a Harry, con una sonrisa:
- Ahora ¿quién es el orgulloso?
