Holas, este es mi primer fic que subo al fanfiction... y ojala lo termine antes de que terminen mis vacaciones, como sea, me encanta este juego, el twilight princess, y para todos los que quizas les gusta la pareja LinkxMidna, aca esta un intento de fic, ojala dejen reviews productivos... todo eso de los derechos, por supuesto todo el rato para nintendo, solo pido prestado los personajes para un poko de diversion de fans )
…See you later
Capítulo 1: El trato maldito
- Link… nos veremos…. – dice la princesa del ocaso al momento que lanza una lágrima al espejo.
Luego se ve como esa lágrima rompe todo el espejo, espejo que tanto les costo reunir partes, que era la única forma en que podrían llegar a verse nuevamente. Él veía como lentamente desaparecía e iba siento transportada al ocaso, al mundo donde ya no podría ir, sintiéndose tan impotente de no poder hacer nada, cuando ella ya se había marchado, el espejo ya no solo se había roto en cuatro pedazos, sino que ahora eran miles, quizás millones, imposibles de volver a unir.-
- MIDNA!!!! – grita el hyliano mientras corre hacia donde se había ido la muchacha azulada, intentando inútilmente que regresara mágicamente.
"¿Qué ocurre?" piensa un muchacho de pelos rubios un tanto alborotados por haberse despertado recién y con el sueño que recuerda su pasado – no puedo creer que hace unos meses, era mi sombra, mi compañera, y de un momento a otro no me dí cuenta que ella tendría que irse, ya que pertenecía a otro mundo, y no me dí cuenta.
Mientras el muchacho de los cabellos rubios seguía diciendo esto, apretaba fuertemente sus sabanas, y seguía pensando cosas similares, hasta que una voz familiar de fuera de su casa llamó su atención.
- ¡Link¿Estas despierto? – grita una muchacha rubia, con prendas del lugar, esperando ansiosamente a su amigo a que se asomara por la ventana de su casa.
-¿Ah? – se asoma por la ventana – ah, eres tu Ilia, buenos días – dice animadamente como si de un momento a otro, guardará todo lo que estaba pensando, o por lo menos eso aparentaba. – bajo en un momento
- Creí que se te había olvidado que hoy íbamos a pasear a Epona – dice mientras pone sus manos en la cintura de la misma forma que Midna.
- No, por supuesto que no – dice medio entre cortado al acordarse la forma en que se conocieron, y como ella se burlaba de él cuando estaba en forma de lobo.
- ¿Te pasa algo? – le pregunta al notar que su amigo dejo se sonreír por un instante y cambiar su cara a melancólica
- No, no es nada, ahora bajo – responde mientras se aleja de la ventana para cambiarse de ropa y salir.
Así es como salen los dos y se dirigen al establo para llevar a Epona a un paseo por los campos de Hyrule.
Mientras, en el mismo espacio temporal, alguien también tuvo el mismo sueño, y el mismo despertar. Un despertar de angustia.
¿Pero qué? – dice, mientras mira a su alrededor y las cosas no eran las mismas de las que estaba viendo en un instante. – Solo era un sueño. Aunque eso en realidad pasó, solo que él no me dijo nada, solo me quedo viendo con cara de tristeza y preocupación, me pregunto si me habrá olvidado, esperen un momento, que hace la gran Midna pensando en trivialidades. Será mejor que me levante.
Así es como Midna, la princesa del reino del ocaso se levanta para preparar su duro día de princesa. Se levanto de la cama y se dispuso a darse un baño, todo el momento pensando en su aventura que tuvo con su compañero rubio. Luego de su baño, se preparó para vestirse e ir donde su padre, que gracias a las diosas, había vuelto a la vida luego de que Zant lo asesinara. Atravesó los pasillos hasta llegar al salón principal, donde se encontraba el rey.
- ¡Buenos días princesa! – saluda su padre, un hombre de aspecto anciano, para ese mundo, con un chal parecido al de Zant, pero con un rostro casi de un hyliano, tez azulada igual que su hija.
- Buenos días padre – responde el saludo, un poco menos animada debido al sueño que tuvo.
- ¿Qué te pasa corazón?, pareciera que no dormiste bien
- No es nada padre, solo tuve una pesadilla – le responde al momento que se sienta a su lado – y que es lo que querías hablarme que era tan importante.
- Mira princesita, es un asusto muy delicado, y no aceptaré un no como respuesta
- ¿De qué se trata padre?, haces perder mi paciencia. – le reprocha mientras toma una copa de jugo que estaba cerca suyo y que era para ella.
- Jaja, siempre tan divertida. Ejem, ya, me dejaré de rodeos para informarte que ya encontré un gran pretendiente para ti.
- ¿Qué hiciste que? – dice después de haber derramado todo el jugo que tenía en la boca de la pura sorpresa e impacto que tenia aquella noticia. – Se te olvido la última vez que me propusiste a alguien en matrimonio, o sea, intento apoderarse del ocaso y del mundo de la luz. Esperas acaso que nuevamente venga otro tipo y quiera hacer lo mismo.
- No seas exagerada hija. Además Zant solo fue un títere de Ganondorf
- Lo que tú digas – habla sarcásticamente.
- Además sabes muy bien que mucho tiempo de vida no me queda, y no puedes pasar a ser reina sin un pretendiente – le dice en un tono más serio
- Pero padre, no es necesario que…
- No se habla más del asunto – interrumpe a su hija - ya tienes fecha para esto, te casaras el fin de semana y no se hable más.
Sin decir una palabra, Midna sale de la habitación y se dirige a su pieza, al entrar, cierra con un portazo de tal magnitud que se escucha en todo el ocaso. Ahí se queda para descargar toda su furia e impotencia.
"Quien se cree que es para estar imponiéndome con quien casarme, voy a ser yo la que este con él toda la vida. Criminal" – piensa mientras golpea una almohada contra su cama una y otra vez, hasta que su padre llama a la puerta, diciéndole que su prometido quiere verla, ella no responde, de todas formas él y su padre pasan.
El tipo no era muy distinto a los seres del ocaso, es decir, tenia la piel azulada, más oscura que Midna, vestía una pequeña armadura que cubría su pecho, por debajo de este, estaban sus pantalones oscuros, con los signos y brillo del ocaso color turquesa. Sus ojos eran de color rubí, con su contorno dorado. Tenía una estatura un poco mayor a la de Midna.
- Los dejaré solos para que se conozcan, además él quiere proponerte algo que quizas te interese querida. – Sale el rey de la habitación dejando a Midna y al sujeto en la habitación.
- ¿Por qué esa cara que demuestra tanto odio? – dice el muchacho mientras se acerca a Midna
- No es de tu incumbencia – le responde mientras se para de la cama para dirigirse a su balcón
- Pues a partir de la otra semana lo será, mi nombre es Ankou, yo creo que debes empezar a cambiar un poco tu actitud – se interpone en su camino, a lo que ella simplemente se da vuelta
- No lo haré, usted tendrá que acostumbrarse a mi personalidad. – se cruza de brazos e intenta nuevamente esquivar al tipo, pero este se vuelve a poner delante de ella
- Pero que carácter, bien, a lo que vine realmente era para hacerle una tentativa oferta
- Oferta, ja, eso si que es chistoso.
- No, en serio. A mi me gusta hacer de este tipo de cosas, un duelo interesante.
- A que se refiere. – le pregunta mientras le dirige una mirada con un poco de interés.
- Mire, su padre me insistió en que me case con usted por que al parecer no le ha llevado algún otro pretendiente y él ya no puede esperar, por eso me ha elegido a mí. Pero yo le doy la opción de que si encuentra a alguien de aquí a antes del matrimonio le dejo el camino libre para que se case con él, y yo me desapareceré por siempre. Sin embargo, si no encuentra a nadie, se casará conmigo y tendrá que caer rendida a mis pies quiera o no – dice mientras camina de un lado para otro en la habitación y Midna solo lo observa casi perdiendo la paciencia.
- Y por que no simplemente te rechazo – le dice con su típica sonrisa
- Usted cree que su padre aguante mucho tiempo¿por qué cree que se ha precipitado?
- ¿Qué quiere decir?
- Las diosas le concedieron esta nueva vida para que cumpla su ultima misión, mejor dicho, su último sueño, pero esta vida no era para siempre, y su ultimo deseo era verla casada.
- Es decir…
- Si, él no podrá vivir más allá de este fin de semana. No creo que quiera verlo morir sabiendo que su último deseo, quizás uno de los más importantes, no le fue cumplida.
- Esta bien, acepto, pero debes cumplir tu palabra
- Cada frase. Entonces¿cerramos el trato?
- Me parece. – Así es como los dos se estrechan las manos y una fuerte luz emana de ellas – ¿Pero qué?
- Dije que cada frase dicha se cumpliría, ahora que hemos cerrado el trato y si no encuentras a nadie, quieras o no, te enamoraras de mí perdidamente.
- "Serás bastardo" – piensa ella
- Yo que tu me apresuro, quedan solo siete días para el matrimonio. Y no podrás elegir a cualquiera, solo el que tu corazón elija. Nos veremos, princesa.
Con esto último, el sujeto sale de la habitación, al cerrar la puerta lo único que hace Midna es arrojar su vaso a la puerta, cosa que solo consigue que se rompa en miles de pedazos.
"calma Midna, calma, lo que tienes que hacer es buscar a alguien con quien casarte, como si fuera tan fácil". Piensa la princesa del ocaso una y otra vez. Lo mejor que se le ocurre es salir un rato a caminar, como sabe muy bien defenderse, no necesita de compañía, pero de todas formas tiene que salir un tanto tapada con una de sus túnicas, así como las de Zelda cuando Link la conoce, pero con algunos emblemas de tribus del Ocaso.
Sigue su camino por el pueblo, pensando en como lo iba a ser para deshacer su matrimonio, incluso conseguir a alguien antes del fin de semana. Cuando pasa por un monasterio del Ocaso, estaba vació, así que se quito su manto que cubría la cabeza y se dirigió al centro.
- Oh Diosas, si tan solo…
- Si tan solo pudieras estar al lado de tu amado – dice una voz detrás de ella
- ¿Quién está ahí? – pregunta al darse vuelta y ve que no estaba – Que raro
- Que te parecería si pudieras estar con él una vez más – le vuelve a decir, ahora Midna se da vuelta y ve que se trataba de una anciana
- ¿Quién eres?, y por que crees que a mi me gusta alguien vieja
- Jeje, jovencita, se muy bien como es el aula de una enamorada¿y bien, qué me dices?
- "Quizás si fuera con él, no, él ya debe haber echo su vida en el mundo de la luz, pero me salvaría un poco de esta situación, además no sería la primera vez que lo utilizo, podría casarme con él, y luego decir que como no es un ser de la luz, no puede quedarse aquí, así me deshago de ese tal Ankou o como se llame
- No quieres intentarlo
- ¿Y como me puedes ayudar, acaso tienes una pócima mágica o qué? – dijo con su tono sarcástico
- Jejeje, te llevaré al mundo de la luz
- ¿Qué haz dicho?
Continuara
espero que les haya gustado, solo espero que dejen reviews para poder continuarlo con las mismas ganas con que lo inicie.. saludos )
