Juegos del Amor

Autora: YukaKyo
Serie: Inuyasha

Parejas: Miroku x Kagome, Inuyasha x Sango
Categoría: Romance, Drama, Angst.

Justificación: Hace milenios que no lo continuaba, por pereza, porque me había hastiado, pero ahora solo quiero terminar lo que empecé con tanto anhelo.

Dedicado: A mi constante flojera a terminar lo que empiezo. P

Beta-reading Oficial: Pily-chan Domo Arigato!

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Revisado, corregido el: 26/07/07

Capítulo 1— Words That She Couldn't Said

Kagome caminaba despacio, unos cuantos pasos atrás de ese joven de cabellos blancos a quien en silencio seguía. Llevaban varios minutos así, caminando en silencio, era de aquellas pocas ocasiones en que estaban en paz y no peleaban, aunque mas bien parecía que el hanyou solo la ignoraba, deseando estar solo con sus pensamientos, pero seguido algunos pasos atrás por aquella joven.

Nunca volteaba a verla o le dirigía palabra alguna, solo, caminaba hasta hartarse y giraba nuevamente para regresar hasta donde los demás les esperaban, pisando nuevamente sus huellas en el suelo, borrándolas como si nada.

Inuyasha se giro una vez mas, terminado con su taciturna marcha, sus ojos se encontraron con aquellos castaños que anhelantes le miraban con infinita adoración.

¿Debía decirle algo no, tal vez agradecerle por acompañarle, pero esta vez y como todas las anteriores, tan solo pasaría de largo, chocando un poco su hombro con el dela joven siguiendo con la marcha regresando sus pasos.

Después de todo, ella se lo había prometido.

Le seguiría siempre, estaría a su lado sin importar nada.

Pues bien, entonces no le agradecería por nada, después de todo, el no le había pedido que a su lado se quedara o bien que siempre le acompañara.

Kagome suspiro soltando el aire que había dejado atrapado en sus pulmones, por un momento y había pensado que aquel hanyou le dirigía algo, se le había quedado mirando demasiado tiempo, pero nada de sus labios broto, solo se había limitado a dar algunos pasos hacia delante y alejarse.

Camino también siguiéndole una vez más. Pero estaba cansada de aquello, aunque fuese una sola vez, deseaba que el hanyou la mirara, que la sujetara de su mano y que juntos caminaran así, uno al lado del otro como la pareja que se suponía que eran.

Porque lo eran... ¿Verdad?

La joven de oscuros cabellos levantó la vista, contemplando con inseguridad el cielo que rápidamente se tornaba oscuro y gris, aquellas nubes en el cielo amenazaban con romperse en lluvia, mojando a todo aquel que estuviese desprotegido, una sonrisa alegre se formo en sus labios, seguramente Inuyasha se había dado cuenta de aquello y ahora quería volver para evitar que ella se mojara y a causa de ello cogiera un resfriado.

La sonrisa en sus labios se borro al bajar la vista y encontrarse nuevamente con la imagen de la amplia espalda de Inuyasha, demasiados metros delante de ella, puesto que se había detenido a observar el cielo y el hanyou sin importarle había continuado dando de pasos, despreocupado de que la joven quedara rezagada.

No... definitivamente ni siquiera pensaba en ella...

Aunque tenia la esperanza de que aquello algún día cambiara...

— ¿Hasta Cuándo?— susurro quedamente el joven deteniéndose de golpe. Aunque como suponía Inuyasha ni la escucho, bajo la vista, concentrándose en mirar el verte paso que sus pies pasaban.

Eso es lo que me pregunto Inuyasha...

¿Cuándo tu te darás cuenta de que aquí estoy?

Tal vez pienses que no me doy cuenta, pero cuando estoy a tu lado y estamos solos, pareciera que para ti yo no existo, me ignoras continuamente y no me tomas en cuenta, me siento triste y vacía, que incluso la mera idea de ponerme a llorar por ello, me parece demasiado, aunque ganas para hacerlo no me faltan.

Pero en estos momentos, no dejare que ninguna de aquellas cristalinas lagrimas se asomen por mis ojos, necesito saber algo Inuyasha y se que si lloro no tendré el valor suficiente para hacerte una pregunta mas, una que según la repuesta, será la reacción de mi corazón, porque tal vez salte de alegría o bien, se rompa en melancolía.

Y hoy lo haré... te lo diré y te preguntare eso... ya no puedo soportar más...

Estoy harta de seguirte solo en silencio y que solo te limites a ignorar mi presencia...

Quiero que me lo digas, lo que sea, aunque en realidad no quiera, ni saber tu respuesta.

— INUYASHA!—

´´´´´...´´´´...´´´´´...´´´´...´´´´´´

La lluvia comenzaba a caer lentamente, pero el viento que hasta aquellos momentos era cálido y fresco, ahora se tornaba seco y frío. Pero la suave llovizna no era para nada fuerte o amenazadora, ya que apenas y se sentía como una suave brisa, que regaba la tierra por la que caía.

Unos cuantos aldeanos salieron de sus casa, observando con deleite, la benéfica lluvia, e incluso la anciana sacerdotisa, estaba afuera, jugando con los pequeños, al lado de otra joven, junto con una gata de fuego. El joven monje les observaba en silencio, recargado contra el tronco de un árbol cercano, aunque despego su vista de ellos, para levantarla y mirar como el cielo se limpiaba de aquellas nubes negras.

— Miroku, ven y juega con nosotros, seguro te divertirás— chillo el pequeño zorrito, chapoteando en algunos pequeños charcos que se formaban en la suave tierra junto a los demás niños.

Miroku solo le sonrió e iba a cercarse, pero se detuvo al ver pasar algunas jóvenes de la aldea, muy cerca de él.

— Ya vuelvo Shippo— murmuro el monje, mientras caminaba lentamente hacia las jóvenes, mas cuando dio otro paso mas, se detuvo, un extraño escalofrió le recorrió la medula y no se debía precisamente a la mirada asesina que la joven exterminadora le mandaba.

Era algo mas... era un presentimiento de fatalidad y pocas veces lo había sentido, mas bien contadas veces y siempre por una misma persona.

Se giro viendo en varias direcciones, buscando donde aquella sensación se hacia más intensa y llamativa, entonces se decidió, debía ir ahí, sabia que algo malo le pasaría y realmente quería evitarlo, aunque fuese algo de lo cual el no debía tener interés alguno, o al menos eso era lo que la mayoría creía.

Porque después de todo si le interesaba... muchísimo mas de lo que el mismo pensaba.

Comenzó a caminar hacia aquella dirección, primero despacio para luego aumentar el espacio entre cada zancada que sus piernas daba, mas detuvo sus pasos cuando el zorrito se cruzo frente de él impidiéndole el paso. Una gran sonrisa adornaba su rostro, aunque el lodo y el agua empapaban sus ropas. Levantó sus manitas como si quisiera que el monje le sostuviera entre ellas.

— Hey Miroku, llévame a mi también— Miroku solo negó con la cabeza, pasando de lado del zorrito.

— Perdón Shippo, pero, no puedo... ¿Por qué mejor no sigues jugando con Sango?

— Bueno— el monje continuo su trayecto perdiéndose entre los arbustos pequeños que daban al bosque. Estaba preocupado y si todo lo que sentía no fuese mas que una equivocación estaría perdido.

Comenzó a maquilar en su mente algunas posibles frases de disculpa, repasando algunas de sus conocidas frases, aunque no sabia exactamente con lo que se iba a encontrar al llegar ahí, solo esperaba que no fuese tan malo su presentimiento.

´´´´´...´´´´...´´´´´...´´´´...´´´´´´

Inconscientemente Kagome había gritado su nombre a todo pulmón, solo así se detendría. Trago saliva al darse cuenta de que el hanyou la había escuchado y se detenía de golpe, sintió que todo en su mente se le iba borrando y aquella pregunta rápidamente se desvanecía. Negó fuertemente con la cabeza, ahora no había tiempo para las inseguridades.

Se armo de valor y se acerco a él. No podía echarse para atrás ahora.

Pero se detuvo de golpe cuando el hanyou se volteo hacia ella, logrando que contuviera el aire que había respirado, fuertemente en sus pulmones.

— ¿Qué sucede Kagome? — pregunto Inuyasha.

— B..bueno veras Inuyasha— el tomo que usó el joven de cabellos blancos no le gustó para nada, claramente había escuchado en su voz, hastió y pereza. Aunque tal vez solo fuesen imaginaciones suyas.

Su mirada se quedo fija en la suya y sin quererlo aquellos ojos dorados, comenzaron a hacer efecto en ella. Poniéndola totalmente nerviosa, muchísimo mas cuando el hanyou, elimino la distancia que les separaban acercándose un poco mas a la joven de oscura cabellera.

— Y bien ¿Qué ibas a decirme? — soltó Inuyasha fastidiado.

Kagome esta demasiado nerviosa, no podía evitarlo, todas aquellas sensaciones que el joven le hacia sentir eran demasiado para ella. Lentamente sus mejillas comenzaron a adquirir color, tiñéndose de un pálido rosado.

— Yo sólo quería decirte algo— susurro quedamente Kagome aún nerviosa, pero logrando dibujar una perfecta y cálida sonrisa en sus labios

— Y también, quería preguntarte una cosa Inuyasha—

— Entonces dilo y pregunta— dijo el hanyou encogiéndose de hombros, aunque no le importaba lo que la chica le diría, ahora le importaba más que hablara rápido.

La lluvia comenzaba a hacerse un poco mas fuerte y eso si que a el hanyou le molestaba.

— Pero hazlo rápido quieres… la lluvia esta por arreciar— gruño el hanyou, sacudiendo un poco sus ropas de aquellas gotas húmedas que empezaban a formarse sobre las mismas.

¿Eh?. ¿Que lo haga rápido?

Inuyasha, si no es algo tan fácil de decir

— Kagome ¿En verdad vas a decir algo?— Inuyasha ya estaba desesperado y si la miko no le hablaba, solo se limitaría a girarse nuevamente y caminar y si volvía a hablarle, no le haría caso.

— Inuyasha yo quería decirte, algo que creo nunca e he dicho claramente—

— ¿En serio? — dijo con sarcasmo Inuyasha, mientras se le acercaba un poco más - ¿Y se puede saber qué es?—

Kagome bajo la vista, esta seria seguramente la única oportunidad que tendría, no había opción ni marcha atrás, era hora o nunca.

— Es que tú— Kagome sentía las mejillas muy calientes y sus manos que estaban unidas se apretaban mientras temblaban nerviosas— Inuyasha ¡Tú me gustas! Eres la única persona a la que quiero y por eso yo..—

— ¿Quiero saber si también te gusto?— Kagome sintió que las rodillas la traicionaban y que de un momento a otro se dejaría caer a causa de lo nerviosa que se encontraba, su corazón latía con demasiada fuerza, como si se quisiera escapar de su pecho.

Una intensa luz baño a ambos jóvenes, que no dejaban de observarse, la joven con ese color carmín intenso en sus mejillas y el joven de ceño fruncido claramente fastidiado. El estruendo no se hizo esperar, rompiendo el molesto silencio que se había formado. La lluvia furiosa no se hizo tardar cayendo con fuerza sobre el suelo.

— ¿Inuyasha? —Kagome esperaba la respuesta del joven. No le importaba que reacción tendría, estaba preparada para todo. O al menos eso creía.

Inuyasha alejo su vista de la joven, girando el rostro mientras negaba con la cabeza. Y esa fue la respuesta que la joven de acaramelada mirada no esperaba obtener.

´´´´´...´´´´...´´´´´...´´´´...´´´´´´

Continua...