Capitulo 1: Niña de mi corazón.
-Solo es por la tarde Emmett – Pase una mano por mi cabello como claro signo de frustración.
-Isabella necesitas un descanso – Soltó él claramente enojado – Tomate el día, sabes muy bien que no hay problema con eso.
Le había llamado a Emmett para informarle que no iba ir al trabajo en la tarde, pero él insistía en que me tomara todo el día.
-Lo sé pero…
-¿cuándo fue la última vez que te tomaste un día en casa? – me interrumpió.
-hace tiempo – respondí.
-ves mereces un descanso – dijo serio – tienes razones para quedarte en casa.
Suspire derrotada.
Era hora de rendirse.
-De acuerdo – murmure – pero solo será el día de hoy – lo escuche bufar – sabes que amo trabajar y es difícil sacarme de la oficina.
-Eres testaruda –rio – bien le diré a Ángela que se encargue de tu trabajo.
-Gracias Emm – me despedí y colgué.
Soy Isabella Marie Swan tengo 27 años, piel blanca, cabello castaño chocolate largo hasta la cintura, ojos grandes y expresivos color chocolate fundido, mido 1.65 cm, delgada pero con cada cosa en su lugar y además soy la vicepresidenta de la editorial Swan, McCarthy & Asociados.
Mi padre Charlie Swan fundó la editorial con Steven McCarthy su mejor amigo y padre de Emmett. Emm era de mi edad y ambos habíamos nacido en cuna de oro, jamás nos ha hecho falta nada y sin embargo, somos unas personas sencillas y amigables, estudiamos en las misma escuelas y fuimos a la Universidad de Washington donde estudiamos administración de empresas. Cuando nos graduamos nuestros padres decidieron retirarse dejándonos a nosotros su lugar en la empresa, Emmett como presidente y yo como vicepresidenta.
Me volteé para llevar mi teléfono celular a la isla de la enorme cocina, estaba de camino cuando me tropecé y por suerte logre sostenerme de la encimera.
Mire al suelo buscando con que me había tropezado y me encontré con unas miniaturas de zapatillas de ballet como culpables.
-¡DANIELLA MARIE SWAN! – grite.
Varios minutos después una pequeña cabeza rubia se asomó por el marco de la cocina.
-¿si mami? – pregunto su voz un poco chillona.
-Te dije que recogieras tus zapatos cielo – Dije viéndola con los brazos en forma de jarra.
-Lo siento mami – se disculpó – ¿te tropezaste? –pregunto algo rosadita.
Ahora fue mi turno de quedar roja.
-tus cachetitos están rojitos mami – rio – eso fue un sí.
-Marie – susurre.
-Está bien, está bien –tomo las zapatillas y se fue escaleras arriba.
Había olvidado decir que tengo una hija de 5 años. Era mi adoración y la persona que más amaba. Todas las personas a primera vista decían que era imposible que Daniella fuera mi hija… y es verdad.
Flashback
Hacía un año me había graduado de la Universidad y a la vez había comenzado a trabajar en la empresa familiar, tenía un buen sueldo y vivía en una de las casas más hermosas y lujosas de Seattle. A mis 22 años quería comenzar una vida normal y tener hijos, sin embargo hace 2 años que no salgo con nadie y me hacia falta el ingrediente para completar mi deseo de ser madre.
Acababa de salir del trabajo y decidí dar una vuelta por los alrededores, por alguna extraña razón algo me hizo entrar al Starbucks que estaba por ahí, entre y este se encontraba totalmente lleno, fui al mostrador y pedí un café simple, pague mi orden y me dirigí a la única mesa vacía que encontré junto a la ventana.
Llevaba 10 minutos aquí, estaba revisando mi correo en mi celular cuando una hermosa rubia entro al Starbucks, pidió un café y empezó a buscar un lugar vacío, baje la vista a mi celular y seguí viendo mis correos.
-¿está ocupado? – pregunto una voz un poco ronca.
Alce la vista de mi celular y note a aquella rubia que hacía solo unos minutos había entrado a la cafetería. Tenía unos bonitos ojos azules que ahora se encontraban rojos. Me fije que la otra silla de mi mesa estaba vacía.
-No – respondí – puedes sentarte.
-Gracias – me dio una leve sonrisa y se sentó.
Volví la mirada de nuevo a mis correos pero la alce cuando empecé a escuchar unos pequeños sollozos.
-¿Estás bien? – Pregunte algo preocupada – lo siento tal vez no deba meterme.
-No te preocupes – se limpió algunas lágrimas – Soy Tanya Denali – Se presentó.
-Bella Swan – le sonreí.
Tanya era una joven de 22 años licenciada en derecho y había comenzado a trabajar en un Buffett, el problema es que ella estaba embarazada.
-¿se lo has dicho? – pregunte.
-No – susurro – Cuando comenzamos a salir dejo en claro que él no quería hijos aun.
-¿y qué hiciste?
-Me mude sin decir nada – respondió – simplemente desaparecí de Chicago.
-¿y tus padres? – cuestione.
-Les avise que vendría a Seattle – hizo una mueca – los hice jurar que no le dirían a él en donde estaba – dijo triste – no lo quiero en mi vida.
-¿saben que estas embarazada?
-En la vida hay dos cosas que no puedes ocultar…
-el dinero y el embarazo – complete.
-exacto –sonrió. – mi madre lo noto de inmediato.
¿Qué harás con tu bebe? – pregunte.
-darla en adopción – respondió – no estoy preparada para un bebe y mis padres están muy grandes para ocuparse de ella – explicó – lo único que pediré es que me permitan estar cerca de ella.
-¿Por qué no quedártela? – si quería estar cerca de ella podría quedársela.
-Bella algo en mí me dice que no estaré mucho tiempo con ella – una sonrisa triste se formó en sus labios.
Fin del Flashback
Y tenía razón.
Tanya y yo nos hicimos mejores amigas desde ese día, la convencí de que se mudara conmigo para ayudarla en su embarazo y ella acepto, la casa era grande y había espacio suficiente para las dos.
Mis padres se encariñaron con ella y la aceptaron rápidamente, a ellos les platique mis deseos de adoptar al bebe y me alentaron a comentárselo a Tanya. El día que nos enteramos que era una niña se lo comenté a Tanya y ella acepto gustosa que yo adoptara a su hija.
"—Serás la mejor para ella"
Fueron sus palabras.
Iniciamos los trámites de adopción al poco tiempo, Dani nació el 15 de Julio del 2009 en el Hospital de Seattle, el mismo día que ella nació terminamos los trámites de adopción y Dani fue mi hija desde ese día.
Mi niña iba a cumplir 2 años cuando sus palabras se cumplieron y el corazón de Tanya dejo de funcionar.
-ya las puse junto a las demás mami – dijo mi niña llegando junto a mí.
-perfecto mi amor – le di un beso en su mejilla.
La cargue y la senté en la isla de la cocina.
-¿Qué vas a desayunar? – acomode uno de sus cabellos detrás de la oreja.
Daniella era rubia de cabello ondulado y largo, tenía unos hermosos ojos color verde esmeralda, nariz pequeña, boca pequeña, piel blanca y algunas pecas. Era una Tanya en miniatura a excepción de los ojos y la nariz.
-panques con jugo – murmuro pensativa.
-entonces eso será – le di otro beso en su mejilla y me puse a cocinar.
-¿trabajaras hoy? – pregunto mientras preparaba los panques.
-No – conteste – el tío Emmett me ha dado el día libre.
-¿enserio? – abrió demasiado la boca.
-si – le sonreí y ella me devolvió la sonrisa – sabes la abuela Carmen y el abuelo Eleazar vendrán a tu recital.
Carmen y Eleazar eran los padres de Tanya, siempre han estado presentes en la vida de mi hija porque no iba a quitarles ese derecho.
-eso es genial mamá – rio. - ¿la abuela Reneé y el abuelo Charlie también?
Me preguntó a quien le habrá sacado lo imperativa.
-ellos también – sonreí.
-¿puedo faltar a clases? – preguntó haciendo aquel puchero que siempre hacía y con el que siempre ganaba.
-¿por qué? – la cuestione viéndola con una ceja alzada.
-No iras al trabajo – respondió – quiero estar contigo mami porfis – su puchero se incrementó.
Entrecerré los ojos.
-Daniella – susurre.
-porfis – volvió a decir.
Lo pensé unos segundos y asentí.
-de acuerdo – acepte – pero pedirás las tareas sabes que no me gusta que te atrases.
-Gracias, gracias, gracias – repitió abrazándome.
-ve a buscar a Jake – la baje de la encimera y ella salió corriendo en busca de su perro.
Jacob o Jake es un gran Pastor Alemán de color café con negro, Dani tenía un mes cuando la perrita de Ángela tuvo cachorros, uno me regalo a mí y el otro lo conservo ella. Dani y Jake prácticamente crecieron juntos y entre ambos existe una conexión muy grande, Jacob siempre está para mi niña y ella siempre está jugando y cuidando de su perro.
Escuche las risas de mi hija en la sala y después los ladridos de Jake.
Termine el desayuno y lo lleve a la mesa del comedor, fui a la sala en busca de mis dos cosas favoritas y encontré a Dani en el suelo haciéndole "cosquillas" a Jake.
-Daniella ve a lavar tus manos – pedí.
-vamos Jacob – ambos salieron corriendo al baño de la planta baja.
La casa era grande porque mi fue mi pequeño capricho cuando me gradué, la compre con todos los ahorros que tenía y recibí un poco de ayuda de mis padres para pagarla.
La compre en uno de los barrios más lujosos de Seattl minutos de la casa de mis padres y a 15 minutos del kínder de Daniella y de mi trabajo. La casa era de dos pisos, tiene 5 recamaras y 3 baños, tiene una espaciosa cocina, comedor grande y una hermosa sala, cuenta con un jardín grande, cochera y piscina en la parte de atrás. Mi madre la había decorado en colores claros y con muebles que combinaran. No tenía servicio porque me gustaba valerme por mi misma.
-listo mami – entro Daniella y se sentó junto a mí.
Desayunamos tranquilamente y cuando terminamos ella me ayudo a lavar los trastes.
-¿Iremos a visitar a Tanya? - pregunto mi pequeña.
Mi niña era muy inteligente, sabía que era adoptada y quien era su verdadera madre, teníamos una foto de ella en la casa y sus cosas se le quedaron a Daniella. Ella me pedía visitarla con frecuencia a veces para que le desee suerte en sus recitales de Ballet y otras para platicar con ella.
-por supuesto que sí cariño – le sonreí – cuando vengan tus abuelitos Carmen y Eleazar vamos con ellos.
-se pondrá feliz cuando vea mi baile desde donde esta – sonrió.
Eso me llego al corazón y la abrace.
-claro que si Dani – le di un beso en su pequeña cabeza – Tanya estaría orgullosa de ti nunca lo olvides.
Pasamos toda la mañana juntas, limpiamos la casa con un poco de música, bañamos a Jake y terminamos mojadas, al medio día se puso a hacer sus tareas pendientes mientras hacía unas llamadas a Ángela, quien era mi asistente y la segunda al mando cuando no estaba, ella me dijo que todo estaba bien y que no me preocupara.
Alrededor de las 2 los señores Denali llegaron a la casa, Dani se puso feliz de verlos y casi arrastro a su abuela a su habitación para enseñarle su traje mientras yo me quede abaja con su abuelo Eleazar.
-¿cómo han estado? – pregunto Eleazar.
Lo invite a sentarse y me senté junto él.
-hemos estado muy bien – respondí – Dani es muy hiperactiva y curiosa nada que no pueda controlar.
-¿iremos a visitarla? – sabía a quién se refería.
-sabes que es su amuleto de la suerte de Dani – respondí.
Cuando Dani bajo con su abuela le avisamos que iríamos a ver a Tanya, salimos en el auto de Eleazar y partimos al cementerio de Seattle. Al llegar le dimos su espacio a Dani y luego de ella Carmen y Eleazar le acercaron algunas flores a su hija. Después de la visita a Tanya fuimos de regreso a casa en donde Carmen me ayudo a peinar a Dani y una vez vestida con su trajecito, Carmen y yo fuimos a cambiarnos.
Me coloque unos jeans pitillo negros y una blusa blanca, me puse mis zapatillas blancas, soy enemiga de los tacones, me coloque algunas pulseras, mis aretes, me cepille mi cabello y lo deje suelto, me maquille suavemente solo un poco de rímel, delineador y brillo labial.
Tener una madre como Reneé a veces es bueno.
Cuando baje mi niña y los Denali me esperaban.
-bien vámonos que el recital empieza en media hora y Dani ya debe estar ahí – dije mientras tomaba mi bolso con mi celular y la cámara.
-Charlie me hablo y dijo que ya están ahí – dijo Carmen al subirnos al coche de ellos – ya nos apartó unos lugares.
-entonces vamos – murmure.
Le abroche su cinturón a Dani y luego abroche el mío, Eleazar arranco y salió rumbo a hacía la academia de danza de Dani. Cuando llegamos Dani saludo a sus otros abuelos y se fue corriendo con su grupo de danza.
-hola mamá – salude.
-Isabella querida – me abrazo – hace tiempo que no te veo.
-mamá nos vimos el domingo – dije.
-y ya es viernes – se hizo a la ofendida – casi una semana sin verte a ti y a mi linda nieta.
-Reneé no seas dramática – la regaño mi padre. – hola mi amor.
-hola papá – lo abrace.
-apartamos asientos en la cuarta fila – comentó Reneé – vamos a sentarnos.
Los Denali, mis padres y yo tomamos nuestros asientos y esperamos a que el festival comenzara. Cuando el recital comenzó Charlie grabo todo baile en el cual participaba Dani, Eleazar tomo algunas fotos y en cambio yo disfrute de verla desenvolverse en el escenario.
Al terminar el recital fui en busca de mi hija.
-estuviste estupenda mi amor – la abrace.
-¿enserio mami? – preguntó ilusionada.
-por supuesto que sí – la cargue y ella enredo sus pequeñas piernas a mi alrededor – siempre estas estupenda.
-eres la mejor mami del mundo – me dio un enorme beso en la mejilla.
-bien chicas vamos a celebrar – dijo la voz de mi padre.
Fuimos a un restaurante de comida china de Seattle, cenamos entre pláticas y risas, alrededor de las 9 note bostezar a Daniella y decidimos retirarnos.
Mis padres me llevaron a casa porque los Denali tenían que tomar un vuelo.
-ya llegamos – dijo mi padre.
Tome a Daniella en brazos y con ayuda de mi madre entre a casa, subí a su habitación y la arrope en su cama rosada. Baje a despedirme de mis padres que prometieron visitarme el sábado, active las alarmas, le di de comer a Jake y subí a cambiar mi ropa por un cómodo pijama, lave mis dientes, me desmaquille y me acosté a dormir.
Mañana sería un día largo teníamos que planear la reunión del sábado con la empresa Cullen Models por los asuntos de la nueva revista de modas que haríamos con ellos.
Primer capítulo que emoción.
