¡Hola chicos! Les presento una nueva historia que será un poco breve y un tanto fuera de lo común. Desde hace tiempo tenía ganas de escribir un fic dedicado a Jill Valentine y mientras escuchaba rock en español surgió la idea de esta pareja poco común en el fandom, y al ritmo de las guitarras comencé a escribir y este fue el resultado. ¡Espero y no resulte en desastre! Jajaja!
Ojalá y les agrade este primer capítulo y agradezco infinitamente a Addie Redfield por animarme a publicar este episodio y por ser la Beta Oficial de mis historias. ¡Disfruten!
"Y observo a gente que está acompañada, que intercambia sonrisas, palabras y miradas, se divierten, se entretienen, se enamoran, lo sé. Yo a todos veo y nadie me ve…"
—Enjambre, Dulce Soledad.
CAPÍTULO 1: FLORES Y SOLEDAD
Camino lentamente por la oficina mientras se enciende el ordenador en mi escritorio. El lugar está algo oscuro así que con cuidado abro la persiana para que la luz se filtre por la ventana. Con la habitación un poco más iluminada busco entre un pequeño mueble de madera de cerezo una taza para servirme un poco de café que ya está caliente en la cafetera. Encuentro una taza de color negro con el emblema de la BSAA como única decoración, la coloco sobre el escritorio y voy en camino por la cafetera, vertiendo en el recipiente la bebida humeante. Coloco dos terrones de azúcar en el café y disuelvo con la cuchara para después dar un primer sorbo, no sin antes asegurarme de no quemarme. El café estaba en su punto exacto y una sensación agradable se forma en mi garganta y en mis labios.
Tomo asiento frente al ordenador y me dispongo a iniciar mis labores mientras bebo mi café disfrutándolo en cada sorbo. Me siento un poco extraña de estar yo sola en la oficina de la BSAA, sin Chris rondando por aquí. Parece ridículo pero sólo ha pasado un día de que Chris no ha venido a trabajar, y ya lo extraño. Estaba tan acostumbrada a él que siento que me falta algo en su ausencia. Desde que nos unimos a la milicia siendo muy jóvenes, nos volvimos inseparables siendo socios, amigos, cómplices, hermanos… Lo que ameritara la situación. Gracias a nuestra cercanía, mucha gente afirmaba que él y yo terminaríamos juntos. Es gracioso como las personas no pueden creer en una amistad verdadera entre un hombre y una mujer. Chris y yo fuimos de todo menos amantes, él me admiraba demasiado y yo lo respetaba lo suficiente como para alguna vez tener algún tipo de roce amoroso del que nos arrepentiríamos toda la vida. Es cierto que por nuestro peculiar empleo era difícil que nos llegásemos a relacionar afectivamente con alguien más, e incluso ambos bromeábamos con que terminaríamos juntos en un asilo jugando Bingo y rodeados de gatos, viviendo de nuestras viejas glorias. Me alegro que al final no haya sido así, al menos para él.
En este momento, Chris estaba en las playas del Caribe mexicano, disfrutando de su luna de miel al lado de su esposa y ex socia, Sheva Alomar. Su boda había sido una ceremonia sencilla e íntima a petición de la novia, pero no por ello menos emotiva. Cuando llegó la hora de acompañar a Chris en el altar del brazo de su hermana Claire, pude observar como ambos se detuvieron frente a mí, para pedirme que fuera yo quién entregara a Chris en este gran paso. No pude evitar conmoverme hasta lo más hondo y sentirme halagada por el gran honor con el que Claire y su hermano me estaban honrando, y tratando de contener unas lágrimas para no arruinar mi maquillaje a tan temprana hora, tomé a Chris de su brazo para llevarlo ante Sheva. Cuando ambos dijeron el "sí acepto", no contuve más el llanto y brotaron de mis ojos unas cuantas lágrimas de emoción, como si estuviese presenciando el final de un cuento de hadas en ese momento. En cuanto a la fiesta de bodas, fue de lo más entretenida y familiar en la cual me divertí a lo grande, e incluso, gané el ramo de la novia, que me llevé felizmente a mi oficina para colocarlo en un jarrón sobre mi escritorio, y a pesar de que ya habían pasado tres días, las flores aún se mantenían frescas y en buen estado.
Doy un suspiro hondo y sonrío para mí misma al recordar la bonita boda de Chris, cuando de repente, un timbrazo del teléfono me saca de mi ensoñación.
—Valentine. — Digo contestando la llamada.
—Buen día, Jill ¿cómo estás?— Me habla una voz masculina que reconozco inmediatamente.
— ¡Barry! ¡Qué gusto oírte! ¿Cómo estás?— Le contesto alegre a Barry Burton.
—Aún con la resaca de la boda de Chris, pero aún estoy vivo.
No pude evitar soltar una carcajada ante el ocurrente comentario de Barry, que aunque pasaran los años, su sentido del humor seguía siendo el mismo.
—Nunca cambias, Barry. — Comenté haciendo mofa de su sentido del humor.
—Moriré siendo un viejo bonachón, Jill. — Afirmó el con tono bromista y continuó. — Está bien, si te llamé no fue para informarte de mis malestares a consecuencia del alcohol, sino para pedirte que realices estudios tanto clínicos como psicológicos a un individuo. ¿Tienes problema con realizarlos?
—Ninguno, Barry. Pero ¿quién es el susodicho?— Pregunté aceptando la tarea del agente Burton.
—Su nombre es Jake Muller. Es uno de esos sujetos súper dotados de los que se pueden hacer miles de vacunas con sus anticuerpos, tal como el caso de la joven Birkin. — Me informó Barry brevemente.
Jake Muller. Me suena ese nombre pero no logro recordar en dónde ni cuándo lo escuché. Ya tendré tiempo de averiguarlo.
—Interesante. Cuenta con ello. — Contesté afirmando la petición de Barry Burton.
—Excelente. El lugar de las pruebas será a partir de hoy a medio día en los laboratorios de la BSAA.
—Ahí estaré. — Afirmé sin dudas.
—Perfecto. Daré una visita a tu oficina cuando Chris regrese de su viaje de bodas, para llevarle los pormenores de las próximas misiones. Esperemos y ese viejo lobo de mar de Chris Redfield llegue con la noticia de que pronto seremos tíos.
—Esperemos que así sea. — Respondo con una sonrisa ante los comentarios de mi viejo amigo.
—Hasta entonces Jill. Adiós. — Se despidió Barry Burton finalizando la llamada.
Colgué el teléfono y me dispuse a buscar mis herramientas necesarias para realizar los exámenes pertinentes al tal Jake Muller, para después realizar mi informe pericial. Una sensación extraña comenzó a recorrer mi cuerpo, ansiedad tal vez, a causa de la curiosidad que me invadía el conocer al hombre que sería mi objeto de estudio. Termino de recoger mis cosas para colocarlas en una pequeña mochila y antes de irme, le cambio el agua a mi ramo de novia para seguir conservando la belleza de las flores.
A/N: Este fue el primer cap que deseo infinitamente que les haya gustado y no hayan puesto cara de ¿What The Fuck is This? cuando se enteraron que la pareja de Jill no será Chris. Como dije esto va a ser algo diferente, pero ya veremos como avanzan las cosas en los siguientes capítulos.
Como siempre lo digo al final de cada episodio, su opinión para mí es importante y si desean hacer alguna observación, siéntanse libres de escribir cualquier opinión al respecto en los reviews, o si lo prefieren, por medio de mensaje privado.
¡Gracias por leer y gracias a Addie por su paciencia! :D ¡Nos leemos pronto!
