Antes que nada quiero decir que este es mi primer fic y para decir la verdad, escribir no es mi fuerte pero es algo que me gusta mucho. Esperó que me dejen sus reviews después de cada capitulo con críticas, sugerencias, opiniones, etc.
Con respecto a la historia: Esta es una mezcla entre Digimon 2 y Tamers, es en parte un Universo alterno ya que voy a cambiar el lugar de los hechos con respecto a la versión de Digimon original. El personaje principal va a ser Takeru.
Este primer capitulo es muy corto pero es un especie de prólogo. Ya tengo escrito el segundo capítulo y es mucho más largo que este.
No creo que tenga romance este fic porque no es lo mío además lo voy a volcar más en el sentido de la aventura.
Sin más, lo dejo con la historia.
Aclaración: Digimon NO me pertenece, solo tomé prestados sus personajes.
Mi vida en Nueva York
Capitulo 1: Despedidas.
Cuatro años habían pasado ya desde la última batalla de los niños elegidos contra MalomMyotismon y Takeru, Kari, Ken, Cody y Yolei ya se encontraban en la secundaria (Yolei y Cody en años diferentes al resto). Tai y el resto de los antiguos elegidos ya estaban en la Universidad.
Hacia Años que no veían a sus digimons porque la puerta al digimundo no se había vuelto a abrir desde la última batalla pero aún así nunca perdían la esperaza de volverlos a ver.
Takeru y Davis ya habían superado sus diferencias y ahora eran muy buenos amigos pero esa gran amistad que tenían estaba a punto de sufrir un gran inconveniente ya que Takeru se iría al día siguiente a vivir a Estados Unidos con su madre y su nuevo esposo Frederick Hanson: un norteamericano muy adinerado, dueño de numerosas empresas.
Takeru apreciaba mucho a Frederick pero no como a un padre y es por eso que le costaba aceptar la relación que tenía con su madre: Natsuko Takaishi, pero aún así no les reclamaba nada.
Matt, para sorpresa de todos, se había tomado muy bien el hecho de que Takeru se fuera a vivir a Estados Unidos ya que él se encontraba estudiando en una Universidad en Washington y, aunque Takeru fuera a vivir a Nueva York ya no estarían tan lejos. Pero con respecto a Frederick no estaba muy contento.
-Te vamos a extrañar mucho amigo- le dijo Davis por enésima vez al hermoso chico de 15 años, ojos azules, cuerpo bien formado y cabello rubio algo alborotado. Ese chico era Takeru.
-Yo también los voy a extrañar- admitió él- Pero con todo esto de Internet y los teléfonos móviles no estaremos tan incomunicados.
-Ahorraremos dinero para ir a visitarte- le dijo Ken.
-No es necesario chicos, yo vendré aquí las veces que pueda- les dijo algo apenado.
-Lo peor de todo es que hoy es viernes y el lunes ya comienzan las clases y no tendrás tanto tiempo libre para venir a vernos por lo menos hasta las vacaciones de invierno- se lamentó Yolei.
-Vendré, se los prometo-
-Bueno ¿A que hora sales para Estados Unidos?- preguntó Cody.
- A la madrugada- contestó con tristeza.
-Eso quiere decir que esta es nuestra despedida- dijo Kari apenada.
Todos bajaron el rostro con tristeza y tratando de contener las lágrimas. Para Takeru aquella despedida era muy difícil porque el no quería irse pero su madre también tenía derecho a ser feliz y el no iba a ser quien lo impidiera.
-Los voy a extrañar- murmuró al fin y todos lo abrazaron cayéndose al suelo del parque en el que se encontraban.
-Bueno, creo que ya es hora de irme- dijo Takeru observando en su reloj que ya eran las ocho de la noche, él tenía su avión a la una de la madrugada.
-Takeru, ya se que te lo dije muchas veces pero te lo vuelvo a repetir: te voy a extrañar mucho amigo y más te vale que te mantengas comunicado con nosotros porque sino te golpearé la próxima vez que te vea- le dijo Davis.
-Gracias Davis yo también te extrañare y si, me mantendré comunicado- contestó Takeru con una sonrisa. Davis lograba hacer sonreír a todos aunque se encontraran en el peor de los momentos, esa era una cualidad que apreciaba mucho de su amigo.
-Cuídate mucho y luego nos cuentas que tal es Norteamérica- le dijo Ken.
Takeru le sonrió y asintió. Ken era de esa clase de personas que no le gustaban expresar lo que realmente sentían.
-Tráenos muchos regalos de allá- le dijo Yolei y Takeru no pudo evitar reírse, su amiga siempre era así de alocada y sincera.
-He aprendido muchas cosas de ti Takeru, eres como un hermano mayor para mí- le dijo Cody. El rubio no se sorprendió ya que Cody siempre era así de profundo y sincero.
-Gracias Cody, yo también he aprendido mucho de ti- contestó.
-Nos vemos y cuídate mucho Takeru, eres un gran amigo y nunca voy a olvidar todo lo que has hecho por mí y como me has ayudado- le dijo Kari con lágrimas en los ojos.
-Tú también has hecho mucho por mí y nunca me desagradó tu presencia, al contrario siempre sabías que decirme en el momento más adecuado y te lo agradezco- le sonrió Takeru-Bueno, me voy, Adiós-
Y diciendo esto se marchó, no quería alargar más esa despedida porque se le haría más difícil irse. Sentía ganas de llorar pero al mismo tiempo no quería hacerlo porque eso sería demostrarle a su madre que le dolía toda esa situación y podría ser la causa de un posible cambio de opinión de la misma con respecto al viaje.
Cuando llegó a su casa, su madre ya tenía la cena lista y Frederick los acompañaba. La mayoría de las cosas ya las habían enviado a su nueva casa en Nueva York y sólo quedaban algunas maletas que llevarían en el avión con ellos.
-Buenas noches- saludó cuando se sentó en la mesa.
-Buenas noches- lo saludó Frederick con una sonrisa. Él era un hombre alto y muy atractivo, cabello rubio y ojos azules; fácilmente se podría hacer pasar por el padre de Takeru y nadie dudaría que fuera verdad.
-¿Te despediste de tus amigos?- le preguntó su madre con preocupación.
-Si- contestó castamente- Además no es como si no los fuera a volver a ver, yo volveré.
-Claro, yo te traeré las veces que tu quieras- se apresuró a decir Natsuko en un intento de hacer sentir bien a su hijo.
-Lo sé- dijo Takeru y le dedicó una sonrisa falsa, no quería hacer sentir mal a su madre.
-Te va a encantar Nueva York, es una ciudad estupenda y ya te inscribí en el colegio privado más importante de la ciudad- le dijo Frederick.
-Genial, muchas gracias- le dijo Takeru intentando sonar entusiasmado.
Cuando terminaron de cenar, Takeru se bañó y fue a dormir un par de horas hasta que a las doce su madre lo despertó avisándole que ya tenía que partir. Con algo de pesadumbre, se levantó y se vistió.
Cuando estuvo fuera de la casa, volteó para echarle un vistazo al que fue su hogar desde los once años. Suspiró y se dirigió al coche de Frederick.
El clima era horrible y lluvioso, acorde al humor de Takeru que no pudo evitar que una rebelde lágrima se escapara de sus ojos cuando el avión despegó, dejando así atrás una parte muy importante de su vida.
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Los veo en el próximo capitulo (ya lo tengo escrito, en cuanto me acostumbre a subir capítulos lo subo).
Bye Bye.
